Martes, día 2
SEMANA 23
LITERATURA
Por literatura poscolonial se conoce el conjunto de trabajos escritos por autores originarios de zonas que antiguamente fueron colonias, así como las obras sobre los pueblos originarios de esos mismos territorios. La mayor parte de esta literatura se ha escrito a partir de las décadas de 1950 y 1960, que es cuando las principales colonias europeas repartidas por África, Asia, América Latina y el Caribe lograron su independencia.
En la cúspide del colonialismo europeo, a finales del siglo XIX, los autores del viejo continente tendían a celebrar el dominio que sus países ejercían sobre el resto del mundo, encomiando la supuesta «carga del hombre blanco» de tener que civilizar a los que aún no lo estaban. El escritor británico Rudyard Kipling lideraba esta corriente de opinión a través de poemas y novelas a menudo abiertamente racistas. Sin embargo, paulatinamente, trabajos como El corazón de las tinieblas (1899), de Joseph Conrad, o Pasaje a la India (1924), de E. M. Forster, aportaron una visión más crítica sobre la participación europea en el colonialismo.
Una vez que la descolonización barrió toda Asia y África, al término de la Segunda Guerra Mundial, autores originarios de los países recientemente independizados empezaron a escribir sus propias crónicas sobre su identidad racial, étnica y nacional. Del mismo modo, analizaban las tensiones religiosas y políticas nacidas como consecuencia de las fronteras nacionales artificiales que los europeos impusieron sobre los pueblos nativos. Los críticos han resaltado que a menudo las obras del poscolonialismo giran en torno al concepto del otro, una idea que el teórico Edward Said elaboró con enorme éxito en Orientalismo (1978), su tratado insignia sobre cómo Occidente tiende a convertir a Oriente en exótico.
El poscolonialismo es un movimiento en auge, en el que se aunan muchos autores y regiones. Algunos de los trabajos de origen africano más destacables son Llanto por la tierra amada (1948), de Alan Patón, y Todo se desmorona (1958), de Chinua Achebe. En el entorno asiático cabe destacar El americano impasible (1955), de Graham Greene; Games at Twilight (1978), de Anita Desai, e Hijos de la medianoche (1981), de Salman Rushdie. Algunos de los trabajos más destacados de la región caribeña son Una casa para el señor Biswas (1961), de V. S. Naipaul; Ancho mar de los Sargazos (1966), de Jean Rhys, y Annie John (1985), de Jamaican Kincaid.
Desde finales de los años ochenta, ha tomado las riendas una nueva generación de escritores poscolonialistas que han aportado una nueva perspectiva a los mismos temas. Un número significativo de estas obras, entre las que se incluyen El buda de los suburbios (1990), de Hanif Kureishi, y Dientes blancos (2000), de Zadie Smith, giran en torno a inmigrantes que no tienen un origen occidental pero que viven en el Reino Unido o en Estados Unidos. Por regla general se puede decir que son más optimistas que sus predecesores, que se mostraban algo más angustiados. La nueva generación acepta su condición de inmigrante desarraigado como una realidad del mundo moderno y se adentra en sus aspectos positivos e incluso cómicos.