Han sido publicados en dos volúmenes los poco conocidos discursos de banquetes y los tratados menores de Plutarco, en la vieja traducción de Kaltwasser que se lee bien y con gusto. Y con curioso placer paseamos por los jardines de este mundo intelectual antiguo y refinado y sociable, a veces asombrados ante temas abstrusos y demostraciones sofistas, sorprendidos a veces por la agudeza de pequeñas observaciones aisladas. La lógica soberana de la escuela aristotélica y la ingenua escolástica de una venerable fe en la autoridad resultan a menudo un poco cómicas, pero a nosotros hombres literarios nos debe alegrar la vivacidad y la frescura comunicativa de estos libros, cuya sabiduría hemos superado sin poder sentirnos del todo contentos porque en otros aspectos nos hemos empobrecido tanto.
(1915)