Arañas y mariposas 5

Sin que le temblara la mano le tendió el correo. Su mujer dejó caer la carta y ahogó un sollozo. Durante toda la tarde lloró por su madre muerta. Cuando logró que se acostara para descansar un poco, él abrió el cajón y, sonriendo, se probó la corbata de luto que guardaba desde hacía tanto tiempo.