PODEROSA SORPRESA

Un río recorre nuboso el rabión hondo

para al océano unirse acelerado,

sea lo que se refleje de fondo en fondo

hacia el valle avanza arrebatado.

Demoníaca se precipita de momento

—la siguen monte y bosque en torbellinos—

Oreas, para encontrar allí contento,

frena el correr, corta el amplio camino.

La onda salta, se retrae y retroestancada,

se hincha río arriba, bebiéndose en ello,

la tendencia hacia el padre es detenida.

Vacila y descansa, hacia el lago apresada;

los astros se reflejan, miran los destellos

de la ola en la roca, una nueva vida.

1807