[1] Cabría ser más duro. La «monstruosa conjunción vasco-comunista» recorre como un hilo rojo los informes de Gomá y encuentra su más depurada plasmación en el enviado al secretario de Estado, cardenal Eugenio Pacelli (posterior Pio XII), el 25 de junio de 1937 que no tiene desperdicio (AG, doc. 6-163). <<
[2] Un primer borrador, lo redactó Juan Zaragüeta. Retomaba los tópicos de la época, incluido el de anticiparse a la «anunciada revolución marxista» (AG, doc. 4-75 y anexos). Un segundo borrador, más acerbo y demostrativo de la escalada propagandística, se encuentra en AG como anexo al doc. 5-112 y data de abril: no había habido una sublevación militar sino que era el pueblo entero el que se había alzado en armas, en lucha contra la anarquía, contra las potencias del mal desatadas, contra quienes llamando «rebeldes» a los sublevados se habían rebelado en realidad contra la democracia y la República. [Una manifestación de lo que más tarde sería principio inconmovible de la legislación de los vencedores y piedra esencial de su justificación, incluso en la actualidad.] Se denunciaba «la aberración de los vascos» y se ensalzaba la lucha «por la civilización cristiana». En sus comentarios, Gomá hizo uno (las cursivas son nuestras) que no nos resistimos a dejar de lado: «Los rojos matan por sistema. Nosotros matamos, a pesar de nuestros deseos contrarios, obligados por la justicia». <<
[3] Tal deseo lo reflejó Gomá como sigue: el escrito, «dirigido al Episcopado de todo el mundo, con ruego de que procure su reproducción en la prensa católica … [y que] pueda llegar a poner la verdad en su punto, haciendo a un mismo tiempo obra patriótica y de depuración histórica, que podría redundar en gran bien para la causa católica en todo el mundo» (las cursivas son nuestras). <<
[4] En una carta al obispo de Toledo del 8 de junio de 1937 indicó: «Nunca había sido mi máquina tan premiosa ni deslavazada: es que no se puede escribir pensando en qué dirán los demás» (AG, doc. 6-54). <<
[5] Nada de lo que antecede es óbice para que abunden los especialistas en martirología que pasan como sobre ascuas con respecto a estos orígenes próximos de la Carta. <<
[6] Referencia tomada, en marzo de 2008, de www.architoledo.org, «Memoria de los mártires y signo de reconciliación». Fueron pronunciadas con ocasión de la inauguración de una exposición dedicada a «Toledo, ciudad mártir 1936». <<
[7] El «empirismo» de los señores obispos nos induce a comparar sus afirmaciones con las que poco después hizo el general Franco a un periodista del Frankfurter Zeitung: «El apoyo moral (sic) ofrecido a la España nacional por Alemania e Italia surgió al darse cuenta de que esta guerra no sólo es por el nacionalismo español sino por la salvación de la civilización occidental cuyos mayores enemigos son los bolcheviques». El periodista añadió: «Eran los republicanos quienes habían concluido una alianza abierta con estos últimos, aunque fuesen los enemigos declarados de los principios liberal-democráticos que la República afirma mantener». Tomado del despacho de Sir George Ogilvie-Forbes, el diplomático que dio la primera noticia de los asesinatos de Paracuellos, y destinado entonces a la embajada en Berlín «The future of Spain», 29 de julio de 1937. TNA: FO 371/21343. <<
[8] A título de meros ejemplos mencionemos la obra muy reciente de Rincón Cruz y la más conocida de Cárcel Ortí. En contraposición quizá convenga traer a colación el amargo texto escrito por Azaña (pp. 251-256), tras una entrevista con un padre agustino en septiembre de 1937. <<
[9] El texto figura en AG, anexo 2 al doc. 6-242. Tales párrafos o parecidos los recoge sin matización alguna Cárcel, pp. 111s. <<
[10] En el sentido técnico que ha ejemplificado Raguer (2008, p. 22) de partidario «de un estado confesional que impusiera por la fuerza a todos sus súbditos la profesión y práctica de la religión católica y prohibiera cualquier otra». <<
[11] Álvarez Bolado (p. 504), de la Cierva (1996) y Vidal (2006b, p. 367) se limitan a señalar su existencia. Casanova da (pp. 72s) una breve referencia. Martín Rubio (pp. 87s) va más lejos y ofrece unos cortos párrafos pero no se molesta en analizar la significación de tan prometedora obra. <<
[12] El texto de El caso de España puede consultarse en AG, anexo al doc. 2-15. <<
[13] Algo que tuvo largos coletazos durante el franquismo y que se ha renovado en la actualidad. A título de ejemplo, mencionemos al posterior cardenal Enrique Pía y Deniel, primado de España, quien no tendría reparos en afirmar el 25 de julio de 1948, con ocasión de la tradicional ofrenda de España al Apóstol Santiago: «¡Grandes responsabilidades para todos los españoles de 1936! Se preparaba el asalto del comunismo a España…» (Ecclesia, 31 de julio de 1948, citado por José Manuel Alfonso Sánchez). Volvió al tema de la «Cruzada» en fecha tan avanzada como 1960 (Raguer, p. 108). Fue autor de la famosa pastoral Las dos ciudades, que se ha comentado mucho más que El caso de España. <<
[14] Como esta perspectiva de la Carta es incómoda hoy, no sorprende que se pase en general en silencio. Algo que no arredra a un autor como Martín Rubio que se basa en los relatos de Krivitsky, Jesús Hernández y Joaquín Arrarás. <<
[15] Ligeramente modificado de la cita que de él reproduce Raguer, p. 213. <<
[16] Telegrama del 2 de julio, «Views of Monsignor Pizzardo on Spain». TNA: FO 371/21330. También Prieto pensaba por aquella época que Inglaterra deseaba la ruina total de España para que el vencedor quedase a su merced (Azaña, p. 299). <<
[17] Aparece una sola vez en el diario de Ciano (p. 99), el 16 de febrero de 1938. Renzo de Felice lo caracteriza como intelectual y germanista. <<
[18] El 4 de julio, Ciano ordenó que se informara a Franco que la Italia fascista estaba decidida a llegar hasta el final en el apoyo que le prestaba (DDI, VII, doc. 21). <<
[19] Los hirientes comentarios en la prensa fueron uno de los puntos que más dolían en Roma, según dijo Ciano a uno de sus contactos informales con los conservadores británicos (DDI, VI, doc. 85). <<
[20] Simultáneamente a los franceses les llegaron informaciones de que el anticomunismo de Mussolini era una mera hoja de parra y que el Duce utilizaba la carta española para forzar al Reino Unido al respeto que entendía se le debía. Mussolini se oponía, en cualquier caso, a un Gobierno español dominado por los socialistas (DDF, VI, doc. 47). <<
[21] El 4 de julio, en un telegrama circular, Ciano recordó a los embajadores fascistas en la Europa central y del sureste, así como en Salamanca, que el empeño italiano en España era una «lucha antibolchevique». Punto (DDI, VII, docs. 20s). <<
[22] Se trataba de Adriano Dingli. Aparece en abril de 1940 en su diario (pp. 415s) como abogado del embajador italiano en Londres y amigo de Chamberlain. <<
[23] Este tema, en el que no podemos detenernos, se ha iluminado algo en DDI, VI, doc.
85. <<
[24] Lo que antecede está tomado de «Situation in Spain, as regards Italy and Germany», 25 de mayo, TNA: FO 371/21335. <<
[25] La correspondencia Mussolini-Franco está reproducida en Cándano (pp. 173ss), tomada de un casi desconocido libro del propio Onaindía. Aquí se sigue la versión oficial italiana. No he efectuado comparación con la dada a conocer por el canónigo. <<
[26] Estas fueron casi las palabras con que Franco se expresó a mitad de julio ante el jefe de la delegación italiana cerca del Cuartel General (DDI, VII, doc. 58). <<
[27] De un informe de Cavalletti del 28 de agosto de 1937 (anejo al doc. 263). Quizá sea significativo que prácticamente nada de todo este episodio aparezca en la magna obra del profesor Suárez. <<
[28] Sustituyó a Cantalupo que había vuelto a Roma tras haberse hecho insoportable para Franco. <<
[29] Que no quedaron ocultas a los republicanos. El 14 de julio, Ossorio y Gallardo se hizo eco de ellas desde París. Señaló que Viola, hijo de francesa, llevaba el encargo de apaciguar las aguas y de evitar en Salamanca eventuales maniobras británicas (AMAE: Archivo de Barcelona, caja 135, E 6). <<
[30] Encima Aguirre tuvo el tupé de acusar de «traición» a los dirigentes republicanos a quienes siempre reprochó que no hubieran enviado abundante aviación que, según afirmó, hubiese evitado la caída de Bilbao (de la Granja, p. 345). <<
[31] La embajada francesa en Roma lo interpretó como consecuencia de que Mussolini había llegado a la conclusión de que los británicos se habían hecho a la idea de la próxima victoria de Franco por lo que la intervención a favor de este podía aceptarse sin riesgo alguno (DDF, VII, doc. 375). El Deuxième Bureau recordó que era la primera vez que Mussolini reconocía la intervención y que poco más tarde había declarado en Berlín que millares de fascistas italianos habían caído en España «para salvar la cultura europea» (ibid., VII, doc. 17). <<
[32] Por si se molesta algún historiador o lector italianos me permito señalar que el término «piratas» lo utilizó en su momento un personaje por encima de toda sospecha, el conde Ciano (p. 112). Como ha afirmado Avilés Farré (pp. 103 y 107), es técnicamente exacto. <<
[33] Lo que se afirma en el texto está basado en DDI, VII, docs. 167, 176 y 188. <<
[34] Este tipo de artículos, que se anunciaban por adelantado, se atribuían al Duce, como comentó el embajador británico en Roma (despacho del 26 de junio, TNA, FO 371/21339). <<
[35] A ello habría que añadir la vigilancia ejercida por la Kriegsmarine y por el servicio de espionaje franquista, que avisaba de la salida y expedición de los barcos. Rastros de ello se encuentran en AMAE-AB: caja R-12. <<
[36] El profesor Suárez se limita a mencionar la carta y aduce que en ella se explicaba «el peligro» de los suministros soviéticos. La decisión de Mussolini la desconecta cuidadosamente de la petición franquista, algo que un historiador no prejuzgado como Coverdale (pp. 307s) clarificó veinte años antes. Probablemente quiera dar la impresión de que la actuación fascista aparece como algo generado autónomamente. No tiene inconveniente en afirmar, con respecto a los barcos, que Mussolini «decidió no vender», sin explicar la razón. ¿Cuál es el resultado? El que sus lectores crean que Franco ni era pedigüeño ni dependía de la ayuda italiana. Suárez añade acto seguido: «Franco se vio favorecido y no protestó, al parecer, de tal injerencia» (p. 569). <<
[37] Había estado mezclado en temas de Marruecos. Impresionó a sus superiores. Agregado naval durante el segundo conflicto mundial. Con ayuda de March, amigo suyo desde antes de la guerra civil, compró con soberanos de oro, contantes y sonantes, la actividad de numerosos generales y jefes españoles, excelsos patriotas, para que influyeran negativamente sobre cualquier intento de Franco de entrar en ella al lado del Eje: Stafford, pp. 236s. Hay una descripción de sus actividades en Mallorca en Massot. Su hijo niega que fuese agente de inteligencia en aquella época. <<
[38] Torpedeado por el destructor Saetta a unas doce millas del cabo de Bon (Bargoni, p. 335). Una lista cronológica de los hundimientos figura en Rapalino (pp. 246s). <<
[39] El informe de Hillgarth en TNA: FO 371/21361; la nota turca en AHPCE, caja 19/5 y la soviética en AMAE-AB/8 telegramas/caja 165. <<
[40] En este último caso el informe del capitán recogió que el submarino izó la enseña facciosa antes del ataque (AMAE-AB: caja R-12). <<
[41] Expediente «Spanish Civil War», del 7 de octubre de 1937, en TNA: FO 371/21346. A mitad de agosto hubo una reunión de ministros para discutir los hundimientos que el Almirantazgo ya sabía eran obra de submarinos italianos (DBFP, XIX, doc. 94). Las gestiones diplomáticas en Roma no surtieron efecto. <<
[42] En este punto suponemos que Shtern merece algo más de credibilidad que Semprún (2000, p. 121) para quien «la creencia de que el material soviético accedía a España» por la vía mediterránea «era un error de los servicios de información adversarios». <<
[43] El intercambio, en italiano, se conserva en AHPCE, documentos y correspondencia sobre la no intervención, caja 19/5. Según Ciano (p. 34), escribió que se trataba de un paso en falso de Moscú que justificaba la no participación italiana. Hay una traducción de la actuación soviética en DDF, VII, docs. 401 y anexo al 405. <<
[44] Se habían adoptado el 11 y se reproducen en ibid., doc. 427. <<
[45] El 21 de septiembre Ciano escribió (p. 39) que, con los añadidos solicitados, Italia pasaba de desempeñar el papel de presunto pirata a policía del Mediterráneo. Una victoria preciosa. Rapalino lo ha subrayado con razón (p. 257). Nicolás Franco también estaba contento. Preveía el fin de la guerra para la primavera siguiente. <<
[46] Dutton (pp. 88s) es uno de los autores que logra poner una glosa positiva sobre Nyon sin hacer la menor referencia al objeto de la conferencia y mucho menos a España. <<
[47] En su empeño por disminuir la significación de Nyon, el profesor Suárez (pp. 570s), aparte de incurrir en numerosos errores fácticos que aquí no señalaremos, concluye con gran desparpajo que la conferencia fracasó «porque ninguno de los contendientes en España (sic) estaba entonces dispuesto a aceptar ninguna solución distinta de la que las armas podían proporcionar». <<
[48] Los servicios de inteligencia franceses habían confirmado la partida para España de nuevos contingentes (DDF, VII, nota al doc. 48). <<
[49] Sólo en este sentido me es posible aceptar la afirmación de Berdah (p. 304) de que fue «un gran éxito diplomático para las grandes democracias». <<
[50] Literalmente: «The Governments of France and the United Kingdom earnestly desire that the civil strife in Spain shall cease to be a cause of international unrest and suspicion and that in that part of Europe conditions shall develop which shall permit of progress being made elsewhere towards general appeasement». Más claro imposible. TNA: FO 371/21347. <<
[51] Esto se encuentra en las conclusiones del Consejo de Ministros británico del 29 de septiembre. Ibid., FO 371/21361. <<
[52] El 11/12 de septiembre el representante británico en Cartagena obtuvo información, basada en rumores, de que quizá había sido el submarino republicano C-4 el que habría torpedeado al Havoc siguiendo órdenes soviéticas (TNA: FO 371/21361). <<
[53] Pablo de Azcárate redactó una nota sobre la entrevista, que se conserva en AMAE, FPA, caja 106. <<
[54] A Azaña (p. 302) se le dijo que Eden habría afirmado que a su país no le convenía el triunfo de Franco pero que el Gobierno estaba dividido y que Chamberlain temía que el comunismo se instalara en Europa occidental. La opinión pública en el Reino Unido no estaba por la guerra y no era posible hacer nada contra ella. <<
[55] En el francés original: «Le Gouvernement italien serait averti que, si satisfaction n’était pas accordée à des demandes aussi modérées et équitables, les deux Gouvernements devraient considérer qu’il répudie ses engagements de non-intervention et ils se trouveraient dès lors dans la nécessité de réserver leur entière liberté d’action». <<
[56] No faltaba, pues, razón a quienes señalaron, como Giraud, que las desavenencias franco-británicas, su falta de voluntad común, sus ilusiones sobre la improbabilidad de una guerra y la posibilidad de «apañarse» con Hitler y Mussolini sentaron las bases de la catástrofe que se avecinaba. <<
[57] Este sombrío episodio puede reconstruirse en el expediente «Proposed approach to Italian Government regarding Spain», en TNA: FO 375/21344, y en DDF, VI, docs. 465 y 475. En DDF, VII, doc. 100, se observa que algo más tarde se sustituyó por una demostración naval ante la isla, que los británicos pensaron no tendría demasiado efecto. Azaña (pp. 302s) reconoció que no era totalmente exacto que Francia fuese a remolque del Reino Unido pero que sola o con la URSS no podría afrontar un conflicto sin el apoyo británico. <<
[58] Subrayó a tal efecto el bombardeo del Deutschland, que hizo imposible la visita del ministro alemán de Exteriores a Londres, y la acusación de piratería a Italia, que impidió que esta acudiera a Nyon. <<
[59] La base para lo que antecede está tomada del expediente «Proposed approach to Italian Government regarding Spain», en TNA: FO 371/21345. <<
[60] Muchos de los datos procedían de la inteligencia naval basada en Gibraltar. En algunos casos, incurrieron en errores. Lo suficiente como para desestimarlos (casos en el mismo legajo de la nota anterior). En el 21345, Eden se hizo eco el 18 de septiembre de informaciones —erróneas— que le suministraron los franceses y el propio Negrín (de desembarco de 14 000 italianos en Melilla) y ordenó que se verificasen con urgencia. <<
[61] «Realities of War in Spain. Military Odds on Franco. Valencia’s Army Muddle». También se recogía el mito franquista de que la sublevación se había adelantado al intento de implantación de un régimen soviético, pero el corresponsal lo caracterizaba como una exageración. <<