Martín Lutero
1483-1546

«Sermones»

Hace poco leí algunos sermones de Martín Lutero y de nuevo me sentí fascinado y cautivado por el ímpetu de esta naturaleza, por el valor de Lutero, por su agresividad, por su vitalidad exuberante y fresca. Y de nuevo me sentí también sorprendido por lo contrario, por el recuerdo de la política de Lutero, por su rechazo de los impulsos fuertes y entrañables de su juventud, el legado fatal que las Iglesias protestantes actuales no logran liquidar, y entonces en su fuerza y su debilidad, en lo bueno y en lo malo, Lutero me pareció ser la imagen original del espíritu alemán, de la genialidad, del desgarramiento y las inhibiciones alemanes.

(1925)