— No has sentido… —

No has sentido en la noche,

cuando reina la sombra

una voz apagada que canta

y una inmensa tristeza que llora?

¿No sentiste en tu oído de virgen

las silentes y trágicas notas

que mis dedos de muerto arrancaban

a la lira rota?

¿No sentiste una lágrima mía

deslizarse en tu boca,

ni sentiste mi mano de nieve

estrechar a la tuya de rosa?

¿No viste entre sueños

por el aire vagar una sombra,

ni sintieron tus labios un beso

que estalló misterioso en la alcoba?

Pues yo juro por ti, vida mía,

que te vi entre mis brazos, miedosa;

que sentí tu aliento de jazmín y nardo

y tu boca pegada a mi boca.