El ganado en el establo
El ganado en el establo está alineado como la infancia en el colegio o la tropa en el cuartel. Las vacas, para el vaquero, son todas iguales: como los niños para el maestro y los soldados para el capitán. Pero esto es mentira, hijo mío, una gran mentira, una abyecta y cruel mentira. ¡Qué más da!
El ganado en el establo muestra tal mansedumbre que los visitantes medianamente inteligentes se estremecen de pavor al verlo. Lo mismo pasa con los niños del colegio y con los soldados del cuartel. Los mansos, hijo, los resignados, los silenciosos, guardan en su corazón los intactos saquitos del odio, las almacenadas reservas del odio con el que sueñan cegarnos algún día.
El ganado en el establo, Eliacim, está alineado como los hombres que esperan su fusilamiento.