Domingo, día 7
SEMANA 43
RELIGIÓN
Las revelaciones más importantes de Buda fueron las cuatro nobles verdades. Fueron las primeras enseñanzas que transmitió a sus compañeros monjes tras su iluminación.
La primera verdad afirma que en el mundo existe el sufrimiento, a pesar de que, de niño, Gautama viviera una existencia cómoda, totalmente ajena a las privaciones. La segunda sostiene que ese sufrimiento tiene una causa, el deseo. Según la tercera verdad, existe un estado, el nirvana, en el que no existe el sufrimiento; la forma de alcanzar dicho estado es eliminar el deseo. La cuarta y última verdad reza que existe un camino que va desde el deseo hasta el nirvana; a este camino se lo conoce como el noble sendero óctuple.
El noble sendero óctuple consiste en una serie de normas que deben seguirse si se quiere alcanzar el nirvana y la iluminación:
Comprensión justa: conocer las cuatro nobles verdades y mantenerse ajeno a los prejuicios y a los engaños.
Pensamiento justo: evitar los deseos maliciosos.
Palabra justa: no mentir.
Acción justa: comportarse de forma pacífica y, por ejemplo, no robar ni matar.
Medios de existencia justos: ganarse el pan de forma honrada.
Esfuerzo justo: superar la ignorancia de los demás y nuestros propios deseos sin cejar en nuestro empeño.
Recta atención: estar atentos a nuestros sentimientos y a nuestro estado emocional.
Concentración justa: centrarnos en la parte de Buda que existe en todos los seres.
Las cuatro nobles verdades y el noble sendero óctuple constituyen los pilares de las enseñanzas de Buda. Podría decirse que las verdades componen el sistema básico de valores, mientras que el sendero es una guía para poner en práctica esa fe.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. Buda elaboró una doctrina y una disciplina en la que no existen dioses a raíz de la enorme decepción que sufrió al darse cuenta de que las divinidades hindúes no eran capaces de acabar con el sufrimiento de la humanidad.
2. Aunque suele considerarse que Jesús fue el primero en subrayar la importancia de los pensamientos puros —en el sermón de la montaña declaró que pensar en asesinar a alguien es tan malo como asesinarlo—, lo cierto es que Buda hizo algo similar con su concepto de pensamiento justo 500 años antes.