[1] Labonne había sido secretario general en Marruecos con Lyautey, jefe de gabinete de Herriot en 1924, consejero en Moscú, ministro plenipotenciario en México, subdirector general de América y lo era, en aquel momento, de Asuntos Políticos. Telegrama de Ossorio del 5 de octubre de 1937. AMAE-AB: caja 165, E 1. <<

[2] Lo que antecede está basado en «Situation in Spain», telegrama de Eden al Foreign Office el 4 de noviembre (FO: 371/21348) y de Ossorio del 4 de diciembre (AMAE: FPA, caja 100, E 4). <<

[3] La noción de que la URSS buscaba, como objetivo esencial, un acercamiento a Londres encontró poco después corroboración en varios despachos del embajador francés en Moscú. Su preocupación dominante era la de evitar todo riesgo de aislamiento, algo que también percibía su colega británico (DDF, VIL docs. 290, 309 y 390). <<

[4] En este punto, Labonne, como buen embajador, interpuso sus objeciones. Francia se atenía a sus compromisos de no intervención. <<

[5] El informe se encuentra en AMAE-AB: caja 23/E 115. Sobre la laxitud de Ossorio en la embajada ofrece un análisis poco grato Luengo (pp. 81-87). Zugazagoitia escribió a Pascua el 10 de diciembre de 1937 que se había llegado, con notable retraso, a la conclusión de que era imposible mantenerle (AHN: AP, 2/13). <<

[6] Debió de ocurrir después de julio. En esta fecha la lista diplomática republicana contenía sólo los siguientes nombres: Gaikis (embajador), Marchenko (consejero), Goriev (agregado militar), Kuznetsov y Sveshnikov (ayudantes del agregado militar) y Culov, Wintser, Solokov, Hondaricuko (¿Bondarenko?) y Lubimtsev (agregados). Uno de ellos, probablemente Culov, era el responsable de la NKVD. AMAE-AB: AR caja RE/9. Sobre Orlov sólo se registra una única petición de salvoconducto para ir a París en enero de 1937. Estuvo caracterizado como «agregado a la embajada», junto con otros, en el legajo 00787 (3)-R. Los agentes de la NKVD aparecen simplemente como «colaboradores». Lo que antecede no significa ignorar que, según Ocherki, p. 132, Orlov aparezca desde el primer momento como el rezident de la NKVD. <<

[7] Mera (pp. 232s) recogió en sus memorias que un militante anarquista a quien había enviado a la zona franquista regresó el último día de noviembre con la información de que había visto tropas que habían bifurcado hacia Sigüenza. Esto lleva a Beevor (p. 467) a darle el crédito por haber captado la futura ofensiva de Franco. Ahora bien, Orlov describió el episodio en una carta a Gustavo Durán que ha reproducido Vázquez-Rial (pp. 92-96) procedente, según afirma, de los papeles de este último. Más tarde lo repitió en sus memorias póstumas. Las dos versiones no se contradicen. Lo que llama la atención es que Beevor ignore la segunda posibilidad, quizá por sus prejuicios ideológicos. <<

[8] Esto se encuentra en los comentarios al expediente «Mediation in Spain», originado el 31 de diciembre de 1937, en TNA: FO 371/22659. El autor registró que Franco se había empeñado en la reconquista de Teruel y que contemplaba una ofensiva en otra parte. No era cierto. Para negar un éxito de prestigio a los republicanos, la atención de Franco continuó gravitando en torno a la ciudad aragonesa. <<

[9] Según Ocherki, p. 136, la organización del trabajo en lo que se denominó «línea D» corrió a cargo de Lev Petrovich Vasilevski e Illa Grigorevich Starinov. <<

[10] Poco más tarde, el 11 de enero, los militares y diplomáticos del Eje convinieron en que era preciso sugerir a sus capitales que aumentasen las ayudas a Franco (DDI, VIII, doc. 33). <<

[11] Si se produjo el mencionado contacto de Prieto con los británicos hubo de reflejarse en algún tipo de documentación que, desgraciadamente, no he encontrado. Podría figurar entre los papeles del MI6, que siguen siendo inaccesibles. <<

[12] Probablemente Orlov leía hacia adelante (a no ser que Moscú se refiriera a la gestión con Edén, que el Kremlin había conocido por este último y no por la NKVD) y tal vez quiso anticipar la imbricación de Besteiro en el golpe de Casado. <<

[13] Azcárate informó el 12 de julio de 1937 que ello había causado mala impresión. En conversación con un escritor especializado en temas militares abordó la posibilidad de que pudiera ir a España una comisión de oficiales. La respuesta de Prieto fue entonces negativa (AMAE-AB: caja R 9). <<

[14] Todo lo que antecede y sigue es una glosa del informe de Goddard, fechado el 14 de marzo de 1938, que se encuentra en TNA: AIR 2/3261. Tiene cerca de 60 páginas. A él ha hecho referencia recientemente Cerdá si bien se centra en las erróneas conclusiones que Goddard extrajo sobre el empleo táctico y estratégico de la aviación. Goddard llegó a ser mariscal del Aire en la segunda guerra mundial. Falleció en 1987. <<

[15] Profundizar en esta línea de argumentación (que ya tocamos someramente en La soledad de la República) sería interesante para contrarrestar las distorsiones neofranquistas que invaden las librerías y las grandes superficies españolas. Mientras tanto, esperamos con impaciencia los resultados de la investigación de José Luis Ledesma. <<

[16] Hacia la misma época Labonne informaba también del inmenso esfuerzo de disciplina de la España republicana, en formación de combate total, controlada por dos hombres, Negrín y Prieto, mientras la aviación italiana bombardeaba a su placer toda la costa mediterránea (DDF, VIII, doc. 150). <<

[17] Naturalmente Prieto quería pasar este mensaje, en la línea de Negrín y Azaña, pero no hay que atribuirlo a una intención de mera propaganda. Me inclino más bien a creer las afirmaciones del Prieto de la época y a descreer lo que dijo después, por necesidades del guión que se inventó tras su ruptura con Negrín. Bayo recuerda (p. 199) que uno de los objetivos de la misión era comprobar que la República no era «una sucursal de Moscú». <<

[18] Sentimiento que confirmaría posteriormente Luis de Azcárate (pp. 35s). <<

[19] Poco antes, el jefe del EM de la Armada había hecho una exposición algo más optimista al agregado naval francés, alertando sobre la futura recrudescencia de las acciones aeronavales italianas en el Mediterráneo (DDF, VIII, doc. 65). <<

[20] El detonante del examen pudo ser una conversación telefónica entre Negrín y Azcárate el 28 de marzo en la que este último urgió que se mostrara a ingleses y franceses todo lo posible respecto a suministros de material de guerra a Franco y todos los equipos que indicasen su fabricación reciente (AMAE: FPA, caja 104, E 8). <<

[21] De ella se han hecho eco Vidarte (pp. 821s), Bolloten (pp. 824s) y, recientemente, en un libro plagado de errores fácticos, Diez (pp. 161s). El primero afirma que Negrín le dijo en algún momento que, sin consentimiento del Gobierno, Prieto había hecho a Inglaterra «graves ofrecimientos». <<

[22] Esta última afirmación no encaja con lo que Goddard dejó escrito en su informe sobre la escasa influencia que el propio Prieto atribuyó a la URSS. Mi interpretación discrepa de la de Bolloten, en mera clave anticomunista (aunque no pudo leer el informe global y su correspondencia con Pearson no le aclaró nada). No dice por qué no escribió a Goddard. <<

[23] Mi interpretación difiere de la tesis, generalmente admitida, de que en este punto Azaña empezó a desbordar su papel constitucional. <<

[24] Goddard plasmó que Prieto invitó a la flota británica a hacer una visita a la base de Mahón, con el fin de contrarrestar la presencia italiana en Mallorca. ¿Sabía que los franceses habían pensado en algún momento en ocupar Menorca? En lo que se refiere al informe enviado directamente al Foreign Office no cabe descartar que fuese a parar al MI6. <<

[25] No la he rastreado. Probablemente se debía a una sugerencia española de intensificar la cooperación con el EM francés. Para ello se consideraba necesario convencer a este de que el EP había ya alcanzado un alto grado de madurez, organización y eficacia que le permitían obtener un rendimiento razonable del material que adquiría en el extranjero. Por otro lado, se partía de la hipótesis de que una República militarmente fuerte respondía al interés de seguridad de Francia. (Nota, sin fecha, en AJNP). <<

[26] La víspera, Leche se había hecho eco de la imposibilidad para el agregado militar de obtener información de tal carácter, ante la sospecha de que podría ir a parar a Salamanca. Agregó: «Hay que recordar que no estamos tratando con un país civilizado normal». Sin comentarios a tan elegante apostilla. <<

[27] Lo cual demuestra su despiste. La Cóndor había tenido un papel esencial en la campaña del Norte (Viñas, 1984, pp. 184ss). <<

[28] El informe de Colyer se encuentra en TNA: AIR 2/3289. <<

[29] En un antiguo Who’s Who Cusin apareció como «délégué du Gouvernement pour les relations interministérielles avec la République espagnole» para el período 1937/39. <<

[30] Más tarde (1961, pp. 169s) intentó lavar la cara de los Gobiernos franceses y atribuyó a Stalin una política del «tiro la piedra y escondo la mano» en materia de suministros a la República dejando a Francia en vedette y sola ante el peligro. <<

[31] Beevor (p. 477) es uno de los últimos. Rapalino (p. 253), el último que conozco. Bennassar habla (p. 232) de «reapertura, con el fin de acelerar los suministros de armas». <<

[32] Por ejemplo: Il Messagero del 21 de enero o Il Giornale d’Italia del 4, 9 y 10 de febrero de 1938. Transmitidos por la embajada británica a Londres. TNA: FO 371/22636s. La prensa de extrema derecha francesa tampoco se quedaba atrás. <<

[33] Esto es algo que el nuevo vicepresidente del Gobierno y ministro de Asuntos Exteriores, general Gómez-Jordana, reconoció ante el agente británico. Al tiempo afirmó falsamente que no había generales extranjeros en España y que la influencia foránea sobre el Cuartel General era nula. Le pidió que el Gobierno británico hiciera valer su influencia cerca del francés para que se cerrara la frontera. Hodgson, ingenuo, no albergó dudas de que su interlocutor, oficial y caballero, le decía la verdad. Despacho del 18 de marzo de 1938. TNA: FO 371/22640. <<

[34] Los resúmenes para enero y febrero se encuentran en FO: 371/22639 y para marzo en 22643. Howson ya llamó la atención al respecto. <<

[35] Negrín no quería ir a París si no le invitaban. Así lo comunicó al subsecretario de Economía, Demetrio Delgado de Torres, el 19 de febrero. Le pidió que no confiase la menor información a cartas o telegramas, ni aun cifrados, en todo lo que se refería a las cuestiones de tránsito (AJNP). <<

[36] Si la idea fue de origen francés coincidió con la soviética. Agentes de esta nacionalidad entraron en conversaciones con los franceses para ver si era posible que estos adquiriesen diez Douglas en Estados Unidos. El director adjunto del GRU, Guendin, dio instrucciones (Radosh at al., doc. 69) de que se compraran al menos tres que se utilizarían primero en China, en la operación «Z», pero no se le olvidó decir que pedirían inmediatamente su importe a los republicanos. Ignoramos si la compra se produjo o no. De lo que no cabe duda es de que se trataba de una argumentación miserable. Los republicanos necesitaban aviación como agua en el desierto. Es uno de los pocos casos documentados en que se advierte con claridad el impacto de China en la guerra civil española. Las desmesuradas conclusiones políticas que del caso extrae Radosh (p. 424) han sido rectificadas, acertadamente, por Kowalsky (pp. 239s). <<

[37] El 25 de febrero Prieto ordenó a Ossorio que se abstuviera de entrar en tal tipo de contactos. La operación la llevaba él personalmente y los proveedores exigían el máximo secreto. No había que cruzar «una sola palabra escrita, aunque se transmita en cifra, debiendo quedar todo reducido a tratos verbales de carácter secreto entre reducidísimo número de personas». El embajador, por su parte, se emberrinchonó y se quejó de la locuacidad francesa. El viaje de Negrín debía estar rodeado del más estricto secreto pero la señora de Auriol se había enterado. También lo sabía la plana mayor socialista (AJNP). <<

[38] Todo lo que antecede está tomado de documentación conservada en AJNP. <<

[39] No tenemos espacio para abordar la evolución austríaca o internacional. Las afirmaciones anteriores están tomadas de los trabajos de síntesis de Garscha y Staudinger. <<

[40] Se trata de un bulo que dañó la credibilidad republicana pero los británicos, al tratar de confirmarlo, obtuvieron pruebas de que los alemanes suministraban grandes cantidades de material por Bilbao y en condiciones de extremo secreto (telegrama del 18 de marzo. TNA: FO 371/22639). <<

[41] Ramón y Jesús Salas (p. 318) consideran absurdamente que fue una reacción a la oferta de bases por parte de Azaña a que ya hemos aludido. El segundo autor (III, p. 139) sigue insistiendo en ello. Es una interpretación indefendible. Véanse Doise y Vaïsse (p. 393) para una puntualización. <<

[42] Entre los más recientes, y en castellano, Avilés Farrés (pp. 135s), Moradiellos (2001, pp. 195ss) y Jesús Salas (III, pp. 149s). Mi argumentación es con frecuencia diferente y mi crítica a Blum más acerada. <<

[43] Azaña lo confirmó en sus Apuntes (p. 277). Beevor (p. 497) presenta de manera totalmente errónea la situación al afirmar que Negrín pidió la intervención directa en España con, además, cinco divisiones. Evidentemente, no ha leído. <<

[44] Una referencia en el diario de Azcárate (p. 358) permite sustentar tal hipótesis. El 16 fue a ver a Paul Reynaud quien le dijo que la víspera había hablado con Blum «y le había dicho una cosa muy sensata: que se trataba de una cuestión técnica, sobre la cual los militares eran los llamados a expresar una opinión». No está claro si lo dijo Reynaud o Blum. Lo que sí parece claro es que fue el último quien se atuvo a ello. <<

[45] Traigamos a colación que el 3 de enero Blum había dicho al embajador británico que el conflicto español iba a terminar en tablas y que sería conveniente que el Reino Unido y Francia propusieran una mediación (TNA: FO 371/22659), un avance con respecto a su postura de julio de 1937 pero que no constituía un paso al frente. <<

[46] Durante el franquismo fue de buen tono exagerar la posibilidad de una eventual intervención francesa. De aquí que el profesor de la Cierva (1973, p. 79) no tuviera el menor inconveniente en colocar a Gamelin a la cabeza de los «intervencionistas». De dónde pone en su boca que los reyes de Francia harían la guerra no está identificado (ignora que fue Morel —un militar monárquico— quien lo dijo pero en otro contexto). Más tarde, ya catedrático (1982, p. 11), insistió con las mismas palabras. No se trata de un tema baladí, como veremos en el capítulo duodécimo. Es el punto central de una vergonzosa operación de mixtificación. También Payne (2008, p. 7) cree hoy, sin justificación alguna, que el EM francés consideró la posibilidad de una intervención militar directa. <<

[47] La literatura, sin excepción, se ha fiado de Labonne. En nuestra opinión, tenía un juego algo más complicado y de cosecha propia. Su cónsul general en Barcelona introdujo restricciones draconianas a la concesión de visados para todos aquellos que, en medio de los bombardeos fascistas, querían evacuar a sus familias. Labonne daba buenas palabras pero Zugazagoitia escribió el 5 de mayo a Pascua, ya en París, que no parecía que las órdenes hubiesen emanado de las autoridades parisinas (AHN: AP, 2/16). <<

[48] Lacroix-Riz (pp. 366ss) ha encontrado ejemplos de cómo la jerarquía del EM y del DB se apañaron para minusvalorar y descartar los informes favorables al EP y, en ocasiones, a sus autores. Siempre hubo profranquistas agazapados en los altos escalones militares franceses. <<

[49] Léger jugaba limpio con los británicos. Ya en enero les había dicho que en el tráfico transfronterizo, que Sir Eric consideraba inevitable en las condiciones políticas de la época, no figuraban armas francesas. La embajada lo confirmó por otras fuentes. Sir Eric añadió en su informe que la guerra en España había alcanzado tal nivel que sólo los últimos modelos de aviones, antiaéreos y cañones eran útiles. Francia no podía prescindir de ellos. En cuanto a municiones, el EP estaba pertrechado con armas soviéticas que tenían calibres diferentes de los franceses. Lo que Francia suministraba eran alimentos, equipos médicos y materias primas (TNA: FO 371/22636). <<

[50] Bonnet se lo contó también a los norteamericanos. El conflicto español, subrayó, tocaba a su fin (Lacroix-Riz, p. 362). <<

[51] A pesar de todo el secretismo tanto los británicos, a quienes los rumores llegaron de inmediato, como los italianos se enteraron de las disposiciones aprobadas. A ellas aludió el encargado francés en Roma el 27 el 29 de mayo de 1937 (DDF, IX, nota al doc. 390). <<

[52] Esto rectifica la versión convencional de Payne (2003, p. 320: apertura oficial) quien sí acierta al afirmar que Chautemps ya había abierto la frontera «en secreto». <<

[53] Daladier ordenó a Morel que rindiera informe en París. Morel señaló que la causa general del revés republicano era la inmensa superioridad aérea franquista. Se juntaron un desplome de moral y una huida que abrió un hueco en la defensa. Lo que la República necesitaba era aviación, por lo menos 300 aparatos, el doble de lo que había pedido Negrín. Envíos limitados no servirían de mucho, salvo para la moral (ibid., doc. 524). Cuando se entrevistó con Prieto, este dijo a Morel, en un tono emotivo, que no esperaba un apoyo francés adecuado pero que tenía la convicción absoluta de que la acumulación por el Eje de tanto material de guerra también estaba dirigida contra Francia (DDF, IX, doc. 59). <<

[54] El mismo día, Sir Alexander Cadogan, sucesor de Vansittart, registró aprobadoramente en su diario (p. 63) la inmortal frase, adaptada, de Bismarck, de que ni siquiera el próximo objetivo de Hitler (Checoslovaquia) «valía los huesos de un solo granadero británico». En relación con las consecuencias del Anschluss, uno de los diplomáticos en ascenso en el Foreign Office, había sugerido que lo mejor que cabía hacer con España y Checoslovaquia era «dejarlas que se las llevara el diablo». <<

[55] En este trabajo no priorizamos las acciones británicas a través del CNI, que han estudiado muchos otros autores (recientemente, por ejemplo, Stone, pp. 87ss). <<

[56] Prieto sugirió una tregua en el bombardeo de zonas urbanas que mereció una despectiva respuesta del bando franquista. Para Thompson se trataba de una prueba convincente de los sentimientos que animaban «al Generalísimo y a sus asesores militares, españoles y extranjeros». Escribió un párrafo de antología: «El fanatismo y el odio están demasiado enraizados en quienes detentan posiciones de autoridad así como entre la oficialidad (sobre todo en algunas unidades como las Brigadas Navarras)». Telegrama del 1 de febrero de 1938. TNA: FO 371/22659. <<

[57] Esta es una traducción más correcta que la que suele utilizarse en la que se menciona el término «solución» al tema español. <<

[58] Son clarividentes, a tal efecto, los informes de Azcárate de 24 de febrero y de 15 de agosto de 1938 en AMAE: FPA, caja 109/E4 y caja 106, respectivamente. Aunque se escapa a nuestros propósitos, hemos de subrayar que las maniobras de Chamberlain contra Eden habían estado precedidas de contactos «discretos» entre uno de sus hombres de confianza con su homólogo de la embajada italiana. En ellos quedó claro que la cuestión española no exigía una solución previa para llegar a un acuerdo. Chamberlain «orientaría» en tal sentido la prensa y la opinión pública británicas (DDI, VIII, doc. 124). <<

[59] El episodio mostró al Foreign Office que desde el momento en que accedió al puesto de primer ministro, Chamberlain había seguido una diplomacia paralela, al margen de los cauces habituales, con el respaldo de unos periodistas halagados y convertidos en auténticos cortesanos (Cockett, pp. 105s). Dutton (p. 103) añade datos y subraya el papel del siniestro Sir Joseph Ball. <<

[60] Lo que antecede es una glosa rápida de varios documentos, en general titulados con variantes en torno a «Spanish question, situation, aspects» y «Anglo-Italian conversations» en TNA: FO 371/22638s, fechados entre 28 de febrero y 18 de marzo. Hay muchos más, parte de los cuales se han impreso en DBFP, XIX. En el doc. 662 se incluye una relación de las últimas negociaciones. <<

[61] Este tema, uno de los más escabrosos de la gestión chamberliniana y sobre el que pasan como sobre ascuas numerosos historiadores, ha sido iluminado convincentemente por Cockett, autor poco citado entre quienes desean rescatar a Chamberlain. No es de extrañar que Sir Samuel Hoare, en la crucial cartera de Interior, diese a entender al duque de Alba que la mejora en las relaciones con Franco se notaría incluso en la prensa (Moradiellos, 1996, p. 255). <<

[62] La gestión, que daría mucho más de sí, se encuentra en TNA: FO 371/22643. Los subrayados son del original. Un análisis más pormenorizado, que aquí no podemos acometer, revelaría hasta qué punto llegó la duplicidad del Gobierno de Chamberlain y de sus más altos cargos en el Foreign Office. <<