CANTO DE LOS ESPÍRITUS SOBRE LAS AGUAS

El alma del hombre

se asemeja al agua:

viene del cielo,

al cielo sube

y de nuevo tiene que

volver a la tierra

eternamente cambiando.

Salta de la alta

roca escarpada

el chorro puro,

se vaporiza suave

en ondas nubosas

hacia la roca lisa,

y fácilmente recibido

bulle celando,

susurrando

hacia los fondos.

Destácanse peñas

hacia el precipicio,

espumea despechado

escalonadamente

hasta el abismo.

En lecho llano

se arrastra hacia el valle verde,

y en el liso lago

apacientan sus rostros

las estrellas.

El viento es de la onda

encantador galán;

el viento mezcla a fondo

espumosas olas.

¡Alma del hombre,

cómo te asemejas al agua!

¡Destino del hombre,

cómo te asemejas al viento!

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