Mírate en el espejo y no te eches a llorar, no merece demasiado le pena que te eches a llorar porque tu alma está ya más que condenada, guarda silencio respetuosamente como si estuvieras ante un muerto de hambre y no pienses en el suicidio, nadie habría de creerte, tú eres un piernas, tú eres un piernas, tú eres un piernas…, esa es la única verdad, te falta valor para abrir la llave del gas, para tomarte un tubo entero de pastillas o para pegarte un tiro en la sien, tú eres un piernas, tú eres un piernas, tú eres un piernas pintado de disimulo con la sesera llena de ideas gregarias, de ideas redentoras, de ideas de los demás, ¿por qué no quieres reconocerlo?, tú eres un piernas, tú eres un piernas, tú eres un piernas hecho de pasta de miedo a todo lo que te rodea, no, tú no eres san Pablo que vio la luz en el camino de Damasco, tampoco eres el rey Cirilo de Inglaterra que ya sabes cómo murió, tú vives alimentado de miedos como las ratas pero no tienes el valor necesario para luchar a bocados y en la oscuridad como las ratas, ¿qué te importa que el cuerpo de Magdalena llamada Inmaculada Múgica huela a rancio si no es tuyo?, que el cuerpo de Magdalena huela a rancio no importa a nadie y menos que a nadie a ti que tienes miedo del hedor a rancio que se despide del cuerpo de Magdalena Inmaculada Múgica, te gustaría guardar en el cajón de la mesa de noche un rizo del pelo de Magdalena Inmaculada Múgica pero te falta valor para pedírselo, para robárselo, para comprárselo, te gustaría guardar en el armario entre las camisas alguna prenda interior (usada y sin lavar) de Magdalena Inmaculada Múgica pero te falta valor para pedírsela, para robársela, para comprársela, tienes miedo de ahogarla con la almohada si te la niega que es lo más probable, o si descubre tus intenciones, vives con tu familia pero no te atreves a pedir un café entre horas, si vivieras solo te hubieras muerto ya de miedo a estar solo, los muertos no suelen tomar café, nadie les pregunta si quieren un café para combatir el frío del cementerio y la soledad, te gustaría ser mosca de prostíbulo, mosca testigo, viciosa mosca de sábanas holladas por el miedo del prójimo, pero temes tentar a Dios con tus humildes pretensiones, con tus abyectas y domésticas pretensiones, alrededor de los mataderos de los pueblos el bandujo de las reses muertas se pudre al sol mientras las insaciables moscas azules de un azul metálico y bellísimo zumban, devoran y se aman entre carcajadas estridentes, algunas moscas tienen la panza roja con destellos verdes o la panza verde con destellos rojos, éstas son el demonio, tú no resistes el glorioso espectáculo del asesinato de una mujer con una cuchara sopera, no, tú no eres san Pablo ni Búfalo Bill, tú eres carne de catequesis capaz de matar a cambio de una sonrisa del que manda, carne de horca capaz de ahorcar al hermano por miedo a que pueda pensarse que tienes miedo, carne de fosa común capaz de desearte ya muerto para evitar el trance de la muerte, te vas de paseo por los más oscuros y húmedos rincones de la noche mientras tu corazón tiembla de miedo ante la oscuridad, ante la humedad, el cuerpo de Magdalena Inmaculada Múgica huele a rancio pero a ti no te despierta el olor, ya estás acostumbrado, los muertos no deben nada a nadie, las deudas prescriben con la muerte y los dormidos aunque huelan a rancio (sobre todo si huelen a rancio) no deben casi nada a nadie, a lo sumo un poco de sitio en la cama para permitirles seguir muriendo a gusto y con lentitud, el pulso de Magdalena es recio y saludable, acompasado y casi estruendoso, pero tú no oyes el pulso de Magdalena Inmaculada Múgica que en aquellos momentos está soñando que va descalza en la procesión, por las tripas de Magdalena Inmaculada Múgica sube y baja el gluglú digestivo haciendo escalas desafiadoras (como las que hace el cornetín de la banda en los ensayos) pero tú no escuchas el gluglú del viento de Magdalena porque en aquellos momentos estás soñando con que vuelas como un ángel por encima de las acacias y ala altura de los primeros pisos, la respiración de Magdalena le silba un poco en los bronquios, casi nada, no es extraño que no oigas el silbido de los bronquios de Magdalena Inmaculada Múgica, vuélvete de cara a la pared y aleja los malos pensamientos, no merece la pena que mates a esta mujer, no habría de resultarte difícil, matar a una mujer es fácil, incluso más fácil de lo que parece, le tapas la nariz y la boca con la mano, la sujetas fuerte, patea un poco y ya está, lo malo es si te mira a los ojos porque entonces a lo mejor la sueltas y tienes que salir huyendo y no parar jamás y seguir huyendo y huyendo toda la vida, pero ya te digo, no merece demasiado la pena que mates a esta mujer, no, no mates a esta mujer maloliente, a cambio de unos instantes deleitosos puedes labrarte la ruina, cúbrela de besos, acuéstate otra vez con ella y deja que la mate el que venga detrás, alguien la matará, descuida, tú no eres el Cid Campeador ni falta que te hace, tampoco eres el rey Cirilo de Inglaterra que encontraba solución para todo hasta que la suerte le volvió la espalda y lo mataron sus mismos caballeros, mírate en el espejo y escápate del espejo, es como un movimiento de gimnasia sueca, mírate en el espejo, escápate del espejo, mírate en el espejo, escápate del espejo y así hasta que ya no puedas con tu alma, Magdalena Inmaculada Múgica duerme desentendida de tus cavilaciones, es su deber, se tapa hasta la cabeza con el embozo y bajo las mantas suda pegajosamente, despiadadamente, es probable que Magdalena sea una mujer odiosa pero eso no debe producirte la menor inquietud, las mujeres odiosas también tienen derecho a la vida, se puede hacer la caridad con las manos y con el corazón acariciando y amando y también se puede dar pábulo a la avaricia con las manos y con el corazón abofeteando y olvidando, refúgiate en el odio a Magdalena Inmaculada Múgica y a su olor a sebo, es probable que no te quede ninguna otra alternativa para escapar de presidio, pago sorprendentemente trajes caballero, gabanes, muebles, objetos, antigüedades, porcelanas, relojes, condecoraciones, vajillas, cuberterías plata, cristalerías, menudencias, Casto, 51752, es lástima que no haya chamarileros de conciencias ni de mujeres muertas, el valiente matador de reses bravas Daniel Luca de Tena ha nombrado apoderado al antiguo banderillero José Riaño Riañito, todo tiene relación con todo menos el apestoso hedor de Magdalena, no le des vueltas a la noria de la memoria, a la noria de la memoria, a la noria de la memoria, a la noria, huye, todavía puedes huir, a lo mejor mañana es ya tarde para la huida y no te queda mejor recurso que entregarte para que te aten las manos a la espalda, la mascarilla Dorothy Gray da a sus facciones una belleza serena, hace desaparecer las huellas de la fatiga y deja el cutis terso como el alabastro, una cosa así es la que tú necesitas para seguir viviendo, para dejar que los demás sigan viviendo, Magdalena Inmaculada Múgica, insiste, ¡Magdalena Inmaculada Múgica!, vuelve a insistir. ¡Magdalena!, qué quieres, nada, saber si estabas bien, sí la mar de bien, déjame dormir, por defunción del director propietario del Eco Taurino se verde la propiedad, también el archivo, fotograbados de veintiséis años, colecciones completas, razón Juan de Mena 2 bajo, imprenta, de cuatro a nueve, Magdalena, ¿es que no me vas a dejar dormir?, ¿qué quieres?, nada me duele un poco la cabeza, ¿y qué quieres que le haga?, ¿te duele mucho?, no, poco, venga duérmete, Magdalena, qué, voy a matarte, no seas bobo, anda duérmete, todavía es de noche, hay mujeres que le arriman mucho valor a la noche, más que nadie, Magdalena Inmaculada Múgica, qué, nada, Magdalena enciende la luz, venga, vacíate otra vez, ¿no es eso lo que quieres? y déjame dormir tranquila, no, no es eso lo que quieres pero la idea tampoco es mala, Magdalena huele como la carne de cordero y tú no eres Napoleón Bonaparte pero tampoco el rey Cirilo de Inglaterra, Magdalena Inmaculada Múgica tiene tanto sueño que ni se lava, por la ventana entreabierta se oye el golpear del chuzo del sereno contra la acera y de cuando en cuando algún taxi que se para ante la casa de putas con clientela de refresco, no, no mates a esta mujer aunque huela como los muertos, Toisha aun cuando no se perfuma, los martes y los miércoles huele a limpio y a jabón de olor, a veces sobresalta un poco la conciencia lo bien que huele, tú ten paciencia, ten paciencia siempre que todo llegará por sus pasos, al revés de lo que suele pasar a la gente tú no envidias lo que tocas sino lo que hueles, la cosa no queda clara pero es así, tú tampoco tienes la culpa, las mujeres no quieren inspirar amor sino compasión para después escupirte el amor a la cara, Magdalena Inmaculada Múgica huele demasiado a sebo muerto para no hacer excepción a la regla general, Magdalena, qué, me duele la cabeza, ¿y qué quieres que le haga? Enrique Garrido practica en la casa de socorro de Chamberí en la calle de Eloy Gonzalo, gana poco pero puede mantenerse medio en equilibrio sin necesidad de tener que irse a un pueblo, eso es la muerte, los pueblos para quien los quiera, Enrique no es ya una carga para sus padres, al menos para tabaco ya va sacando entre unas cosas y otras. Dámaso Rioja va a misa al Cristo de Ayala a las doce, Dámaso no cree en Dios, mejor dicho, procura no creer en Dios, pero va a misa todos los domingos porque le tira los tejos con parsimonia y casi con desprecio a Maripi Fuentes la hija menor de los condes de Casa Redruello que es un bombón que se deja meter mano sin mayores exigencias ni compromisos, después de misa de doce en la acera del café Roma suelen sonar algunas tortas por motivos políticos, nada de importancia, a Maripi le gusta la media combinación con hojita de menta al aperitivo y el bailar muy apretada el tango y el slowfox, que es tan amoroso, al postre, Maripi se deja besar en la boca y por el escote y también meter mano por lo fino esto es en silencio y como disimulando, Maripi no tiene novio, tuvo varios pero le duraron poco tiempo cada uno, ¿qué vas a hacer esta tarde?, voy a un guateque a casa de las Aguado, ¿por qué no vienes tú también?, no las conozco ¿dan de merendar?, ¡ay hijo parece que estás hambriento!, Dámaso Rioja duda entre ir al guateque de casa de las Aguado o meterse en el cine con las tísicas, una a la derecha y otra a la izquierda, no sé, si puedo voy, haz por poder, a mí me gustaría que fueses, es en Núñez de Balboa 13 casi enfrente de la Concepción. Mírate en el espejo y haz lo posible para no huir, mantente firme, que nadie diga que llevas cagado el camisón del alma, eres tan pobre que sólo el tiempo es tuyo pero al tiempo el peor día te lo roban y entonces te quedarás tan indefenso como un pichón recién nacido, te extraña la verdad y el nombre que tiene la verdad (impronunciable), te extraña la evidencia y el raro nombre que tiene la evidencia (esta mujer que huele a sebo o cualquier otra), te extraña todo y no sabes cómo llamar a tu extrañeza, a veces se encuentra mucho consuelo silbando, hay gente muy distinguida que cuando tiene sarna dice tengo una ligera picazón, ¡sí, sí, picazón!, ¡lo que tiene usted es un sarnazo que no se lame!, le conviene ir a confesarse cuanto antes, debe evitar que la sarna empiece a comerle la conciencia, después tiene todo peor arreglo, también tú debes evitar que esta mujer se te quede muerta en la cama aunque no seas tú quien la mate, las explicaciones son siempre enojosas y con frecuencia no las cree nadie, absolutamente nadie, en las familias siempre hay un hermano mayor que coloca rollos a la hora del almuerzo y habla con despotismo a la familia, su mujer es gorda y va camino de ser aún más gorda todavía, más vale tener que desear y lo que hay es mucha muerta de hambre y mucha golfa suelta, ¿me invitas a un blanco?, no puedo, estoy con la cara, ¿y en qué te has gastado las dos pesetas?, ¿y a ti qué leche te importa?, dispensa, todo son manías, los toros sí, los gatos no, los perros sí, los loros no, los caballos sí, los corderos no, métete esta idea en la cabeza, no es prudente que mates a esta odiosa mujer hedionda. Entonces fue don Gerardo y la dijo dice escucha nena si te arrancas contra ese cura que parece un canónigo te doy diez duros como diez soles, ¡para ti para siempre!, y ella ¿qué dijo?, nada, no dijo ni mu, la Conchita es medio pavisosa ya sabes es como medio gilí, ¡anda que si da con la Ginesa!, ¡y tú que lo digas!, ¡qué vergüenza!, ¡hay que fastidiarse y qué habilidad se dan algunas para pringar las ocasiones!, en fin, ¡cada cual sabe de lo suyo!, la Conchita es doncella en casa de Maripi y no putea más que los domingos por la tarde y eso para ayudarse un poco, nada más que para ayudarse un poco, comprarse un bolsito o un par de medias o un frasco pequeño de Maderas de Oriente que es un perfume muy voluptuoso y delicado, etc., a Conchita no le gustó la broma del cura, bueno está lo bueno, Conchita no es muy decente nadie dice que sea muy decente pero sí es religiosa y respetuosa, ¡no hay que confundir! A las siete de la mañana la estación del Norte es un hervidero de excursionistas que van a la sierra a respirar aire puro, los jóvenes de ambos sexos de los partidos de extrema izquierda, socialistas y comunistas, llevan camisa blanca y pañuelo rojo al cuello y cantan el Chíbiri, la gente les llama los chíbiris, los domingos en el campo los chíbiris hacen gimnasia sueca, meriendan tortilla de patatas y vino tinto, cantan hasta enronquecer y al final joden un rato y discretamente, algunos hacen la instrucción, comentan textos clásicos del marxismo y se sienten vagamente depositarios de las esencias revolucionarias, ¿no viene la Engracia?, no, ¿han detenido al padre, al señor Ramón?, sí, ¡qué vergüenza detener a un republicano de toda la vida honrado y trabajador!, la Engracia es empaquetadora en una fábrica de somiers y miembro activo de las JSU, la Engracia es joven y garrida, saludable y romántica, no muy guapa (tampoco fea) pero sí muy ilusionada y abnegada, la Engracia tiene madera de heroína, en España hay muchas Agustinas de Aragón lo que pasa es que no se conocen, la Engracia sueña con una España de niños fuertes y gorditos, con una España sin analfabetos ni obreros parados ni explotadores, yo sé bien que habrá que sacrificar muchas cosas y por lo menos una generación o dos pero la revolución bien merece la pena intentarla, ¡nuestro pueblo no puede vivir sin horizontes! El gluglú de las tripas de Magdalena Inmaculada Múgica es ya alarmante, lo probable es que a Magdalena Inmaculada Múgica se le escape una ventosidad aun sin querer, ¡es el colmo!, tú sacudes a Magdalena de un hombro para que se despierte, ¿qué pasa?, nada que a ver si paran de cantarte las tripas, ¡ay hijo qué ganas tienes de marear!, ¿por qué no me dejas dormir tranquila?, no, no la mates, pégale en la boca pero no la mates, pégale lo justo, nada más que lo justo, midiendo el golpe y procurando que no se te vaya la mano, Magdalena Inmaculada Múgica tiene una amiga tangerina que alrededor del ombligo y todo en redondo como un reloj lleva unas palabras tatuadas Vivre libre ou mourir, ¡qué idea!, Magdalena no tiene tatuajes pero sí cicatrices, mataduras y moraduras, cicatrices de dos cesáreas y de varios diviesos, mataduras de color de rosa con puntos de verdín, moraduras de bocados de los putófagos, el caso es poder reconocer con facilidad los cadáveres, a la gente debieran tatuarle un número en la espalda para que no pudiera escapar jamás, mírate en el espejo si te da la gana, haz lo que te dé la gana pero sin hacer muecas, al alma no se le pueden pintar bigotes y cuernos como a los santos de Mundo Gráfico y del Blanco y Negro, Merle Oberon, el general Graziani, Peter Lorre, los alumnos de la escuela de artes y oficios indígenas de Tetuán, etc., sí, tú mírate en el espejo pero con naturalidad, con mucha naturalidad, de nada te valdría hacer muecas ante el espejo, disfrazar tu cara de cara de otro de cara de chino de cara de caimán de cara de muerto, hace ya muchos años que la traición no apiada a los jueces, los animales de la casa de fieras son como presos mustios y resignados, igual que presos enfermos y sin mayores esperanzas, el león tiene una nube en un ojo y calvas en la melena, el camello está lleno de mataduras, tiene aún más mataduras que Magdalena Inmaculada Múgica, parece como si le arrearan palos y pedradas cuando se va la gente, el lobo se pasa el tiempo tumbado en un rincón mirando de reojo, el elefante sale poco de su caseta a lo mejor es que le aburre el espectáculo, el tigre tiene el espinazo hundido como las mulas viejas, los monos se masturban sin parar van a acabar agotados, la llama tiene el pelo sucio y de color gris amarillento sobre todo por la barriga, los únicos animales que parecen estar a gusto aunque también aburridos son las gallinas en sus corralitos y los gatos que se pasean entre las flores y por encima de las tapias y los tejados, los gatos de la casa de fieras son muy meritorios y valerosos y le roban la comida hasta al león en cuanto se distrae un poco, estos gatos no viven en la casa de fieras no van más que de visita, estos gatos bravos y cimarrones viven en comunidad como los frailes, entre las ruinas de la ermita de San Isidro de Ávila mismo al lado de la verja que da a la calle de O'Donnell y forman una colonia muy numerosa quizá de doscientos o trescientos, en el cuerpo de los gatos vagabundos habita con frecuencia el alma de una mujer muerta a disgustos poco a poco y sin dejarle levantar cabeza un día tras otro una noche tras otra sin dejarla ni respirar una hora tras otra un minuto tras otro sonriéndole para que se confíe segundo a segundo y así siempre hasta que explota como un grano igual que un grano y el pus se le sube a la cabeza y muere a lo mejor también sonriendo, las mujeres que van a morir a disgustos tienen muy raras costumbres y se lavan el alma con lejía antes de regalársela a cualquier gato vagabundo, al gato huraño capaz de comerle la comida al oso y al león. Don Vicente Parreño los domingos por la mañana va a misa con su señora a la iglesia del Carmen y después la lleva a darse una vueltecita por el parque del Oeste, el aire que viene de la sierra y del monte del Pardo es bueno para asmáticos, catarrosos, bronquíticos, pleuríticos, tísicos y demás enfermos de las vías respiratorias, la señora de Parreño la pobre no levanta cabeza la verdad es que va de mal en peor, don Vicente ya no sabe lo que hacer con ella, la señora de Parreño se llama doña Eduvigis Olmedillo y tiene carita de rata hambrienta con sus ojos hundidos y su bigote, con la señora de Parreño fallaron todas las terapéuticas, le dieron la cura 15 del abate Hamón y siguió sin respirar, tomó hipofosfitos Salud —y hasta granular Vitefosfor que según dicen es más fuerte— y no se le abrieron las ganas de comer ni se le quitaron los dolores de piernas, durante un mes le estuvieron echando en la sopa dos cucharadas grandes de carne líquida del doctor Valdés García y no ganó ni un solo gramo de peso, el vino de Vial no le tonifica y las pastillas del doctor Andreu no le quitan la tos, a lo mejor llevándola al balneario de Panticosa se arreglaba un poco pero ni aun así lo más probable es que la doña Eduvigis sea un caso perdido y además los balnearios cuestan un ojo de la cara, ¡quién va a pensar en eso!, don Vicente es pobre, todo el que está sujeto a un sueldo es pobre, y ya hace un verdadero esfuerzo para comprarle las medicinas que, eso sí, jamás le faltan, don Vicente trata a doña Eduvigis con mucho cariño y miramiento y hasta le compra tebeos y juega con ella al parchís para que se distraiga, Vicente, qué, ya te voy a durar poco, ¡no mujer!, ¡tú verás como no!, a doña Eduvigis le corre un temblorcillo por el bigote, Vicente, qué, ¿me juras que cuando me muera no volverás a dar tu amor a ninguna otra mujer?, claro que te lo juro. Hace calor y a través de la persiana no echada del todo se filtra un rayito de claridad en el que flota el polvo pintando dibujos sutiles y poéticos, tú soplas y el polvo se revuelve y baila, lento al principio, agitadamente poco después, la sombra de los transeúntes se refleja en las paredes, muy alargada y quebradiza, muy misteriosa y veloz como escapando del acre olor de esta mujer, la sombra de los transeúntes no cruza por la alcoba con los pies en el suelo sino con los pies por el techo como si fueran saltamontes gigantes y delgadísimos, estás alarmado, es peor morir que estar ya muerto para siempre y sepultado en el vasto desierto de la paz, Magdalena se lava la cara sentada en una silla Magdalena Inmaculada Múgica es tan pobre que está al borde de la vileza, ella lo ignora pero es así, Magdalena, qué, ¿qué tal has dormido?, bien, ¿y tú?, yo mal, yo dormí muy mal, por la casa empieza a oírse el trajín de las mujeres que se duchan y de los hombres que cantan Katiuska mientras se afeitan, algunos piden café y un panecillo y mientras desayunan leen el periódico, no pasa nada, la verdad es que no pasa nada, bueno, lo de siempre, ¿has visto El baile del Savoy?, si quieres te llevo, en las tazas de café, ya es sabido, acaba siempre ahogándose una mosca, los domingos al mediodía tú sueles ir a almorzar con tu tío jerónimo, viejo liberal que vive solo y rodeado de libros y fotografías de Krause, de Sanz del Río y de los próceres de la Institución Libre de Enseñanza, todos al amparo de una copia bastante bien hecha del retrato de Jovellanos por Goya, tu tío jerónimo mantuvo una copiosa correspondencia con Joaquín Costa y con Manuel Bartolomé Cossío cuyas cartas tiene muy bien ordenadas, también conserva los manuscritos de El colectivismo agrario de Costa y de los Estudios de literatura y arte de Giner de los Ríos encuadernados muy aseadamente en pasta española, tu tío jerónimo estuvo casado hace ya muchos años con una alemana estudiante de filosofía que se llamaba Uta Greiner, se casaron en Zurich por lo civil y en 1907, ¡ya ha llovido!, al poco tiempo a Uta le dio el tifus y tu tío Jerónimo que es muy aprensivo y ve microbios por todas partes la dejó en el hospital y no volvió a saber de ella, lo más probable es que esté viudo pero a lo mejor sigue casado y lo ignora, la verdad es que tampoco le importa mayormente. Pepita Garrido no pidió escuela porque la hubieran destinado fuera de Madrid y no quiere separarse de sus padres, Pepita es muy modosa en el vestir, no se pinta y va siempre de manga larga, ahora le han salido unas clases, no pagan mucho pero como tiene pocas necesidades se va arreglando y hasta puede dar algo en su casa. Tú no eres san Pablo ¿por qué ibas a ser san Pablo?, pero tampoco Pepito la Zubiela, tú eres un hombre del montón un poco por debajo de la mitad del montón y te has propuesto no estrangular a Magdalena pase lo que pase, Magdalena no sirve para mucho pero sí para algo, todos servimos para algo lo que pasa es que no solemos saberlo, los audaces no sirven para más que los que no lo son pero en cambio lo saben y van derechos como centellas y sin mirar a un lado ni a otro, quizá no debieras perdonarle la vida a Magdalena Inmaculada Múgica que es como un sapo vengativo, debes recapacitar con mucha calma sobre esto y no tomar decisiones precipitadas, la sarna es una enfermedad que no sale más que por fuera, según dicen, por la piel, ¡sería horrible tener sarna por dentro, en el paladar, en la cabeza o en los pulmones!, Magdalena se lava sentada y casi vestida, Magdalena Inmaculada Múgica se lava como despreciando, a lo mejor a Magdalena le está empezando a brotar la sarna. En casa de las tísicas los domingos se come paella, el señor Asterio, su padre, es muy respetuoso con la tradición, el lunes cocido, el martes filetes empanados, el miércoles albóndigas, el jueves judías con chorizo, el viernes bacalao, el sábado callos y el domingo paella, el señor Asterio es maestro fontanero y tiene un taller de mucho crédito y responsabilidad, la madre de las tísicas, la señora Lupe, de soltera fue oficiala en el obrador de plancha de Serrano esquina a Marqués de Villamejor y aun sigue jacarandosa y garrida, a la señora Lupe no se le pone nada por delante, el señor Asterio es socialista de los de Pablo Iglesias y hombre de mucho fundamento y de ciertas lecturas e instrucción, el señor Asterio no va a misa, la señora Lupe sí, las tísicas dicen que sí para que la madre no les riña ni las insulte pero lo cierto es que tampoco van, la señora Lupe cuando se entera de que sus hijas no han ido a misa no les llama ateas o herejes o descreídas sino guarras, putas y peludas, cada cual habla el español como le da la gana que para eso es de todos, la señora Lupe en la paella suele poner chirlas y hasta gambas, la verdad es que la familia vive desahogadamente e incluso tiene algunos cuartos en la cartilla de la caja postal de ahorros, con los que poder enfrentarse a cualquier eventualidad, una operación, la boda de las chicas, una temporada en la que el trabajo escasee, etc., el señor Asterio, la señora Lupe y sus dos hijas viven en la calle de la Libertad al lado de la Arrumbambaya, donde comen los cómicos y los escritores, en un piso antiguo y con no muchas comodidades pero sí barato, apañado y sobre todo más que suficiente para ellos, el señor Asterio y la señora Lupe tuvieron un hijo varón el Asterín (al que decían el Emilito no se sabe por qué), mayor que las hermanas, que se ahogó en el Tajuña cuando tenía seis o siete años un mal día que tuvieron la malhadada ocurrencia de irse a merendar al campo, el señor Asterio y la señora Lupe no hablan del hijo muerto pero tampoco consiguen olvidarlo, la señora Lupe algunas tardes, cuando se queda sola en la casa, hasta llora aprovechando que no la ven, el señor Asterio no llora pero a veces, cuando está en la fontanería, no puede evitar que le asalten los amargos pensamientos ni que le invada la tristeza, el Emilito tendría ya veintiuno o veintidós años, todo un hombre, las hermanas ni lo recuerdan, es lo más natural porque tenían dos y tres añitos cuando el suceso, al señor Asterio a veces le llamas el señor Ricardo, mira que es manía ésta de confundir los nombres de las personas, ¿habéis ido a misa?, sí madre, a ver, ¿de qué color tenía la casulla el cura? ¿la casulla?, pues claro que la casulla, ¡no va a ser la camiseta!, a ver, ¿de qué color era?, blanca madre, bueno, ¡venga a tomar la medicina, que ya saco la paella!, la Lupita y la Juani toman tricalcine y ferroquina Bisleri pero no se les nota, cada día están más escurridas y con más ojeras, la Lupita y la Juani sin que lo sepa la familia también toman Pilules Orientales, a ellas les gustaría tener las tetas algo más grandes, tampoco demasiado, ¡venga!, ¡a comer, que parecéis dos sardinas arenques!, sí madre, la Lupita y la Juani después de comer hacen una hora de reposo y cuando se levantan se arreglan la cara un poco, se ponen lo más limpitas que pueden (se pintan la boca y algo los ojos en la escalera o en el portal) y se echan a la calle, a meterse mano y a darse el filete, hasta la hora de la cena, contigo o con cualquier otro aficionado a lotes y magreos, los domingos suelen ir a Stambul o al Ideal Rosales a echar un baile y a dejarse invitar a un refresco, si hay suerte. El paladar le pica a cualquiera y en la memoria cualquiera tiene como viciosas lagunas, obsérvate bien (puede decírsele a cualquiera), la necesidad de cometer un asesinato se siente en el paladar en un picorcillo pegajoso y caliente que se posa en el paladar y se va extendiendo después por la lengua, por las encías y por toda la boca, los vacíos de la memoria no pueden tupirse de recuerdos porque los recuerdos huyen para dar paso a la sangre que vas a verter, a la sangre que ha de servir de bálsamo a tu picor, te imaginas que estás confundido pero no, no estás confundido, cualquiera puede estar confundido pero tú no, pudiera ser que estuvieses confundido pero no, no está confundido, para eso hace falta suerte, mucha suerte, y ese picor lo has notado ya más de una vez aunque no con tanta fuerza como ahora, quizá no estés todavía maduro (ni histórico ni mesiánico, es igual), mejor, si el que manda adivina que te acomete el picorcillo la cosa ya no tiene remedio, te llama aparte te pone una mano en el hombro te mira con fijeza te habla con muy opaca voz de complicidad te sonríe paternal o confianzudamente (ambas formas son eficaces) y ya está, a las pocas horas te has convertido en un asesino (histórico o mesiánico, es igual), no pudiste evitarlo y hasta estás orgulloso de serlo, el picorcillo es ya como una moneda oxidada, te laten las sienes, y el sexo desde la flaccidez hasta la erección gratuitas pasa por todos sus estados alternativamente, sientes deseos de orinar pero te da miedo ir hasta el urinario, el estupor llega más tarde, después de la primera meada, y al final el pavor te zarandea y te induce a la huida y a seguir matando (o deseando matar) por dondequiera que pases. Ya lo sabes, a las diez menos cuarto en la calle de Augusto Figueroa entre Fuencarral y Hortaleza, ¿a las diez menos cuarto?, sí, conviene estar en el café Gran Vía a las nueve y media, no entres, tú espera en la calle, los tres amigos estarán en el café Gran Vía a las nueve y media, no los saludes, no hace falta, el teniente Castillo saldrá de su casa a las diez menos diez, minuto más minuto menos, todo tiene que ser muy rápido, hay que tirarle a los riñones y por la espalda, le tiráis N. II y tú, los dos al tiempo, N. I y Perico os cubrirán la retirada, debéis huir cuesta abajo y dispersaros inmediatamente, al llegar a la esquina seguir a paso normal con toda calma, y a las diez y media, aquí, ¿entendido?, entendido, bien, manos a la obra, ¡y suerte!, gracias. Es fácil convertir a un mozo en asesino, también es fácil hacer de él un buen torturador, un buen esbirro, basta con que alguien más fuerte sepa sonreírle a tiempo como induciéndole a sentirse maduro (o histórico o mesiánico, es igual), conviene vaciarle antes la cabeza por el agujero que hace el picorcillo, que es como una moneda, el picorcillo puede (debe) extenderse velozmente por todo el cuerpo, es igual que una sarna que nace en el cielo de la boca y que se va sembrando por la lengua y por las encías para llegar hasta los dedos de los pies, entonces ya tenemos un asesino dispuesto a la obediencia, no es prudente dejarle beber vino ni refrescos, es mejor que lleve un poco de sed. Los domingos por la mañana sacas a pasear a Toisha en plan de novia formal, la citas en la Red de San Luis y después vais a visitar el museo del Prado o a deambular un poco por la Castellana o por la Rosaleda del Retiro según la estación y el tiempo que haga, Recoletos es más ordinario, Recoletos está lleno de horteras y de cursis, los domingos por la mañana es muy correcto darse unas vueltecitas con la novia formal, tratar de pulirla un poco llevándola a los museos y tomarse antes de comer una cerveza en algún aguaducho de la Castellana acera de los impares, las horas del domingo por la mañana son de mucha farsa y comedimiento, nadie se lo cree dato es pero son de mucha farsa y comedimiento, ¿qué te pasa?, te veo como raro, ¿a mí?, ¿qué ha de pasarme?, nada, no me pasa nada, tu novia Toisha los domingos por la mañana se perfuma y se pone de punta en blanco con un traje elegante con zapatos de mucho tacón y la melena bien peinada y un poco recogida en la nuca, da gusto verla. Don Roque lleva a las dos criadas de la fonda a la novillada que se celebra en honor de los aviadores Arnáiz y Calvo, don Roque es muy galante con las damas, un poco sobón pero muy galante, tenéis que poneros las dos muy guapas, a los toros no se puede ir de trapillo, descuide don Roque ya verá como no tiene que avergonzarse de nosotras, eso espero, eso espero…, el programa de la novillada no es muy brillante —los aviadores Arnáiz y Calvo se hubieran merecido algo mejor— pero no hay otro, José Neila, Pedro Ramírez y Pedro Barrera, con ganado del señor González Camino, después se desecharon dos reses que fueron substituidas por otras dos de don Juan Terrones pero una resultó una chiva y fue devuelta al corral, se reemplazó por un buey de don Gabriel González que fue fogueado, ¡todo un saldo!, los aviadores Arnáiz y Calvo y el respetable se merecían otra cosa, don Roque se sentó con la Paulina a un lado y la Javiera al otro, la Paulina es más complaciente pero la Javiera es más guapa y vistosa, la Paulina es más calentona pero la Javiera tampoco hace remilgos, la Paulina es celosa y la Javiera en cambio lo que quiere es merendar y que la lleven a los toros, Pedro Ramírez Torerito de Triana cortó una oreja a su segundo, los otros dos espadas no pasaron de voluntariosos, cuando Torerito de Triana saludó desde los medios don Roque le preguntó a la Paulina, ¿te lo tirabas?, ¡calle usted don Roque, qué cosas tiene!, bueno, ya sé que sí, don Roque se volvió a la Javiera, ¿y tú?, ¿yo qué?, que si te lo tirabas, ¡Jesús, qué ocurrencia! María Zambrano vive en la plaza del Conde de Barajas y es amiga y consejera áulica de jóvenes poetas y pintores, tú debes mucho a la amistad y al sabio y liberal apoyo que te presta María Zambrano que tampoco tenía por qué hacerte caso puesto que no eres nadie ni representas nada, Miguel Hernández lleva la cabeza rapada y tiene muy buen color, saludable y como tostado, Maruja Mallo habla mucho y pinta viñetas para Revista de Occidente, Ildefonso Manolo Gil te acepta unas poesías para su revista Literatura, Camilo José Cela también compone versos pero hasta ahora no ha conseguido publicarlos, Arturo Serrano Plaja es serio y como meditabundo y Luis Felipe Vivanco que colabora en Cruz y Raya ¡qué tío!, es delgadito y aún más serio y meditabundo que Arturo, más serio y meditabundo que nadie tú fuiste a la dominical tertulia de María Zambrano llevado por tu médico Carlos Díaz Fernández, cuñado de María, que te pone el neumotórax te da ánimos y te presta algunos libros caros o difíciles de encontrar, María Zambrano invita a té con pastas o a refresco, a elegir, su hermana Araceli, la mujer de Carlos Díaz, es muy bella y espectacular, alta, con buen tipo y con lentes, parece una intelectual extranjera, tú lees tus versos a María y María te los aguanta con paciencia y hasta con generoso interés, a Toisha no te atreves a llevarla a casa de María Zambrano, Toisha es otra cosa y por ahora no sabría representar su papel, más adelante ya veremos. Doña Matilde Brocas, la madre de tu amigo Dámaso Rioja, oye la misa en un gramófono porque no puede moverse de su sillón, es lástima que no den la misa por radio para los enfermos aunque fuera a las siete o a las ocho de la mañana, a doña Matilde le regaló un disco con la misa su director espiritual el P Ramírez, salesiano, no es lo mismo que asistir al santo sacrificio pero ante los ojos del Señor es una especial devoción muy digna de ser tenida en cuenta, gracias don Vicente, que Dios se lo pague, usted siempre tan bueno, no hija, todos somos pecadores, doña Matilde no es muy pecadora esa es la verdad, doña Matilde ya no tiene ánimo ni para la virtud y no digamos para el pecado, doña Matilde desde su sillón ve venir la muerte poco a poco y reza por todos. En el Águila, en la otra acera de la calle de Serrano, toman cerveza los señoritos de Renovación Española, parecen medio inflagaitas pero son valientes, muy valientes, con un valor jaranero y un poco a la antigua entre caballeresco, deportivo y fanfarrón, llevan sombrero verde (ya se sabe por qué), sortija de oro con las armas de la familia sobre una piedra oscura y bigotito recortado en forma, no engañan a nadie, también hay falangistas y algún estudiante de la AET, ¿has roto con Maripi?, sí, hace ya más de un mes, ahora anda con un tipo raro, yo creo que debe ser medio ateo o medio socialista, que lee El Sol, ¡tú verás!, y compone versos de esos que no pegan, ¡pobre chica!, no, ¿por qué?, Maripi se conforma con que le achuchen en los guateques y le juren amor eterno. Los falangistas actúan en política como si jugasen al rugby, los de la AET parecen cruzados y hablan de la Causa, con mayúscula, los hay que creen, ¡vaya si los hay!, y los hay que se dejan ir, a ver si acaban creyendo. A Conchita se la beneficia José Carlos, el señorito José Carlos, el hermano mayor de Maripi, empezó tocándole el culo como por casualidad en el pasillo si se cruzaba con ella, o en el office al ir a buscar un vaso de agua o una caja de cerillas, y acabó metiéndose en su cama los jueves por la tarde cuando salía de paseo la otra doncella, la Sabina, un jueves por la tarde José Carlos se llegó poco antes de la hora de costumbre a la alcoba de Conchita y se la encontró en la cama dándose un verde con su hermana Maripi, los tres disimularon y Maripi a la hora de la cena no se atrevió ni a levantar la vista, Conchita tuvo un novio panadero que la dejó por puta y además se lo dijo, Conchita no es puta, vamos, no es demasiado puta pero sí es joven y cachondilla, don Carlos, el padre de José Carlos y Maripi, le mira las piernas de reojo cuando sirve la mesa y se la imagina desnuda o mejor aún en combinación, una combinación negra muy cortita y con encaje todo por el borde, ¿qué te pasa, Carlos?, ¡estás como ido!, no mujer, estoy preocupado con los acontecimientos, ¡sólo Dios sabe hasta donde va a llegar nuestra pobre España!, la condesa está todavía de buen ver, con pechuga blanca su cadera poderosa su boquita pintada en forma de corazón, don Carlos, a máquina para no comprometerse, le escribió un papelito a la criada, el domingo a las 6 vete a la Gran Peña, entra por la puerta de atrás, la de la calle de la Reina, y pregunta por mí, tendrás un regalito, don Carlos le dio el papel a la criada con disimulo y el domingo a las seis la desnudó en un reservado de la Gran Peña, ¿quieres un vermú?, no muchas gracias, señor conde, que me mareo. La Engracia tiene un novio mecánico de radios, Agustín Úbeda Martínez, que no acaba de ver cuál es su función en esta vida, Agustín con unos ahorros que había hecho quiso abrir una taberna con reservados y un poco de flamenco, a la Engracia le costó cierto trabajo sobre todo al principio pero acabó quitándoselo de la sesera. Agustín se apuntó en las JSU y ahora los domingos también sale al campo a coger vida y a ponerse en contacto con la naturaleza, ¿no ves que esto es mucho más natural?, sí, puede, ¿no te encuentras ahora más lleno, más responsable?, sí, sí, ya te digo que sí, los dos mozo son marido y mujer ante sí mismos, que es lo que importa, ya que no ante la ley (ni la de Dios ni la otra, la del juzgado), los dos mozos se acuestan juntos a diario, están en la edad, pero no viven bajo el mismo techo los padres de él son muy conservadores, casi careas, y los de ella, a pesar de que son más avanzados, no sabrían entenderlo, es un problema de generaciones, ¿para qué darles ese disgusto?, eso digo yo, ¿para qué?, la Engracia y el Agustín evitan los hijos porque la revolución pendiente, que ya se aproxima, que ya se respira como el mismo aire, no permite esas concesiones tiempo habrá de tener hijos, la Engracia es muy leal al Agustín, desde que viven juntos no ha permitido la menor insinuación a nadie, del Agustín ya no podría decirse lo mismo, ¿tú crees que el Agustín tiene ideas burguesas sobre el amor?, no, ni burguesas ni de las otras, vamos quiero decir marxistas, lo que le pasa al Agustín es que es un vivalavirgen, ¡mucho va a tener que reeducarlo la Engracia!, en fin, ella sabrá lo que se hace, la verdad es que la Engracia se hubiera merecido un compañero mejor. Los domingos a la salida de los trenes de cercanías también suelen sonar tortas políticas en la estación del Norte, cosa sin importancia, peor es la vuelta, cuando la gente regresa cansada y excitada. Leopoldo, el hijo mayor de don Leopoldo, se sabe ya casi toda la ley hipotecaria de memoria, mucho tenemos que pedir a Dios por este hijo, suele decir la madre, no se nos vaya a quedar lelo de tanto estudiar. A la puerta de la casa de fieras, los barquilleros y los vendedores de molinillos de papel esperan al niño caprichoso a quien en su casa dieron un real, por la tarde también se ven soldados que acuden al acre y amoroso olor de las niñeras y las cocineras, joven, la voy a presentar a usted, aquí una amiguita, aquí un cabo de Segovia, tanto gusto. Los gatos de los tejados y de los solares maúllan por el mes de enero, ahora estamos por el verano pero es igual, las perras, incluso las perras finas que van lavadas y perfumadas y que hasta llevan un lacito y un cascabel, se restriegan por las baldosas cada seis meses cuando están salidas, bien se dice que la jodienda no tiene enmienda, las dueñas de las perritas de lujo, que si fueran más decentes también se restregarían por las baldosas en vez de discurrir porquerías, suelen llevarlas al veterinario, mi perrita está desazonada, ya ve usted, ¡pobre Betty, que se quiere casar!, los veterinarios clásicos, los de los pueblos, que van de faja y gorra de visera y que recetan a las mulas lavativa y trote, son hombres corrientes y molientes que juegan al tute o al tresillo, beben vermú, se tiran pedos, etc., los veterinarios de la ciudad son ya otra cosa, están especializados en perros de raza y son ya otra cosa, los veterinarios de la ciudad son más jóvenes, van bien vestidos y con las uñas limpias, hablan con mucha propiedad, sonríen con elegancia y en lo tocante a perros lo mismo sirven para un roto que para un descosido, los vacunan, los operan (capan), los lavan y peinan, les buscan pareja…, los veterinarios de la ciudad son más psicoterápicos y también coquetean con las dueñas de los perritos y si se tercia se las tiran, es usted la mujer de mi vida, ¡hubiera preferido no decírselo!, ¡ay Raúl, no me pierda, que soy una mujer decente!, cuando la dueña del perrito dice esto ya se sabe lo que hay que hacer con ella, meterla en la cama. El señor Simón Tendero es guarda del Retiro y mutilado de la guerra de Melilla, campaña en la que alcanzó el grado de sargento a cambio de perder tres dedos de la mano. En la abadía de Lebanza se está bien y tranquilo, queda algo lejos, en Cervera de Pisuerga, provincia de Palencia, pero se está muy bien, el viaje merece la pena, en la abadía de Lebanza por doce pesetas te dan pensión completa en habitación con agua fría y caliente y lavado de ropa incluido, cinco comidas diarias y toda la leche y todos los huevos que quieras y seas capaz de comer, la abadía de Lebanza está a 1.500 metros sobre el nivel del mar, más que el doble de Madrid, y en un ambiente despejado y sin nieblas en el que se respira un aire muy fino y desintoxicador, a ti te habló de la abadía de Lebanza Guillermo Zabalegui que la descubrió por casualidad cuando lo del lío de su tía Mimí con aquel picador de toros que acabó escapándosele con las joyas. Como tu tío jerónimo no tiene servicio y se alimenta de huevos crudos, vegetales, leche y miel, te lleva al Casino de Madrid donde puedes comer a la carta y lo que quieras, tu tío jerónimo no hace prosélitos, ¿qué tal van tus estudios?, los de aduanas mal, vamos peor que mal, los de literatura van un poco mejor. Bien, ¿y tus amores?, mis amores no van, no tengo novia. Bien, hagamos la pregunta de otra manera, ¿tienes resuelto el problema sexual?, pues sí, me las apaño como puedo. Bien, ¿en las necesarias condiciones higiénicas?, pues sí, yo creo que sí. Bien, ¿qué quieres comer?, tu tío jerónimo no da consejos jamás ni a nadie, pregunta y se interesa por las cosas pero no opina ni da consejos, en esto no parece español, tu tío jerónimo no se aparta ni un ápice de la trayectoria que se ha trazado pero deja que cada cual marche por donde mejor le parezca, todos los caminos conducen a la libertad, es ley de filosofía de la historia a la que los pueblos no pueden substraerse por más esfuerzos que haga el oscurantismo, claro. Don Joaquín del Burgo por la noche se acerca al paseo de Rosales a escuchar el concierto de la banda municipal, los solitarios propenden a escuchar la música de banda cuyo estruendo tiene también mucha soledad, el maestro Sorozábal es un gran director y el programa es bueno y variado, a don Joaquín del Burgo le hubiera gustado ir con Paquita, bueno, aunque fuera con Margot pero no se atreve ni a proponérselo el pasodoble Las provincias es sonoro y emocionante y La Dolorosa tiene unos compases muy familiares, aquellos del dúo en que Rafael dice pobre Dolores pobre mujer, no sé qué hacer porque no llores, etc., y Dolores le contesta pobre Rafael, sufres aún por mí, sin pensar que mi locura te ha traído aquí, etc., ojalá hayan seleccionado este trozo para la fantasía, lo más probable es que sí porque es muy característico, la música de en medio, la Quinta sinfonía de Beethoven; una selección de La Bohème de Puccini y la Serenata de Schubert se aguantan bien, la música lo bueno que tiene es que permite pensar en otra cosa y hasta vaciar la cabeza como un cantarillo que se derrama, don Joaquín del Burgo no sabe lo que hacer para que Paquita, bueno Margot, no llore, Margot no lloró nunca y Paquita dejó de llorar hace ya tiempo pero don Joaquín lo ignora, don Joaquín ignora casi todo menos la cara de oveja churra en el degolladero que puso la mulata Petra la Grillo en sus últimos momentos, es un recuerdo que no puede borrar de la cabeza ni aun oyendo la música ¡mira que es pesadez!, don Joaquín va solo al concierto de la banda municipal, hace buena noche, no demasiado calurosa, y la gente escucha con respeto los soplidos de los músicos, desde la estación del Norte llega el jadear de las locomotoras y a veces por la cuesta de San Vicente se pegan tortas los viajeros que vuelven de la sierra. La hija de la Sacra, la casada con Gonococo, se llama Virtudes y hace un año, estando todavía soltera, fue elegida Miss Carabanchel en un concurso muy reñido al que se presentaron mujeres realmente hermosas, Gonococo o sea Victoriano Palomo suele llevar a su mujer al cine los domingos por la tarde esperan el primer hijo, Virtudes está ya fuera de cuenta, el hijo puede venir en cualquier momento y Victoriano está muy cariñoso con su señora, en el Pardiñas echan Mamá de Catalina Bárcena que tiene emoción, la Virtudes y su marido ven la película con las manos enlazadas, cuando Victoriano nota que la mano le suda la retira y le sopla un poco o se la seca en el pantalón o con el pañuelo, Virtudes es chica fina y de buenos modales que se depila el sobaco con agua Taky y se da después Axilol para no sudar. Sí, mírate en el espejo, ¿por qué no te miras en el espejo?, ¿tienes miedo de mirarte en el espejo?, sí, tienes miedo de mirarte en el espejo, ¿temes descubrir en tu frente o en tus mejillas la señal del asesino?, sí, temes descubrir en tu frente o en tus mejillas la señal del asesino, sobre tus ojos por delante de tus ojos por encima de ellos cruza la marca del asesino, una cebra con pañuelo a la cabeza como los baturros que toca la guitarra, todo simplificado con seis o siete puntitos en forma de constelación, hay asesinos obtusos que no llegan a ver jamás su marca pero también hay asesinos que no lo son todavía aunque la danza de la marca no les deje dormir, sí, es fácil ser asesino, todos los hombres llevan dentro del pecho una bombillita de fragilísimo cristal en la que se agazapa el huevo del asesinato, esta bombillita se rompe muy fácilmente al menor descuido, lo demás viene solo y por sus pasos, es como una infección, sí, mírate al espejo y si te atreves sonríe ante el espejo, no pongas cara atroz, no merece la pena, ya se te irá poniendo poco a poco y sin que puedas remediarlo, el error casi verdadero es el más venenoso y peligroso de todos los errores y el crimen que acabas de cometer o el que estás cometiendo o el que vas a cometer de un momento a otro es una evidencia, la verdad y el error se confunden en la evidencia del asesinato y entonces ya no puedes volverte a mirar jamás en el espejo, confía en las pequeñas esperanzas y no te dejes sonreír ni aplaudir por el que manda que también puede ser el primer ahorcado, el primer escupido, viuda joven buena presencia aceptaría protección caballero formal preferible sacerdote o funcionario, en la sección de anuncios por palabras anida a veces el palomino del asesinato, débil y sin plumas al principio pero turbio y mortal en cuanto crece un poco, no huyas, mírate al espejo cada mañana y procura mantener el tipo como el torero o como el gladiador, la muerte no respeta a quien huye, la muerte no respeta a nadie y se reparte con mucha equidad no lo olvides. Gregorio Montes es aficionado a los galgos, cuando tiene un duro se va a los galgos a probar la suerte, don Olegario Murciego, el hermano pobre de don Cesáreo, se da mucha maña para colarse en los galgos, don Olegario tiene un aspecto muy respetable lo que siempre ayuda, apueste usted a Red Arab, es mucho galgo, la carrera se la lleva de calle, y si no quiere apostar présteme una peseta y apuesto yo, la ganancia a medias, usted no arriesga nada, bueno, Gregorio Montes y don Olegario son buenos amigos y suelen ganar dos o tres pesetas cada noche, menos da una piedra. Conchita Garrido está novia de Gumersindo López Lahoz, un mozo que fue seminarista y colgó los hábitos para meterse cartero, el día de mañana cuando Conchita saque su título de farmacéutica y ambos sean marido y mujer, Gumersindo piensa abrir una botica en su pueblo, él es de buen conformar y se arregla con poco. El señor Simón Tendero tiene dos preocupaciones, las parejas, que en cuanto el sol se pone empiezan a extralimitarse, y su hija Emilita, que va camino de quedarse soltera, su hijo Raúl ya no le preocupa, su hijo Raúl es veterinario y tiene buena clientela muy distinguida y de posibles, ¡esta pobre hija es la que me quita el sueño!, ¡mire usted que ha sido desgracia que al Alfonsito, su novio, lo matara aquel camión de los cojones!, ¡ahora que ya había reconocido a los nenes y quería casarse!, Gregorio Montes es algo amigo de Raúl, más bien conocido, Raúl no se firma Raúl Tendero sino Raúl T. Ortiz de Ojuel, Ortiz es el apellido de su difunta madre y Ojuel es una aldehuela del ayuntamiento de Cabrejas del Campo, en la provincia de Soria, de donde procede su familia materna, las clientas de confianza le dicen el doctor Ojuel, y Raúl cuando las escucha se pone que no le cabe una paja por el culo, Gregorio Montes, una tarde que Rioja tuvo que pasear por Madrid a un pariente venido de la provincia, se fue contigo y con las tísicas, a las que no conocía más que de oídas, a visitar la casa de fieras, ante la jaula de los monos la Lupita estaba muerta de risa, ¡qué horror!, ¡qué forma de cascársela!, ahora veo por qué se dice eso de más rijoso que un mico, Gregorio estaba como azarado pero cuando se hizo la noche y las tísicas se sacaron las tetas por el escote incluso antes de que nadie se lo pidiera, ya empezó a confiarse un poco más, ¡hay que joderse y qué putas salieron las hermanitas!, te comentó al día siguiente, ¡vaya con las dos Margaritas Gautier que te sacaste de la manga, hermoso! En la abadía de Lebanza se reposa, se ama y se conspira, pero todo a la chita callando y sin dar tres cuartos al pregonero, Guillermo Zabalegui acabó tirándose a su tía Mimí, la hermana menor de su madre, que padece de los nervios y quiere curarse el nerviosismo engañando al marido con el primero que se presenta, el chófer, un cuñado, el chico de la pescadería, el repartidor de telegramas, un picador de toros, su querido sobrino Willy, el que sea, que todos son buenos y todos sirven para lo mismo, el picador de toros era una mala bestia desatada que quería matar a Guillermo y a su tía Mimí a navajazos, en la abadía de Lebanza no se recuerda un escándalo semejante, fue vergonzoso para todos que tuviera que intervenir la guardia civil, don Teófilo Sacristán, diputado agrario, fue a la abadía de Lebanza a entrevistarse con el comandante Martínez Paudel, uno de los hombres de confianza del general Mola, don Teófilo viaja siempre de secretaria, una chica muy mona y modosita que probablemente no sirve para nada más que para tomar cartas en taquigrafía y ponerlas después a máquina con mucho cuidado y con el margen de la izquierda siempre en el mismo sitio, don Teófilo se acuesta con ella pero con la luz apagada y sin quitarle el camisón, detrás del tenis un gañán desenguila a filo de navaja a una amorosa y atónita pareja de perros, todos se ríen mucho, la cosa es como para troncharse de risa bien mirado, a los perros errabundos, es igual que sean ciudadanos que campesinos, a veces los separa algún gracioso con una navaja o con una lezna de zapatero, ¡es morirse de risa!, el perro ventea a la perra en celo, se le acerca, la olisquea un poco, la medio enamora y ¡hala! al asunto, el tío de la navaja acaricia el arma en el bolsillo y nota como una calentura, el tío de la navaja también está cachondo, tan cachondo como el perro que ni sospecha la que se está jugando o más aún, hay dos técnicas diferentes, las dos buenas, para separar con una navaja a los perros enguilados, ir al grano derecho o esperar a que acaben, la primera tiene más emoción pero puede marrarse el golpe, la segunda es más segura, Dios cuando hizo el mundo no pudo calcular que las navajas llegaran a abrirse para cortar en seco el amor de los animales, el tío de la navaja se llega como disimulando y si tiene habilidad y no le falla el pulso ¡zas!, desenguila al perro de la perra de un solo tajo, es mearse por la pierna de risa ver la cara que pone el animal, que sale aullando y tiñendo de sangre las matas de cantueso del monte, Guillermo Zabalegui no se rió, los demás sí, los demás se rieron mucho y con una risa muy sana y deportiva. Tu tío jerónimo vive de unas rentas exiguas que le dejó tu abuelo pero no es gastador ni vicioso se las va arreglando, viste con dignidad, puede comprarse algún libro y, lo que es importante para su conciencia, no debe ni una sola peseta a nadie, tu tío jerónimo es bajito y magro, lleva barba, gasta gafas y se ducha todas las mañanas con agua fría, su hermana, tu tía Octavia, que tiene un concepto muy suigéneris del cielo y del infierno, está empeñada en salvar su alma y con frecuencia va a visitarlo a ver si quiere que le presente a un sacerdote amigo suyo muy leído y moderno, tu tío jerónimo la escucha con toda calma y en vez de echarla a patadas por entrometida y pelma se limita a cambiarle la conversación, tu tío jerónimo siente por ti muy especial afecto, ¿haces algún ejercicio físico?, pues la verdad, no mucho. Bien, ¿fumas demasiado?, pues sí, más bien sí. Bien, ¿quieres un puro?, muchas gracias tío, según cuenta tu tío Horacio, el marido de tu tía Octavia, tu tío jerónimo a raíz del tifus de su señora vivió maritalmente con otra alemana, la señorita Lieselotte Vonderhinten, también estudiante de filosofía, que se le escapó con Mauricio, el pequeño de los hermanos Pleyelhoff, los famosos clowns internacionales, tu tío Horacio no es muy de fiar y de otra parte esos datos familiares son siempre de difícil comprobación. La gente habla de que va a estallar un pronunciamiento, ¡vana palabrería!, a estas alturas de la civilización pensar en cuarteladas son ganas de hablar por hablar, ¡mira la sublevación de Sanjurjo, siendo Sanjurjo, en lo que quedó!, ¿qué piensa la juventud?, ¡pche!, yo creo que cada cual piensa a su manera, ¡malo, malo!, cuando la juventud no procede acorde la humanidad no avanza en su camino, cuando la juventud sigue ciegamente la senda que le marcaron sus padres, tampoco, ¡es muy complicado esto de analizar las causas por las que la humanidad se mueve y marcha hacia adelante! No es que en el monasterio de Lebanza den asilo a los criminales, lo que pasa es que no preguntan, N. II, a la hora y media de disparar contra el teniente Castillo, sale para el monasterio de Lebanza en un balilla que pusieron a su disposición, para no levantar sospechas viaja con Marta, la hermana de Miss Ojos, a la que presenta como su legítima esposa, Marta es una chica bien educada y presentable y ambos tienen la documentación en regla, falsa pero en regla, el viaje llevan ya casi un mes preparándolo y Marta tuvo tiempo sobrado para comprarse un equipo de hija de familia decente muy discreto, te avisaré con media hora, ten todo preparado porque te avisaré con media hora, tan pronto como mi padre se vaya a Córdoba, no sé cuándo será porque viaja siempre de improviso, descuida, yo estaré preparada, Marta va casi sin pintar y representa su papel de recién casada con mucha naturalidad y aplomo, a lo mejor tiene vocación de casada o de actriz dramática y no lo sabe, a veces pasa, Marta en este trance honesto y bienaventurado es María del Pilar Romero López, eso es lo que dice su cédula, natural de Madrid, provincia de ídem, nacida el 10 de setiembre de 1917, hija de Ildefonso y de María del Pilar, de estado soltera (en el papel que le dieron en el juzgado se subsana esto), de profesión sus labores, con domicilio en Madrid, calle de Príncipe de Vergara 68, Marta cuando se pone en camino ignora dos cosas, la muerte del teniente y la relación que N. II puede tener con la muerte del teniente ni con la de nadie, de noche se viaja bien y con calma, la carretera da gusto de noche, el joven matrimonio va a dormir a Olmedo, cerca de Valladolid, N. II aquella noche está amoroso como nunca. Don Gerardo Sanemeterio invita a Ginesa la Murcianita y al cerillero Senén a cenar y después los lleva a La Cigale Parisién, el antiguo Maipú Pigalls, a que echen un par de bailes y se solacen, nada de apretar a la Ginesa ¿te enteras?, hoy ya tienes bastante con cenar de lujo, tú la bailas para que se le bajen las mollejas y en cuanto te haga una seña te largas y santas pascuas, ¿te enteras?, sí señor sí que me entero, bien, ¿qué se dice?, agradecido, don Gerardo, que Dios se lo pague, bien, y nada de apretar a la Ginesa ¿me oyes?, sí señor sí que le oigo, Senén va hecho un paquete con su traje marrón de los domingos y una corbata a franjas amarillas y verdes que le regaló don Gerardo, ¿puedo pedir más mollejas?, sí, tú pide lo que quieras, un día es un día, en casa Eladio ponen muy bien las mollejas y Ginesa la Murcianita se puso a reventar de mollejas, ¡qué tía, qué forma de engullir mollejas!, don Gerardo come besugo y pierna de cordero y Senén pescadilla (de besugo ya no quedaba más que una ración) y también pierna de cordero. En la Cigale trabaja Bella Turquesa, canzonetista frívola de fama internacional, que es prima de la Murcianita, ¿y tú por aquí?, pues ya ves, con este señor y este amiguete, ¡vaya, me alegro!, el número bomba de Bella Turquesa se titula El salto de cama y levanta rugidos entre los asistentes, la letra empieza diciendo ¡pero qué bonita estás con ese salto de cama! ¡más hermosa, mucho más, que cuando llevas pijama! A Miguel Mercader no le van bien las cosas, anoche lo echaron de casa de doña Valentina por no comportarse con la debida corrección, eso es lo que dice doña Valentina, y esta tarde poco antes de la hora de cenar, serían como las nueve y media o diez menos cuarto, le partieron la cabeza en el tumulto que se organizó en la plaza de Santa Ana y lo que es peor sin comerlo ni beberlo, a mí me gustaría saber quién me dio para apuntarme en los otros, ¡a esto no hay derecho!, yo iba tranquilamente por la calle cuando se encontraron dos grupitos, se liaron a golpes, y a mí, que se conoce que me quedé en medio, me brearon, ¡qué tíos, qué forma de tirar coces!, lo que me gustaría es saber quién me dio para apuntarme en los otros, a Miguel Mercader cuando lo llevan al equipo quirúrgico no le hacen ni caso, hay mucho revuelo y mucho entrar y salir de guardias y de paisanos y no le hacen ni caso, la gente está nerviosa y aquello es un guirigay en el que nadie se entiende, Miguel Mercader sentado en un banco procura sujetarse la sangre con un pañuelo, soy periodista del Heraldo ¿puede usted decirme cómo fue el atentado?, ¿atentado?, pues sí atentado, ¿cómo quiere usted llamarle?, bueno, bueno… pues verá usted, yo iba tranquilamente por la calle cuando se encontraron dos grupitos… ¿dos grupitos?, sí señor dos grupitos como de diez o doce personas cada uno, bien, siga, pues eso yo iba tranquilamente por la calle cuando se encontraron dos grupitos, se liaron a golpes y a mí que se conoce que me quedé en medio, me brearon, ¡qué tíos, qué forma de tirar coces!, pero bueno vamos a ver, ¿usted oyó los disparos?, ¿qué disparos?, hombre, no sé, ¡supongo que no serían los de la guerra de Manila!, pues no señor, yo no oí ningún disparo, allí no hubo más que golpes eso sí muchos golpes, pero bueno, dígame una cosa, ¿dónde fue el suceso?, pues en la plaza de Santa Ana ¿no le digo?, ¿dónde quería usted que fuese?, el redactor del Heraldo vuelve la espalda a Miguel Mercader, ¿hay quien lo entienda?, las cosas no son de entender son de creer y cuando uno tiene la cabeza abierta y se sujeta la sangre con un pañuelo cree en casi todo otro periodista habla con otro herido, con el señor Fernán Cruz o Fernández Cruz, no consta el nombre y el apellido está medio confuso, soy de La Voz, ¿qué puede usted decirnos del atentado? pues verá, serían las nueve de la noche, eso, las nueve o las nueve y diez de la noche cuando subí en la glorieta de Bilbao a un 18, Obelisco-Sol, que por cierto tardó bastante en llegar a Fuencarral esquina a Augusto Figueroa, tardó un horror, y allí fui y me apeé, al pasar junto a la capilla me descubrí, yo tengo por costumbre descubrirme cuando paso ante una iglesia, y me quedé mirando fijamente a un viejo cuya actitud me extrañó porque estaba de rodillas en medio de la calle santiguándose y haciendo unos gestos muy grotescos y exagerados, a lo mejor es que no iba bien de la cabeza, ¿me da usted fuego por favor?, sí, muchas gracias, pues eso, al entrar en Augusto Figueroa según se vuelve la esquina de la capilla vi venir a un teniente de guardias de asalto, joven, con gafas y bigotito, que cruzaba la calle, no había llegado al medio de la calle cuando se le echaron encima cuatro o cinco individuos, no puedo determinar el número exactamente, y uno gritó, ¡ése es, ése es, tírale!, entonces se produjo un terrible tiroteo, zas, zas, balas por todas partes, y el teniente dando traspiés se me cayó encima y me derribó también, yo me hice una herida en el codo, ahora me la han curado, quise levantarme y al notar que había perdido las gafas las busqué y encontré unas mismo junto al cadáver, bueno, el agonizante, me las puse ¡y menudo susto!, ¡no veía!, yo pensé que estaba mareado de la impresión pero no lo que pasaba es que las gafas no eran mías, eran del teniente, un transeúnte me dio otras gafas y ésas sí que eran las mías, me las puse y entonces se me acercó un joven, don Félix Terán, también herido y entre los dos metimos a la víctima en un auto que por allí pasaba y lo trajimos al equipo quirúrgico, ¿me da usted fuego?, se me ha apagado el pitillo no puedo recordar el aspecto de los agresores, si iban bien vestidos o mal, si eran jóvenes o viejos, estaba muy nervioso y fue todo muy rápido, y lo siento con toda mi alma porque esto de matar a la gente por la calle es una verdadera iniquidad, ¡esta visión no se borrará fácilmente de mi memoria!, el redactor de La Voz se guarda las cuartillas en el bolsillo y sale disparado, en el equipo quirúrgico atienden a un cuarto herido, José Luis Álvarez, de dieciocho años de edad, con domicilio en Malasaña 29, dependiente de farmacia, que presenta una herida de arma de fuego en la cara posterior del muslo izquierdo, con fractura conminuta del fémur, sin orificio de salida, pronóstico grave, a Miguel Mercader le lavan la herida con un desinfectante le dan tres puntos de sutura y le ponen una venda todo alrededor, usted libró con suerte, pues sí a lo que veo sí, el teniente murió por el camino, llegó muerto al equipo quirúrgico, sus últimas palabras se las dijo a Fernández Cruz y a Terán mientras iba en el automóvil, llévenme a casa con mi mujer, el teniente Castillo se había casado hace un mes, los doctores Moreno Butragueño y Tamames se lo encontraron ya muerto, el cuerpo del teniente Castillo presentaba una herida de arma de fuego con orificio de entrada por la cara posterior del brazo izquierdo, tercio inferior, y salida por la cara anterior, con fractura conminuta del húmero, y otra, también de arma de fuego, con entrada por el quinto espacio intercostal y sin orificio de salida, mortal de necesidad, mientras los médicos reconocían el cadáver se presentaron en el equipo quirúrgico el director general de Seguridad señor Alonso Mallol, el coronel Sánchez Plaza jefe de las fuerzas de asalto, el comisario de policía don Antonio Lino y numerosos compañeros del infortunado oficial, tú te encontraste con Miguel Mercader en la calle de Preciados, ¿qué te pasa?, nada, que me brearon a golpes, ¿no lo ves?, pero ¿te has metido en algún lío?, no, yo no, me metieron, que no es lo mismo, yo iba tranquilamente por la calle por la plaza de Santa Ana sin meterme con nadie cuando se encontraron dos grupitos, se liaron a golpes, y a mí que se conoce que me quedé en medio, me brearon, ya lo ves, me han cosido en el equipo quirúrgico, ¡menudo revuelo hay en el equipo quirúrgico!, mataron a un teniente de guardias de asalto e hirieron de paso a media docena de transeúntes, ¿en la plaza de Santa Ana?, no por lo visto fue en la calle de Fuencarral, ¡ya estamos como en México!, no, estamos peor, estamos como en Chicago, ¡qué barbaridad!, en fin, te invito a un coñac para que se te pase el susto, en el fondo tuviste suerte, ¡hombre según como se mire!, ¡más suerte tuviste tú!, sí, eso también es verdad, Miguel Mercader y tú os metéis en el café de Levante, ahí al lado mataron a tiros a don José Canalejas, bueno no habíamos nacido ni tú ni yo, la gente os mira pero no demasiado tú pensabas que os mirarían más, ¿y Toisha?, bien, acabo de dejarla en su casa, ¿sigue tan guapa como siempre?, pues sí, eso no se le quita en un día. Las tísicas los domingos golfean por libre, las tísicas son muy independientes y no quieren atarse a nadie a lo mejor hacen bien. Esta temporada estoy gafado, ¡hay que joderse, qué temporadita llevo!, ¿qué va a ser?, dos coñacs, ¡marchen dos gran reserva!, los camareros llaman gran reserva al coñac de barril, ayer me echaron a patadas de una casa de putas, ¡coño!, ¿de cuál?, de la de doña Valentina, esta mañana mi padre me armó una bronca porque dice que soy un vago que no cojo un libro, ¿cómo lo sabe, si no hemos llegado a septiembre?, y no me dio ni una peseta, mi madre sí, mi madre me dio un duro, esta tarde que pensaba haber llevado a bailar a las tísicas, no las encontré, y esta noche cuando iba a cenar, me descalabran, ¡tú dirás! Las tísicas ya están de vuelta en su casa, estuvieron en el Forteen y lo pasaron bien tomando medias combinaciones y aceitunas rellenas y dejándose meter mano por sus galanteadores, Paquito y Alfonso, dos chicos de Salamanca que están pasando unos días en Madrid. Don Máximo invita a cenar cada día de la semana a una puta distinta menos los viernes que no sale a la calle y que está a frutas y verduras, don Máximo, que es muy ordenado, tiene una puta para cada día, total seis, y a la semana siguiente vuelve a empezar la cuenta con toda puntualidad, don Máximo suele llevarlas a cenar a Riesgo o a la cuesta de las Perdices según sea invierno o verano y les regala bombones y tofes y hasta pares de medias, don Máximo se acuesta con las mujeres de su harén tres veces a la semana, los martes con la Rafaela y los jueves con la Angelines, que son sus dos favoritas, y otro día por lo común rotativo con la que toque, don Máximo se ocupe o no se ocupe es siempre generoso con las mujeres, don Máximo es todo un caballero, galante, bien educado y dadivoso, ¡así da gusto!, en la agenda de don Máximo el domingo está asignado a la señorita Dulce, pupila de la Milagritos, don Máximo y Dulce están cenando en un reservado de casa Mariano en la carretera de La Coruña, Dulce es rubia platino y lleva la boca pintada en forma de corazón, Dulce va lujosamente vestida, con un traje de seda color rojo oscuro bastante escotado y sin mangas, y una capita de piel muy aparente. Hacia las once de la noche y por orden del señor Alonso Mallol el cadáver del teniente Castillo fue trasladado a la dirección general de Seguridad. Ya no es como antes, Máximo, estás muy cambiado, ya no me quieres, no seas bobita, ¡qué cosas tienes!, ¿por qué no he de quererte?, ¡yo qué sé!, ¡hace ya lo menos dos meses que no me llevas a la cama!, bueno mujer, ¡piensa que ya no soy un muchacho!, no un muchacho no pero estás muy fuerte, gracias, y cada día más guapo, gracias, ¿qué tendrán la Rafaela y la Angelines que no pueda yo darte?, no será amor, ¡te lo juro!, ¡ninguna te quiere más que yo, amor mío!, sí hija sí ya lo sé… ¡no me llames hija!, bueno mujer, es la costumbre. El cadáver del teniente Castillo, en un ataúd de caoba, fue colocado en el salón rojo, su guerrera quedó expuesta en el despacho del teniente coronel. Don Máximo al regreso a Madrid se acuesta con Dulce, bien mirado la chica es mona, tan mona como cualquiera, eso es cierto, y fina, más fina que ninguna, eso también es verdad, don Máximo llega de vuelta a su casa después de las dos, sobre la almohada encuentra un papel que le ha dejado la criada, don Diego que le llame usted por teléfono a la hora que sea, ¿qué pasará? Dulce, en casa de la Milagritos, está acostada con N. I., ¿qué te pasa?, te veo como nervioso, ¿has bebido?, no, bueno sí, lo corriente, Perico está ya en Toledo, en casa de sus padres, Perico hizo el viaje en moto, tiene una indian grande que corre como un rayo, N. I. siente como si del paladar se le desprendiese una moneda oxidada y da gatillazo por vez primera en su vida, Dulce habla mientras se peina ante el espejo, no seas bobo eso le pasa al más pintado, ¡si yo te contase!, se conoce que estás medio bebido para mí que estás medio bebido, duerme un poco ya te vendrá cuando te despiertes, Dulce apaga la luz y N. I. se queda dormido como una piedra, con las rodillas dobladas las manos entre las ingles la barbilla apoyada contra el pecho y todo el cuerpo muy encogido, usted no pudo soñar jamás con tantas facilidades para hacer buenas fotografías, para todas las edades, para todos los gustos, hay una gama completa de Kodaks perfeccionados desde 50 pts., y Brownies para niños desde 12,90 pts., la ilustración del anuncio representa a una familia muy sonriente mirando fotos, el pie dice, ¡qué bien está en ésta Pepito! Nadie sabe qué es mejor si recordar u olvidar, el recuerdo es con frecuencia triste y el olvido en cambio suele ser muy compensador y cicatrizante, aleja los malos pensamientos, a Magdalena, aquella mujer que olía peor que ninguna, ya no tendrás que matarla, ya está muerta, la verdad es que no se ha perdido demasiado pero ¡qué quieres!, también da lástima, lo cierto es que la pobre iba para muerta, a los que van para muertos no los salva ni la paz ni la caridad están predestinados y no pueden escapar a su suerte aunque se escondan debajo de las piedras, a Magdalena Inmaculada Múgica la mató el metro en la estación de Manuel Becerra, nadie sabe bien cómo fue se conoce que la empujaron sin querer o a lo mejor queriendo, por broma, pero el caso es que se cayó entre dos vagones y las ruedas le pasaron por encima de la cabeza y se la dejaron como una oblea sangrienta, con los sesos esparcidos por la vía y un ojo lo menos a cinco metros no debió ni enterarse, ¡pobre Magdalena apestosa, Magdalena hedionda, con tu olor a sebo y a aceite frito, qué muerte más ruin fuiste a tener!, ya nadie podrá desearte la muerte, Magdalena, descansa en paz, y tú cobarde que no descansas ni en paz ni en guerra, mírate al espejo aunque sea con la frente humillada y sonríe como una liebre mientras piensas en las tetas de las tísicas o en el glorioso desnudo de Toisha, esa mujer que no te mereces ni desnuda ni vestida, anda, di, ¿por qué no vas al depósito de cadáveres a llevarle unas flores a Magdalena y de paso a robarle las bragas o el sostén o cualquier otra prenda interior?, será la última ocasión que se te presente y además en el cementerio los robos son siempre más difíciles, tú que haces tímidamente casi todos los pecados no sueles creer en la existencia de los grandes pecados que no haces, ése es tu más claro signo de debilidad, anda, di, ¿por qué no vas al depósito de cadáveres a rezarle un padrenuestro a Magdalena y a olerla por última vez?, no, tú métete en la cama en casa de tus padres y duerme tranquilo o intranquilo pero al menos cómodo, aleja los malos pensamientos, Magdalena ya no olerá mal jamás para ti, Magdalena Inmaculada Múgica está muerta, la mató el metro en la estación de Manuel Becerra ya sabes, las putas y tú tenéis tema de conversación para un par de semanas. Don Máximo no llama a don Diego, es ya demasiado tarde y además don Diego está en Valencia, ahora lo recuerda, esta criada confunde siempre los recados, don Máximo toma bicarbonato, mea, se lava los dientes, se acuesta y no se entera de la muerte del teniente Castillo hasta el lunes por la mañana, al tiempo de otras muertes, el subsecretario de Gobernación señor Ossorio y Tafall recibe de madrugada a los periodistas a quienes informa del suceso, Miguel Mercader se va a dormir a su casa, está molido, le duele la cabeza y su madre se levanta y le da una aspirina y un café con leche, su padre se levanta también, ¿cuándo dejarás de meterte en berenjenales?, el horno no está para bollos hijo, el peor día te matan, Miguel Mercader ni intenta argumentar que le partieron la cabeza sin comerlo ni beberlo, que le partieron la cabeza igual que pudo haberle atropellado un taxi. El cerillero Senén en cuanto don Gerardo le hace una seña se despide y se larga dejándolo con la Murcianita, como ha cenado bien está contento y se va a dar una vuelta hasta la plaza de España ¡esto es vida!, ¡joder si es vida!, Senén, eres un mierda pero hoy has cenado como un duque, si los curas y frailes supieran la paliza que les van a dar subirían al coro cantando, ¡libertad, libertad, libertad!, el cerillero Senén suele expresar su alegría entonando el himno de Riego y pegando patadas a los faroles, ¿sabéis por qué toca tanto la banda municipal?, ¿sabéis por qué toca tanto?, ¡porque tiene que tocar!, Senén va radiante, se siente el hombre más feliz del mundo, ¡el corderito estaba de cojón de pato! ¡este don Gerardo es el mismo demonio!, ¡mira que invitarme a cenar para que le baile a la Ginesa!, en La Cigale empiezan a apagar y a encender las luces para que la gente se vaya, a los camareros a última hora se les trasluce el cansancio y el mal humor, Bella Turquesa está enchulada con el encargado, Gabriel Seseña que fue banderillero en la cuadrilla de Nicanor Villalta y que tuvo que dejar el oficio porque le salió una hernia, Gabriel Seseña es muy déspota con todos y a poco que pueda les regatea el jornal y no les paga o les paga menos de lo que debe, una noche le van a dar un pinchazo, algún camarero ya lo pensó, Bella Turquesa tiene el vino amargo y enfermizo y lo peor es que bebe más de lo que aguanta, Bella Turquesa se alimenta de pernod y de neosalvarsán pero a pesar de sus tristezas y sus renunciaciones es de buen fondo, a su prima la Murcianita le sacó las castañas del fuego más de una vez, venga, ¡vámonos ya!, Bella Turquesa es muy sumisa, parece que se va a comer a la gente cruda pero es muy sumisa, ¿no esperas a cerrar?, no, ya cerrará el Matías, yo estoy como medio malo no sé lo que me pasa. Tú estás como Gabriel Seseña, tú tampoco sabes lo que te pasa, la ciudad es como los perros, da muchas vueltas sobre sí misma antes de dormirse, y también como las liebres, que se duermen con el ojo alerta por si hay que salir huyendo, tú a veces piensas que las ciudades pueden salir huyendo y borrarse, ¿dónde está la ciudad?, ¡cualquiera lo sabe!, ayer estaba aquí en este descampado, se conoce que salió huyendo, no hombre no, las ciudades no huyen, se queman, se pudren, se desbaratan, pero no huyen, las ciudades no pueden huir, ya lo hubieran hecho hace tiempo. Bella Turquesa tampoco puede huir, Bella Turquesa se quema, se pudre, se desbarata, pero no huye, su prima la Murcianita se lo dijo ya en más de una ocasión, Turquesa, ¿por qué no huyes sin dejar rastro?, es igual, Bella Turquesa sabe que no puede huir, ¿a dónde?, es muy fácil decirlo, ¿a ver, a dónde?, el mundo no es tan grande como la gente cree y además el mundo está lleno de cepos y de cazadores furtivos.