«Kleiner Erdenwurm»
(«Pequeño gusano»)
Desde hace diez años la literatura alemana tiene de nuevo un humorista, no un autor de chistes, sino un humorista verdaderamente alemán romántico, con la lágrima risueña como divisa, se llama Ernst Penzoldt. Ha escrito la «Powenzbande» («La banda de Powenz»), una historia encantadora llena de buen humor, y sobre todo «Armer Chatterton» («Pobre Chatterton»). Quisiera recomendar aquí de nuevo ambas obras pues la literatura alemana de hoy no es tan rica como para que puedan olvidarse tales cosas.
«Kleiner Erdenwurm», el nuevo libro de Penzoldt, cuenta de una manera romántica y pícaramente fanfarrona, con leves reminiscencias del «Schelmuffsky» de Reuter, la juventud de un joven alemán de mucho talento que no se adapta del todo al mundo normalizado, un soñador que en algunos rasgos se parece mucho a un autorretrato del autor. Este humorista no es de los que ríen ruidosamente sus propias gracias, es más bien un ser tímido, temeroso, que no confía demasiado en sí mismo, cargado además con la sicosis de intimidación que ha dejado la guerra precisamente en el soldado joven fantasioso. A partir del mundo de imaginación, sueño y fantasmas de su juventud ha construido una narración ligera; hace uso del derecho de los Schelmuffsky de torcer la realidad, rehuye los problemas evadiéndose hacia lo fantástico, pero lo hace con mucha gracia, de una manera melodiosa, fascinante. Esta obra no tiene nada que ver con los programas actuales, tampoco con los literarios, y probablemente los que juegan ahora en la Alemania literaria el papel de líderes no sabrán qué hacer con los valores de esta «historia romántica», ni siquiera la verán. «Kleiner Erdenwurm» es un libro simpático, encantadoramente anacrónico.
(1934)