Siempre he contemplado con desconfianza la seguridad con que actúan los críticos y hacen la crítica de la época y de la cultura, y en el fondo nunca me he permitido hacer verdadera crítica en público. Quizás un instinto de economía síquica me aconsejó no excederme demasiado en exteriorizaciones puramente intelectuales para no secar el suelo sobre el que crece la literatura.

(Hermann Hesse, 1929, en una carta a Hugo Ball)