[1] Payne (p. 344) afirma, por el contrario, que «su política respecto a España y la Europa occidental resultaba cada vez más desastrosa». <<

[2] Tal es la conclusión del estudio de Ragsdale, tras una acerada evaluación de la literatura disponible y la contraposición con el material de archivo (soviético, checo, polaco y rumano). Para los lectores que deseen tener una visión global del estado de la literatura previa es recomendable el resumen de Uldricks y sobre todo el fundamental trabajo de Roberts. <<

[3] Daladier dijo «que consideraba a Chamberlain un palo seco (dessicated stick); al rey un tanto subnormal (moron) y a su consorte una mujer superambiciosa dispuesta a sacrificar a cualquier otro país para seguir siendo la Reina Elizabeth de Inglaterra. Añadió que Eden le parecía un joven idiota y que no conocía a un solo inglés por cuyo intelecto y carácter sintiera respeto. Inglaterra se había debilitado y senilizado de tal manera que los ingleses cederían cualquier cosa de sus amigos en vez de enfrentarse con Alemania e Italia» (citado por Ragsdale, p. 44). Esto recuerda el informe que Robert Marjolin había preparado el 16 de junio sobre la actitud británica y el problema español y en el que había indicado que «los ingleses estaban dispuestos a defender la seguridad en el Mediterráneo occidental hasta la última gota de sangre francesa». CARAN: F60/172. En la postguerra Marjolin llegó a ser secretario general de la OECE y, más tarde, miembro de la primera Comisión Europea. <<

[4] Pocos días más tarde, en conversación con el encargado de negocios soviético, Negrín dijo que Bonnet era mucho más peligroso y dañino que Daladier. Había dado instrucciones para que la prensa republicana no se manifestara en contra del Gobierno francés, teniendo en cuenta que «este había tratado a la República no peor sino quizá algo mejor que el Gobierne Blum». AVP RF: fondo 05, inventario 18, asunto 85, carpeta 144, p. 32. <<

[5] El agente, «A», informó inmediatamente a Gómez-Jordana, que caracterizó su escrito de «muy interesante». AMAE: legajo 833, E 12. De Monzie hizo amistad más tarde con los ocupantes alemanes. <<

[6] Este, en frase inmortal, caracterizó el acuerdo Molotov-Ribbentrop, de agosto de 1939, afirmando que «après Munich, c’est la réponse du berger à la bergère» (Carley, 1994, p. 169). <<

[7] El lector interesado en profundizar este aspecto puede recurrir hoy a la obra de Tierney. <<

[8] Es la única parte a que se refiere Payne (pp. 349ss), con comentarios frecuentemente sardónicos. Es verosímil que siga a Bolloten (pp. 987s), quien no dijo una palabra acerca de las tres cuartas partes restantes del escrito. <<

[9] En parte porque está ligado a la prohibición de propaganda, actuaciones, exhibiciones y derrotismo que pudieran estimular al adversario. No conozco, sin embargo, ningún estudia que haya comparado la legislación y la práctica judicial y represiva republicanas con la que introdujeron en el segundo conflicto mundial las potencias democráticas occidentales, pero me vienen al recuerdo la política hacia los norteamericanos de origen japonés o las encarcelaciones masivas de los fascistas británicos y demás simpatizantes del Eje. <<

[10] También se lo había dicho a Zugazagoitia (p. 495). Tenía in mente un Estado emprendedor e intervencionista, con inmensas posibilidades de actuación. Su idea era que solicitar ayuda públicamente a otra potencia era condenarse a no recibirla. <<

[11] Probablemente Payne se pega de nuevo a Bolloten (p. 990), quien divisó nada menos que un grado de colaboración que «habría convertido a España en el primer satélite soviético en Europa occidental». Como suena. <<

[12] Respecto a las ideas de Negrín sobre la construcción de una poderosa flota, que Payne critica acerbamente, baste con señalar que la guerra conllevó una destrucción o enajenación significativas de los activos navales y que también Franco sintió la misma necesidad. <<

[13] El sesgo de este autor se muestra en que acude a Fischer respecto al número de consejeros soviéticos que estaban simultáneamente en un momento dado en España (lo hace en la nota de la p. 284) pero no dice nada de los suministros que Fischer mencionó unas líneas antes. <<

[14] A ninguno de los historiadores solventes del EP o de la guerra en el aire se le ha ocurrido, que sepamos, caracterizarle como tal, pero quizá el distinguido profesor norteamericano se halle en posesión de pruebas documentales que ignora el común de los mortales. <<

[15] En ocasiones debidamente «glamorizados» y con profusión de detalles añadidos e inventados, como hacen Grisoni y Hertzog (pp. 194-211). <<

[16] Es más, Dimitrov debía de estar informado de la situación ya que el 9 de octubre había recibido noticias sobre el acatamiento por parte del PSUC de varias directivas de la IC y que la opinión de Togliatti de que era preciso acelerar cualquier tipo de ayuda ya que el clima militar no era demasiado propicio (Bayerlein, p. 198, que tampoco figura en la edición de Banac). <<

[17] Uribe también había estado en Moscú a finales de agosto. Regresó a España el 2 de septiembre. En tal ocasión la IC había decidido que sólo después de la retirada de alemanes e italianos podría discutirse acerca de un cese de hostilidades. El éxito dependía de la fuerza política y militar y de la desmoralización de la retaguardia franquista. Fue entonces cuando se acordó la retirada de las BI (Bayerlein, pp. 170ss). Marchenko también se acercó a Moscú y, por lo menos, telefoneó a Dimitrov (ibid., p. 173). <<

[18] La nota de Vorochilov se encuentra en RGVA: fondo 33987, inventario 3, asunto 1259, p. 22. <<

[19] Mi reconstrucción choca de frente con las curiosas argumentaciones de Bolloten (p. 990), desahuciables documentalmente. También difiere de la de Kowalsky (pp. 228ss), más objetiva. <<

[20] Se equivocó, por ejemplo, en algunos de los materiales pedidos (fueron en general, más, aunque menos tanques). También en que una de las cartas no era para Kalinin sino para Molotov. Payne (p. 452) quiere descalificarle y presenta su relato como inexacto. ¿Cuál es el argumento? Que las fechas no casan. Hidalgo escribió, ciertamente, que Negrín le llamó algunos días antes de la gran ofensiva contra Cataluña, que empezó el 23 de diciembre. Pero como las cartas llevaban fechas del 9 y 11 de noviembre, su visita a Vorochilov sí casa. Si lo que desea Payne es atacarle (una mera suposición) podría haber aludido a la vertiente financiera. Obsérvese que Bolloten (p. 990) siguió las cifras de Hidalgo de Cisneros y no se molestó en analizar las que aparecen en GRE, IV. <<

[21] Roberts (p. 110) no lo menciona en unos meses que caracteriza, sobre todo, de pasivos. <<

[22] Como, en general, muchos historiadores desprecian el side show de la guerra española, no sorprende que este sea un argumento que brille por su ausencia en las especulaciones de Nadzhafov. Renunciamos a exponer una muestra de los autores con quienes discrepamos. <<

[23] Graham (p. 409) cree, por el contrario, que Stalin ya había dejado de ver en la resistencia republicana un instrumento para lograr una alianza antinazi, afirmación contradictoria con el análisis, más realista (p. 421), de que persistía en ella pero que, mientras tanto, no podía haber un alejamiento con respecto a la República. <<

[24] Quizá convenga señalar aquí que es posible que Matallana estuviera ya pasando información al enemigo. Es algo que alegó en el consejo de guerra que le juzgó tras la derrota. Agradezco a Juan Miguel Campanario, Carlos Diez Hernando y Javier Cervera que me permitieran leer un anticipo del trabajo ampliado que están elaborando. Una primera versión se encuentra en www.secc.es/ponencias. Rojo nunca sospechó nada. <<

[25] AVP RF: fondo 097, inventario 13, asunto 37-1, carpeta 103, pp. 26-38. <<

[26] El embajador alemán en Salamanca (ADAP, doc. 699) se hizo eco de la sugerencia de Casanova a favor de un plebiscito para Cataluña que podría separarse del resto de la España republicana y aspirar a una paz por su cuenta. <<

[27] Esta fue una de las informaciones que Litvinov elevó, el 1 de diciembre, a Stalin y a Vorochilov. RGVA: fondo 33987, inventario 3, asunto 1149, pp. 315s. <<

[28] En AJNP hay masas de documentación que demuestra el seguimiento que hacía el EP de los movimientos del adversario, de sus aprovisionamientos exteriores y de la actividad de la Cóndor y del CTV. Mucha de ella la filtraba la Sección de Información del EM del Ejército de Tierra que dirigía Manuel Estrada. Rodríguez (2007) ha explorado el tema. <<

[29] Nos basamos en los diarios y cartas de Marchenko para el período comprendido entre el 19 y 24 de noviembre de 1938. AVP RF: fondo 097, inventario 13, asunto 13, carpeta 103, pp. 5-11. <<

[30] Este informe está publicado en Radosh et al., (doc. 80) y es el penúltimo de su colección. Vidal prefiere dar la referencia a la fuente (p. 575) de tales autores, de donde evidentemente la ha tomado. Si ha estado alguna vez en los antiguos archivos soviéticos no parece haber encontrado nada que no figure en la colección radoshiana. Con extraña fijación, vuelve también a incurrir en el mismo error que ya identificamos para el caso de Paracuellos y es que atribuye la autoría al propio Dimitrov, error en el que Radosh et al., no caen. Sin embargo, el nombre de Gerö figura al final y tales autores le dedican más de dos páginas de comentarios. Vidal o sus «negros» no tienen excusa posible. Punto. <<

[31] La nota de admiración se justifica porque, con Tomás Bilbao en el Gobierno, los vascos ya estaban representados. Irujo había dimitido y Negrín desconfiaría, justificadamente, del PNV. Sobre ERC, Negrín tenía informaciones muy diferentes pero, a instancias del PCE, ofreció a Companys un puesto de vicepresidente del Gobierno que este rechazó. ERC se negó a incorporarse (Togliatti, pp. 234s). <<

[32] En nuestra modesta opinión, este era uno de los puntos centrales del informe. Gerö se situaba, lo supiera o no, en la línea ilustre de Maisky, Litvinov, Togliatti, Malinovski y tantos otros. Radosh et al. (p. 501) lo ignoran y prefieren afirmar que la intención estribaba en demostrar «que los comunistas habían hecho todo lo posible para evitar un desastre». <<

[33] Estos datos difieren considerablemente, hacia arriba, de los que ha recogido Payne, p. 350. No puede criticarse a Bolloten (p. 191) porque dudara de que las armas que llegaron a Cataluña fuesen las procedentes de Murmansk. Al fin y al cabo, nunca pudo ver un documento soviético. Sí puede criticársele que sus interrogantes los alimentara con algunas afirmaciones de Ignacio Iglesias, exdirector de La Batalla. Debería haber leído a Ramos-Oliveira y mucho mejor a Zugazagoitia. Sus elucubraciones financieras no merecen ni una sola línea. <<

[34] Beevor (p. 557) es uno de los últimos autores en aceptar a pies juntillas la idea del crédito. <<

[35] Una figura olvidada. Sería interesante conocer sus impresiones de Murmansk y de la atmósfera que encontró en la URSS. Sobre la del sombrío y desvencijado puerto ártico se dispone, para unos años después, de los recuerdos de Kemp Tolley, un oficial de inteligencia naval norteamericano que lo visitó con frecuencia durante la segunda guerra mundial. <<

[36] El AS (I) recogió tres estimaciones sobre los aviones de que disponían las FARE. Al 1 de enero de 1939, unos 110 aparatos (25 bombarderos, 75 cazas y 10 de reconocimiento). El cónsul Stevenson transmitió informes referidos al 14 de enero: no más de 100 aparatos. Un piloto capturado el 16 de diciembre había indicado unos 143 aviones, entre Cataluña y el resto de la zona republicana. Por el contrario el total estimado de la Aviación franquista ascendía a unos 535 aparatos, de los cuales 427 estaban en la península, 66 en las Baleares y 42 en Marruecos. Los británicos siempre conocieron las agonías de la República. Informe n.º 116, del 16 al 22 de enero de 1939. TNA: FTW 22/3. <<

[37] El 19 de enero Zugazagoitia escribía literalmente: «Aquí estamos todos pendientes de lo que Vd. pueda hacer ahí. Mejor dicho, de la resolución que adopte ese país. Esa es nuestra esperanza. Las cosas ya ve Vd. cómo marchan. El enemigo avanza. Hemos traído soldados del centro; pero la flojera de esta gente catalana no da mucho sosiego…». <<

[38] El 16 de enero Azaña anotó en su diario (p. 423) lo que le dijo Hernández Saravia: al comienzo de la ofensiva franquista se disponía de 90 000 fusiles, reducidos entonces a 17 000. El Ejército del Ebro tenía sólo 14 000. <<

[39] Miralles (p. 302) se hace eco de unas declaraciones de Bonnet a Quiñones de León de que Negrín incluso voló a París. Lo copia Beevor. Es posible, pero no casa con el tono de la correspondencia con Pascua. <<

[41] El número de I-15 mencionado coincide con el que ofrecen Manrique García y Molina Franco (p. 512) que toman de Jesús Salas Larrazábal. <<

[42] He de lamentar que no hubieran llegado a mi conocimiento cuando preparé mi trabajo sobre la comparación de ayudas exteriores a ambos bandos en la guerra civil (Viñas, 2008). <<

[43] Los servicios de espionaje británicos se hicieron con unas declaraciones de Kindelán en las que este habría afirmado en la primavera de 1938 que era posible ganar la guerra sin la Cóndor y sin las tropas italianas de tierra pero que no estaba seguro del éxito sin la ayuda de la Aviación Legionaria. Al parecer, Franco era de la misma opinión. Informe n.º 82 del AS (I), del 16 al 22 de mayo. TNA: HW 22/3. Más tarde recogieron otras manifestaciones sobre la imprescindibilidad de los pilotos italianos. Informe n.º 107, del 14 al 20 de noviembre. <<

[44] Los republicanos seguían con atención el movimiento de hombres y material de las potencias fascistas. En AJNP se conservan largos informes al respecto, sobre todo para el otoño de 1938. <<

[45] La falta de espacio nos impide comentar dos estupendos expedientes: «Mr Chamberlain’s conversation with Signor Mussolini at Munich: question of withdrawal of Italian troops» y «Estimate of Italian forces in Spain. Anglo-Italian pact and withdrawal of troops from Spain», del 1 y 4 de octubre de 1938 respectivamente, en TNA: FO 371/22654. <<

[46] Un tema que suele ocultarse cuidadosamente. Los historiadores profranquistas prefieren desviar la atención en tal aspecto hacia las BI. <<

[47] Tampoco lo hizo Hidalgo Salazar (p. 189) en formulación harto pudorosa: «Tras las concesiones a Alemania, se recibe el material que se tenía solicitado». <<

[48] ¿Y qué dirá Vidal de Payne (2008, p. 59), quién, por lo menos, lo menciona? Hay otros autores (como Habeck, p. 219), para quienes la cosa no parece que esté totalmente documentada. <<

[49] La prensa de extrema derecha (Action Française) lo denunció en julio de 1938 como una falsificación y la alemana se hizo eco, indignada, de las referencias que publicó The News Chronicle (resúmenes en AHN: AGR, 11/6). El discurso se estudió con gran atención en el Foreign Office donde no se dudó en absoluto de su autenticidad y se elevó a conocimiento de los ministros (TNA: FO 371/22650). Los comentarios más significativos se reproducen en el apéndice. <<

[50] Se lo pasó a lord Halifax la diputada laborista Ellen Wilkinson el 29 de junio de 1938 atendiendo a una sugerencia de este de que le enviara todo lo que creyera interesante en relación con España. Wilkinson había acompañado a Attlee y llegó a ser ministra de Educación en el Gobierno laborista de la posguerra. <<