«Des Knaben Wunderhorn»
(«El cuerno encantado del muchacho»)
«Des Knaben Wunderhorn», la colección más popular e influyente de canciones populares alemanas que se haya hecho nunca, ha cumplido unos cien años. La famosa recopilación se publicó como trabajo conjunto de los poetas Achim von Arnim y Clemens Brentano en tres volúmenes entre 1805 y 1808, y fue la primera recopilación importante de este tipo en Alemania; de los coleccionistas de canciones populares anteriores nos interesa sólo Herder, cuyos «Volkslieder» habían sido publicados en 1778/79, pero en su mayor parte contenían transcripciones de canciones populares extranjeras.
El estudio entusiasta de los monumentos del pasado alemán se había convertido desde Herder y desde los estudios de Estrasburgo de Goethe en un elemento cultural del que se declaraban partidarios con apasionada conciencia los poetas del joven romanticismo. Así como Arnim y Brentano rastrearon las canciones populares, Tieck estudió los antiguos cuentos populares alemanes y los hermanos Grimm coleccionaron con científica concentración sus leyendas y cuentos. El «Wunderhorn» y la colección de cuentos de los hermanos Grimm son los resultados más significativos de este interés por el pasado y el alma popular alemanes. Los frutos indirectos no son menos valiosos, son incluso inconmensurables, pues en aquel nuevo interés despertado por el espíritu del medievo alemán están las raíces de las más bellas obras literarias alemanas de aquella época, desde el «Fausto» de Goethe, hasta las canciones de Uhland y Eichendorff.
El «Wunderhorn» no puede ser hoy lo que fue para la época de hace cien años. El trabajo de los dos jóvenes editores se basaba en entusiasmo y auténtica entrega, pero la redacción de los textos y la selección de las canciones dejaba mucho que desear. Especialmente Arnim no trabajaba con suficiente rigor. Desde entonces se han publicado numerosas colecciones valiosas basadas en un trabajo científico, en primer lugar la gran antología de canciones populares de Uhland, luego los libros importantes de Böhme, Liliencron, Schade y muchos otros. Pero sigue faltando una selección realmente popular del mejor patrimonio lírico del pueblo, un «Wunderhorn» moderno con la frescura del antiguo, pero con textos verdaderamente irreprochables y una selección rigurosa. Hace algunos años se publicó en Berlín el «Lindenbaum» («El tilo»), el libro mejor trabajado de este género. Una selección de canciones populares más amplia, realizada según los principios estrictos del «Lindenbaum» no existe todavía. Numerosos intentos de este tipo se han hecho de una manera más o menos diletante.
Así que el «Wunderhorn» sigue siendo indispensable y no ha sido sustituido por nada. Aunque muchos de sus textos están deformados, aunque de muchos hemos conocido versiones más antiguas, más puras y bellas, el libro como conjunto sigue lleno de vida[11].
(1913)
Espero no tener que decir nada sobre la propia obra a los lectores. Se trata sin duda de uno de los libros más bellos que existen en lengua alemana, y cuanto más se ha interesado la ciencia desde entonces por estas canciones populares, publicando ediciones y antologías más perfectas, más tranquilamente podemos disfrutar no sólo de las canciones, sino también de los magníficos autores Arnim y Brentano, que con tanta frescura y entusiasmo se pusieron manos a la obra, que vivieron la pasión y la picardía, que intervinieron en la redacción de las canciones y que completaron audazmente lo que no comprendían o lo que les parecía incompleto. La juventud sopla por todo este libro maravilloso encabezado a caballo por el ligero muchacho con su cuernecito; todo parece brotar y germinar y nos parece oír a los dos jóvenes autores reírse y cantar en su alegría de descubridores.
(1909)