«Jung-Stillings Jugend»
(«La juventud del joven Stilling»)
… Sin embargo, este librito no necesita la encuadernación, la impresión antigua ni el grabado de Chodowiecki, con todo lo encantadores que son, para merecer de nuevo una cordial recomendación. Aparte de las primeras obras de Goethe no se escribió en aquel tiempo, en toda Alemania algo más sinceramente cálido, más espontáneamente personal. La gracia entrañable y al mismo tiempo la claridad fiel, nada afectada de esta historia de juventud, causará siempre alegría y despertará admiración.
Las últimas partes de la autobiografía de Stilling muestran parcialmente a otro hombre distinto al de este comienzo floreciente, y desde el punto de vista artístico, el autor no volvió a escribir algo equiparable a esta joyita. De todos modos hay aún muchos que se interesan por Stilling como por una de las personalidades religiosas más singulares de la época de y posterior a Lavater. A éstos alegrará que haya sido publicada una selección de cartas de Stilling. El libro es sin duda la publicación más interesante y característica de Stilling, y contiene muchos elementos originales y vivos, y también muchas aportaciones a la historia del alma de aquel extraño tiempo cuyos profetas nos parecen hoy algo grandilocuentes pero no totalmente anticuados. Y siempre nos llena de asombro que se escribiesen tantas cartas largas y concienzudas entonces, cuando no existía aún el «muy señor mío» y la depurada ortografía oficial.
(1907)