PALABRAS PRIMIGENIAS. ÓRFICAS

DAIMON, DEMON

Como el día que al mundo te vino a dar,

el sol a los planetas favorable inclinado,

enseguida has prosperado y más y más

según la ley por la que te has guiado,

así tienes que ser, a tí no puedes escapar

sibilas y profetas así han hablado;

y no hay tiempo ni poder que destroce

forma acuñada que viva se desarrolle.

TIXE, EL AZAR

Pero la rígida frontera evita afable

algo que va contigo y alrededor tuya,

tú no estás solo, te formas sociable,

y actúas, sí, así como otro actúa:

la vida, a veces vana, a veces agradable

es cosa fútil y fútilmente se cruza.

Ya el círculo de años cerróse enseguida,

la lámpara mantiene la llama encendida.

EROS, AMOR

¡No queda sin venir!—. Desde el cielo desciende,

adonde el viejo tedio huir le hiciera,

sobre aéreas plumas en vilo se cierne,

sobre frente y pecho en día de primavera,

parece ahora volar y de volar se vuelve,

dicha en dolor que tanto endulza y tiembla.

Algún corazón se alza en lo universal

pero el más noble se da a lo singular.

ANANKE, DESTINO

Esto es de nuevo lo que las estrellas quisieron:

condición y ley y toda voluntad

es sólo un querer porque en verdad debemos

y ante la voluntad el capricho calla total;

Lo más querido el corazón censurar vemos,

al duro sino se adaptan capricho y voluntad.

Somos libres en apariencia: tras unos años,

más que al principio atados nos encontramos.

ELPIS, ESPERANZA

Mas de tales fronteras, de tales muros férreos

el más adverso portón es descerrajado,

él se mantiene sólo con aguante pétreo,

un ser se agita ligero e indomado:

de nublados, de niebla y aguaceros

nos levanta con ella, por ella alados.

La conocéis, vuela por todas los sitios,

un golpe de ala y tras nosotros siglos.

1817