«Las aguas no son como espejos sino como corazones; de las aguas no se borra jamás la huella de lo que un día vieron» (CJC, Viaje al Pirineo de Lérida, 1965)

«La imagen que desvela el sagacísimo ojo del artista suele ofender a las conciencias encargadas de la administración del procomún» (CJC, «A los cuarenta y cinco años del Ulises», 1967)