[1] El informe del NKID a que hemos aludido en el capítulo anterior se hizo eco del proceso. Tras caracterizar al POUM como «organización trotskista-fascista» apostilló que se dedicaba «al espionaje, a los sabotajes y a preparar actos terroristas contra destacados personajes políticos y militares de la República…». ¿Sabría la NKVD del proyecto de atentado contra Negrín? Por último recogió que «también fue el organizador del putsch de Barcelona en mayo de 1937». <<

[2] Vidal, que no parece haber visto el original, traduce esto por «especialistas» (¿en qué?). Tampoco ha leído bien a Radosh et al., (nota 96, p. 522) quienes recuerdan que tal era el término con el que se designaba a la NKVD desde el GRU y el NKID (como hizo Marchenko). Utilizado desde estos se aplicaba, esencialmente, a la primera. <<

[3] De ello se desprende que antes de «Kotov» no estuvo sólo Orlov sino, al menos, otro rezident. Ya hemos visto que cuando Orlov ascendió, tras sus «éxitos» en Cataluña, pasó a figurar en la lista diplomática como agregado. Le acompañaron Gaikis (a quien no se dio de baja), Marchenko, Maximov y un tal Nicolás Dubinin (AMAE, AB: IASIDE/RE115/carpeta 30 y 4). <<

[4] Radosh (p. 497) se ve obligado a reconocer, a la vista de tal párrafo, que Negrín «se opuso a los soviéticos» aunque también añade que Marchenko escribió: «siempre tuvo mucha delicadeza con nuestra gente». De nuevo este historiador parece pensar que la mejor forma de actuar hubiera debido ser a patadas. Beevor (pp. 553s) ni «huele» lo que hay detrás. <<

[5] Si el amable lector compara las versiones sucesivas de Vidal (1998 y 2006a, pp. 311s y 331s, respectivamente) observará que encierran variaciones. Ello se explica porque entre la primera y la segunda versión se dio un acontecimiento: la publicación del libro de Radosh et al. Como en la segunda Vidal ofrece la misma fuente que estos autores, nos sentimos inclinados a pensar que es bastante inverosímil que se haya molestado en bucear en los archivos moscovitas. Tal hipótesis se ve reforzada por el ninguneo en su prólogo y bibliografía que hace de la obra de Radosh, en tanto que sí menciona otras que no comulgan con sus tesis y que, para colmo, tampoco utiliza. Esto no significa que ignore del todo a Radosh, alguno de cuyos documentos le sirve de apoyatura en Vidal, 2005, p. 304. Todo esto hace pensar si sus 150 libros, más o menos (Vidal deja en pañales a los más prolíficos autores del mundo contemporáneo), salen realmente de su ordenador. <<

[6] Esta forma de proceder implica, en mi opinión: i) desprecio hacia los lectores, a quienes quizá considere o como fanáticos antirepublicanos o simplemente borregos; ii) petulancia: no será fácil contrastar las tergiversaciones con la evidencia documental; iii) de impunidad por su asalto a la razón (y no pienso en Lukacs) o a la inteligencia, diga Payne lo que quiera sobre tal autor en los prólogos que ha escrito a algunas de sus obras. <<

[7] Esta correspondencia se encuentra en AJNP. Agradezco a Sergio Millares que me proporcionara copias de las que se dispone en AFCJN, cartas Negrín 1. <<

[8] Figuran en el informe de más de veinte páginas que el Comité Peninsular de la FAI presentó al Gobierno de la República con fecha 20 de agosto de 1938 bajo el título «Observaciones críticas a la dirección de la guerra y algunas indicaciones fundamentales para continuarla con más éxito». Estaba dirigido contra el PCE y el Comisariado. Entre las medidas que sugería destacaban la realización de acciones en la retaguardia enemiga, fomentar el descontento en Marruecos (vieja utopía de Baraíbar), buscar éxitos militares fulminantes (por ejemplo en la zona de Pozoblanco), formar cuerpos francos para la guerra irregular, reformar el SIM y, sobre rodo y ante todo, subordinación del Gobierno «a las instituciones populares representativas con el auxilio y la responsabilidad de los órganos asesores técnicos en el orden militar, político, económico e internacional». La receta para una debacle todavía más rápida. Se encuentra en AHN: AGR, 11/10. Rojo rechazó la crítica implícita a los comunistas y a los asesores soviéticos (Moradiellos, 2006, p. 400). <<

[9] Afirmación que ya había hecho Prieto (p. 38) en su informe al Consejo Nacional de PSOE, atribuyéndosela a Zugazagoitia. Curiosamente, ni se encuentra en las memorias de este ni en su correspondencia con Pascua. ¿Por qué? Es verosímil que Negrín estuviese harto de tal tipo de insinuaciones. <<

[10] Se han estudiado las relaciones entre el PCE y el PSUC con cierto cuidado (el ultime en hacerlo es Puigsech) y se ha notado la tendencia nacionalista de Comorera. Las tensiones con Togliatti son también conocidas. El que Comorera despertara tales impresiones en el representante del NKID y que a su través llegaran al Sovnarkom no era sabido. Las tendencias nacionalistas del PSUC fueron, por lo demás, criticadas por Pasionaria y Togliatti. <<

[11] Encarecemos la lectura de estas directivas que combinan los elementos esenciales de la estrategia político-militar republicana: una resistencia no pasiva; la necesidad de instrucción técnica, física, moral e ideológica; la concreción de la lucha en el rechazo al fascismo invasor; la creencia en la posibilidad de influir decisivamente sobre la descomposición de la retaguardia enemiga. Todo ello mezclado con disquisiciones tácticas y de comportamiento en combate, con frecuencia un tanto ingenuas. <<

[12] Graham (p. 419) recuerda que los dirigentes «históricos» (Largo Caballero, Prieto, Besteiro) habían reiterado en noviembre su retirada de la vida del partido. <<

[13] A esa reunión se refirió Togliatti e informó de ella a la IC (Elorza/Bizcarrondo, pp. 425s), pero no está claro si llegó a hablar con Negrín. Su telegrama coincidió sustancialmente con la información transmitida por Marchenko. <<

[14] Este informe lo han publicado Radosh et al., (doc. 79), tomado de los archivos militares rusos, lo que muestra que también se envió a Vorochilov, aspecto nada sorprendente. Es el documento en que se han basado, entre otros, Payne y Vidal quienes, naturalmente, no se han molestado en indagar en Moscú. Tampoco lo comentan in extenso. Mi reconstrucción está basada, por el contrario, en los despachos de Marchenko que se encuentran en los archivos de política exterior. Beevor (p. 556) interpreta el episodio como el deseo de Negrín de crear una nueva formación, «de acuerdo con la política del partido» (comunista), es decir, que tan destacado especialista incide en una distorsión más que notable. <<

[15] Esta afirmación es muy importante porque contradice rigurosamente una de las conclusiones que ese adalid de la interpretación histórica que es el profesor Radosh extrae de este documento: que Negrín sugería una dictadura de partido único (p. 497). Incidentalmente, uno de los puntos que Vidal (2006 b, p. 382) deja de lado. <<

[16] Puestos a especular, cabe preguntarse si la fuente de Vidal no habrá sido una información que José María García-Valdecasas, colaborador y discípulo de Negrín, transmitió a uno de los primeros biógrafos de este: Joan Llarch. Rusia ofreció ayuda militar sin limitaciones si Negrín accedía a imponer un régimen comunista, a lo cual se negó. Este «camelo» lo desmontó ya convincentemente el propio Bolloten (p. 989). Mira por donde algo parecido resucita varias décadas después. <<

[17] Otro de los puntos que Radosh et al., prefieren obviar. Se limitan a afirmar que «naturalmente, a los comunistas se les daría el liderazgo de importantes sectores de tal partido». <<

[18] ¿Qué suscita al profesor Payne tal afirmación? Simplemente que Negrín era más honesto que la mayoría de la izquierda, «casi toda la cual había abandonado la democracia inmediatamente después de perder las elecciones de noviembre de 1933». Esto es, con los debidos respetos, una vulgar distorsión. <<

[19] Es mucho más sensato Ranzato (p. 588) que la subraya, con independencia de que no identifique al autor («un informador») y piense que quizá se tratase de ¡Togliatti! <<

[20] El texto está basado en los diarios de Marchenko y enviados a Litvinov. Se refieren a acontecimientos y entrevistas en el período comprendido entre el 3 de diciembre de 1938 y el 1 de enero de 1939. Se encuentran en AVP RF: fondo 18, inventario 18 , asunto 85, carpeta 144, pp. 24-33, y fondo 097, inventario 14, asunto 43, carpeta 104, pp. 1-7. <<

[21] Innecesario es subrayar que mi argumentación difiere, radicalmente de la de Bolloten (pp. 988s). <<

[22] En el caso de que Vidal desconociera los diarios de Dimitrov siempre podría haber recurrido a la clásica obra de Elorza/Bizcarrondo (p. 427), que mencionan la respuesta. <<

[23] Esta interpretación es muy diferente de la de Payne (p. 354) quien aprovecha para denunciar el «pensamiento político de Negrín, a menudo simplista» y lo contrapone al de la Comintern, «más sofisticado». Otras de sus valoraciones son meras suposiciones, con tanto sustento como la anterior. Lo que está claro para el distinguido profesor norteamericano es que hubiera sido «un mecanismo bastante parecido a los partidos de unidad socialista que crearían los soviéticos en las democracias populares». <<

[24] AVP RF: fondo 097, inventario 14, asunto 41, carpeta 104, p. 1. Togliatti y Ciutat también criticaron a Hernández y si bien no estuvo totalmente inactivo lo cierto es que ni él ni Martínez Cartón fueron convocados a las reuniones del BP. <<

[25] A Morel se le utilizó en otras ocasiones. Se conserva una carta de Rojo a Negrín, sin fecha, en la que le indicó que el general Jurado había sugerido la idea de establecer contacto con el EM francés para lograr más facilidades. Morel podría ser el conducto a través del cual se expusiera claramente la situación y se recabara ayuda. Incluso el EM francés podría servir para anudar algún contacto con el franquista. De ser así, Negrín tendría la posibilidad, si el cauce se abriese, de fijar las condiciones para terminar las hostilidades (AJNP). Es verosímil que Morel hiciera la gestión porque el EM francés parece que se pronunció a favor de la ayuda, según recogió Cordón (p. 659). Si fue así, el embajador de Francia se cuidó de sabotearla. <<

[26] El texto del telegrama se encuentra en AJNP. La versión rusa coincide con él. <<

[27] Madridejos (p. 70) afirma que fue a consecuencia del desafortunado combate de Cherchell en septiembre de 1937. <<

[28] La información precedente está tomada de los despachos de Marchenko conservados en AVP RF: fondo 097, inventario X, asunto 43, carpeta 104, pp. 8-12. <<

[29] Martínez Pedroso volvió a hablar con Potemkin el 3 de febrero. Le preguntó por las últimas noticias que el NKID tenía y le dijo que entre los republicanos existía una gran desmoralización. Aunque no entendía de asuntos militares, consideraba que la defensa de Cataluña era imposible. En primer lugar no era un territorio adecuado para organizar operaciones militares en gran escala. En segundo lugar, los atacantes habían contado con apoyo naval. Por último, no cabía comparar la población catalana con los soldados madrileños o del Norte (fuente de la nota 24). <<

[30] La víspera Negrín había accedido a la petición de Rojo de sustituir al general Hernández Saravia por Jurado al frente del Grupo de Ejércitos de la Región Oriental. Tal decisión ha sido muy criticada. <<

[31] Bahamonde/Cervera, p. 310, aluden a ellas de pasada. Mi reconstrucción es más pormenorizada. <<

[32] Sánchez Cervelló (pp. 507ss) ha reproducido también los documentos escritos por Rojo, pero mi encuadre es diferente. <<

[33] Según datos de Kowalsky que no hemos localizado, Payne (p. 356) señala que el 7 de febrero llegó un último grupo de 25 personas (7 asesores e instructores, 12 artilleros, 2 marinos y 4 no identificados) pero el 27 de febrero regresó a la URSS un grupo más numeroso. Por Ocherki, p. 145, se sabe que todavía había algunos agentes de la NKVD en enero y que el radiotelegrafista Nicolai Ilich Lipovki aseguraba la comunicación con Moscú. Al mes siguiente se disolvió la operación. <<

[34] La propuesta llama la atención porque a Miaja se le nombraría poco después (Madridejos, p. 230) jefe supremo de las fuerzas de tierra, mar y aire y delegado del Gobierno en la zona Centro-Sur y se le ascendió a la máxima categoría de teniente general. <<

[35] Sigo a Bahamonde/Cervera (pp. 294-301) quienes demuestran también cómo el profesor de la Cierva se las apaña para deformar y manipular la evidencia documental. <<

[36] El informe de Azcárate del 11 de marzo («Memoria sobre la actuación del embajador de España en Londres entre el 23 de enero y el 8 de marzo de 1939»), con 36 anexos y al que le falta una página, se encuentra en AMAE: FPA, caja 106. <<

[37] Rojo pasó el 9 y se quedó ya en Francia. Su ulterior ascenso a teniente general, que encrespó a Casado, no le hizo cambiar de actitud. Al día siguiente las tropas de Franco cortaron la frontera. <<

[38] Fischer (p. 470) también escribió que en el sur de Francia se apiló armamento soviético valorado en muchos millones de dólares a la espera de que los franceses permitieran su salida a España. No me parece correcta su conclusión de que «con tales armas quizá Cataluña se hubiera salvado y también Francia». <<

[39] En nuestro intento por mantener una escrupulosidad a prueba de documentos hemos de hacer referencia a una entrevista entre Azcárate y Maisky el 2 de febrero. Este informó que los británicos temían que Hitler aplazase su ofensiva centroeuropea y se volviese contra la Europa occidental. La embajada soviética en Berlín confirmaba que el plan de Hitler continuaba siendo la desarticulación de la URSS pero quería proteger antes sus fronteras occidentales. De aquí se desprendía la necesidad de conservar la supremacía aérea contra el Reino Unido y Francia y de recuperar colonias africanas como bases militares si no mantenían su neutralidad ante la futura conflagración en Europa oriental. Maisky pensaba que si Italia apoyaba incondicionalmente al Tercer Reich, sería imposible que Francia no se resistiese. Esto favorecería en último término a los republicanos. En el caso de que el EP abandonase Cataluña, Maisky sugirió un arreglo con Francia para concentrarlo en campos próximos a la frontera con el fin de utilizarlo si surgía un conflicto armado con Italia (AMAE: APD, caja 122/13). Estas elucubraciones, que tuvieron un cierto impacto sobre Negrín, nos parecen más lógicas que las afirmaciones de Payne y estaban basadas en los análisis que hacían los diplomáticos soviéticos en Berlín (Roberts, 1989, p. 114). <<

[40] El intercambio de correspondencia se encuentra en AMAE: AFP, caja 122/12. <<

[41] Según «Stepanov» (pp. 169ss) se había creído que la resistencia podía desmoralizar a Franco o provocar un cambio en la situación internacional. Se trasladó a Moscú poco después del 18 de febrero para conocer la opinión de la IC sobre una eventual toma del poder por parte comunista y continuar solos la lucha. Payne (p. 358) cita el caso pero se abstiene de comentar que al pasar por París tanto Codovilla como Francisco Antón lo desaconsejaron porque el partido ni siquiera estaba en condiciones de poner orden en sus propias filas. Los planes de relevar a unos cuantos jefes militares o del SIM eran irrealizables (ibid., p. 197). El «coco» del PCE sigue alimentando todavía una historiografía ideologizada. <<

[42] Para todo este período el resumen de «Stepanov» es de gran importancia, aunque lamentablemente no podemos analizarlo. La comunicación telegráfica cifrada con el extranjero (p. 176) pasaba por el EM. Era lógico. Casado tendría así una idea precisa de la información clave que llegaba a Negrín. <<

[43] Véanse Fernando Hernández Sánchez y Almudena Doncel López para una más amplia exposición. <<

[44] IEC: Archivo Nicolau d’Olwer, carpeta 4.1.2.1. <<

[45] Al tiempo se habilitaron créditos (500 millones de pesetas) para abonar el contravalor de los valores extranjeros que el público había entregado en virtud de los decretos de 3 y 10 de octubre de 1936 y para indemnizar (hasta 300 millones de pesetas) a los propietarios de los barcos de la marina mercante incautados. Se ordenó al cónsul en Nueva York que enviara los valores que tenía en depósito a Londres y México. También se intentaron liquidar otros asuntos financieros. La República ponía en orden sus cuentas y satisfacía sus deudas (AHN: AP, 4/1). <<

[46] Se trata de un tema que ha dado origen a muchas discusiones. A finales de 1937 había habido cuatro barcos más (Iciar, Caudal, Mar Blanco y Río Miera). Habían causado granan problemas y al menos la tripulación de tres de ellos se había mostrado desafecta (AMAE: AL. caja RE 19). Como sabemos, los que quedaban se habían alquilado a la URSS. Existe una nota del 17 de octubre de 1938 que indica que seguían prestando servicio y que los marineros se quejaban de las dificultades para transferir dinero a sus familiares en España (AMAE: legajo R. 893, E 58). <<

[47] Azcárate recibió instrucciones de Quero Morales el 12 de febrero en las que le dijo las circunstancias obligaban a extremar las precauciones respecto a los documentos reservados y los archivos. El propio embajador decidiría en razón a su seguridad si convenía destruirlos mantenerlos bajo su custodia personal. En consecuencia se quemó un gran volumen de papeles. Otros los retiró, «no tanto por el riesgo que hubiera podido representar que cayeran en manos de los rebeldes, sino por el interés que presentan, sea como justificación de nuestra política o por otro motivo». Los historiadores no podemos sino estarle agradecidos. Lo mismo ocurrió en otras representaciones republicanas. En Moscú, un viejo amigo del autor, Vicente Polo, quemó los archivos. <<

[48] Recomiendo al lector el trabajo, de fácil lectura, de Jiménez Villarejo, disponible en red. <<

[49] Moradiellos (2006, pp. 447s) recuerda que el 2 de marzo Negrín había vuelto a reunirse con altos jefes militares y que Buiza lanzó la idea de que la guerra debía terminar «entre militares». <<