Henrik Ibsen
1828-1906

Precisamente Ibsen, el autor dramático más profundo de nuestro tiempo, se merece que sus obras no sólo sean escuchadas, sino también leídas. Sólo entonces se reconoce a este escritor solitario, orgulloso, que sufre con la implacable autocontemplación del hombre de conciencia, y se siente plenamente la gran seriedad de su personalidad. No es siempre una alegría leerlo, pero tampoco fue siempre para él una alegría escribir, y a menudo lo hizo con sufrimientos que ocultaba detrás de la correcta superficie de su vida y también de muchas de sus cartas. Su rigor estaba dirigido sobre todo contra sí mismo. Sólo cuando reconocemos eso del todo conocemos a Ibsen.

(1907)