Siempre es chistoso pensar en los niños pequeños
Sí. Cuando tú eras pequeño, relativamente pequeño, y no habías pasado aún del principio de Arquímedes… Bueno, es una historia algo larga. Tenías tirabuzones, unos tirabuzones rubios, suaves y frondosos… Sí, quizá demasiado larga. Tú, hijo, eras la admiración de la ciudad, con tu linda chalina de seda natural y tus zapatitos de tafilete marrón…
Es una larga y extraña historia, Eliacim querido, que pienso que no debe contarse entera.