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[d44] Telegrama del general Miaja a Negrín

sobre la situación en la zona

Centro-Sur

Telegrama cifrado de VALENCIA

N.º de origen 680      Depositado el 1.2.39 a las 23.55 horas
N.º orden133 Recibido en cifra el 2.2.39      a las 9.30 horas

Ruego comunique siguiente telegrama a Presidente Consejo Ministros y Ministro Defensa Nacional.

En cumplimiento de cuanto me ordena en su radiograma fecha de hoy, en el que me pide le informe la situación militar moral de los combatientes en esta zona, tengo el honor de informarle lo que a continuación le expreso, después de haber oído a los Jefes de los Ejércitos que integran este Grupo:

La situación militar, después de realizadas las operaciones ofensivas en el frente de Extremadura, es simplemente peor que antes.

Las reservas generales del Grupo de Ejércitos empleadas en la misma se han desgastado bastante y su potencia de fuego, ya muy mermada antes de iniciarse, se ha debilitado aún más, por las pérdidas e inutilizaciones de armamento que toda acción lleva consigo. Las unidades han tenido numerosas bajas, especialmente en sus cuadros de mandos, difíciles de sustituir, y las de la tropa habrá de hacerse con los individuos últimamente movilizados, cuya moral de guerra, no se escapa a su consideración, es bastante deficiente.

Respecto al armamento, no sólo será imposible reponerlo sino atender a las más imperiosas necesidades de los Ejércitos, que tienen sus unidades de línea pobremente dotadas, con la consiguiente preocupación de sus mandos, en caso de que el enemigo hiciera una acción sólo medianamente potente. El material de artillería está muy desgastado, sometido a constante tormento, sin que haya sido no ya reforzado sino reemplazado. Ni sus condiciones balísticas ni su resistencia mecánica permiten realizar en condiciones debidas su acción fundamental de apoyo a la infantería, salvo raras excepciones. Al segundo día de toda acción, el porcentaje de material momentáneamente inutilizado es verdaderamente desconsolador. Escasez de armamento de toda clase, de cuadros de mando en todos sus escalones, de alimentación de la tropa y de vestuario, especialmente calzado, resumen la situación de los combatientes que si no es mala sí es lo suficientemente deficiente para preocupar a los mandos superiores de esta zona.

La situación moral, hasta el momento actual, es buena. Los Jefes de Ejército, a quienes he reunido y cuya opinión va en parte reflejada en este radiograma, me han manifestado que hasta este momento, a pesar de la inquietud sufrida por los siete días de incomunicación mantenida con esa región, no se ha advertido el menor desaliento y la fuerza continúa rindiendo, como siempre, todo lo que puede y sabe. Las deserciones ocurridas estos días no son ni muy alarmantes ni anormales, por lo menos así lo dicen dichos Jefes a la vista de los datos oficiales facilitados por las grandes Unidades subordinadas. En este aspecto de la cuestión puede decirse que la situación moral es delicada y requiere una atención constante por parte de todos los mandos para proceder enérgicamente y captar cualquier síntoma por pequeño que fuese, para evitar a toda costa cualquier chispazo cuyas consecuencias de momento no puedo precisar cuáles pudieran ser. No puedo opinar lo mismo respecto a la moral del personal llamado a filas como consecuencia de los últimos decretos sobre movilización. No tengo nota de que se haya producido incidente alguno ni que se haya hecho manifestación de ninguna clase, pero tengo las constantes y numerosísimas peticiones de excepción del servicio que constantemente llegan a mi poder, firmadas y avaladas por organizaciones y organismos oficiales, dando una sensación clara y terminante del pobre entusiasmo que tal movilización ha producido en la retaguardia; claro es que tal llamamiento comprende a gran parte de los hombres que mantienen las actividades agrícolas, industriales y políticas de esta zona, y que su incorporación total produciría un colapso de la vida militar y civil de la misma; pero no hay que engañarse, al lado de los hombres verdaderamente insustituibles se agrupan muchos, muchísimos, que no quieren ir a filas, a pesar de su probado republicanismo, y aunque estos son apartados y rechazadas sus demandas, sirve para poner de manifiesto un estado real, que yo estimo deber manifestar a V. E.

De la moral de la retaguardia solicité los informes que me ordena de los Gobernadores Civiles y oportunamente se los remitiré, pero puedo adelantarle lo siguiente sobre el particular.

El orden en la zona es perfecto y absoluto. Nunca hubo una tranquilidad parecida. Los partes diarios no acusan ningún incidente, todos de índole común y sin ninguna relación con la guerra. Ahora bien, yo someto a su consideración el hecho de una población que lleva dos años y medio de guerra, que tiene a sus hombres en el frente y que padece hambre; en estas condiciones no es mucho decir que está cansada de la guerra, cansancio que se refleja claramente en Madrid, cuyo calvario es de todos conocido. Con toda lealtad y sinceridad, expongo conforme me interesa mis impresiones sobre la situación real de esta zona, por creer que así cumplo mi deber y sirvo a los altos intereses de la República.

Con todo respeto queda a sus órdenes su buen amigo y subordinado.

JOSÉ MIAJA

Fuente: AJNP.<<