Señor, ¿por qué nos tienes a todos fuerte saña?
¡Por lo menos pecados non destruyas a España!
Poema de Fernán González, 554 a, b.
Tú te miras en el espejo con toda la atención de que eres capaz, Julio César era capaz de mucha atención y astucia, parece que estás hipnotizado como san Pablo, no pestañeas, no parpadeas, Guillermo Tell se atrevió a disparar su ballesta (no era una ballesta, era un arco) sobre la manzana, no te tiembla ni una sola arruguita de la cara y tus ojos parecen de vidrio como los ojos de las lechuzas disecadas, de los lagartos disecados, como los ojos de los muertos a quienes nadie cerró los ojos, el verdín los invade inevitablemente, el cardenillo, te duelen los ojos (sobre todo el globo del ojo) de mantenerlos fijos sobre tu atónita y deforme figura, no eres el jorobado de Nuestra Señora de París pero distas mucho de ser un Apolo de mármol rosa, no te muevas, todos debemos hacer algún sacrificio, todos somos leña verde en la pira del sacrificio, tibio aliento de la boca del cordero del sacrificio, nadie te perdonará la más mínima culpa porque sonrías, tus vicios, tus pecaminosas costumbres, tus inhibiciones, el rey Cirilo de Inglaterra murió abrasado de escarnio, o porque tengas atónita, deforme y desvaída la figura, al galán triunfador se le perdona con mayor agrado que al quídam, de los ilotas no se cuentan acciones ejemplares, cada cual es cada cual y todos servimos para algo, el latigazo, el improperio, el olvido de Santa Elena, a la lombriz la pisan incluso sin crueldad con una indiferencia sobrecogedora, eso es lo que siempre se hace, pisar una lombriz en cuanto se ve casi sin mirarla, si no se pisa sobre un cuerpo duro, una piedra, una cabeza, un plato, una moneda antigua, la lombriz no muere, se estremece pero no muere, tú te miras en el espejo muy aplicadamente porque no crees que puedan ser ya posibles los fenómenos de la reflexión de la luz y sin embargo sigues tuteándote si bien con menos confianza, todo hay que decirlo, tu espejo plano de primoroso marco dorado con paciencia y panes de oro ya no te sirve, reflejó varias mujeres en camisa y con una teta al aire (jamás con las dos tetas al aire), empezó a oler a muerto y tuviste que romperlo en mil pedazos, lo probable es que alguien te lo haya roto a traición hace ya tiempo y es lástima porque a lo mejor te hubiera vuelto a servir alguna vez, jamás debe desconfiarse de la utilidad de las cosas, tu espejo paralelepipédico de bruñidas superficies ya no te sirve, tampoco te sirve, reflejó seis o siete mujeres en camisa y con el culo al aire, con el multiplicado culo al aire, empezó a oler a muerto y tuviste que pintarle con pez negra sus seis bruñidas superficies, puedes sospechar fundadamente que alguien comido de la envidia te pintó hace ya tiempo las seis bruñidas y hermosas superficies de tu espejo en forma de paralelepípedo con pegajosa pez negra ruin, no lo lamentes porque era un espejo hermoso sí, pero muy confuso, en tu espejo en forma de paralelepípedo podías verte el ignorado culo, más ignorado que el de tus amigas, la ignorada puñalada en la espalda y aquel lunar que algunas veces hace ya muchos años quisiste arrancarte con las uñas como si fuera una garrapata llena de sangre dulce, era gracioso ver las más recónditas imágenes reflejándose en tu espejo en forma de paralelepípedo pero jamás te hubiera servido para nada, los malos ejemplos deben desecharse, es probable que alguien corroído por la envidia lo haya pintado con pez negra pero tampoco debes llorar sobre su tumba ni llevarle flores frescas ni flores de cera ni flores de trapo porque jamás te hubiera servido para nada que no fuera para traerte dolor, tampoco le lleves flores de papel, tú te miras en el espejo con mucha desconfianza y te tuteas con timidez y también con mucha desconfianza, no es un espejo plano con su luna en mejores o peores condiciones y su marco de talla o su marquito de moldura el que te refleja las facciones amargas y desencajadas no, ni tampoco un espejo múltiple, seis espejos formando como una celda paralelepipédica en la que si das saltos hasta puedes verte las plantas de los pies con sus itinerarios no, es un espejo ovoide contigo en medio, un espejo que no tiene suelo ni techo ni paredes pero en el que tú flotas en su rara atmósfera dulzona, de sabor dulzón, como un feto en la matriz, en los libros se pinta siempre un feto flotando en la matriz, lo que no puedes es pararte, te mueves siempre con muy cadenciosa lentitud pero sin descanso, como la galladura de un monstruoso huevo de golondrina, nadie lo sabe pero el primer rey que hubo en el mundo nació de un monstruoso huevo de golondrina, unas veces tienes las piernas largas como una zancuda o las manos grandes, la cabeza minúscula, los ojos saltones, el sexo en forma de caracol, depende de para dónde mires, lo mejor será que cierres los ojos aunque notes síntomas de mareo, hay agonías lentas pero no hay agonías eternas, a la hora del desayuno nadie ve buenas caras en su familia, se conoce que los españoles dormimos mal a lo mejor es que cenamos demasiado, no es actitud propia de dichosos el regalar consuelo al infeliz, tú sabes por dónde voy, Azaña y Martínez Barrio no han dormido esta noche ni bien ni mal, su sueño no hubiera aliviado vigilias ni miserias de nadie, el gobierno de Martínez Barrio no llega a tomar posesión, muere antes de nacer o según como se mire nació moribundo y murió en seguida, Mola al teléfono y el pueblo de Madrid en la calle llamándole traidor y vendido y otras cosas peores a don Diego, tu tío jerónimo se presenta en tu casa muy temprano, estáis todos aún en la cama, tú no has tenido tiempo ni de encerrarte en tu espejo en forma de huevo para sentirte un poco solo y aparte y recitar tus poesías y acariciar tus salobres miserias, don Diego no pudo resistir, es lástima pero no pudo resistir, sobre la cama de tus padres hay un gran crucifijo de plata con su pila de agua bendita en forma de concha, tu tío jerónimo se sienta a los pies de la cama de tus padres y habla de prisa, se conoce que está nervioso, Mola había armado ya a los navarros, bien claro se lo dijo a don Diego por teléfono, don Felipe estaba delante, y no se atrevió a dar marcha atrás, tampoco hubiera podido dar marcha atrás, tu tío jerónimo tiene los pelos revueltos, parece un puerco espín, Casares perdió veinticuatro horas preciosas, creía que estaba ante otro 10 de agosto y no, no estaba ante otro 10 de agosto, aun así es lástima que don Diego haya fracasado, la política no es el arte del todo o nada sino al revés, en política no se parte jamás de cero, la política es el arte de salvar lo que se pueda y gobernar a los españoles para que no se cacen a tiros, don Felipe debió haber sido una garantía para todos pero nadie quiso escuchar la voz de la sensatez, tu tío jerónimo se queda mirando para tu madre, María, ¿me das un vaso de leche?, Azaña llama a los socialistas, a Prieto y a Largo Caballero, en la conversación está presente don Diego, no hay pacto, se trata de entregarse o de resistir, ¿nos entregamos?, no, ¿resistimos?, sí, bien entonces hay que armar a los obreros, la sublevación militar se extiende y es la única alternativa que le queda a la república, armar a los sindicatos, debe intentarse un último gobierno republicano, ¿lo apoyan ustedes?, sí, ¿y los comunistas y anarquistas?, probablemente también, Unión Radio anticipa que se está formando un nuevo gobierno que acepta la declaración de guerra del fascismo al pueblo español y que está dispuesto a defender la legalidad republicana, este gobierno tiene el respaldo de la UGT y de la CNT, los militantes de los partidos socialista y comunista y de la FAI están encuadrados en la UGT y en la CNT, en la calle van cesando poco a poco los gritos contra Martínez Barrio, le llamaban traidor y vendido y otras cosas peores ya sabes, tu tío jerónimo se bebe el vaso de leche muy despacio, deben insalivarse bien los alimentos aun los líquidos, claro, con don Diego desaparecen las últimas esperanzas de que todo esto no acabe en una masacre horrible, no hombre, confiemos que no, ¡qué más quisiera que poder confiar!, María ¿me das un pedazo de pan tostado y mantequilla?, tu tío jerónimo come poco, el hombre es animal que empieza a pudrirse por el vientre como la perdiz y como casi todos, es más fácil empezara pudrirse por el vientre que por el corazón, a la gente no se le pudre el corazón, le salta hecho pedazos o se le para como un viejo motor oxidado, el vientre es víscera traidora y deleznable, herramienta que se pasa la vida exigiendo y dando disgustos, el vientre es víscera incapaz de amor o gratitud. Todas las madrugadas se deja caer sobre Madrid la silenciosa guerrilla de los traperos, Giral además de la presidencia del consejo de ministros se queda con la cartera de Marina, algunos traperos invaden la ciudad desde el Norte, Fuencarral, Tetuán de las Victorias, y otros desde el Este, las Ventas, Canillejas, en dirección contraria a los muertos, Ramos sigue en Hacienda, Blasco Garzón en justicia y Álvarez-Buylla en Industria y Comercio, los traperos se lavan poco pero comen bien y abundante comida sana, carne de cerdo, lechugas y otras hortalizas, leche de cabra, Giner de los Ríos cambia con don Juan Lluhí el ministerio de Trabajo por el de Comunicaciones, todo el mundo sabe que los traperos son honrados y devuelven las cucharillas de plata que van al cubo de la basura en un descuido, su negocio no es ése y guardan sacos enteros de cubiertos de plata de dueño desconocido, ya dirán algo cuando se den cuenta, Barcia deja Gobernación y va a Estado, le substituye el general Pozas y cesa don Justino Azcárate, los hijos de los traperos se crían sanos y colorados, los madrugones y el aire libre pueden más que los microbios, Marcelino Domingo, Feced y Lara cesan en Instrucción Pública, Agricultura y Obras Públicas, les suceden don Francisco Barnés, don Mariano Ruiz Funes y don Ángel Velao, desde el Sur, Vallecas, Vicálvaro, también suben traperos hacia Madrid, algunos de los más jóvenes cantan flamenco pero por lo común no es costumbre, el general Miaja deja la cartera de Guerra al general Castelló y don Felipe se aparta del gobierno, todos son republicanos los salientes los entrantes y los que se quedan, el problema que se debatía era entre el pacto o la lucha, el pacto no fue posible y la lucha se puede ganar pero también se puede perder, menos en el circo que ya se sabe (dicen que por lo menos alguien ya lo sabe) el resultado de una lucha es siempre incierto como la cara o cruz de la moneda de los sorteos, al principio todos piensan que van a ganar y después lo que acontece es que todos pierden, los que ganan y los que pierden, más o menos pero todos pierden, la fe, la esperanza, la caridad, la libertad, la decencia, la ilusión, la vida, tu tío jerónimo cree poco en las luchas y aún menos en la suerte, casi nadie pide un espejo para verse agonizar y son pocos los que se suicidan delante de un espejo, los ha habido pero son pocos, recuerda la gripe del 18 que diezmó las familias, los padres enterraban a los hijos y los criados enterraban a los padres y se quedaban sin enterrar olvidados al pie de los castaños y los robles hasta que monte arriba se los llevaba en la boca un lobo inmenso, el hombre es animal muy histriónico y trágico, muy poco prudente y previsor, el hombre es bestia avara y menesterosa, es como una garduña hinchada de aire maloliente, de aire delator y acosada por los mastines que anidan en su propia conciencia, mal asunto tanta vulgar paradoja tejida sobre un cañamazo de criminales despropósitos, mírate en el espejo y no pierdas un solo instante de tu agonía, apunta todos los detalles con precisión, emplea una prosa notarial y eficaz, escapa de las palabras hermosas, de las palabras mortales, aprende álgebra para agonizar y no te concedas ni una sola ventaja, así muy bien, tuerce la boca, entorna los ojos, mueve las orejas rítmicamente, haz un esfuerzo de la voluntad y mantén el cabello erizado, así muy bien, sonríe ahora, sonríe con desprecio, pídele su segura opinión a tu tío Jerónimo y no te cruces en la trayectoria de las balas, la gripe del 18 lleva ya por lo menos cien representaciones sobre España, muéstrate pudibundo y almacena fuerzas capaces de producir la muerte, recuerda siempre que eres un pobre hombre manejado por los demás, un pobre enfermo compadecido por los demás, tolerado por los demás, colócate serenamente o mejor nerviosamente ante el espejo y mírate con ojos disculpadores, cierra tus oídos a los cantos de sirena familiares, tú no tienes familia ni tampoco la necesitas, el rumor de la calle te acompaña pero también te alarma, no pienses que quienes rugen están menos solos ni menos alarmados que tú, eres demasiado joven todavía y debes esforzarte por hacer un concepto deportivo de la muerte, ya claudicarás si llegas vivo al último acto, entre las dos luces de la amanecida empieza el reparto de armas, a lo mejor es cierto que fueron cincuenta mil fusiles, los cerrojos están en el cuartel de la Montaña, en Madrid hay cinco cuarteles, la Montaña, Saboya, el Pacífico, María Cristina y el de carros de combate, puede ser que haya más, el general Fanjul está en casa de unos cuñados suyos en la calle Mayor casi frente a Capitanía General y la primera división orgánica, él es quien ha de ocupar la primera división orgánica pero no acaba de recibir la orden de hacerlo, tampoco dispone de fuerzas suficientes para mantenerse, del general Villegas nada se sabe, es el presidente de la junta militar y su objetivo es el ministerio de la Guerra, don Máximo está muy deprimido, no quiere quedarse solo y se llega al chalet de O'Donell a darse un baño y a desayunar, ¿qué está pasando don Máximo?, ¡ay si lo supiera, Isabelita!, a don Máximo lo bañan entre la Rafaela y la Angelines, la Isabel asiste a la ceremonia sentada en la taza del retrete, ¿cómo cree que va a acabar todo esto don Máximo?, no lo sé Isabelita, créeme que no lo sé, el baño de don Máximo es triste y ritual, ¿está buena el agua?, sí muy buena, ¿quiere usted secarse en la cama con nosotras?, no, dame un albornoz, don Máximo no ha dormido en toda la noche, tampoco puede ponerse ropa limpia, la Isabel le da polvos de talco en la faja y manda que le lustren un poco los zapatos, el pantalón se lo están planchando, en seguida se lo traen, el dinero se lo puse en la mesa de noche, gracias Isabelita, ¿quiere usted café o chocolate?, me es igual, bueno, café, dame un café bien cargado y un poco de leche, ¿quiere churros?, bueno, ¿y mermelada?, no, la Rafaela y la Angelines están silenciosas, la Rafaela lleva una bata color salmón que le llega hasta los pies y va descalza, la Angelines está en sostén y bragas, con unas chancletas azul eléctrico muy elegantes, don Máximo se acerca a casa de don Diego, ¿está don Diego?, no señor, se fue a Valencia, ¿no dejó ningún recado para mí?, no señor. Tú vas a misa con tu padre al Cristo de Ayala, tu padre te dice niño, ponte la corbata y vente a misa conmigo, y tú te pones la corbata y te vas a misa con él, tu madre se queda en casa con tus hermanos pequeños y tu tío jerónimo, la iglesia tiene las puertas entornadas y el cura dice la misa de diez para cinco personas, tu padre, tú y tres más, a los católicos se les borraron de repente las ganas de cumplir con el precepto, ni a la entrada ni a la salida os molesta nadie, os miran pero no os molestan, el ABC no dice nada de particular, la verdad es que nadie sabe nada de nada, tiene razón don Máximo, ¡ay si supiera lo que está pasando, Isabelita! Don Roque amanece a media mañana en casa de Maruja la Valvanera, Consuelito duerme todavía inundada de beatitud, don Roque le da una palmada en las cachas y la moza abre un ojo, rezonga por lo bajo y se despierta, ¿qué pasa?, nada, el fin del mundo, ¿no lo ves?, don Roque bebe un sorbo del vaso de agua que hay en la mesa de noche, ¡puf, está como caldo!, venga levántate y dame agua del lavabo, sí, deja correr el grifo, sí, Consuelito se inclina sobre el lavabo y don Roque se echa de la cama y la enguila tal como está, sin preparación mayor, Maruja la Valvanera prepara desayunos en la cocina, las criadas no sirven más que para lavar platos y hacer las camas, además son unas ladronas que se comen los churros y los panecillos, don Roque ya está despierto, ¿no lo oyes?, ya le ha echado otro polvo a la Consuelíto, a don Roque le gusta mucho la postura que ponen las mujeres cuando se inclinan ante el lavabo con el culo en pompa, anda, dile a la Maruja que me prepare el desayuno y que me traiga el ABC Maruja la Valvanera lleva el ABC a don Roque, el desayuno viene en seguida, ¿huevos fritos?, sí, claro, ¿qué quieres que desayune, un yogur?, don Roque está sentado en la cama desnudo y con el embozo por el vientre, ¿entró ya Mola en Madrid?, no, bueno, que yo sepa, don Roque lía un pitillo y lo enciende con parsimonia, ya entrará, de mañana no pasa, ¿qué hay de noticias?, no sé, no hay Dios que entienda este lío, a mí me parece que anda todo muy revuelto, la Consuelito se peina en cueros ante el espejo, Maruja la Valvanera se la queda mirando, ¡buena hembra, don Roque!, ¿se ha dado usted cuenta qué tetas, qué pompis, qué caderamen…?, sí, no está mal, la verdad es que no hay queja, por la calle de Alcántara no se oyen demasiadas voces, en todo caso no más que cualquier otro domingo a la misma hora, la calle de Alcántara es muy tranquila, con su fábrica de galletas, sus gorriones piando en las acacias, sus niños que juegan al gua, ¡no vale manga!, meneó no es da, o al peón, el Paquito duerme el peón en la mano mejor que nadie, o a pídola, a la una andaba la mula, a las dos la coz, según las estaciones, con sus casas de putas y su manso misterio de disimulo, don Roque va a misa a San Manuel y San Benito, la puerta principal está cerrada y hay que entrar por la sacristía, en la iglesia no hay casi nadie, la situación no es tan mollar como don Roque se imaginaba, hacia el centro por la calle de Alcalá abajo pasan grupos armados dando vivas y mueras, viva la república, viva la revolución social, vivan las milicias del pueblo, muera el fascismo, mueran los carcas, mueran los militares traidores, don Roque piensa que toda esta algarabía se terminaba repartiendo media docena de palos bien dados, don Vicente Parreño no lleva a misa a su señora, no Eduvigis, tengamos sentido común, no hay más que ver cómo está la calle, nada me extrañaría que de un momento a otro empezaran a arder iglesias, lo prudente es quedarnos en casa, si quieres rezamos el rosario, sí Vicente, ¡qué bueno eres!, no mujer, como todos, don Vicente se acuesta con la Cordobesita pero cuida con mucha paciencia a doña Eduvigis, la pobre está cada día peor del asma, al menor descuido se queda como un pájaro, el médico ya se lo advirtió, ¿tú crees Vicente que mañana ya se habrán arreglado las cosas?, no sé si mañana o dentro de tres días pero esto no puede seguir así, eso tenlo por seguro, ¡Dios te oiga!, sí ¡falta hace! El general Villegas da señales de vida y manda un enlace al general Fanjul, traigo la orden de que ocupe usted la primera división orgánica y asuma el mando, no, en la división no podría mantenerme, no dispongo de efectivos suficientes para mantenerme, ¿ha visto usted cómo está la calle?, sí mi general, pues ya ha visto usted bastante, si no recibo orden en contrario estableceré el puesto de mando de la primera división en el cuartel de la Montaña, dígaselo así de mi parte al general Villegas, sí mi general, el enlace del general Villegas coincide con los emisarios del cuartel de la Montaña, ante las indecisiones del presidente de la junta militar la guarnición del cuartel acude al general Fanjul para ofrecerle el mando, sí, ahora ya no hay la menor duda, tampoco se reciben órdenes de Mola ni de su enlace en Madrid el coronel Galarza, don Valentín Galarza. Don Leopoldo da una orden tajante a su familia, que nadie salga a la calle bajo ningún concepto, mantened los balcones cerrados y que Dios nos ayude, la situación es realmente difícil y dudo que el ejército pueda dominarla, tendría que haber salido ya de los cuarteles, ahora habrá que esperar dos o tres días, quizá una semana entera a que vuelva el orden, doña Bernardina y los hijos guardan silencio, recemos un padrenuestro por Enrique. Matiítas se encuentra de repente con un fusil en la mano, él no quería un fusil pero se lo dieron no sabe quién ni dónde, quizá haya sido en la Cibeles, hay mucha gente en la Cibeles y desde dos o tres camiones se reparten fusiles, a Matiítas le toca un fusil sin cerrojo, más vale así, un fusil sin cerrojo adorna y no se dispara, lo mejor hubiera sido dejarlo en un portal debajo de la escalera, en la Cibeles no hay portales, los cerrojos están en el cuartel de la Montaña, bueno pues que vayan a buscarlos, ¡viva la república!, bueno, la muchedumbre es como una enorme y blanda ballena terminada en centenares de flecos por los que se le ve la fuerza, los flecos quedan cada vez más distantes y la ballena se mueve como el agua de un lago, de abajo arriba y con muy equívocos ricitos en la superficie, a Matiítas le gusta que lo empujen de un lado para otro, que le aprieten por un lado y por otro, casi todo el mundo lleva un fusil en la mano, se han repartido infinitos fusiles, las revoluciones se conoce que empiezan siempre con muchas apreturas, a Matiítas también le hubiera gustado que le vieran sus clientes de la tienda de preservativos y don Esteban el ciego, esto ya sería más raro don Esteban no tiene ojos que le sirvan, Matiítas está muy emocionado y tembloroso, es lástima que no puedan verlo con su fusil los clientes de la tienda de preservativos y el ciego don Esteban, hay quien dice que en el cuartel del Pacífico también hay cerrojos almacenados, puede ser, el general Fanjul llega vestido de paisano al cuartel de la Montaña, esperen ustedes a que me ponga el uniforme, señores, ante ustedes y en este momento me proclamo general en jefe de la primera división orgánica, ¡viva España!, el coronel del regimiento don Moisés Serra es compañero de promoción del general Fanjul, fue requerido por el gobierno para que entregase los cerrojos pero contestó con evasivas, los cadetes concentrados en el cuartel han ido a misa a los carmelitas y regresan sin novedad, no deja de ser una imprudencia, desde el cuartel se comunica la presencia de Fanjul al general Villegas y éste declina la responsabilidad de la sublevación en el nuevo jefe, Fanjul arenga a las tres unidades del cuartel y a los paisanos que se han ido incorporando, vamos a vencer o a morir pero en todo caso salvando el honor militar, el general Fanjul redacta el bando de proclamación del estado de guerra que termina con tres vivas, ¡viva España!, ¡viva la república!, ¡viva el ejército!, la salida deberá hacerse a las tres en punto de la tarde, es necesario que se sume la artillería de Campamento, mi general el coronel Castaños dice que la orden la espera del general Villegas, ¡quien da las órdenes soy yo!, ¡el general Villegas ya no es el jefe de la junta militar!, ¡comuníqueme por teléfono con Campamento!, mi general nos han cortado el teléfono. A la terminación de la etapa Digne-Niza de la vuelta a Francia la clasificación de los corredores españoles es la siguiente, 7 Mariano Cañardo, 14 Julián Berrendero 19 Federico Ezquerra y 35 Emiliano Álvarez, menos Salvador Molina que se retiró todos ganan posiciones, Berrendero y Ezquerra creen que un español podrá ganar la etapa de hoy, muy corta, tan sólo 122 kilómetros y con tres puertos muy apropiados a sus condiciones, el Brauss, el Sospel, y La Turbie, a estas horas estarán pegándole a los pedales, ¡qué bárbaros!, esto del ciclismo tiene que ser agotador, zas, zas, siempre por la carretera subiendo y bajando cuestas con el sol tostándoles la nuca o poniéndose perdidos de agua si llueve, ¡qué bárbaros!, Dominica se llega a casa de su vecino don Olegario a pedirle tabaco, sí no faltaría más, para eso estamos, para ayudarnos los unos a los otros, ese bote está lleno de colillas, coja las que quiera, ¿tiene usted papel?, sí papel sí tengo, Dominica por las mañanas prefiere las colillas de tabaco rubio, no hay muchas pero sí las bastantes para liar un par de pitillos o tres si no son muy gordos, ¿puedo escoger?, sí naturalmente yo las tengo todas mezcladas, Dominica le lleva a don Olegario dos albaricoques, están un poco tocados pero son buenos, muchas gracias, Dominica y don Olegario viven en régimen de buena vecindad, si fueran más jóvenes se hubieran liado hace ya tiempo, ¿seguimos con revolución?, sí eso parece, aquí nadie se conforma, en fin ¡allá ellos!, eso es lo que yo me digo, ¡para lo que nos van a dar!, aquí cada cual va a lo suyo y a los pobres que nos zurzan, lo que le pasa a la gente es que no tiene ganas de trabajar, no lo dude, Dominica enciende un pitillo mientras don Olegario se come los albaricoques, está bueno, sí y los albaricoques también, ¡usted siempre con sus detalles Domi!, Dominica sonríe agradecidamente y da una larga chupada, a mí el camel me gusta más que el lucky, ¿y a usted?, a mí me es igual, yo no gasto rubio, antes Dominica tenía una boquilla de ámbar muy elegante pero la perdió en una borrachera, fue lástima porque era muy bonita y estaba en buenas condiciones, ¿buscó bien en su casa?, claro que busqué bien, lo primero que hice fue poner la casa patas arriba pero no la encontré. Don Roque llega muy preocupado a la fonda, a su patrona también la encuentra preocupada y eso que es mujer entera y con mucha presencia de ánimo, la patrona de don Roque se llama doña Teresa y es viuda de un capitán de artillería muerto en África, doña Teresa gobierna la fonda con mano dura y no permite que nadie se desmande ni menos aún que se vaya sin pagar, a don Roque le da un trato especial porque lo admira y lo respeta, las licencias que se toma con las criadas se las perdona porque son flaquezas de la carne, es un caballero suele decir, don Roque es un verdadero caballero, ¡si lo viera usted como lo vi yo una tarde en el Congreso defendiendo la religión, la familia y la propiedad!, a hombres como don Roque no se les puede medir por el rasero de los demás, ¿que a veces cuando pasa una criada se le va la mano?, bueno ¿y qué?, la carne es pecadora de natural y un hombre no es de hielo, estas criadas son unos pendones que no hacen más que provocarle, don Roque se limita a palpar sobre seguro, ¿que quiere pelea?, pues les da pelea, ¡mire usted como a mí siempre me respetó!, conmigo no se ha permitido jamás ni el menor desliz, ¡por algo será!, doña Teresa está preocupada, estaba muy preocupada con su ausencia don Roque, no hacía más que decirme ¿qué le habrá pasado a don Roque que no ha venido a dormir?, don Roque procura aparentar calma, pues nada doña Teresa, no me pasó nada, que me encontré con unos amigos y la liamos, ¡uno todavía es joven doña Teresa!, sí eso sí don Roque, ¡pero como anda todo tan revuelto!, en fin, bendito sea Dios que ya lo tenemos a usted en casa, con usted cerca me siento como más segura, ¿cómo ve usted esto don Roque?, pues mal, ¿cómo quiere usted que lo vea?, pero no puede durar este desbarajuste, Mola tiene que presentarse aquí inmediatamente ya lo verá usted, es cuestión de horas, y a lo mejor antes se levanta la guarnición de Madrid, es raro que no lo haya hecho ya, a estos bestias los van a meter en cintura a latigazos, eso téngalo por seguro, ¡Dios le oiga don Roque!, a mí me tienen acoquinada, lo que se dice acoquinadita, ¡levante ese espíritu mujer, y tenga confianza!, dentro de unas horas todos esos energúmenos están como corderos, ya me lo dirá. Toisha te llama por teléfono, ¿por qué no me llamabas?, ya ves, me distraje leyendo un libro, eso no es verdad, no pero queda bien ¿quieres que salgamos a dar una vuelta?, no me deja mi padre, ¿por qué?, ¡hombre!, ¿por qué va a ser?, ¿por tu barrio estáis tranquilos?, sí por aquí no pasa nada, algunas voces, eso es todo, ¿y por el tuyo?, esto es un tumulto, cada vez baja más gente hacia el cuartel de la Montaña, dicen que van a asaltar el cuartel de la Montaña, ¿y a ti te preocupa?, no a mí ya sabes que me es igual, Toisha te pone cachondo hasta hablando por teléfono, a algunas mujeres les pasa, a otras no, hay mujeres que tienen una voz muy excitante y prometedora, otras en cambio hablan como grillos o como sapos, las mujeres que hablan como grillos o como sapos deberían ser abandonadas en el desierto de Gobi, no en el del Sahara, para que se las comieran las repugnantes hienas, hombre me parece excesivo y además en el desierto de Gobi no hay hienas, bueno pues alacranes, Toisha tiene voz de locutora de radio o mejor aún de puta de lujo, de puta con sortija de esmeralda, de Málaga comunica el gobernador que el entusiasmo es extraordinario estando todas las fuerzas al lado de la república, cuando Toisha te dice ¡ay amor mío, a qué cosas me obligas!, tú te sientes el hombre más feliz del mundo y no querrías cambiarte por nadie, eso es pecado de soberbia pero la soberbia de la buena fortuna es disculpable, el desdichado no se plantea determinadas situaciones en Asturias el entusiasmo popular es inenarrable y en toda la población se vitorea a la república y a las fuerzas del gobierno, nunca falta un hambriento proclive a masturbarse mientras la locutora de la radio anuncia señores radioescuchas van ustedes a oír el pasodoble El gato montés, en Valencia el fervor republicano es enorme así como la indignación producida por la traición de Queipo de Llano, Toisha morirá en tus brazos en cualquiera de sus pequeñas agonías de los martes y los miércoles, sobre todo en las pequeñas agonías que te regala los martes y los miércoles como si te las merecieses, el dramatismo, el fingimiento y el amor tienen sus límites y tú no podrás desembarazarte de su cadáver ni decir tampoco que no la conoces, que no sabes quién pueda ser, que no la has visto jamás o en todo caso no lo recuerdas, fuerzas leales atacan a Cádiz donde el gobernador ayudado por fuerzas de la guardia civil y asalto está sitiado resistiendo heroicamente, Toisha, qué quieres amor mío, ¿por qué no bajas al portal?, ¡tú estás loco!, no se te ocurra salir de tu casa, espera a que pase todo esto, Toisha, qué, yo sólo quería oírte, pues ya me has oído, en Huelva la guarnición se ha separado del jefe faccioso Queipo de Llano y está al lado del gobierno, el azar es pez que muerde siempre el anzuelo dispuesto con mayor torpeza, una tarde se lo dijiste a Toisha en el mueble de la Merceditas, Toisha estaba desnuda encima de la cama y muy alegre pero cuando tú hablaste se tapó con la sábana y se echó a llorar, en Jaén, Granada y Almería todas las fuerzas están con el gobierno, nadie debe hacer jamás proyectos demasiado precisos para el futuro, Toisha disfruta haciendo muy precisos proyectos para el futuro y ése es su error, tú no te atreves a decírselo cuando está desnuda porque temes que se te eche a llorar de nuevo, en Cataluña ha quedado dominada la situación, el movimiento que sostenían un regimiento de infantería y otro de artillería ha quedado desarticulado y a los rebeldes se les han ocupado cinco piezas de artillería y hecho bastantes prisioneros, no hay razón para tener condescendencia alguna con la mujer enamorada, lo malo de las cuestiones de principio es que se desvirtúan al querer aplicarlas, se les difuminan los bordes y la silueta, quizá sea prudente tener toda clase de condescendencia con la mujer enamorada, Toisha, qué, nada, no decía nada, en Madrid la situación está completamente tranquila, varias emisoras facciosas han comunicado que Madrid está en poder de los revolucionarios, es incierto cuanto se dice sobre una supuesta sublevación en la capital, tu espejo en forma de huevo sirve para muchas cosas pero no para adivinar el porvenir, Toisha ignora que tú tienes un espejo en forma de huevo, don Leopoldo se queda mirando para doña Bernardina, si esto es así, ¡apaga y vámonos!, la mujer tiene conjuntivitis y los ojos le escuecen, ¡no digas eso Leopoldo!, la Chonina se acerca a casa de don Olegario, tome, le traigo una pistola, ¿para qué quiero yo eso?, ¡yo qué sé!, por si tiene que defenderse, no, no, llévatela, yo no tengo que defenderme de nadie, don Olegario se queda pensativo, o si no espera, seguramente me sirve para los inventos, ¿está cargada?, no sé, don Olegario apunta al aire y aprieta el gatillo, la pistola no está cargada, déjala ahí, muchas gracias, seguramente me sirve para los inventos. En el cuartel de la Montaña hay cuatro o seis suboficiales y quizá dos docenas de cabos y soldados comunistas, casi todos están de permiso, uno de los jefes de la organización de suboficiales es el brigada de ingenieros González Lagares, el responsable de las células de tropa es el cabo Nieto un orensano muy listo y decidido, en el cuartel de la Montaña se concentran unos tres mil hombres, quizá más, muchos son fascistas —los falangistas, los requetés, los monárquicos, los guardiaciviles, los oficiales de reserva que entraron a última hora— pero tampoco todos, gran parte de la tropa es antifascista, los más señalados están presos en los sótanos. La Javiera le dice a don Roque ¿nos lleva usted a los toros don Roque?, la Javiera habla siempre en plural, jamás se olvida de representar a la otra criada, a la Paulina, ¡pues sí que está el día para toros hermosa!, ¡como no nos acaben lidiando a todos en la Puerta del Sol!, la Javiera se conforma, qué remedio, otro día habrá más suerte, de orden de la autoridad se suspende la corrida anunciada para esta tarde, seis hermosos novillos de deshecho de tienta y cerrado, seis, de la acreditada ganadería de don Celso Cruz del Castillo para Félix Almagro, Raimundo Serrano y el debutante Paco Godín, nuevo en esta plaza, localidades desde una peseta, devolución de su importe en taquilla. El general García de la Herrán parece que se ha hecho dueño de los cuarteles de Campamento, no se trata de quedarse en los cuarteles, lo que hay que hacer es sacar la tropa a la calle, sí eso es muy fácil decirlo, el caso es que se pueda, es muy fácil hablar, la gente habla mucho pero después cuando llega el momento de dar la cara ya es otra cosa, unos se asustan, otros se equivocan y otros se precipitan o se pasan, es muy difícil acertar con el momento justo y con la acción oportuna, cuando todo anda manga por hombro las cosas salen por donde quieren, el general Fanjul no puede comunicar con Campamento, manda varios enlaces pero no sabe si pueden llegar o si los matan por el camino, las señales del heliógrafo sirven para poco, lo único aconsejable es salir, romper el cerco si se puede, declarar el estado de guerra e implantar el orden a tiros, el gobierno tampoco tiene el control de la calle, eso salta a la vista, dentro del cuartel de la Montaña el elemento civil está más animoso que el militar, fuera pasa lo mismo, lo probable es que el entusiasmo sea más eficaz que la disciplina, esto tampoco puede asegurarse de una manera absoluta pero a veces ocurre, en la plaza de España y en los alrededores del cuartel se ha ido formando una masa expectante y densa, la gente grita pero no suena un tiro, en el cuartel las órdenes son muy rigurosas, nadie puede actuar por su cuenta aunque a muchos les gustaría hacerlo, se da la orden de no salir hasta la madrugada, el gentío forma un tapón imposible de cruzar, parecen rusos o japoneses de tantos como son, se necesitaría una tropa muy disciplinada y aguerrida para poder abrirse paso entre la multitud, las' fuerzas del gobierno han conseguido sacar algunas piezas de artillería a la calle, el general García de la Herrán puede organizar una columna y salir de Campamento a las cuatro de la madrugada, un enlace consigue ir y volver, ¡los hay que los tienen bien puestos!, el general Fanjul ordena cavar una línea de zanjas, quizá teme un ataque con carros de combate, no han aparecido pero pueden aparecer en cualquier momento, del regimiento de carros de combate no se tiene la menor noticia ni buena ni mala. Jesualdo Villegas está muy pálido y pesimista, a lo mejor lo que está es muy deprimido, los republicanos moriremos invocando los principios, es nuestro sino al que no debemos substraernos, en España es preciso hacer una revolución francesa que nos vacune contra la revolución rusa, quién sabe si es ya tarde para intentarlo, no, no es tarde, nunca es tarde para encauzar la inercia revolucionaria de los pueblos y al pueblo español siempre se le han cerrado todos los cauces, deme otra caña de cerveza, sí señor, y unas patatas fritas, sí señor, los españoles tendrían que releer a Ganivet, mejor dicho, tendrían que leerlo puesto que no lo han leído jamás, en el Idearium español Ganivet habla como un profeta, en presencia de la ruina espiritual de España hay que ponerse una piedra en el lugar del corazón, hay que arrojar un millón de españoles a los lobos para no tener que arrojarnos todos a los cerdos, no creo que me traicione la memoria, el pueblo debe asaltar el cuartel de la Montaña pero recuerden ustedes lo que les digo, si el pueblo llega a rendir el cuartel de la Montaña no sabrá lo que hacer con la victoria, en nuestro país todo empieza en heroísmo y termina en cachondeo, es amargo pero también es evidente, ¿han leído ustedes la encuesta de La Traca, la que pregunta qué se debería hacer con la gente de sotana?, pues escuchen un par de botones de muestra, la cosa no tiene desperdicio, ¡Ramón!, ¡mándeme don Jesualdo!, ¿quiere usted prestarme La Traca un momento?, sí señor con mucho gusto, ¡viene buena!, el camarero lleva La Traca en el bolsillo de la chaquetilla para leerla entre servicio y servicio, sírvase don Jesualdo, gracias, vean aquí, con toda la clerigalla haría una traca con balas dum-dum de mecha tedeschum y por último de bomba el Papa y que al estallar no dijera ni pío, ¿les gusta?, ahí va otra respuesta, ponerlos en los cables de luz eléctrica, rociarlos con gasolina, pegarles fuego y después hacer morcillas con ellos para alimento de bestias, ahora díganme ustedes qué hacemos con la mierda de país que nos ha tocado, eso es lo que yo quisiera saber, ¿que hay que tomar el cuartel de la Montaña, si se puede y si ellos no salen antes, y sofocar la rebelión?, de acuerdo pero ¿y después?, sigue teniendo razón Joaquín Costa, en España lo que hacen falta son escuelas, también hay que desintoxicar a España de superstición religiosa, tan bestias son los frailes que quieren quemar herejes como los herejes que quieren quemar frailes, unas veces ganan unos y otras otros pero el que pierde siempre es el país, eso ténganlo ustedes por seguro, y al final lo de Larra, aquí yace media España, murió de la otra media, ahora se trata de la sublevación de los militares, lo primero que va a arder es la democracia gane quien gane…, yo me voy a dar una vuelta por casa de madame Teddy, el joder no ocupa lugar, después me pasaré por el periódico. La Engracia tiene calentura pero aguanta, ha sonado la hora de la revolución, ¡UHP!, ¡vivan las milicias populares!, eso es algo que no hace falta ser un lince para verlo, ¡pobre Juanita Rico, cómo le hubiera gustado asistir al triunfo del socialismo!, ¡no pasarán!, ¡más vale morir de pie que vivir de rodillas!, la toma del cuartel de la Montaña por el pueblo no podrá detenerla la reacción, ¡todos en ayuda de la república!, por vez primera en la historia España va a tener un gobierno de obreros y campesinos, Lenin ya lo anunció con su sabiduría revolucionaria, España será el segundo país de Europa con un gobierno proletario, Agustín mete a la Engracia en el café de San Bernardo y la obliga a tomarse un café solo y una aspirina, toma, esto te mantendrá, Agustín había intentado llevarla a casa pero tuvo que dejarla por imposible, ¡abajo el fascismo!, bueno mujer, anda, tómate el café y la tableta de aspirina, Engracia está guapa y el entusiasmo le da un raro brillo a la mirada, tienes muchas ojeras, ¡déjate ahora de eso, a mí qué me importa!, Agustín se calla, hay momentos en los que a la Engracia más vale ni hablarle. Don Máximo está desorientado, no se explica cómo don Diego pudo marcharse a Valencia sin decirle nada, se conoce que tuvo que salir precipitadamente, don Máximo se acerca al Buffet Italiano, ¿qué le sirvo caballero?, coñac con sifón, ¿no ha venido don Andrés?, no señor, esta tarde no ha venido nadie, don Andrés Jiménez se fue con don Gerardo a Cáceres, también podía haberse despedido, se marcharon en el último tren que salió de la estación de las Delicias, urge traspaso por defunción acreditada sastrería Fuencarral 21 principal derecha, ¿qué dices?, nada, lo que pone aquí, caramelos matalombrices P. Catalá salvan a los niños de muchas enfermedades, el señor Asterio se aburre en la Casa del Pueblo, de repente se ha quedado todo demasiado tranquilo, la señora Lupe le lleva pan, chorizo y media botella de blanco, toma te traigo esto para que meriendes, bueno déjalo ahí, ¿qué hacen las nenas?, nada, en casa, querían salir pero no las he dejado, sí es mejor que no salgan, por la calle se iban a cansar más de la cuenta, cómprales una aguja de ternera para cada una y dos botellas de orange, por lo menos que estén a gusto, son buenas chicas, ¡hombre, nadie dice que sean malas!, la Lupita y la Juani están en la buhardilla dándose el lote con dos muchachos de la vecindad, el Cándido y el Tomasín, los dos de quince años, anda tonto, no te dé vergüenza, ¿te gusta verme las tetitas?, sí Juani, me gusta mucho, al Tomasín tienen que operarlo de fimosis, en su familia lo van dejando, verás ponte así, no te dé vergüenza, ¿por qué no te atreves a darme un besito en el chocho?, cuando la Lupita y la Juani bajan a su casa ya ha vuelto la madre ¿dónde estabais?, nada, en el tejado viendo a la gente de la calle, ¿qué dice padre?, dice que no salgáis, que os ibais a cansar demasiado, sí, puede… la señora Consuelo la ciega se hace sus necesidades por encima como siempre pero hoy no la limpia nadie, la cosa no está como para que la gente se preocupe de si una vieja se caga o no se caga por la pierna, cuando venga mi hija me traerá un abanico de torero, ya verá usted, mi hija siempre me trae algo cuando viene a verme, Rogelio el de la vaquería se pone cachondo con las dos tontas de doña Soledad, aquí traigo la leche, ¿está doña Sole?, no, ha salido, entonces Rogelio se desabrocha la bragueta, le sube las faldas primero a una y después a la otra y se tira a las dos en el suelo o apoyadas contra la pared, las tontas se ríen y muerden un pañuelo para no gritar. Gutiérrez, el camarero de la granja El Henar, es veterano de oficio, a él no es fácil dejarle una consumición colgada porque ante los desconocidos se anda siempre con cien ojos, menudos son los desconocidos, caballero por favor, son 2,85, perdone no me había dado cuenta, está perdonado, aquí tiene usted los quince céntimos, bote, gracias, a las cosas no se les debe buscar mayor explicación, casi todo suele suceder sin explicación, don Roque siempre había respetado a doña Teresa llevaba ya muchos años respetándola, don Roque está tumbado sobre la cama leyendo el periódico, a la calle no es prudente salir hasta que se calmen un poco los ánimos, esto parece el fin del mundo o los instantes que precedieron al diluvio universal, doña Teresa llama con los nudillos a la puerta, ¿se puede don Roque?, ¡adelante!, don Roque siempre se incorpora cuando está tumbado sobre la cama leyendo el periódico y doña Teresa llama con los nudillos a la puerta, hoy no lo hace, doña Teresa está todavía de buen ver, ¿puedo cerrar?, sí claro, doña Teresa cierra con llave y se queda mirando para don Roque, no se mueva, no hace falta que se moleste, quería hablar con usted, dígame, soy todo oídos, doña Teresa se sienta, tiene la respiración jadeante, bueno, la verdad es que no tengo nada especial que decirle…, usted siempre me ha respetado don Roque, como usted se merece doña Teresa…, sobre el cristal de la ventana aletea una mosca moribunda, ¿usted cree que soy una mujer?, don Roque siente que el corazón le golpea dentro del pecho, no me responda, desde la calle sube un confuso rumor de voces, a doña Teresa le tiembla un poco la nariz, doña Teresa se sienta en la cama, no me responda siga usted callado, doña Teresa acaricia la frente a don Roque, los ángeles jamás pusieron más mimo al acariciar la frente de los gladiadores derrotados, ¿usted cree que soy una puta?, doña Teresa besa en la boca a don Roque, el espíritu sopla donde quiere, no tiene porqué avisar, no me digas nada déjame hablar sola, doña Teresa se desnuda, ¡claro que soy una puta!, ¿no te das cuenta?, doña Teresa y don Roque se aman como dos adolescentes enfermos o condenados a muerte, piensa lo que quieras, Roque, llevaba ya demasiados años sujetando a la puta que llevo dentro, a doña Teresa se le pone la voz ronca y sosegada, ¿quieres que llame a la Paulina y a la Javiera para que nos vean en la cama?, ¡qué horror, qué disparates se le ocurren a una!, doña Teresa cierra los ojos para hablar, Roque, qué, ¿te di gusto?, sí, ¿me quieres?, sí, yo también, a veces importa poco que el mundo arda o se envenene. Matiítas se va para su casa con el fusil, no sabe si está contento o triste de tener un fusil, a ratos está muy alegre y orgulloso y a ratos tiene miedo de que se le dispare, en la plaza de Atocha le dieron un cerrojo y balas y le apuntaron el nombre en una libreta, su vecina la Carmencita se ríe cuando lo ve venir, ¿a dónde va usted con esa espingarda señor Matías?, tenga cuidado no se le vaya a disparar, parece usted el general Polavieja, la Carmencita es muy descarada, las pantaloneras suelen ser muy frescas y descaradas. A la señora de Blanco la llaman por teléfono, Anita soy Tomás, sal al bar Caracolillo, ¿pero ahora?, sí tan pronto como puedas, ¿pasa algo?, bueno ya te contaré, el marido no se explica esas prisas, ¿a dónde vas?, Anita está preocupada, ¿a ti qué leche te importa?, ¡a donde me da la gana!, bueno mujer, no es para ponerse así, vamos ¡digo yo!, Anita besa al marido en la calva, perdóname Baltasar, estoy muy nerviosa, en seguida vuelvo, el bar Caracolillo está lejos pero don Tomás Donato espera con paciencia, ¿qué pasa?, nada que te llamo para despedirme, me voy, ¿a dónde?, no lo sé pero me voy, a mí no me cazan como un conejo, Anita Luque se pone amorosa de repente, pero vida mía, ¿te vas a ir así, sin más ni más, dejándome sola?, vente conmigo si quieres, no, tú sabes que eso no puede ser, tú sabes que tengo obligaciones, bueno pues no te vengas, ¡ay hijo, pareces un cardo!, don Tomás y Anita se despiden en la cama, en el meublé de Micaela Crespo, en la Guindaleta, cuando salen es ya noche cerrada, don Tomás acompaña a Anita hasta la esquina de su casa y después se va, nadie sabe a dónde pudo haber ido porque jamás apareció ni vivo ni muerto. El comité del partido comunista en el regimiento de Saboya, cuartel de Moret o del Infante Don Juan, controla más de doscientos cabos y soldados, el responsable de la célula es el brigada Alonso Moreno y el del comité el soldado Francisco Abad, la oficialidad no parece que quiera sublevarse contra la república, Taboada el viejo, el de El Liberal, va de un lado para otro tomando notas en sus cuartillas y hablando con la gente, los redactores de calle tienen dos enemigos, la falta de noticias y el exceso de noticias, ni ellos ni tú sabéis cual es peor, Raúl Taboada va cada hora o cada hora y media por la redacción, si está don Paco Vifanueva le cuenta lo que sabe y le pide órdenes, si no está le deja los papeles encima de la mesa y sale otra vez arreando con la lengua fuera, ¡estos cabrones ya podían haberse estado quietos!, ¿cuales cabrones?, ¡todos!, Roque Zamora también trabaja en el mismo edificio de la calle de Marqués de Cubas pero en El Heraldo, bajo la batuta de don Manolo Fontdevila, Roque Zamora trata con mucha reverencia a Raúl Taboada y le llama maestro, Taboada para corresponder suele darle algún pitillo que otro, Roque Zamora está de meritorio y vive a salto de mata, dando sablazos de a peseta y dejándose invitar por los cómicos y los escritores que tampoco son ningún modelo de munificencia. Raúl Taboada lleva todas las noches una tarterita con ragout o con cualquier otro guiso para comérselo a última hora, lo calienta un poco en un infiernillo y se lo come tan ricamente, por las mañanas cuando llega Roque Zamora ya sabe que sobre la repisa del lavabo del water le aguarda una fiambrera con algo de salsa y medio panecillo, primero bebe lo que se deja beber, después rebaña pan y después la lava, la seca por dentro y por fuera con papel y se la pone a Taboada sobre su mesa, ya la recogerá cuando venga por la tarde, Raúl Taboada vuelve al cuartel de la Montaña a ver si por fin cae o no cae, la gente ha ido atestando las bocacalles donde forma una barrera humana difícil de cruzar, los ánimos están nerviosos y aquí nadie se va a dormir, ¡estamos servidos!, algunos milicianos piden la documentación a los transeúntes y a veces se oyen voces y denuestos sobre un fondo de vivas y mueras, Taboada piensa que el antifascismo es como una enfermedad infectocontagiosa capaz de atacar a toda una muchedumbre en pocas horas, no es posible que antes hubiera tantos antifascistas, si me apuran hasta soy capaz de jurar que antes no había tantos habitantes en Madrid, Victoriano Palomo y la Virtudes viven en la calle de Leganitos y desde su balcón se ve muy bien todo lo que pasa, aquí no vale distraerse de un momento a otro se puede armar la de Dios, es ya de noche pero no parece que nadie quiera irse a dormir, en las revoluciones nadie duerme, esto no tiene sentido común pero es así, en las novelas tampoco nadie mea ni caga y todo el mundo lo entiende lo más natural y no pregunta. A Toisha no hay manera de que la saques de su casa por hoy ya puedes despedirte, se conoce que su padre se cerró en banda, es muy cabezón y con él no valen argumentos, además tú tampoco puedes dárselos porque te tiene verdadero asco, es gracioso el jodido viejo, es muy difícil, como diga que no más vale ni insistir siquiera porque sería perder el tiempo, a ti te tiene asco, quizá ni asco, a ti te ignora que es peor, Toisha te llama por teléfono, no creas que me he vuelto loca, amor mío, tampoco estoy borracha, lo que estoy es cachonda como una perra, ¿qué dices?, lo que oyes, cachonda como una perra, más cachonda que nunca, acabo de hacerme una paja delante de tu fotografía, tu voz me pone otra vez cachonda, no sé lo que me pasa, perdóname, ¡ay amor, qué loca me tienes!, Toisha habla con la voz temblorosa, casi tartamuda y de repente se echa a llorar, ¡soy una gran puta, vida mía!, cuelgo que viene mi padre, después te llamaré, adiós, adiós, esta criatura ha leído a Catulo a ti no te cabe la menor duda, no, esta criatura ni sabe quien es Catulo, lo que pasa es que le picó la mosca, recuerda aquello que dice Dámaso de que Juan Ramón no fue de putas en su vida, bueno pues a lo mejor no es cierto, aquí están pasando cosas poco frecuentes, Toisha suele ser bien hablada, no es como las tísicas que dicen lo primero que piensan, Toisha jamás te había hablado así ni aun en la cama, Toisha jamás había pensado en voz alta, la culpa de todo esto la tiene el bestia de su padre por no dejarla salir, ¿tú crees que existe el diablo?, no, yo no, pues yo sí, el diablo existe, ¡vaya si existe!, y además tiene cara de cocodrilo sonriente, otros se lo imaginan con cara de mandril, con cara de leopardo o con cara de araña peluda, antes era costumbre creer que tenía cara de cabra, se conoce que por los cuernos y la barbita pero no, cara de cabra no tiene, hace ya muchos años que los teólogos han demostrado que no tiene cara de cabra, tu tía Mercedes asegura que la Pasionaria es el diablo, mejor dicho, que tiene el diablo dentro del cuerpo, bastarla con hacerle la señal de la cruz y rociarla con agua bendita, la Engracia no cree ni en Dios ni en el diablo y no dice que Mola sea el diablo, ni siquiera que tiene el diablo dentro del cuerpo, la Engracia a pesar de la aspirina no se siente mejor, ¿quieres otro café?, no déjalo, el responsable de la célula de regimiento de carros de combate es el brigada Víctor Gómez, antiguo novio de la Engracia y hombre muy decidido y valiente, muy listo y bien preparado. Doña Sacramento llama por teléfono a la hija, se pone Victoriano, ¿diga?, soy yo hijo, tu suegra, ¿cómo sigue la Virtudes?, bien yo creo que bien, por ahora no hay el menor síntoma, vaya me alegro, más vale que espere a que termine todo este fregado, si eso digo yo, doña Sacramento no entiende demasiado lo que pasa, ella es mujer trabajadora y amante del orden, en la sucursal de la calle de Naciones irrumpieron cinco mozalbetes armados, se ocuparon con las pupilas y no contentos con marcharse sin pagar rompieron un armario de luna y un bidet, se cagaron en la alfombra y le llamaron fascista a un señor, esto es propio de bolcheviques, como las autoridades no se decidan a meter un poco de orden esto va camino del bolchevismo, personas que se van sin pagar las ha habido siempre, a cualquiera le pueden entrar ganas de joder sin una peseta en el bolsillo, no es eso lo malo, pero eran más respetuosos y no rompían nada ni se cagaban fuera de la taza del water ni insultaban a los clientes, lo de ahora no se había visto nunca. Doña Bernardina guarda entre las hojas del Kempis una flor que le regaló su marido cuando eran novios, está ya descolorida y muerta pero no ha perdido ningún pétalo, doña Bernardina ha olvidado ya su significado, la conserva por inercia, la flor se la brindó don Leopoldo en recuerdo del primer beso, toma en recuerdo de nuestro primer beso le dijo, Dios quiera que no te separes de ella en toda tu vida, fue el día antes de la boda hace ya veinticinco años, el día del apóstol Santiago patrón de España celebran sus bodas de plata, don Leopoldo piensa regalarle un dije de plata que ha encargado en la platería de Espuñes, así podrá guardarla muy bien y ya para siempre, don Leopoldo lo lleva muy en secreto, lo que quiere es darle una sorpresa, para el día de Santiago habrá terminado todo este berenjenal, ¡Dios lo haga!, ¡Dios permita que todos podamos celebrar en paz y con salud estos veinticinco años! Por la calle de Alberto Aguilera pasan a toda velocidad tres automóviles, llevan las ventanillas bajas y sus ocupantes van pegando tiros a diestro y siniestro, deben ser fascistas desesperados, de lo que no hay duda es de que tienen un par de pelotas, la gente huye y se tira al suelo mientras los automóviles se alejan siempre uno detrás de otro camino de la plaza de Santa Bárbara, es todo cosa de pocos segundos y después se pierden de vista, en el reparto de armas el que no cogió un fusil fue porque no quiso, algunos hasta lo cogieron sin querer, se encontraron con un fusil en la mano y después no se atrevieron a dejarlo apoyado en cualquier farol, las armas se repartieron a voleo y ahora cada cual hace la guerra por su cuenta, Dominica Morcillo se encuentra un fusil en los desmontes de la calle de Maudes y se lo lleva para su casa, algo me darán por él, Dominica piensa pedir por su fusil cinco duros para bajar a cuatro, ni un real menos, la Goya cantaba como los ángeles aquello de yo no sé pedir champán, ni chartrés, ni cuantró, deme usted vino tinto con sifón, en la segunda parte cambiaba la letra pero no la música, vaya usted al cabaret, vaya usted, verá usted lo que ve, como bailan el fox-trot, lo último es muy de prisa, sí cinco duros bien los vale, por menos no se puede tener un fusil. El teniente coronel don Julio Mangada está organizando un batallón, al menos eso dicen, don Máximo no entiende que la mitad de los militares se subleven contra el gobierno por un lado y la otra mitad por el otro, bueno, a lo mejor no cunde el ejemplo del teniente coronel Mangada y los militares obedientes consiguen restablecer la situación, a don Máximo le gustaría poder hablar con alguien, lo que pasa es que no encuentra con quien, en la logia de la calle del Príncipe todo el mundo ha perdido la cabeza, aquello parece una olla de grillos, don Diego hizo bien en marcharse de Madrid, ésta es una ciudad muy histérica, acertó el dos de mayo eso es cierto pero se equivocó todas las demás veces, don Máximo entra en el café de Levante, algunos clientes beben cerveza con el fusil apoyado en una silla, la cosa no parece muy natural pero la está viendo con sus propios ojos, mismo a la mano queda el ministerio de la Gobernación, el general Pozas tiene una buena papeleta, don Sebastián es hombre enérgico y de firme criterio pero le ha tocado una buena papeleta, nadie sabe lo que pasa dentro del cuartel de la Montaña, es raro que no hayan intentado una salida, como se queden ahí encerrados va a ser peor para ellos, cada vez hay más gente alrededor, como no se les sumen los de Campamento van a tener que entregarse pero ¿a quién?, el general Pozas tiene una papeleta de pronóstico, a don Máximo no le hubiera gustado estar en su pellejo, no, cuando las cosas se encabronan lo mejor es hacerse a un lado, este enredijo no va a haber quien lo desenrede, lo probable es que se quede sin desenredar y muramos todos presos en él como en una gran telaraña pataleando y blasfemando y echándole la culpa a los demás, si a una mujer la preña su hermano el hijo sale tonto pero si la preña su padre, no, don Máximo cena en el restaurante Achuri en la calle del Príncipe, no hay casi nadie, se conoce que los sucesos dan inapetencia a la clientela, don Máximo telefonea a la Isabel, mándame dos chicas y cualquier chico joven que no ande de fusil, estoy en Achuri, oye, ven tú también, en cuanto acabemos de cenar te vuelves, me gustaría tener con quién hablar, una cena tranquila, ya sabes, nada de juerga, don Roque le dice a doña Teresa, no te metas en la cocina, los huéspedes pueden arreglarse con las criadas, te invito a cenar en Achuri, doña Teresa se siente la mujer más dichosa de Madrid, ¿no daremos escándalo?, no ¿por qué?, por nada, como no salgo jamás de noche…, bueno la verdad es que tampoco me importa demasiado, bastantes años guardé luto por mi marido y respeté su memoria, cuando don Roque y doña Teresa entran en Achuri todavía no han llegado las amigas de don Máximo, ¡hombre, amigo Barcia, cuanto bueno por aquí, no sabe usted bien lo que me alegra verle!, don Roque y doña Teresa se sientan en una mesa del fondo y piden un vermú cada uno, ¿quién es?, un amigo de las Cortes, ¿un diputado?, sí, ¿de la minoría agraria?, no, de Unión Republicana pero muy buena persona y muy decente, ¿quieres que vayamos eligiendo?, elige tú, yo como lo que tú comas, don Roque sonríe agradecidamente y le aprieta una mano a doña Teresa, vamos a ver, ¿te parece espárragos con mayonesa, huevos cocotte y un escalope?, muy bien, don Roque se vuelve al camarero, pues eso, ya lo ha oído, traiga usted también un poco de ensalada con la carne, lechuga, tomate, unos rabanitos, un poco de cebolla, usted ya sabe, y media botellita de valdepeñas, no, media botellita no, una entera y de rioja, ¡un día es un día! el postre ya lo pensaremos, la Isabel tarda bastante en llegar, no encontraba un taxi ni para un remedio, ¿vinisteis andando?, no, al final nos trajo un señor que estaba en casa, vaya ¡menos mal!, la Isabel viene en compañía de la Rafaela y la Nati, la Angelines estaba ocupada, no te preocupes, la Nati es también muy simpática, a quien no encontré fue a un chico que nos acompañase, mejor, así toco a más, la Isabel y sus dos pupilas se ríen como si hubieran oído algo muy chistoso, la Isabel no conoce a doña Teresa y claro es no saluda a don Roque, doña Teresa no quita la vista de encima a las tres mujeres, ¿quiénes son?, no lo sé, no las había visto nunca, por la edad parecen su señora y dos hijas, doña Teresa tiene un raro instinto, ¿no crees que van algo exageradas, demasiado ceñidas?, pues sí, puede ser, ahora las mujeres van muy exageradas, ya sabes, eso va en modas, ¿no serán dos piculinas y la alcahueta?, ¡mujer qué cosas dices!, ¡anda come!, a nosotros ¿qué más nos da quienes sean?, sí eso es bien cierto… Roque, dime Teresita, ¡qué feliz me siento a tu lado!, ¡jamás creí que pudiera vivir estos instantes!, ¿cómo hemos podido tardar tanto en descubrir nuestros sentimientos?, ¡vete tú a saber Teresa, la vida es siempre muy rara, los vericuetos del amor son como dédalos inescrutables!, doña Teresa cierra los ojos y se siente como flotando en una nube de gozosa beatitud. Frente al cuartel de la Montaña vigilan cuatro tanques, uno está emplazado en el paseo de San Vicente al principio, otro en el jardinillo de las madres escolapias, otro en la calle de Ferraz un poco más abajo y el último en la esquina de Marqués de Urquijo, ¡venga, quitaos de delante!, ¿no veis que nos tapáis el objetivo?, ¡venga!, ¡un poco de orden!, ¡apartarse!, la multitud entona canciones revolucionarias, da vivas a la república y al ejército popular y aplaude a los servidores de los tanques, hace mucho calor y algunos guardias de asalto están en camiseta, con el correaje puesto encima de la camiseta, la Engracia también tiene un correaje y una pistola, es más difícil encontrar un correaje que una pistola o un fusil pero la Engracia lo encontró, la Engracia viste de mono y gorrito cuartelero, está guapa con su disfraz y muy seria, a la Engracia no se le quitó la fiebre con la aspirina, no importa, ¿te encuentras mejor?, ¡ni me preguntes!, perdona, sobre el hierro gris del tanque del jardín de las escolapias la Engracia pinta dos siglas UHP-JSU y la hoz y el martillo, Agustín le tiene el bote de pintura, Virtudes y Victoriano se cansan de mirar para la calle y se acuestan, Virtudes duerme desnuda, y Victoriano en camiseta y pantalón de pijama, a las dos horas de sueño Virtudes despierta al marido, Victoriano, qué, pues que me parece que empieza el tango, ¿qué tango?, ¡cuál va a ser, el niño!, Victoriano se tira de la cama, ¡vaya, se ha ido la luz!, espera que llame a tu madre y a la comadrona, Victoriano va a tientas hasta el teléfono, tú aguanta un poco, en seguida están aquí las dos, el teléfono no funciona, no da señal ninguna, ¡coño, esto no funciona!, Victoriano vuelve al lado de su mujer y le da un beso en la frente, Victoriano está algo nervioso, espera voy a intentar otra vez, el teléfono sigue mudo, es raro que los teléfonos se arreglen solos pero a Victoriano ni se le ocurre, tú aguanta un poco, voy a buscarlas, ya verás cómo en seguida están aquí las dos, ¿pero vas a ir así?, ¡qué importa, no hace frío!, ¡en seguida estoy aquí con las dos!, Victoriano se echa escaleras abajo y al llegar a la calle sale corriendo, en la esquina de la calle de Torija le dan el alto, ¡alto!, ¡que se pare tu padre, cabrón, yo no estoy para bromas!, ¡alto! ¡a ése, a ése, darle que es un fascista!, Victoriano va a decir ¡qué coño voy a ser fascista, yo voy a buscar una comadrona para mi mujer!, pero no puede decir más que ¡qué coño!, tampoco le dan tiempo para más porque suenan dos disparos, primero uno y después otro, y se cae de bruces contra el suelo, le pegaron un tiro en la espalda y está muerto, lo más probable es que la bala le diera en el corazón y lo dejara seco de repente, algunas personas se arremolinan en torno al cadáver, ¿quién es?, un fascista que se escapaba del cuartel, ¡venga ya!, ¿usted cree que los fascistas se escapan en pijama?, ¡vaya usted a saber, para mí que los fascistas se escapan como pueden!, sí, ¡eso también es verdad!, en Ayala 123, en la casa de putas de doña Sacramento, la noche discurre tranquila y sin incidencias, no se trabaja mucho pero por lo menos hay paz y no alborota nadie. Jesualdo Villegas está poco tiempo en casa de madame Teddy, tengo mucho que hacer, me esperan en el periódico, ¡pero si mañana es lunes!, no importa, de hoy a mañana puede arder el país, en El Sol cada cual piensa una cosa distinta, hay opiniones para todos los gustos, Jesualdo lee los telegramas de las agencias, la famosa bailarina española Antonia Mercé la Argentina ha fallecido en Bayona a consecuencia de un ataque cardíaco, Jesualdo llama por teléfono a Adolfo Salazar, perdóneme que le moleste a estas horas, ¿sabe usted la noticia?, no, ¿qué pasa?, que ha muerto Antonia Mercé, ¡qué horror!, ¿y cómo ha sido?, pues nada, el corazón, ¡me deja usted de una pieza, Villegas, es una pérdida irreparable!, sí eso pienso, ¿murió en Francia?, sí en Bayona, hágame usted una semblanza para mañana, cuente usted con ella, mañana se la llevo. Las iglesias empiezan a arder antes de la medianoche, sobre el cielo de Madrid pronto empieza a verse el resplandor de los incendios, uno, dos, tres, hasta cincuenta o más, quién sabe si más, a tu tío jerónimo le da mucho motivo de pensamiento la relación entre la iglesia y el fuego, no lo dudes, sobrino, dentro de cada español habita un incendiario religioso, no hay más que darle la ocasión propicia para que demuestre sus habilidades, los extremeños se tocan, la reacción quema herejes y libros y la revolución quema iglesias e imágenes, el caso es quemar algo, observa sobrino que el pueblo español aunque pasa hambre no quema bancos sino conventos, detrás de tanta llama no hay una motivación política y menos aún económica sino religiosa y mágica, a lo mejor el español confunde la política, la economía, la religión y la magia, también es posible, el fuego es el gran remedio, la panacea universal para todas las dudas y el español duda de todo menos del fuego eterno, del fuego de la caldera de Belcebú que viene en el catecismo, aquí lo único que no se permite quemar son cadáveres porque dicen que es pecado, aquí se queman personas vivas y casas con personas dentro, el español tiene alma de falla valenciana, cuanto más fuego mejor, los militares están sublevados y en los cuarteles de Madrid nadie sabe lo que pasa pero el pueblo en vez de ir contra los militares va contra los curas, el fuego religioso tiene el efecto del milagro sobre los españoles, sobre todos los españoles, aquí no se salva nadie, bueno, se salvan unos pocos de esto de quemar o ser quemado, aquí todo se quiere arreglar con una tea ardiendo, el español quisiera quemar su historia para después cuando ya no quedara nada arrojarse sobre las brasas dando gritos, en España hay muchos más locos de los necesarios, lo malo es que no se les distingue, éste es un país que se mueve a gritos y al compás de las llamas de las hogueras, yo dudo que pueda convencerse a los españoles de que al fuego debiera prohibírsele salir de las cocinas, de los hornos de pan y de las fraguas, María, ¿me das un vaso de leche?, tu tío jerónimo es capaz de beberse todos los vasos de leche que le den. El teniente Orad de la Torre consigue sacar a la calle dos schneider del 7.5 remolcados por un camión de cerveza, los emplaza frente al cuartel de la Montaña, el entusiasmo de la multitud crece con la presencia de los cañones, el general Fanjul no acaba de decidirse a intentar la salida pero también sabe que en el cuartel no puede quedarse, el cuartel no es un baluarte y tiene mala defensa, además el cuartel no es la plaza, desde dentro del cuartel no se puede mandar la plaza mientras no se ocupe por las fuerzas, ¿se sabe algo de Campamento?, no mi general, ¿y del general García de la Herrán?, tampoco mi general, bueno sí, lo que ya sabemos, el general Fanjul tiene que esperar a las cuatro de la mañana, no respondan al fuego de hostigamiento, mantengan las ventanas herméticamente cerradas, ni una sola luz al exterior, vigilen la moral de la tropa, refuercen las guardias, permanezcan alerta y listos para cumplir las órdenes, sí mi general, el coronel Serra va de un lado para otro disponiendo los efectivos, que nadie dé un solo paso hasta que lo ordene el general, sí mí coronel, hay que obedecer con absoluta disciplina, sí mi coronel, don Moisés Serra es el brazo derecho de don Joaquín Fanjul, a tus órdenes mi general, sin novedad en el cuartel, está todo a punto para cumplir tus órdenes, gracias Serra, quizá debiéramos intentar la salida por sorpresa sin esperar a los de Campamento, el general se queda mirando para el coronel, sería una imprudencia, tú mandas, el enemigo ha emplazado ametralladoras en las azoteas, de poco han de valerles si llega García de la Herrán, sí, eso sí, ¿hay noticias de los otros regimientos?, no mi general, ¿y de la guardia civil?, tampoco, el peligro puede acecharnos por la guardia de asalto y la aviación, los paisanos no son peligrosos, muchos están armados mi general, aún así, los paisanos arrojarán las armas al primer embate, el peligro está donde yo te digo ya lo verás, el general instala su puesto de mando en el despacho del coronel, el general Fanjul y el coronel Serra cenan un par de tomates con un poco de pan, también beben un vasito de vino cada uno, échate un rato mi general, yo me quedo de guardia, no, no estoy cansado, los dos nos quedaremos de guardia, dentro de pocas horas vamos a jugarnos la suerte del cuartel, y la nuestra, sí, también la nuestra y la de todos, el coronel Serra lía un pitillo mientras las ametralladoras tabletean sin demasiado entusiasmo, ¡qué larga se nos va a hacer esta noche!, sí, no lo pienses, es mejor no pensarlo, ¡que Dios nos ayude!, desde algunos tejados se hace fuego sobre la calle, a un tiro suelen responder cien tiros, verdaderas descargas de fusilería, ¡cierren los balcones!, los milicianos piden la documentación a quienes van de corbata, a la salida de los cines la gente se apresura a meterse en el metro, yo te hago una taza de chocolate en casa les dicen las mujeres a sus maridos, al comandante Hidalgo de Cisneros le dan un susto cuatro anarquistas que detienen su automóvil y quieren llevárselo preso, el comandante va con el uniforme impecable y gasta bigote de señorito, parece un fascista, la consigna es ¡venceremos al fascismo!, como se da en voz alta y cientos y cientos de veces todo el mundo la sabe, algunos grupitos de frailes, aquí dos o tres frailes, allá cuatro o cinco, más allá uno solo apoyado en un bastón, cruzan arrimados a las casas mirando para el suelo, casi todos van de paisano y muchos son detenidos y apaleados, si los curas y frailes supieran la paliza que les van a dar…, en la calle no los matan, los frailes van huyendo de la quema pero tampoco saben a donde dirigirse, en algunas casas no los dejan entrar, en otras sí, el sereno abre la puerta a dos frailes que preguntan por don Leopoldo, van en pantalón y camisa y se callan que son frailes, somos dos primos de don Leopoldo que acabamos de llegar del pueblo y no sabemos a dónde ir, ¡con la que está cayendo!, en casa de don Leopoldo todos se sobresaltan cuando suena el timbre, espera yo abriré, doña Bernardina tiene más confianza en ella misma que en nadie, ¡padre Rómulo!, calle hija por favor se lo suplico, ¿está su esposo?, doña Bernardina cierra la puerta tras los dos frailes, mi compañero es el padre Sebastián, un verdadero santo, que Dios les pague la caridad que hacen con nosotros, confiemos en Dios, recuerden su palabra transmitida por san Mateo, ubi enim sunt duo vel tres congregati in nomine meo, ibi sum in medio eorum, dondequiera que haya dos o tres personas reunidas en mi nombre allí estoy yo en medio de ellas, Dios le oiga padre, doña Bernardina no puede contener las lágrimas, perdónenme ustedes son los nervios, ya pasa todo, voy a prepararles un poco de café con leche y unas galletas, gracias hija. El vecino de los condes de Casa Redruello que oye Radio Sevilla se llama don Felipe Espinosa y es agente de compraventa de fincas, sus dos hijos mayores Felipe y Alberto también están en el cuartel de la Montaña, callaros, cuando terminen con el pasodoble darán alguna noticia ya veréis, don Felipe está casado en segundas nupcias con una muchacha muy mona aunque un poco sosita que había sido compañera de colegio de su hija María Victoria, Felipe y Alberto suelen tocarle el culo a la madrastra cuando se cruzan con ella por el pasillo, la verdad es que ella no se entera demasiado y cree que la tropiezan por casualidad, venga callaros, silencio que ya suena la corneta, ¡sevillanos!, el ejército español fiel depositario de las virtudes de la raza ha triunfado rotundamente, don Felipe se vuelve y sonríe, ¡chist, silencio!, el general Queipo de Llano dicta el siguiente bando, primero, toda persona que posea armas debe entregarlas inmediatamente, el que sea portador de un arma sin permiso de la autoridad militar podrá ser fusilado, ¡bien hecho, sí señor!, segundo, las personas de orden deben presentarse y ofrecer el concurso que su conciencia les dicte, bueno eso es en Sevilla, tercero, se previene a todo el vecindario que debe levantar las persianas de los balcones advirtiéndole que de no observarse tal indicación puede sufrir consecuencias desagradables, aquí es al revés, ¡viva España republicana!, don Felipe tuerce el gesto, ¡ya estamos!, noticias particulares aseguran que el general Mola ha entrado en Madrid, siempre conviene exagerar un poco, eso lo dicen para levantar el ánimo a la gente, ¡viva España!, ¡viva!, cuando empieza a sonar el himno de Riego don Felipe apaga la radio de un manotazo, ¡esa polca para quien quiera escucharla! En el reloj de Gobernación cae la bola que anuncia el nacimiento del nuevo día, desde un tejado de la calle de Carretas, Antonio Arévalo el novio de María Victoria, la apunta con su fusil, dispara y no le da, hubiera sido gracioso fusilar la bola del reloj de Gobernación.