Arañas y mariposas 10

Se le declaró sin esperanzas, regalándole un anillo barato. Ella, inesperadamente, aceptó. Loco de entusiasmo, la besó por primera vez, percibiendo un sabor podrido y dulzón en la saliva. Pero era demasiado tarde. Horas más tarde fallecía con la sangre envenenada. Cuando despertó arrojó el anillo por la ventana y no volvió a verla.