Eduard Von Keyserling
1855-1918

«Bunte Herzen»
(«Corazones de colores»)

Sólo son dos historias, por desgracia sólo dos, la primera más rica como cuadro, la segunda más entrañable y profunda en los sentimientos, y ambas contadas con la maestría callada, humilde, conmovedora de este narrador cuidadoso y noble. En su última obra, la novela «Dumala», Keyserling ha intentado escribir una auténtica novela, con «acción» y emoción, y ha resultado un libro bueno e interesante. Pero estas dos novelas cortas nos muestran de nuevo al viejo Keyserling que no necesita «temas» y apenas una acción, que sabe describir una tarde de verano de tal manera que su fuego y su ocaso nos dan toda la sensación de la vida. Quizás le falte lo que suele llamarse fuerza, pero no es despreocupado ni campechano. Tiene la fuerza tranquila de un sentimiento fiel, profundo, implacable al que se somete su inteligencia aguda y fría con tendencia al escepticismo. Tiene lo que en realidad no tienen nunca los novelistas populares y de éxito, no sólo el sentido del gesto humano, sino también el sentido sutil del ademán de las cosas inanimadas, de lo especial de un aroma de una mañana, de un macizo de flores al sol. Por eso en sus libros, como en los de todo poeta verdadero, los hombres y su entorno se funden con la más sencilla naturalidad, en lugar de moverse en él, como sucede en los «novelistas», como entre decorados.

(1909)