Nikolaus Lenau
1802-1850

¡Ojalá no le faltasen a este poeta los lectores! A primera vista nuestra época parece ser ajena y hostil a estos maravillosos poemas llenos de pasión y melancolía. Pero la generación que ha descubierto a Büchner y que ha vuelto a entusiasmarse por Hölderlin, tenía que tener también oídos para Lenau. Éste no es solamente el cantor sombrío de melancolía incurable, el neurótico que choca y fracasa por todas partes. Es además un poeta, uno de los grandes, y como tal ha probado su elegante originalidad, su maestría inigualable casi en cada línea. Su lenguaje es más apasionado, sensual y ardiente que el de ningún otro lírico alemán y la música de sus versos tiene una plenitud melódica a menudo afín a la del joven Goethe. Entre los músicos actuales hay uno, uno sólo que ha cumplido plenamente con el sonido peculiar del verso de Lenau: Othmar Schoeck. En su adaptación musical de los «Drei Zigeuner» («Tres gitanos») y en las maravillosas canciones de Lenau en su «Elegie» ha demostrado que esta poesía apasionada y melancólica ejerce aún sobre los espíritus de nuestro tiempo toda su fascinación.

(1923)