[d10] La gran estrategia de la Comintern
hacia España.
Las tareas esenciales del PCE
A) En el orden político
Teniendo en cuenta que el Parlamento actual ha sido elegido en la época en que el Gobierno de la reacción estaba en el poder; que la mayoría de los diputados han desaparecido (una parte se ha pasado al enemigo, otra ha sido asesinada por los fascistas); que el Parlamento actual no refleja los cambios que se han producido en las relaciones de clase en el país durante el período de la guerra civil; que los fascistas españoles, apoyándose sobre las tropas de ocupación, italianas y alemanas, para aplastar a las masas populares de España, han alzado contra ellos a todo el pueblo español que lucha por su independencia nacional; que la política del Gobierno del Frente Popular ha ganado para la República democrática de nuevo tipo a nuevas y amplias capas populares; el PC considera necesario hacer una propuesta de nuevas elecciones parlamentarias.
Un tal plebiscito nacional demostrará ante todo el mundo que en el mismo momento en que los Estados burgueses democráticos permiten impunemente al fascismo alemán e italiano agredir al pueblo español —y el Gobierno conservador de Inglaterra hace esfuerzos para que sea reconocido el derecho de beligerancia a Franco— el pueblo español, en su aplastante mayoría, está al lado del Gobierno del Frente Popular, al lado de la democracia contra el fascismo, contra todo compromiso con él, del cual aparecen como iniciadores, según es sabido, los conservadores ingleses.
Las elecciones parlamentarias pondrán al desnudo los politicastros fracasados que, por su oposición sistemática al Gobierno del Frente Popular, juegan el papel de cómplices del fascismo.
Las elecciones demostrarán que esos politicastros y los grupos de oposición creados por ellos, que se regocijan cínicamente ante los más mínimos reveses del Ejército republicano, utilizándolos contra el Gobierno del Frente Popular, que toman bajo su defensa a los espías del POUM, no tienen ningún arraigo en el país y son rechazados con indignación por la aplastante mayoría del pueblo español.
Las elecciones movilizarán aún más a las masas para la lucha contra el fascismo; elevarán su entusiasmo; reforzarán al bloque popular de todas las fuerzas antifascistas; reforzarán y consolidarán la autoridad del Gobierno del Frente Popular y crearán las condiciones para terminar la guerra cuanto antes y consiguiendo la victoria.
Para que las nuevas elecciones se realicen sobre una base democrática es preciso que sea el propio Parlamento quien, a proposición del Gobierno, decida sobre su propia disolución, llame al pueblo a nuevas elecciones, vote la nueva ley electoral, la cual, al mismo tiempo que establecerá el sufragio universal directo, igual y secreto, establezca la representación proporcional, la reducción de edad para los electores, el derecho de voto para los militares, etc.
Si el Parlamento actual, por una u otra causa, no toma la decisión concerniente para la convocatoria a nuevas elecciones, es preciso conseguir que el Presidente de la República, basándose en la voluntad claramente expresada por los partidos del Frente Popular, dé un decreto de disolución del Parlamento y de convocatoria a nuevas elecciones.
Las elecciones deben realizarse bajo el signo de reforzamiento del Frente Popular, de la movilización de las masas populares para la victoria contra los rebeldes y los invasores alemanes e italianos, bajo el signo de la lucha por la independencia nacional del pueblo español.
Para alcanzar el éxito en la realización de estas tareas, es preciso asegurar la unidad de las fuerzas de los Partidos comunistas y socialistas en un único bloque que lleve tras de sí a todos los otros Partidos y Organizaciones antifascistas. Por eso es necesario que los comunistas y socialistas lleguen previamente a un acuerdo sobre la necesidad de convocar a elecciones, sobre la forma en que estas deberán realizarse y sobre los puntos esenciales de la plataforma electoral que reúna las reivindicaciones fundamentales de las masas en función de organizar la victoria contra el fascismo y por consiguiente en la obra de consolidación de las conquistas de la revolución popular. Los comunistas y los socialistas, presentando juntos la proposición de convocar a nuevas elecciones, harán todos los esfuerzos necesarios para que todas las organizaciones y partidos antifascistas se presenten a las elecciones con un programa y una lista única de candidatos, en la cual deberán ser incluidos también algunos sin partido, particularmente campesinos y soldados.
Para que las elecciones reflejen exactamente las simpatías políticas de las masas es preciso que al componer las candidaturas comunes de Frente Popular el número de candidatos de cada partido y organización corresponda a la fuerza real de cada uno. Al defender este principio, el PC estará dispuesto, sin embargo, a hacer algunas concesiones con el propósito de conseguir que a las elecciones sea presentada una lista única de Frente Popular, pero insistiendo al mismo tiempo sobre la necesidad de que las candidaturas lleven el nombre y el emblema de las organizaciones y partidos que participan en las elecciones, con el objeto de poder comprobar la influencia real de cada uno.
Ahora bien, si a pesar de los esfuerzos del PC no se llegara a un acuerdo sobre la candidatura única del Frente Popular, es absolutamente indispensable que socialistas, comunistas y JSU se presenten unidos en las elecciones. En este caso el PC deberá hacer todas las concesiones necesarias para conseguir esta lista común.
Si el Gobierno no estuviese de acuerdo con nuestra proposición de convocar a nuevas elecciones, el Partido Comunista se dirigirá al pueblo explicando su posición ante este problema, posición que es dictada en interés del reforzamiento de la República popular, tanto desde el punto de vista nacional como internacional y de la victoria rápida contras las fuerzas enemigas coaligadas.
Teniendo en cuenta que por el decreto de Galarza los Concejos provinciales y municipales no fueron elegidos sino nombrados, y que su composición está en oposición con los intereses del Frente Popular —ya que en estos Concejos provinciales y municipales se ha dado una mayoría considerable a los representantes de la UGT y de la CNT y una minoría insignificante a los Partidos políticos; teniendo en cuenta que las tareas que se plantean actualmente ante los Concejos municipales son tareas muy complicadas y de gran responsabilidad (abastecimiento, transporte urbano, alojamiento, higiene, etc.) y que en la solución de estos problemas deben participar todas las fuerzas del Frente Popular, el PC debe pedir, basándose en la Constitución republicana, la convocatoria para elecciones de los Concejos Municipales y Provinciales.
Presentándose en un bloque único con los socialistas, en estas elecciones, el PC debe conseguir que también en ellas se presenten en una única lista de Frente Popular todos los partidos y organizaciones antifascistas de cada localidad.
Con propósito de consolidar la autoridad del Gobierno, el bloque comunista-socialista insistirá ante él para que se encargue de la realización de la campaña electoral, nombrando una Junta electoral compuesta por los representantes de todas las organizaciones y partidos que forman en el Frente antifascista, bajo la presidencia de un miembro del Gobierno.
Siempre con el mismo propósito de consolidar la autoridad del Gobierno, los comunistas y socialistas tratarán de obtener:
Si la dirección de la UGT y de la CNT quisieran participar lealmente en la aplicación de la política del Frente Popular es conveniente atraer al Gobierno a un representante de cada una de esas organizaciones.
Las nuevas dificultades por las que pasa actualmente la República española que se manifiestan a través del hecho de que el pueblo español se ve obligado a luchar no solamente contra los rebeldes de su propio país sino también contra la intervención armada de los Estados fascistas —Alemania, Italia, Portugal—, sostenida por el Gobierno conservador de Inglaterra y por todas las fuerzas reaccionarias de Francia; de que los Estados fascistas aplican un bloqueo marítimo contra la República española, con el propósito de privar al pueblo de víveres, de petróleo y de carbón y producir el hambre; de que el carácter prolongado de la guerra produce el miedo entre los elementos vacilantes e inestables; todo eso exige de las organizaciones y Partidos del Frente Popular, de los comunistas y socialistas en primer lugar, una política firme y consecuente frente a los grupos de oposición que se transforman en los portavoces del estado de espíritu de capitulación ante los agresores fascistas, cubriéndose con frases radicales.
Los comunistas y socialistas, así como las demás organizaciones y Partidos del Frente Popular, verdaderamente antifascistas, deben reforzar su campaña entre las masas para explicarles que a pesar de todas las dificultades, el pueblo español, sostenido por el proletariado internacional y todas las fuerzas democráticas del mundo, vencerá, si es que se realizan las medidas indicadas en el programa del Frente Popular y particularmente:
A pesar de la existencia de grandes dificultades en el establecimiento de la unidad de acción con la CNT, es preciso que los comunistas y los socialistas hagan el máximo esfuerzo para ligarse más sólidamente con sus organizaciones y para llegar a la conclusión de pactos de unidad de acción con ellas. Para eso es preciso:
Los comunistas deben asimismo participar en los trabajos de los comités de enlace de las dos organizaciones y ser los iniciadores de la creación de esos comités, para transformarlos en órganos al servicio de la unidad de acción entre UGT y CNT y de esa forma preparar las condiciones para la unidad sindical.
Teniendo en cuenta el trabajo escisionista que realiza en la dirección de la UGT el grupo Largo Caballero, los socialistas y comunistas al manifestar su protesta contra esa política deben al mismo tiempo reforzar la acción común al interior de la UGT para la defensa de su unidad, haciendo que las organizaciones de la UGT, con la presencia de los representantes de todas las Federaciones —inclusive las que fueron excluidas— con el objeto de detener el trabajo criminal de los escisionistas y elegir una dirección que refleje la voluntad de los afiliados a la UGT y asegure la participación de esta organización en el Frente Popular.
El CC del PC deberá establecer una colaboración más estrecha con el PSUC, ayudándole a corregir ciertas faltas izquierdistas que ha tenido y que se han expresado:
El CC del PCE debe tener en cuenta la experiencia de los reveses militares de Vizcaya y prestar una atención especial al frente de Aragón, ayudando al PSUC a consolidar ese frente, a reorganizar las industrias necesarias a la defensa nacional y para establecer el orden revolucionario sólido, tratando de obtener que el PSUC en su conjunto realice la misma línea política y táctica que el PC de E.
Continuando la campaña para la creación del Partido único del proletariado de España, los comunistas no deben forzar la fusión del PC con el PS. En lo que concierne al PS, los comunistas deben guiarse por la idea que lo esencial y fundamental para la consolidación y desarrollo del Frente Popular es la unidad de acción de los dos partidos en el seno del Gobierno, en todos los órganos de poder, en los sindicatos, en el ejército, en la dirección de las industrias, así como su acción común en las elecciones parlamentarias y municipales. Si los dirigentes socialistas no están de acuerdo con la fusión inmediata, los comunistas no deben por su acción crear la impresión que se proponen absorber al PS; deben demostrar con los hechos que, en interés de la causa común, es preciso continuar la unidad de acción para asegurar la victoria del pueblo sobre el fascismo.
Si la dirección del PS retarda la fusión de los dos partidos, y si como consecuencia de eso, ciertas organizaciones de base del PS quisieran adherirse independientemente al PC, este debe convencerlas que en beneficio de la causa común sería mucho más útil en el momento actual que continuaran su trabajo en el interior del PS reforzando la unidad de acción y preparando con eso la fusión de los dos partidos en un partido único del proletariado.
En el caso de que se realizara la fusión del PC con el PS, los comunistas pueden hacer la proposición de nombrar ese partido «Partido socialista y comunista unificados».
En lo que concierne a la adhesión a la Internacional, el Partido único podrá mantener relaciones con las dos Internacionales para poder, como se establece en el programa de acción aceptado por los dos partidos, luchar por la unificación de las dos Internacionales.
El Partido deberá hacer todo lo necesario para activar los órganos del Frente Popular y crearlos allí donde todavía no existen. Hay que hacer penetrar profundamente en la conciencia de las masas antifascistas que la política de Frente Popular no es una política pasajera, sino que es la única política justa y de larga duración. Que da la posibilidad a todas las fuerzas populares de unirse para vencer al fascismo y para poder luego, a través del esfuerzo común, crear una nueva España. Con ese fin es preciso que el PCE tome la iniciativa para desarrollar aciones comunes de Frente Popular (mítines, conferencias, prensa, etc.).
A pesar de todas las dificultades, el Partido debe, con firmeza, persistencia y consecuencia, realizar la política del Frente Popular, luchando contra toda tendencia de restringirla, tomando las medidas necesarias para el reforzamiento y desarrollo del Frente Popular, asegurando la colaboración de todas las organizaciones sindicales con el mismo.
B) En el orden económico
Teniendo en cuenta que desde el comienzo de la rebelión, las grandes y medianas empresas que se encuentran en el territorio ocupado por el Ejército republicano han sido abandonadas por sus propietarios y han pasado de hecho a mano de los obreros; que la utilización de esas empresas se ha realizado en forma caótica, sin plan, ya sea por los diversos sindicatos o por los obreros de esas empresas; que esa dispersión de la economía nacional, justificada por las teorías anarco-sindicalistas sobre el papel decisivo de los Sindicatos en la dirección de la economía nacional, ha llevado a la desorganización de la vida económica del país, los Partidos y organizaciones del Frente Popular deben tomar medidas inmediatas para la normalización de la producción y la regularización de toda la economía nacional por los órganos del poder gubernamental, en colaboración estrecha con los sindicatos. Eso es tanto más necesario si se tiene en cuenta que para poder conducir la guerra con éxito es preciso movilizar todos los recursos económicos del país y utilizarlos más racionalmente para las necesidades de la defensa nacional. Es por eso que el Gobierno debe nacionalizar todas las grandes empresas de la industria y del comercio, poniéndolas al servicio del pueblo. Podrán hacerse excepciones con las personas que hayan demostrado su lealtad ante la República popular, así como para los extranjeros. Estos últimos deberán ser indemnizados por las empresas que les han sido nacionalizadas, pudiéndolas explotar también ellos mismos como empresas privadas pero subordinadas a las leyes de la República.
El Gobierno debe dirigir estas empresas mediante la ayuda de un Consejo coordinador de la economía, nombrado por él. En este Consejo coordinador de la economía deberá entrar un representante del Ministerio de Finanzas, Industria, Agricultura, Comercio, Transporte, de las cooperativas, de las organizaciones campesinas, de los sindicatos y de la Generalidad de Cataluña. (Un Consejo similar deberá crearse en Cataluña. El Consejo de Cataluña deberá trabajar en estrecho contacto con el Consejo nacional).
El Consejo de Economía deberá preparar un plan de producción para la industria y para la agricultura, organizar el funcionamiento de las fábricas y talleres, las empresas comerciales, las colectividades agrícolas, las cooperativas, etc., con el propósito de aumentar al máximo la producción de estas empresas y conseguir rebajar los precios. Deberá ocuparse del abastecimiento de materias primas para las industrias, de las simientes y abonos para las economías agrícolas, deberá fijar los precios máximos de venta de los productos industriales y agrícolas. Para que la política de los precios fijos pueda tener éxito es preciso que los ministros de Agricultura y de Industria tengan siempre a su disposición depósitos de mercaderías y de productos agrícolas que en un momento determinado puedan ser lanzadas en el mercado y por este medio producir la baja en los precios. El Consejo de Economía deberá regularizar la distribución de los productos basándose sobre las posibilidades de la producción y las necesidades del país. Deberá preparar los planes de exportación y de importación y controlar su aplicación.
Las empresas nacionalizadas deberán ser dirigidas por un director técnico nombrado por el Ministerio de Industria o por el Ministerio correspondiente del que dependa la empresa. Al nombrar el director se deberá tener en cuenta la opinión de los obreros sobre la candidatura propuesta para ese puesto. En todas las empresas, nacionalizadas o privadas, hay que crear los Comités de Control elegidos en asambleas generales de todos los empleados y obreros de las empresas. Este comité será responsable ante el personal de la empresa y deberá rendir cuenta periódicamente de su actividad, pudiendo ser destituido en cada momento y ser elegido otro en su lugar. El número de miembros que deberán formar este Comité de Control será establecido de acuerdo con la importancia de la empresa. Ante el Comité de centro se plantearán las siguientes tareas:
Toda la industria de guerra deberá ser no solamente nacionalizada sino también militarizada. Todo el personal que trabaje en las industrias de guerra deberá ser considerado como sujeto al servicio militar. El Ministerio de Armamento y Municiones dirigirá la industria de guerra y al mismo tiempo que rechazará la intromisión de parte de las organizaciones sindicales en la dirección de la industria deberá establecer una colaboración estrecha con esas organizaciones para conseguir aumentar al máximo la producción de toda suerte de armas, castigar implacablemente todo sabotaje y también la haraganería, como ayuda que se presta al enemigo.
El Partido debe reforzar su campaña para la creación de las cooperativas agrícolas de producción, venta y consumo, ayudar a las colectividades ya existentes libremente consentidas por sus componentes y reorganizar las que fueron creadas en forma violenta, dejando en libertad a sus componentes para que participen o no en ellas; luchar por democratizar las colectividades ya existentes (elección de sus consejos, rendición de cuentas, etc.). El P. debe vigilar la aplicación de los precios fijados por el Gobierno para los productos agrícolas así como para los industriales, luchando contra los especuladores y «nuevos ricos», tratándoles como enemigos del pueblo.
Puesto que no es posible asegurar la dirección de la economía del país sin llevar a cabo la nacionalización de los bancos, y sin que estos sean integrados en el sistema general de la economía nacional, es necesario nacionalizar todos los bancos existentes y reorganizarlos según la nueva estructura económica del país. Para eso es preciso que funcionen los bancos siguientes: Banco de España (de emisión), Banco Industrial, Banco Nacional de Agricultura, Banco del Comercio Exterior, Banco Hipotecario.
C) En el orden internacional
Es necesario reforzar:
Fuente: RGASPI, fondo 495, inventario 2, asunto 265, pp. 253-259.
Nota: Este documento se ha reproducido íntegramente gracias a la amable autorización del RGASPI, al que deseo expresar mi agradecimiento. <<