Contento me encuentro ahora en clásico suelo entusiasmado,
más alto y animado me habla el mundo de antes y el presente.
Sigo el consejo, hojeo las obras de los clásicos
con mano diligente a diario con nuevo goce.
Pero todas las noches Amor me mantiene de otro modo ocupado,
si sólo a medias me enseñan, quedo sin embargo doblemente alegre.
¿Y acaso no aprendo, cuando del pecho suave las formas
observo, la mano desciende por las caderas?
Entonces comprendo yo el mármol, pienso y comparo,
veo con ojo sensible, siento con mano visible.
Me roba la amada entonces sin duda algunas horas del día,
horas de la noche me da en recompensa.
Si no se besa constante, razonablemente se conversa,
si le viene el sueño, tendido mucho imagino.
Ya muchas veces en sus brazos poemas he escrito
y el ritmo del hexámetro, bajito, con mano tecleante
sobre su espalda he contado, en dulce sueño respira
y su aliento me enciende hasta lo hondo del pecho.
Amor atiza la lámpara y piensa en los tiempos
en que él ha hecho el mismo servicio a sus triunviros.
1788