Laurence Sterne
1713-1768

«The sentimental journey»
(«El viaje sentimental»)

Aun cuando el bueno de Yorick es extremadamente sensible y vierte más lágrimas de emoción que las que vertería un viajero sentimental actual en un viaje alrededor del mundo, en Versalles lo consideraron el bufón oficial del rey de Inglaterra; y aunque su viaje a través de Francia e Italia termina ya mucho antes de Turín, este fragmento basta para mostrarnos lo poco que importan en tales viajes sentimentales el país y la gente, y los nombres de ciudades desconocidas, pues los viajeros sensibles viven siempre sólo el propio corazón insensato y delicado, tanto al llorar por pobres mendigos o enfermos como al disfrutar pequeñas aventuras eróticas.

(1909)

Una y otra vez surge este libro, que desde Lessing y Goethe ha gustado tanto en Alemania, este librito, querido, divertido, melancólico, benévolo, caprichoso, encantador del extraño inglés que sigue perteneciendo a los seres indestructibles.

¿Por qué escribiría el cura inglés este librito? Sin duda por su propio gusto, por el gusto de un hombre silencioso, algo solitario y peculiar. Pero Yorick no dice eso; dice más bien: «Mi intención era enseñaros a amar aún más el mundo y vuestro prójimo», y resulta que también eso es cierto.

(1922)