Frases amables
Quisiera tener un amplio repertorio de frases amables, hijo mío, para aprendérmelas de memoria y bien aprendidas y poder decírtelas, una a una, hasta que estuvieses rendido de oír frases amables, harto de oír frases amables.
Hay gentes, Eliacim, que se caracterizan por sus frases amables. En ocasiones, estas frases amables son oportunas y, en ocasiones, estas frases amables resultan extemporáneas y fuera de lugar. Pero no importa, ellos las dicen como cumpliendo un duro deber y sonríen, a continuación, con un destello de inmensa paz brillándoles en la mirada.
Si supiera tres o cuatro frases amables y llegara a poder pronunciarlas con naturalidad, Eliacim, ten la seguridad de que te las diría cada mañana. Por una ligera sonrisa tuya, Eliacim, ¿qué no sería yo capaz de hacer?