La ordenación urbana
Las gentes andan ahora muy atareadas con eso que se llama, de una manera un tanto misteriosa, la ordenación urbana.
En algunos países, hijo mío, Urbana es nombre de mujer. Las mujeres que se llaman Urbana no suelen ser bellas, pero sí, en cambio, de caritativos sentimientos, de amables reacciones, de afectos duraderos, de principios de una gran solidez.
No tiene mucho sentido esto de la ordenación urbana. Los urbanistas podrían dar una inequívoca muestra de sensatez matando sus ocios adiestrándose en las útiles artes de Isaac Walton, el perfecto pescador de caña. Quizás así las calles y las plazas de las ciudades vendrían trazadas con una sinceridad mayor. Todo pudiera ser.