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[d3] Desviación del comercio exterior

de la zona franquista hacia las potencias del Eje

Fuente: Das spanische Aussenhandel, AMAF, legajo R88/v.1001, reproducido en Viñas et al., p. 244. También se encuentra en García Pérez, p. 60.

En el plano estrictamente técnico este cuadro plantea interrogantes. El primero es que no cubre la totalidad de las corrientes comerciales españolas, ya que excluye el Protectorado de Marruecos y las Islas Canarias. El segundo es que se ignora cómo los estadísticos alemanes, que utilizaron no los datos españoles sino los de los socios comerciales de España, hicieron la conversión a marcos[1]. El tercero es que no diferenciaron las dos zonas. Por último, dejaron de lado el socio más importante para la República, que fue la Unión Soviética. Ello no obstante, cabe pensar que para los años de la guerra, esencialmente 1937 y 1938, las potencias del Eje y Portugal comerciaron sobre todo con la zona franquista y no con la republicana. El cuadro muestra el peso extraordinario del Tercer Reich en la importación española, a costa esencialmente de Estados Unidos, y la recuperación del papel de la Italia fascista. Incluso las importaciones procedentes de Portugal duplicaron el volumen registrado para 1936. Paralelamente decreció el peso de Francia, que comerciaba básicamente con la zona republicana. No es necesario subrayar que la contracción de las importaciones se vio acompañada por desplomes de consideración en otro caso muy cualificado como Estados Unidos y que Inglaterra vio mermadas sus ventas.

Fuente: la del cuadro precedente, reproducido en Viñas et al., p. 245.

En la vertiente de la exportación el cuadro es muy explícito. Que Italia alcanzase prácticamente a Estados Unidos en sus compras a tan sólo una de las zonas revela la magnitud de la desviación. El Tercer Reich por su parte mantuvo una posición dominante durante el conflicto como adquirente de productos españoles. En 1937, por ejemplo, se situó casi a la par con Inglaterra, que comerciaba con ambas zonas. Al año siguiente la superó sin dificultad.

No se sabe si los datos referidos a 1936 comprenden la totalidad del territorio peninsular. Es verosímil que así fuera. El salto que se produjo al año siguiente resultaría tanto más espectacular. Ello indicaría que la zona franquista exportó al Tercer Reich casi tanto como la España peninsular el año precedente. En cualquier caso, la escalada más significativa es la que se dio en 1938, cuando en términos de tonelaje las ventas casi se duplicaron con respecto a 1937. Obsérvese que en los años centrales de la guerra el peso de las materias primas fue absolutamente desproporcionado y, a efectos prácticos, casi se aproximó al total de la exportación. Dentro de ellas, el mineral de hierro[2] y las piritas se llevaron la palma. Esto, y no otro, fue el resultado del funcionamiento del mecanismo HISMA/ROWAK y no extrañará, en consecuencia, que los nazis impusieran su mantenimiento hasta el final de la contienda.

En el caso de Italia las desviaciones fueron menores. En primer lugar porque las corrientes más importantes se dirigían al Tercer Reich. En segundo porque los italianos no contaban con un mecanismo institucional ad hoc. En tercero porque sus posibilidades de absorción eran inferiores. Pero, aun así, las desviaciones existieron. Es fácil observar los bruscos saltos que se produjeron de 1936 a 1937 en las piritas y mineral de hierro y, sobre todo, de 1937 a 1938 en aceite de oliva, mineral de hierro y fundición.

Fuente: la misma de los cuadros precedentes, reproducido en Viñas et al, p. 246. <<