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Los hijos mayores

Tu pobre padre (q. D. h.), Eliacim, había sido el hijo mayor entre los suyos, era algo que se le notaba en seguida, algo que no hubiera podido ocultar aunque se lo propusiese.

Los hijos mayores, Eliacim, a veces incluso a su pesar, suelen llevar pintado en la frente un borrón oscuro que les entenebrece el ánimo y la voluntad: ser hijo mayor es uno de los menesteres más peligrosos que puedan caber a un hombre.

Los viejos de los contornos, en el día en que nace la primavera, se dirigen al monte con los ojos vendados y eligen, al azar, un hijo mayor cualquiera, un hijo mayor que es despeñado desde la roca más alta, entre las carcajadas de sus compañeros y las lejanas lágrimas de las mozas que rezan por su alma mientras las campanas doblan a muerto.

Son muy curiosas. Eliacim, las costumbres aún existentes en algunos países de remotas culturas.