Viernes, día 5
SEMANA 42
MÚSICA
Gustav Mahler (1860-1911) no fue reconocido de nuevo como un gran compositor hasta 40 años después de su muerte, pues su obra no interesó a los críticos ni al gran público hasta que la Segunda Guerra Mundial dejó tras de sí su estela de destrucción.
Nació en el seno de una familia desestructurada de Bohemia, y era el segundo de 14 hermanos. Su padre era un borracho agresivo, por lo que ya de niño Mahler buscaba refugio en la naturaleza, dando largos paseos por las colinas y los campos próximos a su casa. A los 15 años lo aceptaron en el Conservatorio de Viena, donde se obsesionó por la obra de Ludwig van Beethoven y Richard Wagner, llegando incluso a adoptar ciertas prácticas de este último como el vegetarianismo. Por desgracia, durante el resto de su vida fue acusado por algunos de ser un imitador de segunda de Wagner y otros compositores.
Algunos críticos consideraban las composiciones de Mahler como una extraña amalgama de distintas influencias: movimientos sinfónicos intensos al estilo de Brahms o Beethoven, obras corales zumbonas y preciosistas, y resonantes canciones folclóricas; y como ejemplo señalaban la Sinfonía n.º 9 (1909). Las técnicas de composición que utilizaba eran controvertidas en su época, e incluso lo acusaron de utilizar trucos de orquesta baratos para impresionar a los oyentes.
Sin embargo, Mahler fue una de las primeras superestrellas de la lección orquestal, y su talento fue crucial para devolver el honor y el respeto a esta profesión. En 1907 fue nombrado director de la Ópera Metropolitana de Nueva York y al año siguiente se puso al frente de la Filarmónica de esa ciudad. Las composiciones de Mahler se cubrieron de polvo tras su muerte, y sólo volvieron a ver la luz tras años de respaldo de otros directores de la talla de Bruno Walter, Otto Klemperer y Leonard Bernstein.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. Se casó con Alma Schindler, que probablemente fue de entre las esposas de figuras públicas la más conocida de principios del siglo XX. Tras el fallecimiento de Mahler, contrajo segundas nupcias con el arquitecto Walter Gropius y, posteriormente, con el escritor Franz Werfel.
2. Mahler tenía la superstición de que los compositores morían tras componer su novena sinfonía, tal y como le ocurrió a Beethoven. Para escapar de la maldición, compuso El canto de la tierra —una serie de canciones para tenor, soprano y orquesta— inmediatamente después de su octava sinfonía. Un año después escribió su novena sinfonía, pero su plan no dio resultado y falleció de una infección de garganta poco después.
3. Todas las orquestas que dirigió, incluida la Ópera de Viena y la Filarmónica de Nueva York, se hicieron famosas a escala internacional unos años después de su llegada.