Notas

[658] Alusión a las heredades que el poeta tenía en su lugar natal de Sulmona (cf. Amores II 16, y Pónt. I 8, 41-42). <<

[659] Serie de imágenes muy frecuentes en los poetas latinos: cf., por ej., Ennio, Anales 442-3; Propercio, II 25, 5 y sigs., y Ovidio, Amores II 9, 19 y sigs., y Metam. VII 542 y sigs.). <<

[660] El soldado veterano, al licenciarse (emeritus), dedicaba sus viejas armas a sus Lares domésticos, depositándolas al pie de sus altares (cf. Propercio, II 25, 5). <<

[661] Cuando se jubilaban, se entregaba a los gladiadores una vara de honor (cf. Amores II 9, 21-22, y Marcial, III 36, 10). <<

[662] Cf. la nota 193 del libro I, y Pont. I 8, 43 y sigs. <<

[663] Dodona es una ciudad situada en el centro del Epiro, famosa por el santuario de Zeus dedicado a oráculos que tenía. Conocidísimo es, asimismo, el templo que Apolo tenía en Delfos y donde la Sibila, inspirada por el dios, predecía el futuro. <<

[664] El poema acaba con reiteradas adulaciones a Augusto, al que una vez más trata de divinidad. <<

[665] Cf. J. André, op. cit., pág. 121, nota 1. <<

[666] Op. cit., pág. 263. <<

[667] En Journal of Philology 35 (1920), 317. <<

[668] Loc. cit., pág. 320. <<

[669] Ya hemos dicho anteriormente (cf. la nota 133 del libro I) que estas aguas eran las del río o fuente Lete, que se hallaba en los Infienos y que hacían que el que las bebía olvidara su pasado sobre la tierra. <<

[670] Tisífone era una de las tres Erinias o Furias y, en concreto, era la vengadora del homicidio. Las Erinias habían nacido de las gotas de sangre de Urano que impregnaron la tierra. Se representan como genios alados, con serpientes en sus cabelleras, llevando en la mano antorchas o látigos, y habitaban en el Erebo, en los Infiernos (cf. Metam. IV 473 y sigs.). La leyenda presenta a Tisífone enamorada del joven héroe Citerón, al que mató haciendo que le picara una serpiente sacada de su cabellera, porque éste había despreciado el amor de la Furia (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 169 y 521). <<

[671] Piérides, como ya hemos dicho, es un epíteto generalmente aplicado a las Musas por Pieria, región de la Tracia, o por el nombre de su padre, Píero (cf. la nota 27 del libro III). <<

[672] Las ‘constelaciones secas’, como ya hemos dicho (cf. la nota 27 de este mismo libro), son las dos Osas, que están siempre visibles en el cielo y no se las ve hundirse en el mar. <<

[673] Motivo ampliamente desarrollado en las Geórgicas por Virgilio (III 220 y sigs.). <<

[674] Op. cit., pág. 7. <<

[675] Ovid, a poet between two worlds, University of California Press, 1945, pág. 132. <<

[676] «L’elegia autobiográfica di Ovidio», Ovidiana…, 353-378. <<

[677] Op. cit., págs. 31-47. <<

[678] Sulmona, lugar de nacimiento de nuestro poeta, es una ciudad samnita, situada en el centro de Italia: ocupa una cuenca del territorio peligno (cf. Amores III 15, 3, y Pont. I 8, 41-42), comprendida entre los ríos Aternus (hoy Pescara) y Sagrus (el actual Sangro) y regada por otros dos o tres ríos (cf. Amores II 1, 1), por lo que Ovidio la califica de ‘rica en aguas frescas’ (Trist. IV 10, 3) y de ‘fértil’ (Amores II 16, 7). <<

[679] El 43 a. C. los dos cónsules, Hircio y Pansa, cayeron luchando contra Marco Antonio en la campaña de Módena, exactamente durante el mes de abril. En primer lugar, Pansa fue vencido y herido el 15 de abril. Posteriormente, Hircio vence a Antonio, pero éste se reorganiza y libra una dura batalla el 27 de abril dando muerte a Hircio. Al día siguiente, Pansa moría víctima de las heridas recibidas en el primer combate. Un mes antes habla nacido Ovidio, el 20 de marzo (cf. la nota 97). <<

[680] En reiteradas ocasiones (cf. Amores III 15, 3-8, y Pont. IV 14, 49), pero especialmente en los Amores (III 8, 9-10), se enorgullece Ovidio de formar parte de una familia que pertenece desde antiguo al orden ecuestre y de no ser, por tanto, uno de esos nuevos ricos. <<

[681] El hermano primogénito de Ovidio se llamaba Lucio, y era exactamente un año mayor que él, de modo que los dos celebraban el mismo día la fiesta de su cumpleaños. Sobre él no tenemos ningún otro dato, salvo el que nos da más adelante el propio Ovidio (cf. los versos 31-32) de que murió a los 20 años de edad. De poco afortunada califica F. Della Corte (op. cit., II, 304) la pretensión de G. Doncieux de identificarlo con Lígdamo, un poeta del Corpus Tibullianum (cf. «Étude sur la personalité de Lygdamus», en la Rev. de Philol. XII (1888), 129-134). <<

[682] Éste es el dato que permite fijar el día del nacimiento del poeta, el 20 de marzo: alude aquí Ovidio a los Quinquatria, fiesta dedicada a Minerva y celebrada entre el 19 y el 23 de marzo, y en cuyo segundo día, es decir, el 20 de marzo, comenzaban las luchas de gladiadores. <<

[683] Breve alusión a la formación de Ovidio y de su hermano. Con toda probabilidad los dos comenzarían a educarse en la propia Sulmona con algún maestro de gramática o con sus propios padres. Pero pronto son enviados a Roma, como era costumbre entre los niños de su clase (una familia de antiguos latifundistas que gozaba de una buena situación económica), a estudiar gramática y retórica: parece que marcharon a Roma cuando contaban 13 y 14 años de edad, respectivamente. Nos consta que en Roma Ovidio frecuentó las clases de maestros tan insignes como Higino, Aurelio Fusco y Porcio Latrón (cf. Séneca [el Rétor], Controv. II 2, 8, y Quintiliano, Inst. Orat. X 5, 18). <<

[684] Se refiere a Homero, natural de Meonia, región del Asia Menor, que se suele identificar con Lidia (cf. nota 13 del libro I). <<

[685] Cf. la nota 15 de este mismo libro. <<

[686] La toga viril la recibían los jóvenes romanos a la edad de 17 años. <<

[687] El laticlavo era durante la República un privilegio exclusivo de los senadores romanos. Consistía en dos anchas bandas de púrpura a lo largo de la túnica. Pero, durante el Imperio, fue distintivo también de los jóvenes que seguían la carrera política, aun sin pertenecer al orden senatorial (cf. Suetonio, Aug. XCIV, y Dión Casio, XLV 1), como es el caso de Ovidio y de su hermano, miembros del orden ecuestre. <<

[688] Uno de los cargos que ocupó Ovidio fue el de triumvir capitalis, encargados de la vigilancia de los prisioneros y de otros asuntos de policía judicial. Antes había ocupado el puesto de decénviro (decemvir stlitibus iudicandis) de los juicios, tal y como nos dice él mismo (Trist. II 93-96). Cada uno de estos cargos duraba un año. Al final de éstos y otros cargos menores, que les sucedían en la carrera política, llegaba el momento de la cuestura, que Ovidio temía inminente (v. 35). Pero él mismo nos dice que aquélla era una carga superior a sus fuerzas y renuncia a la carrera senatorial para dedicarse a la poesía. De ahí que se quedara en la categoría de caballero (angusticlavo) y no llegara a la de senador (laticlavo). Y es que Ovidio, como él mismo nos dice en el V. 26, era un poeta nato. <<

[689] Son las Musas, que habitaban en el Monte Helicón, en Beocia, también llamada en la Antigüedad Aonia, por su rey Aón. <<

[690] Comienza aquí la referencia a los poetas contemporáneos de Ovidio, con Emilio Macro, poeta didáctico, natural de Verona, paisano y amigo de Virgilio y buen amigo también de Ovidio. Es autor de una Ornithogonia, unos Theriaca y unos Alexipharmaca (cf. H. Bardon, op. cit. II, 44-47). <<

[691] Con Propercio mantiene Ovidio una estrecha amistad. Parece que, al morir Tibulo el 19 a. C., Ovidio estrechó amistad con Propercio, que parecía ser su sucesor. Sobre esas fechas es cuanto Propercio debió de recitarle sus poemas elegiacos. Y ello ha dado lugar a que algunos autores hayan pensado que Ovidio fue discípulo de Propercio, aunque también hay quien ha creído detectar lo contrario: influencias ovidianas, en concreto de las Heroidas, en el último libro de las elegías propercianas (cf. F. Della Corte, op. cit., II, 309-10). <<

[692] El poeta épico Póntico, autor de una Tebaida (cf. H. Bardon, op. cit., II, 26). <<

[693] El yambógrafo Baso, poeta lírico y satírico prácticamente desconocido (cf. Propercio, I 4, y H. Bardon, op. cit., II, 52). <<

[694] Alusión a Horacio y a sus recitales poéticos, que Asinio Polión fomentaba y propiciaba (cf. Horacio, Sátiras I 4, 23 y 73-74). Y es curioso que llame especialmente la atención de Ovidio el sentido de la medida de Horacio, tan distinto, quizás, de ese talante suyo más fastuoso y sensual. <<

[695] A Virgilio y Tibulo, muertos ambos el 19 a. C., sólo tuvo ocasión de conocerlos de vista, pero no llegó a trabar con ellos amistad, aunque contaba ya nuestro poeta 24 años. Con motivo de la muerte de Tibulo escribió Ovidio el epicedio Amores III 9. <<

[696] Téngase en cuenta que Galo había nacido el 69 a. C., Tibulo el 54, Propercio el 47 y Ovidio el 43 (cf. Trist. II 445 y sigs.). <<

[697] Talía es la Musa de la comedia y de la poesía ligera. Se dice que los Coribantes fueron unos hijos que Talía dio a Apolo. Otra leyenda la hace amante del héroe Dafnis (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 489-90). <<

[698] Alusión a sus Amores, obra en la que canta a su amada bajo el pseudónimo de Corina, y que comenzó a componer en torno al 25 a. C., cuando nuestro poeta sólo contaba 18 años. <<

[699] Parece referirse a las Metamorfosis, al igual que en Trist. I 1, 118 (cf. la nota 24 del libro I) y I 7, 15 y sigs. <<

[700] Poco es lo que se sabe acerca de la primera esposa de Ovidio. Como él mismo dice, parece que le fue impuesta por su padre, cuando era aún un jovencito. De ella nos dice el poeta que no era ‘ni digna’, es decir, que no debía de ser de su rango social, aunque probablemente fuera de una familia rica y llevara una buena dote, ‘ni útil’, ya que no le dio ningún hijo. De ahí que pronto se divorciara de ella. En opinión de F. Della Corte (op. cit., II, 304), la esposa falisca de que habla Ovidio en Amores III 8, 1-3 y 13, 1, debía de ser esta primera esposa. <<

[701] De esta segunda esposa tuvo Ovidio una hija, Ovidia (cf. Fastos VI 219; Trist. I 3, 19, con la nota 57 del libro I, y IV 10, 75-76). Fue, pues, al parecer, este segundo matrimonio algo más feliz que el primero, aunque duró muy poco tiempo, no se sabe por qué. <<

[702] Su hija Ovidia, nacida de su segundo matrimonio. Acerca de los matrimonios de su hija, cf. Fastos VI 219 y sigs. para el primero, y Trist. 13, 19 y la nota 57 del libro I para el segundo. <<

[703] El padre del poeta había cumplido ya los 90 años cuando muere. Como ya hemos dicho antes, pertenecía al orden ecuestre y debía de gozar de una situación económica bastante desahogada, ya que, como se sabe, para pertenecer a esta clase social había que contar con unas rentas anuales superiores a los 400.000 sestercios. Con toda probabilidad, debía de ser un latifundista de la región peligna (cf. Amores II 1, 1; III 15, 3-8 y Pont. IV 14, 49). <<

[704] En el mundo de la ultratumba (cf. Metam. IV 444; Trist. I 2, 65, con la nota 40 del libro I). <<

[705] Pisa, muy cerca de Olimpia, fue durante un cierto tiempo, la organizadora de los Juegos Olímpicos, concretamente hasta su destrucción en el 572 a. C. (cf. Píndaro, Olímpicas IV 20). Como comenta J. André (op. cit., pág. 126, n. 2), alude aquí Ovidio, tanto a las carreras de carros, como a las de caballos de las Olimpiadas, que Ovidio computa de cinco en cinco años, ya que éstas se celebraban en julio, y el año romano comenzaba en enero. El poeta había cumplido, pues, los 50 años, cuando fue condenado al destierro. <<

[706] Ovidio hace aquí, a propósito de la poesía, el mismo elogio que Cicerón había hecho de la filosofía en Tusculanas III 1-6 y V 2, y en De officiis II (cf. H. Fuchs, «Ovid in der Besinnung auf Cicero», Museum Helveticum XXVI (1969), 159-160). <<

[707] Cf. F. Delia Corte, op. cit., II, 321. <<

[708]Cf. H. H. Frösch, Ovids Epistulae ex Ponto I-III ais Gedichtsamlung, tesis doct., Bonn, 1968, pág. 61. <<

[709] El ‘ave del Caístro’ es el cisne. Caístro es un río de Lidia, famoso por sus bellos cisnes. Alusión al motivo del canto del cisne en el momento de su muerte (cf. Metam. XIV, 428 y sigs.). <<

[710] Cf. nota 103 del libro II y 111 del libro IV. <<

[711] Cf. notas 106 y 111 del libro IV. <<

[712] Cf. nota 104 del libro II y 110 del libro IV. <<

[713] Cf. nota 27 del libro III. <<

[714] Se refiere, evidentemente, a Augusto, el mismo César del verso 41. <<

[715] Nueva alusión a la leyenda de Perilo y Fálaris: cf. notas 106 y 107 del libro III. <<

[716] Nueva referencia a la visita que hace Príamo a Aquiles para pedirle que le devuelva el cuerpo de su hijo Héctor, que Aquiles había arrastrado atado a su carro (cf. notas 56 y 104 del libro III). <<

[717] Níobe era hija de Tántalo y hermana de Pélope y estaba casada con Anfión, del que tuvo siete hijos y siete hijas. Orgullosa de sus hijos, dijo un día ser superior a Latona, madre de Apolo y Ártemis. La diosa, ofendida, pidió a sus hijos que la vengasen. Y éstos así lo hicieron, dando muerte a los hijos de Níobe, uno a uno, con sus flechas: Ártemis a las hijas y Apolo a los hijos. Según la leyenda, sólo quedaron dos: un hijo y una hija. Níobe, en su gran dolor, huyó junto a su padre Tántalo, a Sípilo, y allí los dioses la transformaron en roca, pero sus ojos siguieron llorando y de la roca fluía un manantial (cf. Metam. VI 146 y sigs., y P. Grimal, op. cit., págs. 381-82, y A. Ruiz de Elvira, op. cit., págs. 188-190). <<

[718] Para la leyenda de Procne, cf. la nota 61 del libro II. <<

[719] Alcíone, hija de Eolo y casada con Ceix, hijo del Astro de la mañana (Lucífero). Eran tan felices que se comparaban a Júpiter y Juno. Irritados por su orgullo, los dioses los transformaron en aves: a él en somormujo y a ella en alción. Como las olas destruían el nido que Alcíone hacía al borde del mar, Júpiter se apiadó de ella y ordenó a los vientos que durante siete días antes y siete después del período en que empollaba los huevos (los días del alción) se calmasen. Según otra leyenda que nos cuenta Ovidio (Metam. XI 410 y sigs.), Alcíone encontró el cadáver de su marido Ceix, que habla muerto en una tempestad, y desesperada se transformó en un ave de voz lastimera, y los dioses concedieron a Ceix una metamorfosis semejante (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 19, y A. Ruiz de Elvira, op. cit., pág. 308). <<

[720] Filoctetes, hijo de Peante y Demonasa, está unido a la leyenda de Heracles por haber sido el depositario del arco y las flechas de dicho héroe. Pero Filoctetes está vinculado también a los expedicionarios contra Troya, aunque tardó en pisar suelo troyano. Durante la escala en Ténedos, una serpiente le mordió en un pie mientras celebraba un sacrificio. Y, bien porque la herida se le infectó y despedía un hedor insoportable, bien por los gritos que daba a causa del dolor que le producía la herida, la cuestión es que los demás jefes, a instigación de Ulises, lo abandonaron en la isla de Lemnos al pasar la flota por allí. Allí vivió diez años, en aquella isla desierta, y al cabo de dicho tiempo, tras haber sido curado por Polidario, se incorporó a los combatientes contra Troya. Acabada la toma de Troya, Filoctetes regresó a su patria en un retorno feliz (cf. Trist. V 6, 11; Metam. XIII 45 y sigs. y 313 y sigs.; Séneca, Hércules sobre el Eta 1648 y sigs., y P. Grimal, op. cit., págs. 200-201). <<

[721] Cf. nota 720. <<

[722] Cf. la nota 21 del libro I y la n. 4 el II. <<

[723] El Mar de Icaria, como ya dijimos en la nota 20 del libro I, es el Mar Egeo, situado entre las islas de Samos y de Icaria, punto éste en el que, según la leyenda, había caído Ícaro durante su famoso vuelo, dándole así su nombre. <<

[724] Nueva alusión a Augusto como divinidad. <<

[725] Alusión al derecho de asilo que ofrecía todo altar (cf. Pont. I 2, 147-48 y II 2, 27-28). <<

[726] Nueva alusión a la persona de Augusto, al que el poeta adula equiparándolo a Júpiter. <<

[727] El ‘pueblo ausonio’, evidentemente, es el pueblo romano. Ausonia era una región de la primitiva Italia, habitada por los ausonios, que comprendían parte de la Campania y parte del Lacio. <<

[728] Este verso alude a la creencia en la divinidad del emperador Augusto, idea muy generalizada y profundamente sentida por todos los poetas del Círculo de Mecenas. Así, Virgilio, al comienzo de su libro I de las Geórgicas, nos brinda una invocación a Augusto en la que lo considera como una divinidad, llamado a ocupar un puesto en el cielo, como nueva constelación entre Virgo y Escorpio. Y Horacio, en su poema segundo del libro I de las Odas, aborda el mismo motivo. Esta alabanza al Emperador, que hoy nos puede parecer adulatoria, hay que entenderla a la luz de la concepción antigua del héroe y especialmente del Emperador, en el que se veía una manifestación viva del poder divino. Concepción que si a los occidentales nos puede parecer exagerada, en el mundo oriental, sin embargo, es relativamente frecuente: piénsese, por ejemplo, en los egipcios o, en tiempos modernos, en los japoneses. <<

[729] Estos versos aluden al hecho ya antes comentado (cf. epígrafe 1.2 de la Introducción) de que Ovidio no fue declarado exul, es decir, ‘desterrado’, sino relegatus, ‘relegado, expulsado del país’. La diferencia entre una y otra forma de condena era considerable jurídicamente hablando: mientras el condenado al destierro perdía la consideración de ciudadano romano y los derechos inherentes a dicho título (propiedades, etc.), el relegado mantenía sus derechos fundamentales (ciudadanía, propiedades, etc.), aunque se viera obligado a abandonar el país y marchar al lugar señalado para su retiro o apartamiento. <<

[730] Alusión al hecho de que el habla griega de los colonos milesios que fundaron la ciudad de Tomos se habla contaminado con la mezcla de innumerables palabras góticas y, lo que es más notable, se caracterizaba por una entonación muy peculiar (cf. Trist. III 9, 1-4). <<

[731] Dichos pueblos limítrofes son los sármatas, getas, besos y bastarnas, entre otros, pueblos que vivían en continuas guerras, hostigando y depredando a la vecina ciudad de Tomos. <<

[732] Caribdis era el monstruo que vivía en las rocas que bordeaban el Estrecho de Mesina, que separa Italia de Sicilia. De ahí su nombre de ‘zanclea’, habitante de Zancla o Zancle, nombre con el se conocía antiguamente la actual ciudad siciliana de Mesina. Caribdis era hija de la Tierra y de Posidón y se habla caracterizado por ser una mujer muy voraz. Así, por ejemplo, cuando Hércules pasó por allí llevando los rebaños de Gerión, Caribdis le robó varias reses y las devoró, por lo que Júpiter la castigó fulminándola y lanzándola al mar convertida en monstruo. Una vez convertida en monstruo marino, Caribdis absorbía agua del mar en grandes cantidades, tragándose todo lo que flotara en ellas, incluidos los barcos que surcaban por allí, y luego los vomitaba. Ulises estuvo a punto de ser devorado por ella, pero consiguió salvarse gracias a su habilidad (cf. Odisea XII, 73 y sigs., y P. Grimal, op. cit., págs. 86-87). <<

[733] Parece aludir Ovidio a la antigua creencia de que las grutas formadas en los peligrosos acantilados situados en el Estrecho de Mesina, donde se situaba a los monstruos Caribdis y Escila, personificación, sin duda, de los torbellinos marinos que allí suelen tener lugar, estaban comunicadas con las aguas de la laguna Estigia, esto es, con los Infiernos, debido a la gran cantidad de naufragios y muertes que allí se producían. <<

[734] El gran volcán de Sicilia, que tomó su nombre de una ninfa, hija de Urano y Gea. <<

[735] En el promontorio de Léucade había un templo dedicado al dios Apolo, desde cuyos acantilados se arrojaban al mar cada año los condenados. Desde estos mismos acantilados se dice que se arrojó al mar la poetisa griega Safo (cf. Fastos V 629-30, y Heroidas XV 165 y sigs.). <<

[736] Cf. Fastos III 713 y sigs. <<

[737] Cf. F. Della Corte, op. cit., II, 326. <<

[738] Es el nombre latino del dios griego Dioniso, identificado en buena medida por los romanos con el antiguo dios itálico Líber. Como dios del vino, pero también del delirio o inspiración mística, es invocado por los poetas como su inspirador y protector. Era hijo de Júpiter y Sémele. Sémele, amante de Júpiter, pidió a éste que se le apareciera en todo su esplendor y, al no poder resistir tal visión, cayó fulminada. Júpiter se apresuró a extraerle el hijo que llevaba concebido desde hacía seis meses y se lo adhirió cosido a su muslo. A la hora del parto, tres meses después, lo extrajo en perfectas condiciones de vida. El niño fue confiado a Hermes, quien, a su vez, lo confió al rey Atamante y a su esposa Ino para que lo criaran. Hermes les ordenó que vistiesen al niño con ropa de mujer para librarlo de los celos de Juno. Pero ésta volvió locos tanto a Ino como a Atamante, y Júpiter se llevó al niño a Nisa y lo confió a las Musas para su crianza (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 139-141). <<

[739] Es la Osa Menor. Cinosura era una ninfa del Monte cretense Ida que, según la tradición, había criado, en colaboración con la ninfa Hélice, a Zeus. Perseguidas por Cronos, Zeus las transformó en sendas constelaciones, las Osas Menor y Mayor, respectivamente, mientras que él adoptaba la forma de la constelación del Dragón (cf. p. Grimal, op. cit., págs. 139-141). <<

[740] Las Parcas son las divinidades romanas del Destino, identificadas con las Moiras griegas. Eran tres hermanas —Átropo, Cloto y Láquesis—, hijas de Zeus y Temis, que presidían, respectivamente, el nacimiento, el matrimonio y la muerte. Se las representaba como hilanderas (cf. el verso 25) que tejían a su antojo la vida de los mortales: ésta finalizaba en el momento en que Láquesis cortaba el hilo correspondiente (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 364 y 407-8). <<

[741] La hiedra era uno de los atributos vinculados al culto de Baco. Por ello, cuando los poetas honraban a este dios, se adornaban y coronaban la cabeza con hiedra (cf. Fastos III 767 y sigs.). De su época de estancia en la India parece datar, precisamente, el cortejo triunfal de Dioniso: el carro tirado por panteras y adornado con pámpanos y hiedra, así como su cortejo de Bacantes, Silenos, Sátiros y otras divinidades menores, como Príapo. <<

[742] Alusión a los múltiples obstáculos que tuvo que superar Dioniso antes de su ascensión al cielo y consiguiente veneración como dios. A pesar de las precauciones tomadas por Júpiter (cf. nota 31) y de su infancia un tanto movida, cuando ya era adulto fue enloquecido por la celosa Juno, que le hizo recorrer errante Egipto y Siria. Por las costas asiáticas llegó a Frigia y allí le recibió Cibeles, que le purificó y le inició en los ritos de su culto. De Tracia pasó a la India, donde realizó una serie de expediciones guerreras y de conquista. Después regresó a Grecia, y en Tebas, donde reinaba Penteo, introdujo las fiestas de las Bacanales. Finalmente, tras una serie de hechos prodigiosos ocurridos cuando se disponía a pasar a Naxos, al ascender al cielo intervino en la lucha contra los Gigantes, dando muerte a Eurito con el tirso, una larga asta adornada con hiedra y que es el atributo más representativo de Dioniso. <<

[743] Río de la zona oriental de Macedonia, fronterizo con Tracia, que nace en la nevada montaña balcánica del Emo. Allí fue donde Dioniso se encontró con Licurgo, a la sazón rey de aquel país. <<

[744] Alusión al doble nacimiento de Dioniso, ya referido en la nota 31. <<

[745] Alusión a Capaneo, uno de los Siete contra Tebas: cf. nota 31 del libro IV. <<

[746] Los Sátiros son unos genios de la naturaleza incorporados al cortejo de Dioniso. Se les representaba de diversas formas: mitad hombres y mitad caballos o machos cabríos. Llevaban una larga cola y un enorme miembro viril siempre erecto. Se les imaginaba bailando en el campo y bebiendo con Dioniso o persiguiendo a las Ninfas y Ménades (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 475). <<

[747] Eran las mujeres del séquito de Baco, que escoltaban al dios y que, cuando eran presa del delirio místico por influjo del mismo, recorrían los campos profiriendo gritos rituales. Estas Bacantes, durante las Bacanales, solían contagiar a las demás mujeres de su locura báquica, lo que daba lugar a grandes excesos. Por ello, Penteo, rey de Tebas, se opuso a la introducción de dichos ritos en. su país, por lo que fue castigado por el propio Baco (cf. la nota 42). Asimismo, en Roma, el 186 a. C. el Senado prohibió la celebración de las Bacanales por medio de un famoso Senadoconsulto. <<

[748] Licurgo, rey de Tracia, intentó capturar a Dioniso cuando éste llega a su reino, pero el dios consiguió refugiarse en el mar junto a Tetis. Sí capturó, en cambio, a las Bacantes y a los Sátiros del cortejo de Dioniso. Licurgo, castigado, enloqueció, dando muerte a su propio hijo Driante de un golpe con un hacha de doble hoja. Tras haber efectuado el crimen, recobró la razón. Como consecuencia del parricidio, las tierras de su país se volvieron estériles y un oráculo indicó a sus habitantes que el único remedio para sus tierras era descuartizar a Licurgo. Así se hizo en el Monte Pangeo, donde fue amarrado a cuatro caballos que lo despedazaron (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 323-24). <<

[749] Era nieto de Cadmo e hijo de Equión y Ágave, hermana de Sámele, la madre de Dioniso. Cuando el dios llega a Tebas para implantar allí su culto, sume a las mujeres tebanas en un delirio báquico. Penteo, a pesar de las advertencias de Cadmo y Tiresias, quiere oponerse a la propagación de este culto violento y menosprecia a Dioniso, a quien intenta encadenar, pero el dios escapa a las ataduras y el palacio real es incendiado. Penteo, incitado por Dioniso, va al Monte Citerón a espiar a las Bacantes, pero éstas, al descubrirlo escondido en un pino, lo arrancan y destrozan a Penteo, siendo su propia madre la primera en hacerlo y la que clava su cabeza en un tirso, creyendo que se trataba de la cabeza de un león (cf. Metam. III 511 y sigs., y P. Grimal, op. cit., págs. 420-21). <<

[750] Cuando Dioniso, acompañado de su cortejo, llegó a la isla de Naxos, encontró a Ariadna, hija de Minos y de Pasífae, que había sido abandonada allí por Teseo. El dios se enamoró de la bella joven, se casa con ella y se la lleva con él al Olimpo. Como regalo de boda le dio una diadema de oro, fabricada por Hefesto. Esta diadema se convirtió después en la constelación de la Corona boreal, situada entre el Boyero, la Serpiente y Hércules (cf. Metam. VIII 174 y sigs., y P. Grimal, op. cit., pág. 51). <<

[751] Cf. la introducción a Pont. II 4. <<

[752] Cf. J. André, op. cit., pág. 138, n. 2. <<

[753] Alusión al dolor de Príamo por la muerte de su hijo Héctor y, sobre todo, por el hecho de que el autor de su muerte, Aquiles, se ensañara con su cadáver, arrastrándolo atado a su carro. El dolor fue tal que movió al anciano padre a dirigirse a Aquiles para pedirle piedad y la devolución del cadáver de su hijo. Este último hecho ha sido ya mencionado en III 5, 38, y V 1, 55, y comentado en sus respectivas notas. <<

[754] Cf. la nota 14 de este mismo libro. <<

[755] El Menecíada o hijo de Menecio era Patroclo, el entrañable amigo de Aquiles. La amistad de ambos héroes era proverbial en la Antigüedad; de ahí, su empleo como exemplum en este texto: cf. la nota 138 del libro I. <<

[756] El compañero de Orestes fue Pílades: cf. nota 89 del libro I. <<

[757] El Egida o hijo de Egeo es Teseo, compañero inseparable de Pirítoo: cf. nota 69 del libro I. <<

[758] Sobre Euríalo y su entrañable amistad con Niso, cf. nota 90 del libro I. <<

[759] Emplea aquí el poeta la imagen de la dulzura de la miel para celebrar la amistad de su amigo. Era muy conocida en la Antigüedad la miel producida por las abejas del Monte Himeto, en el Ática. El empleo, precisamente, de este adjetivo, Attica, ha hecho pensar que pueda referirse a su amigo Ático, pues es un lugar paralelo al que encontramos en Trist. III 5, 17-18, sirviéndose el poeta del mismo procedimiento que en aquella ocasión. <<

[760] La expresión ‘arar el litoral’ viene a ser equivalente a decir ‘perder el tiempo’ (cf. Heroidas V 115-116, y Pont. IV 2, 15-16, y Virgilio, Eneida IV 212). <<

[761] Ulises, hijo de Laertes. Es el primer ejemplo mitológico de parejas fieles aducido por Ovidio: Ulises y Penélope. Ya antes ha comparado Ovidio sus desgracias con las de Ulises (cf. I 5, 57 y sigs.). <<

[762] La expresión lingua favens adsit es una fórmula típica religiosa, propia de las ceremonias sagradas, y significa ‘asistir con el debido respeto para propiciar el favor de la divinidad’: cf. por ej., Fastos I 71 y 165-166, y Tibulo, II 2, 1-2. <<

[763] Nuevo empleo de la imagen de la nave, en esta ocasión para referirse a la vida de su esposa. <<

[764] Debe referirse a la hija de Fabia e hijastra de Ovidio, a la que el poeta dedica la elegía III 7 de las Tristes. <<

[765] Estos hermanos son Eteocles y Polinices, hijos de Edipo, enfrentados en guerras fratricidas (cf. Tríst. II 319-320). Cuando ambos descubren el incesto de su padre, lo expulsan de Tebas y éste los maldice y les anuncia que se enfrentarán entre sí y morirán el uno a manos del otro. Esto tuvo lugar unos años después, al enfrentarse entre sí, disputándose el trono de Tebas y muriendo ambos en un encarnizado combate cuerpo a cuerpo. Según la leyenda, en las honras fúnebres celebradas por ellos, el fuego y el humo originado se dividió en dos partes, indicando así la enemistad eterna entre ambos hermanos, predicha en la maldición de su padre Edipo (cf. nota 48 del libro II, y P. Grimal, op. cit., págs. 180 y 443). <<

[766] Se trata del poeta griego Calimaco, que se decía hijo o descendiente de Bato, fundador de la ciudad africana de Cirene. Calimaco había recogido la leyenda anterior en su poema Aitía. <<

[767] La Osa Mayor dominaba astronómicamente las regiones del Norte y, más concretamente, el país del exilio de Ovidio, la Escitia. Por ello, el poeta dice que el humo del sacrificio se dirigía hacia Italia, es decir, al Sur. <<

[768] Estas heroínas eran Andrómaca, la esposa de Héctor, hija de Eetión, rey de Tebas, y Penélope, la esposa de Ulises, hija de Icario, descendiente del heroico Lacedemón. Ambas han sido ya citadas por Ovidio como esposas ejemplares (cf. notas 113 y 116 del libro I). <<

[769] Equión, yerno de Cadmo, es el fundador de Tebas. En este caso está empleado en función adjetiva: ‘fortalezas de Equión’ = ‘fortalezas tebanas’. Evadne era la esposa de Capaneo, uno de los siete expedicionarios contra Tebas: cf. la nota 31 del libro IV. <<

[770] Pelias, hijo de Tiro y Posidón, casado con Anaxibia, de la que tuvo un hijo, Acasto, y cuatro hijas, una de ellas Alcestis. Cuando Admeto (cf. la nota 74 del libro II), pretendió la mano de Alcestis, Pelias le impuso unas duras condiciones que cumplió con la ayuda de Apolo. Formaron una pareja modélica y Alcestis se ofreció a morir en lugar de su esposo. Pero Hércules fue a los Infiernos y la sacó más joven y bella que antes (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 18). <<

[771] Laodamía era la esposa de Protesilao, el primero de la expedición griega en pisar tierra troyana: cf. las notas 114 del libro I y 76 del libro II. <<

[772] El «héroe de Pilos» era Néstor, rey de Pilos, el más viejo de los expedicionarios griegos contra Troya. Estaba considerado como el griego que vivió más tiempo: aproximadamente, unas tres generaciones. Se dice que esto fue por gracia del dios Apolo, arrepentido de la matanza de los Nióbides, una de las cuales, Cloris, era la madre de Néstor. Al parecer, Apolo concedió a éste vivir el número de años que habría correspondido a sus tío y tías (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 378-379). <<

[773] Cf. G. Nemethy, op. cit., pág. 117. <<

[774] Palinuro era el piloto de la nave de Eneas, que cayó al mar vencido por el sueño, tras varios días de lucha ininterrumpida con la tempestad: cf. Eneida V 843 y sigs. <<

[775] Automedonte era el auriga de Aquiles y, por tanto, su compañero de combate. Muerto Aquiles, continúa sirviendo a su hijo Neoptólemo (= Pirro): cf. Ilíada XVI 147 y sigs., y XVII 429 y sigs. <<

[776] Hermano de Macaón e hijo de Asclepio y Epíone. Los dos hermanos son pretendientes de Helena y, por ello, participan en la Guerra de Troya. Como eran muy hábiles en el arte de la medicina, desempeñan en dicha campaña un importante papel, no sólo como combatientes, sino también como médicos. Mientras Macaón pasaba, sobre todo, por ser un gran cirujano, Podalirio era principalmente clínico, y se le atribuían numerosísimas curaciones, entre ellas la de Filoctetes (cf. Ilíada II 731-32, y P. Grimal, op. cit., págs. 436-437). <<

[777] De nuevo ejemplifica Ovidio con este motivo mítico de la amistad entrañable entre Orestes, hijo de Agamenón y Clitemnestra, y su primo Pílades, hijo de Estrofio y Anaxibia, hermana de Agamenón. <<

[778] La praetexta, como se sabe, era el vestido que llevaban los magistrados curiales. La ‘vara del mando junto con gritos’ se refiere a los lictores, que portaban los haces de varas con una segur en el centro, símbolo de la autoridad y del poder. Los lictores precedían a los magistrados superiores (pretores, procónsules, cónsules y dictadores) dando voces para que la gente se apartase a su paso. <<

[779] Ejemplifica Ovidio su afirmación de que «lo único común a los dichosos y a los desgraciados es que con unos y con otros se suele tener un especial miramiento» con dos situaciones típicas: la deferencia que se suele tener con los ciegos y la que se tiene con los poderosos, concretamente, con los que desempeñan altas magistraturas. <<

[780] Monte de Sicilia, cerca de Siracusa, rico en tomillo y célebre por la miel que del mismo extraían las abejas. <<

[781] Plinio, en su Historia Natural XI 279, nos dice que los escitas impregnaban sus flechas con una mezcla de veneno de serpiente y de sangre humana. <<

[782] Aunque en estos versos Ovidio parece contradecirse con lo dicho en II 553, tal vez ni siquiera su Medea estuviera pensada, efectivamente, para ser representada, sino para ser declamada, a modo de ejercitación retórico-literaria (cf. F. Della Corte, op. cit., II, 329-330). <<

[783] Cf. la nota 19 del libro I. <<

[784] Cf. la nota 99 del libro III. <<

[785] Alusión al origen griego de Tomos, del que se habla por extenso en Trist. III 9. <<

[786] Estos versos parecen indicar que esta elegía debió de ser escrita cuando ya Ovidio llevaba tiempo suficiente en Tomos, como para haber aprendido a entenderse en la lengua de los sármatas. <<

[787] Cf. J. André, op. cit., pág. 149, n. 1. <<

[788] Preferimos dar esta traducción mejor que la otra posible, «y las palabras inexorables de la diosa que odia», que da F. Della Corte (op. cit., I, 83), por ejemplo: la creemos más en consonancia con el sentido del texto. <<

[789] Se refiere a Némesis, diosa de la venganza, que poseía un templo muy famoso en Ramnunte, ciudad del Ática, situada cerca de Maratón. Némesis era la diosa encargada de castigar todo tipo de desmesura, bien fuera de poder, de felicidad o de orgullo. <<

[790] Nueva referencia a Augusto con el tratamiento de dios. <<

[791] Ovidio insiste reiteradamente, por razones obvias, en la clemencia como virtud característica de Augusto: cf., por ej., Trist. II 27; II 147; IV 4, 53; IV 8, 38; V 2, 38; V 11, 20; V 11, 73, y Pónt. I 2, 87 y II 8, 51. <<

[792] Frente a la lectura petam de la mayoría de los códices, hemos preferido la conjetura de T. Faber, seguida por Owen y Luck, por creerla más en consonancia con el sentido del texto y, sobre todo, por los lugares paralelos que muy acertadamente señala G. Luck (op. cit., II, 312). <<

[793] Lo primero que pide, evidentemente, es el levantamiento de su castigo (v. 30) y lo segundo es el envío de su detractor al destierro (v. 37). <<

[794] Cf. G. Luck, op. cit., II, 313. y J. André, op. cit., pág. 151, n. 1. <<

[795] Carcer, como el propio Varrón nos indica (V 135), era el lugar, situado frente a la pista, en que eran encerrados los caballos o los carros antes de dárseles la salida. <<

[796] Como ya dijimos en la nota 112 del libro IV, la musa Talla, además de ser la Musa específica de la comedia, era la protectora e inspiradora de todo tipo de poesía ligera o intrascendente, como es la elegía. Así vemos, por ejemplo, que Virgilio (Bucólicas VI 2) la cita como musa campestre. Tal vez, Ovidio, por extensión, la invoca como inspiradora de sus ‘verdes poemas de amor’ (cf. Arte de amar I 264). <<

[797] Cf., por ej., G. Lvck, op, cit., II, 315. <<

[798] Cf. el epígrafe 2, «Las elegías del destierro», de nuestra Introducción, págs. 26 y sigs. <<

[799] Dárdano, hijo de Zeus y Electra, reinó en Troya a la muerte de su suegro Teucro. Construyó la fortaleza troyana y llamó «Dardania» a su reino: de ahí el sentido de este calificativo. El sitio de Troya por parte de los griegos duró aproximadamente unos diez años. <<

[800] El sobrenombre ‘Euxino’ (= ‘hospitalario’), como ya comentamos en las notas 123 del libro III y 45 del libro IV, resulta a Ovidio altamente chocante con sus rigores característicos y, sobre todo, con su deplorable situación personal: de ahí que no desaproveche las ocasiones que se le brindan de ponerlo de manifiesto. <<

[801] ‘Siniestra’ está empleado en un doble sentido: por un lado ‘occidental, de la parte izquierda’, por su posición geográfica en relación con el que navega por el Ponto, y, por otro lado, ‘siniestro’ en el sentido de amenazador, horrible, por sus características, indudablemente exageradas por el poeta: cf., por ej., Trist. 12, 83; II 197; IV 1, 60 y IV 10, 97. <<

[802] Entendemos el sentido de estos versos como que el núcleo extranjero que vivía en Tomos, concretamente el retén de guardia y el pequeño núcleo de comerciantes, era minoritario, al igual que los oriundos griegos, en relación con el elemento indígena. <<

[803] Alusión a la idea, ya expuesta en III 9, 3-4, de que Tomos era una antigua colonia griega de Mileto. <<

[804] Opone el poeta la ‘braga’ o calzón bombacho cerrado por la parte de abajo, usado por los medas, persas, sármatas y getas, al atuendo tradicional griego (cf. nota 99 del libro III). <<

[805] Idea, expresada ya antes en V 7, 47-48, que volverá a aparecer de nuevo en Pont. IV 9, 93-94. <<

[806] Era una de las tres Moiras o Parcas, concretamente la que presidía el nacimiento de todo hombre y se encargaba de cortar el hilo de su existencia, cuando ésta llegaba a su término, tal y como su propio nombre indica: ‘la que da a cada uno su lote’ (cf. la nota 33 de este mismo libro). <<

[807] Se refiere, evidentemente, a Augusto. <<

[808] Aclaración reiterada a lo largo de estos poemas del destierro: cf., por ej., Trist. II 137; IV 4, 46, y V 2, 57-58, y cf. el epígrafe 1.2, «El castigo», de nuestra Introducción, págs. 17 y sigs. <<

[809] Parece ser una alusión al famoso llanto de Príamo por la muerte de sus hijos Héctor y París, muertos en el asedio de Troya. Pero tanto en la Ilíada (cf., por ej., XXII 44-45), como en la Eneida (II, 506 y sigs.), se nos narra el inmenso dolor de Príamo al ver caer ante sus propios ojos a muchos otros de sus hijos. <<

[810] Referencia a la muerte de los siete hijos y de las siete hijas de Níobe, víctimas de las flechas de Apolo y Ártemis: cf. la nota 11 de este mismo libro. <<

[811] Alusión a la proverbial entereza de ánimo con que Sócrates encajó la acusación de que fue víctima por parte de Ánito, Meleto y Licón (cf. Diógenes Laercio, II 40) y posteriormente su injusta condena a muerte, bebiendo con toda impavidez la cicuta. <<

[812] Se refiere Ovidio a la versión de Diógenes Laercio (II 18), según la cual había sido el propio oráculo de Delfos el que había atribuido a Sócrates el título de ‘sabio’. <<

[813] Invocación a las Musas, protectoras e inspiradoras de los artistas, no desprovista de cierto reproche. La venia solicitada a las Musas es parecida a la que encontramos en uno de los dísticos más antiguos de la elegía romana, concretamente de Lutado Cátulo. <<

[814] Nueva alusión a Perilo, autor del toro de bronce de Fálaris y cuya primera víctima fue él mismo. <<

[815] Una vez más el poeta inculpa a su Arte de amar de ser el motivo principal de su condena (cf., por ej., Trist, II 240 y sigs.; III 1, 65-66, y III 14, 6 y 17). <<

[816] Cf. J. André, op. cit., pág. 159, n. 1. <<

[817] Cf. el verso 6. <<

[818] El ajenjo es una planta amarga, que abundaba en la región de Tomos (cf. Plinio, Hist. Nat. XXVII 45): de ahí que Columela la denomine artemisia póntica (De re rustica XII 35). Tal vez, por su sabor amargo, Ovidio la emplea con cierta frecuencia para simbolizar su amargura o desconsuelo por su confinamiento en Tomos. <<

[819] Monte de Sicilia (cf. nota 73 de este mismo libro), a la que se denomina también Trinacria, por sus tres promontorios o cumbres (el Lilibeo, el Peloro y el Paquino) o por su forma triangular. <<

[820] Alusión al mito de las Parcas y su relación con el destino del hombre (cf. la nota 33 de este mismo libro): éstas se representaban como hilanderas, que tejían la vida del hombre mezclando dos hilos: uno blanco, que representaba la felicidad, y otro negro, símbolo del infortunio. <<

[821] Cf. E. Paratore, «L’evoluzione della sphragis dalle prime alle ultime opere di Ovidio», Atti Convegn. Intern, Ovid. I, 173-203, y F. Della Corte, op. cit., II, 338. <<

[822] Hemos traducido la palabra latina monumento por ‘pruebas de recuerdo’. Ahora bien, hay que tener en cuenta que esta palabra, formada sobre el radical mon- (= ‘recordar’), sugiere también la idea de ‘monumento’ (= «aquello que sirve para recordar o perpetuar la memoria de algo o alguien»). Así pues, monumento creemos que significa aquí las dos cosas: «pruebas o señales de amor y de recuerdo dadas en los poemas de Ovidio y que servirán para perpetuar la memoria o el nombre de su esposa». <<

[823] Cf. la nota 116 del libro I. <<

[824] La esposa de Admeto era Alcestis: cf. las notas 74 del libro II y 63 de este mismo libro. <<

[825] La hija de Ifis, uno de los siete jefes que atacaron Tebas, es Evadne, esposa de Capaneo, otra de las esposas ejemplares de la mitología clásica. Al resultar su esposo muerto por un rayo en el asalto de Tebas, cuando se disponía a escalar sus murallas, Evadne se arrojó a su pira funeraria: cf. las notas 31 del libro IV y 62 de este mismo libro. <<

[826] Laodamía, esposa de Protesilao, rey de Fílace, ciudad de Tesalia: cf. las notas 114 del libro I y 76 del libro II. <<

[827] Cf. Trist. I 7. <<

[828] Cf. H. Bakdon, op. cit., I, 209-211 y 269. <<

[829] Cf. Trist. I 7, 1 y sigs. <<

[830] En la Roma de la época de Ovidio había tres grandes bibliotecas: la primera, fundada por Asinio Polión en el 39 a. C., tenía su sede en el Atrio de la Libertad; unos años después, Augusto fundó la del Pórtico de Octavia y la del templo de Apolo en el Palatino (cf. Trist. III, notas 21, 24). <<

[831] Se refiere, como es obvio, al Arte de amar, declarada obra prohibida y excluida de todas las bibliotecas, tanto públicas como privadas (cf. Trist. II 8 y III 1, 65 y III, n. 22). <<

[832] Aunque el título de esta nueva colección, Cartas desde el Ponto, no sugiere de modo directo que se trate de un motivo triste, el argumento, sin embargo, es el mismo que el de las Tristes. <<

[833] Alusión a los escritos del triunviro Marco Antonio, autor de unos panfletos contra Augusto, y de Marco Junio Bruto, el asesino de César, autor de varios tratados filosóficos. Ambos levantaron sus armas contra los dioses (v. 26), es decir, atentaron contra César y contra Augusto. Los manuscritos se guardaban en unas cajas llamadas scrinia. <<

[834] El ‘autor de la paz’ no es otro que Augusto, llamado así por haber puesto fin al largo período de guerras civiles, que habían llenado los dos primeros tercios del siglo I a. C., y haber inaugurado una nueva era de paz, la llamada «Paz Augústea». <<

[835] Alusión al pasaje correspondiente del libro II de la Eneida (v. 632). La imagen de Eneas cargando con su padre es reiteradamente citada por Ovidio a lo largo de sus obras. <<

[836] El título de ‘Padre de la Patria’ se lo concedió el Senado a Augusto el 2 a. C., después de haber simulado rehusarlo durante algún tiempo (cf. Fastos II 127-28, y Suetonio, Augusto 58). <<

[837] Alusión al culto de la diosa egipcia Isis, introducido en Roma a comienzos del siglo I a. C., a pesar de la oposición del Senado, y que arraigó, sobre todo, entre las mujeres (cf. Trist. II, n. 43). Sus templos se demolieron varias veces, entre los años 58 y 48 a. C., pero volvieron a reconstruirse. Posteriormente, con motivo del enfrentamiento entre Antonio y Octavio y la derrota del primero, se hizo impopular todo lo relacionado con Egipto, y el culto a Isis pasó por períodos de crisis, para renacer de nuevo en la época imperial, recibiendo con Calígula reconocimiento oficial. Su arraigo entre las mujeres se debe a que esta diosa adoptó en Roma los rasgos de Deméter, como protectora de la tierra, y de Juno Lucina. La isla de Faro estaba frente a Alejandría. <<

[838] La ‘Madre de los dioses’ es Cibeles, diosa de origen frigio, a quien se había dedicado un templo en Roma el 191 a. C. en el Palatino (cf. LIV., Hist. XXIX 10, 4-11, y OVID., Fastos IV 247-328). En su honor se instituyeron los Juegos Megalenses en el mes de abril (cf. Lucr., II 600 y sigs.). En Roma, esta diosa adopta la imagen sincrética de la griega Rea y de la Madre Idea y se confundió a veces con Ceres y otras divinidades femeninas. A su culto se dedicaba el colegio sacerdotal de los Galos, en principio formado exclusivamente por sacerdotes venidos de Frigia, según Servio, Ad Georg. II 394. <<

[839] La diosa Diana, asimilada a la Ártemis griega, tenía su templo más famoso del Lacio en Aricia, el templo de Diana Aricina, situado en la zona más boscosa de los Montes Albanos (cf. Ovid., Fastos III 263 y sigs.). En Roma, el templo más importante dedicado a Diana era el del Aventino, templo de la confederación de pueblos latinos, fundado por Servio Tulio. Como hermana de Apolo, también Diana estaba vinculada a la adivinación. <<

[840] Existía la creencia de que la diosa Isis castigaba a los perjuros con la ceguera (cf. Juvenal, XIII 90 y sigs., y Antología Palatina XI 115). <<

[841] Durante la primera guerra que mantienen los romanos contra los habitantes de Veyos, concretamente el año 479 a. C., todo un cuerpo de ejército romano, compuesto por trescientos miembros de la gens Fabia, es aniquilado por los de Veyos a orillas del Crémera. Según Livio, de toda la Familia Fabia sólo sobrevivió un niño que había quedado en Roma y que sería el que perpetuaría el ilustre linaje de los Fabios (cf. LIV., II 50, 11, y OVID., Fastos II 193-242). <<

[842] Cf. Trist. V, n. 74. Esta y otras afirmaciones, que hablan de la fiereza de los pueblos escitas que rodeaban Tomos, han aparecido ya en las Tristes (cf. I 11, 30 y sigs.; III 10, 51 y sigs.; IV 1, 69 y sigs.; V 7, 15 y sigs.; y V 10, 15 y sigs.). <<

[843] Cf. Trist. IV 1, 69-70. <<

[844] Cf. Trist. III 10. <<

[845] Respecto a Níobe y su castigo, cf. Trist. V, n. 11. <<

[846] Se refiere a las Helíades, hijas del Sol y de Clímene, que lloraron la muerte de su hermano Faetonte y que fueron convertidas en álamos (cf. Trist. I, n. 18; IV, n. 32, y Metam. VI 146 y sigs.). <<

[847] Respecto a Medusa, cf. Trist. IV, n. 62. <<

[848] El gigante Ticio, que, por haber querido violar a Latona, fue herido por el rayo de Júpiter y sepultado por éste en los Infiernos, donde dos serpientes (o dos águilas) le devoraban el hígado, que iba renaciendo continuamente con las fases de la luna (cf. Metam. IV 456 y sigs., y P. Grimal, op. cit., pág. 514). <<

[849] Enumeración de pueblos, que nos resultan ya conocidos por anteriores pasajes, de los cuales los jáziges son como una rama de los sármatas (cf. Trist. I, nn. 101 y 151; II, nn. 29, 30 y 31). <<

[850] La diosa de Orestes no es otra que Diana, cuya estatua portó el héroe al huir de Táuride (cf. una referencia a la leyenda de Ifigenia en Táuride en Trist. IV 4, 69-82 y, posteriormente, en Pónt. III 2, 45-96, y también Trist. I, n. 89). <<

[851] Se trata, como comenta J. André, op. cit., pág. 10, n. 1, de una expresión hiperbólica: en esta época, Augusto llevaba ya en el poder más de cuarenta años y Ovidio hace votos para que esté otro tanto, lo que le supondría vivir bastante más de cien años. <<

[852] Los bistonios eran un pueblo que habitaba en los alrededores del lago Bistonio, en la costa meridional de Tracia. Se suele emplear el término para referirse simplemente a los tracios en general (cf. Tríst. I, n. 157). <<

[853] Teromedonte, rey de Tesalia o de Libia, que arrojaba a sus víctimas a los leones: se trata, sin duda, del mismo personaje citado en Contra Ibis 383 con el nombre de Therodamas (cf. J. André, op. cit., pág. 11, n. 1). <<

[854] Atreo, que había mantenido una pugna con su hermano menor, Tiestes, por el reino de Micenas. Una vez que se hubo apoderado del reino, asesinó a los tres hijos que Tiestes había tenido con una náyade, los despedazó, los cocinó y sirvió como manjar a su padre en un banquete. Cuando Tiestes había comido, Atreo le mostró las cabezas de sus hijos y le reveló el crimen (cf. Trist. II 391-392, y n. 62, así como P. Grimal, op. cit., pág. 63). <<

[855] Diomedes, rey de los bistonios, antes mencionados, solía arrojar a los extranjeros que llegaban a su país a sus yeguas para que los devoraran. Euristeo encargó a Hércules que acabara con esta práctica salvaje y llevara las yeguas a Micenas. Tras una serie de altercados, Hércules acabó con Diomedes, bien, según la tradición, arrojándolo a sus propias yeguas, que lo devoraron, bien, según otra, dándole muerte. Después llevó las yeguas a Euristeo, quien las consagró a Hera (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 138). <<

[856] La clemencia de Augusto es un motivo al que ha apelado Ovidio con frecuencia en sus Tristes (cf. esp. II 41 y sigs.). <<

[857] Motivo reiterativo entre los poetas de la época augústea (cf. supra, n. 8) y que había merecido a Augusto, entre otros, el título de ‘Padre de la Patria’ (cf. supra, n. 10). <<

[858] También Horacio (Odas IV 1) celebra asistir como invitado a los banquetes en casa de Fabio Máximo. <<

[859] Alusión al hecho de que Ovidio compuso un epitalamio con motivo de la boda de Fabio Máximo con Marcia. Hemos traducido duxi Hymenaeon por ‘dirigí el epitalamio’ por entender, con F. Della Corte (op. cit., II, 39), que Hymenaeon significa aquí ‘epitalamio, canto nupcial’ y no ‘Himeneo, dios del matrimonio’. Muy probablemente, a imitación del carmen LXI de Catulo, constaría de una invocación al dios de los matrimonios, Himeneo, con motivo de la deductio de la esposa a la casa del esposo (cf. C. Morelli, «L’epitalamio latino», Studi Ital. Filol. Class. XVIII (1910), 325). Tras la invocación a Himeneo, solían seguir las alabanzas de la esposa (cf. Catulo, LXI 16-25 y 82-89): en este caso, el elogio de Marcia, una joven que contaba con reyes entre sus ascendientes, como Anco Marcio y Numa Pompilio. <<

[860] La tercera esposa de Ovidio parece que pertenecía a la gens Fabia (cf. Trist. I, n. 56). <<

[861] Marcia, esposa de Fabio Máximo, nieta de Atio Balbo y de Julia, la hermana de César y prima hermana de Augusto. Con ella mantenía Fabia, la esposa de Ovidio, estrechas relaciones (cf. Trist. I 6, 25, y Pont. III 1, 75-78). <<

[862] La tía materna de Augusto era Atia Minar, hermana de Atia Maior, madre de Augusto. <<

[863] Alusión al episodio de la llegada a Ostia de la estatua de la Madre del Ida, Cibeles, narrado por Ovidio en Fastos IV 291-349. La vestal Claudia Quinta, cuya reputación era más que dudosa, pidió a la diosa poder remolcar ella sola el barco que portaba la estatua para demostrar así su inocencia, petición que le fue concedida (cf. LIV., Hist. XXIX 14, 12, y J. André, op. cit., pág. 161, n. 4). <<

[864] Cf. Pónt. I 3, 5, y III 4, 7. <<

[865] Op. cit., II 40. <<

[866] Cf. Pónt. III 4. <<

[867] Filoctetes era el depositario del arco y las flechas de Hércules, que el héroe le había entregado por haber prendido fuego a su pira del Eta. Éste le pidió, a cambio, que guardase en secreto el lugar de su muerte y Filoctetes juró hacerlo así. Sin embargo, acosado, acabó por revelarlo y, según la tradición, recibió por ello un terrible castigo, al ser mordido en el pie por una serpiente, durante la escala de la escuadra griega en la isla de Ténedo. Esta herida se infectó y producía un gran hedor. Debido a ello y a los gritos de dolor que éste lanzaba (cf. Trist. V 1, 61-62 y V 2, 13-14), Ulises propuso abandonarlo en Lemnos al paso de la flota por allí. Así se hizo, y Filoctetes vivió durante diez años en la desierta Lemnos. Cuando los griegos tuvieron conocimiento, a través de la revelación de Héleno, de que no podrían tomar Troya sin ir armados con las flechas de Hércules, en poder de Filoctetes, fue enviado Ulises en compañía del médico Macaón, hijo de Asclepio, quien curó su herida. Aunque, según otra versión, Filoctetes sería curado por Macaón al llegar a Troya con Ulises portando las esperadas flechas (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 200). <<

[868] Asclepio, hijo de Apolo y dios de la medicina, estaba vinculado a Epidauro, en el Peloponeso, donde, según algunas versiones, había nacido. Fue confiado por Apolo al centauro Quirón, quien le enseñó el arte de la medicina, en el que adquirió tal habilidad que llegó a resucitar a los muertos. Hijos suyos fueron dos médicos famosos citados en la Ilíada: Podalirio y Macaón. El culto a Asclepio adquirió gran importancia en Epidauro, donde se creó una famosa escuela de medicina, la de los Asclepíadas, entre los que destacó Hipócrates, descendiente del dios (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 55-56). <<

[869] La hija de Pandión es Filomela, convertida en ruiseñor (cf. Trist. II 389-390 y, sobre todo, Metam. VI 426 y sigs.). <<

[870] Estas exageraciones son frecuentes en Ovidio para ponderar aún más las desgracias de su destierro. Ya dijimos en la introducción a las Tristes que el litoral rumano del Mar Negro conoce un verano bastante soleado (cf. Trist. III 10). <<

[871] Rutilio Rufo, nacido hacia la mitad del siglo II a. C. y cónsul el año 105. Condenado en un proceso por una multa que no pudo pagar, se exilió a Lesbos y después a Esmirna, y rehusó el ofrecimiento que se le hizo de volver a Roma, después de la victoria de Sila, por no estimarlo procedente. <<

[872] Esmirna, ciudad en la costa oeste del Asia Menor, fue considerada, durante el período romano, como una de las ciudades más atractivas y famosas por su prosperidad, la belleza de sus edificios, su magnífica biblioteca y su gran afición a la ciencia y la medicina (cf. Estrabón, XIV 1, 37). <<

[873] Diógenes de Sinope, fundador de la Escuela Cínica, según Diógenes Laercio (VI 20-21), marchó exiliado a Atenas, después de que, tanto él como su hermano, fueran acusados de acuñar moneda. Allí vivió en una pobreza extrema. En cuanto a su traslado posterior a Corinto, donde tendría lugar su muerte, nada se puede afirmar con certeza. <<

[874] El ateniense Temístocles, vencedor en el año 480 en la batalla de Salamina contra los persas, por lo que recibió honores casi sin precedentes, cayó, sin embargo, después en desgracia, siendo condenado al ostracismo, primero, y a muerte, después, in absentia. Marchó a Argos y, posteriormente, a Corcira, Epiro y Macedonia (cf. Tucídides, I 74, 93, y Plutarco, Temístocles 23-27). <<

[875] Parece, como dice J. André (op. cit., pág. 162, n. 8), que se trata de una confusión de Ovidio, ya que Aristides marchó exiliado a Egina, mientras que fue Alcibíades el que estuvo desterrado en Esparta (cf. Plut., Aristides 7-8, y The Oxford Classical Dictionary, ed. N. G. L. Hamenond y H. H. Scullard, Oxford, 19702, págs. 37 y 110). <<

[876] Patroclo, hijo de Menecio y nieto de Egina y Áctor. Su padre era un locrio de Opunte, pero Patroclo vivió en Tesalia, en la corte de Peleo, desde muy joven. Se dice que había dado muerte a un compañero de estudios, Clitónimo, en un acceso de cólera, cuando estaban jugando a las tabas. Por ello, se vio obligado a exiliarse, y su padre lo envió a Tesalia, a la corte de su pariente Peleo, donde se educó en compañía de Aquiles, con quien le unió una amistad entrañable (cf. Ilíada XXIII 85-91). <<

[877] Jasón, natural de Hemonia, es decir, de Tesalia, a su regreso de la expedición de los Argonautas y tras la intervención de Medea como inspiradora de la muerte de Pelias por sus propias hijas, Jasón y Medea fueron expulsados de su país, Yolco, y se refugiaron en Corinto, donde se hallaba la Fuente Pirene (cf. Metam. VII 297-403, y P. Grimal, op. cit., págs. 296-297). <<

[878] Cadmo era hijo de Agenor (rey de Tiro, según unas fuentes, o de Sidón, según otras) y de Telefasa. Después del rapto de Europa, Agenor envía a sus hijos en su búsqueda, ordenándoles que no vuelvan sin la joven. En unión de su madre, los jóvenes abandonan Tiro (o Sidón) para emprender su búsqueda. Pero pronto se dan cuenta de que su esfuerzo es vano y acaban por establecerse en diversos países: Cadmo y su madre se dirigen a Tracia, donde son bien recibidos. A la muerte de su madre, Cadmo consulta al Oráculo de Delfos, que le ordena abandonar la búsqueda de Europa y fundar una ciudad: el lugar de su emplazamiento estará allí donde una vaca, a la que habrá de seguir, caiga agotada. Al pasar por la Fócide, vio entre los rebaños de Pelagón una vaca con el signo de la luna en cada flanco: la siguió y ésta le condujo, a través de Beocia, hasta tumbarse al fin en el lugar en que se levantaría la futura ciudad de Tebas (cf. Metam. III 1-130, y P. Grimal, op. cit., págs. 79-80). <<

[879] Tideo es un héroe natural de la ciudad de Calidón, en la Etolia, hijo del rey Eneo. Llegado a la edad viril, Tideo cometió un asesinato y, por ello, hubo de abandonar su país y, tras un período de vida errante, llegó a la corte de Adrasto, rey de Argos, al mismo tiempo que Polinices. Adrasto purifica a Tideo de su crimen y, cumpliendo un viejo oráculo, le entrega en matrimonio a una de sus hijas y otra a Polinices. Promete a sus dos yernos devolverles sus patrias y, de este modo, convenció a Tideo de que participase en la expedición de los Siete para restablecer a Polinices en el trono de Tebas. Allí, en el sitio de Tebas, cayó Tideo herido por Melanipo, cuando estaba a punto de obtener de Atenea la inmortalidad, que Zeus le había prometido y que perdió por haber abierto el cráneo de su enemigo y sorbido sus sesos (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 514-515). <<

[880] Teucro es hijo de Telamón, rey de Salamina, y de Hesíone, hermana de Príamo. A pesar de ser sobrino de Príamo, participa con su hermanastro Áyax en la expedición griega contra Troya, donde lleva a cabo unas hazañas muy considerables. A su regreso de Troya, su padre le reprocha no haber protegido ni vengado a su hermanastro Áyax. Lo expulsa de Salamina, y Teucro tuvo que desterrarse, trasladándose a Siria, donde lo recibe el rey Belo, que entonces preparaba la conquista de Chipre, isla dedicada a Venus. Belo instaló a Teucro en la isla, donde fundó la nueva Salamina y casó con Eune, hija del rey Cipro, epónimo de la isla. <<

[881] Tíbur, la actual Tívoli, ciudad del Lacio, dista unas dieciocho millas de Roma y era famosa, tanto por sus frutales y jardines, como por sus monumentos, por lo que Ovidio la elegiría a fin de poner de manifiesto, por oposición, la lejanía y el contraste del lugar de su confinamiento. <<

[882] Cf. Trist. I 3, 80-88. <<

[883] Néstor, rey de Pilos, hijo de Neleo y Cloris, el único superviviente de la matanza que Hércules hizo entre sus hermanos. Néstor alcanzó una edad muy avanzada (vivió más de tres generaciones) por una gracia especial de Apolo: se dice que el dios, para reparar, en cierto modo, la matanza de los Nióbides (su madre, Cloris, era una de ellas, la única que sobrevivió), concedió a Néstor el privilegio de vivir el número de años que habrían correspondido a sus tíos y tías (cf. Trist. V 5, 62 y n. 65). <<

[884] Jasón era hijo de Esón, rey de Yolco, en Tesalia. Esón había sido desposeído por su hermanastro Pelias del trono de Yolco, quien envió a Jasón, para deshacerse de él, en busca del vellocino de oro, que Eetes, rey de Colco, había consagrado a Ares y que estaba guardado por un dragón, pensando que su sobrino no volvería de la Cólquide. Sin embargo, con la ayuda de Atenea y la colaboración de Medea, consiguió, como se sabe, salir triunfante de su empresa por tierras del Ponto. <<

[885] Jasón, como hemos dicho en la nota anterior, era natural de Yolco, en Tesalia, a la que se denomina también Hemonia por el nombre de su héroe epónimo, Hemón, hijo de Pelasgo y padre de Tésalo. <<

[886] Cf. Trist. V, n. 94. <<

[887] Alusión a los Argonautas, los que acompañaron a Jasón en busca del vellocino de oro en la nave Argos, entre los que destacaban: Argo, hijo de Frixo y constructor de la nave; Tifis, que fue su piloto; el músico tracio Orfeo, que marcaba la cadencia a los remeros; Hércules; el lapita Mopso; Cástor y Pólux; etc. (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 46 y sigs.). <<

[888] Ya hemos dicho en la nota anterior que Tifis, hijo de Hagnias, oriundo de Beocia, fue el primer piloto de la nave Argos, aceptando el cargo por consejo de la propia Atenea, quien le había instruido en el arte aún desconocido de la navegación: se le atribuía un conocimiento profundo de los vientos y del curso de los astros. Tifis no llegó al final de la expedición de los Argonautas, pues enfermó y murió en el palacio del rey Lico, en el país de los mariandinos, pueblo de Bitinia, cerca de la Paflagonia, en el Ponto Euxino. Le sucedió, como timonel de Argo, Anceo (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 515-516). <<

[889] El hijo de Agenor es Fineo, rey de Tracia, ciego y adivino, a quien consultaron los Argonautas, antes de marchar a su expedición, acerca de la ruta que debían seguir. Fineo accedió a informarles, si antes ellos lo libraban de las Harpías, demonios alados que lo atormentaban por designio de Helio, indignado por el hecho de que Fineo hubiera aceptado vivir larga vida a cambio de perder la vista. Los dos hijos de Bóreas, Calais y Zetes, que formaban parte también de la expedición de los Argonautas, se lanzaron en persecución de las dos Harpías y acabaron con ellas (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 203). <<

[890] Atenea ayudó a Argo en la construcción de la nave que llevaba su nombre: la diosa aportó la madera de la proa, un trozo de roble del bosque sagrado de Dodona, dotado del don de la palabra y de la profecía. Por su parte, Juno ayudó a los Argonautas en los difíciles escollos que tuvieron que superar en su empresa de conseguir el vellocino de oro y volver con él a Yolco, trabajo que les ocupó durante cuatro largos meses (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 48). <<

[891] Alusión al ciego amor que sintió Medea, hija de Eetes, rey de la Cólquide, que retenía el vellocino de oro, gracias a cuya valiosa colaboración Jasón se pudo hacer con el vellocino (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 336 y sigs.). <<

[892] La madre de Memnón es la Aurora, la diosa Eos, que pertenece a la primera generación de dioses, la de los Titanes. Su hijo predilecto fue Memnón, rey de los etíopes, que murió en Troya combatiendo contra Aquiles (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 161). <<

[893] Cf. Pónt. II 3, 77 y sigs. <<

[894]Trist. IV 5 y V 9. <<

[895]Pónt. I 5; I 9; II 3 y 8; III 2 y III 5. <<

[896] En VII 95. <<

[897] Cf. Tácito, Anales V 3, 4; VI 5, 1 y VI 7, 1. <<

[898] Lixo, río que desemboca en la costa occidental de Mauritania. El Hebro, del que aquí se nos habla, no es, evidentemente, el río español, sino uno de Tracia, el Maritza. Al hablarnos, pues, Ovidio de su cercanía, así como de la del Monte Atos y los Alpes, está empleando sendos adynata, tan frecuentes en nuestro poeta para subrayar algún imposible. <<

[899] Téngase en cuenta que Bóreas es el viento del Norte y, como, en opinión de Ovidio, el Ponto y Roma están en extremos opuestos, llega ya debilitado a Roma. <<

[900] Siena, la actual Assuán, ciudad del alto Egipto, uno de los lugares más conocidos en la Antigüedad por su calor, debido a su cercanía al Trópico. Fue por ello por lo que Eratóstenes, aprovechando que los rayos del sol caían verticalmente sobre ella al inicio del verano, pudo calcular de modo admirable la circunferencia de la Tierra (cf. The Oxford Classical Dictionary, cit., pág. 1026). <<

[901] Taprobana es la actual isla de Ceilán, llamada «tierra de los Antictonos» a decir de Plinio (Hist. Nat. VI 81), por considerarla como otro mundo (cf. J. André, op. cit., pág. 23, n. 2). <<

[902] En el momento de la condena de Ovidio, Grecino se encontraba ausente, lejos de Roma, probablemente en alguna misión militar, tal y como parece insinuar el V. 10. <<

[903] Idea repetidamente expuesta por Ovidio a lo largo de sus elegías del destierro: él, más que delito, ha cometido un error, que es lo que le ha ocasionado el destierro (cf. Trist. III 6, 35, y Pónt. I 7, 39-40). <<

[904] La diosa Esperanza es la única divinidad bienhechora que quedó sobre la Tierra, cuando las demás la abandonaron para ir a habitar en el Olimpo; poseía un templo en Roma, en el Foro (cf. Hesíodo, Los trabajosXCVI-XCIX, y LIVIO, II 51, 2). <<

[905] En varias ocasiones alude Ovidio a su intención de suicidarse para poner fin a sus desgracias en el exilio (cf. Trist. I 5, 6 y Pont. I 9, 21-22). <<

[906] Cf. nuestra introducción a Pont. I 5. <<

[907] En concreto, de IV 4. <<

[908] Pónt. I 7 y II 2. <<

[909] Cf. Pónt. II 2, 19-22. <<

[910] Cf. Anales I 8, 5, y III 18, 3. <<

[911] Idea repetida en estos poemas (cf. por ej., Trist. III 10, y Pont. I 3, 51). <<

[912] Sobre las relaciones de Ovidio con la familia de M. Valerio Mesala, cf. nuestra introducción a Pónt. I 5, y II 3, 77 y sigs. <<

[913] Los Atridas, o hijos de Atreo, son Agamenón y Menelao. <<

[914] Los Tindáridas, o hijos de Tindáreo, son Cástor y Pólux, aunque, en realidad, uno de ellos, Pólux, era hijo de Júpiter y Leda, esposa de Tindáreo (cf. Tristes I, n. 176). <<

[915] Como ya dijimos en la introducción, el castigo de Ovidio consistió en la relegatio o confinamiento, no en el exilium o destierro. <<

[916] Alude aquí Ovidio al hecho de que, ya frecuentara la casa de Mesalino, ya la de su padre o la de su hermano, siempre se hallaba en el hogar de los Mésala (cf. J. André, op. cit., pág. 29, n. 1). <<

[917] Cf. Tácito, Anales I 72. <<

[918] Histro es el nombre del Danubio en su curso inferior: de ahí que con frecuencia se confundan ambos nombres. <<

[919] Los caspios habitaban en la región suroeste del Caspio y habían sido sometidos por Darío. <<

[920] Se trata de la ciudad de Egiso, la actual Tulcea, llamada «la puerta del delta», en la parte meridional del Danubio, a unos 60 km. de su desembocadura. Había sido sometida por los getas y reconquistada después por el rey de los odrisios con la ayuda de Roma (cf. Pont. IV 7, 21 y sigs., y J. André, op. cit., pág. 30, n. 3). <<

[921] Los odrisios eran un pueblo de la Tracia, instalados, en un principio, en el curso bajo del Hebro. En tiempos de Estrabón (VII 47) habitaban las montañas situadas entre el Hebro y Odesos. Con este nombre se suele designar a todos los pueblos orientales de Tracia y, en ocasiones, a todos los tracios. <<

[922] Martia, que hemos traducido por ‘marcial’, sugiere tanto el valor guerrero de Roma como su relación con el dios Marte, ya que sus fundadores, Rómulo y Remo, eran descendientes de dicho dios. <<

[923] El surgimiento de la Pléyade tenía lugar en Roma en el mes de octubre. Por tanto, si Ovidio marchó al destierro en diciembre del 8, los cuatro otoños que lleva ya en Tomos son los de los años 9, 10, 11 y 12. Esta carta debe de ser, pues, del otoño del 12. <<

[924] Alusión a las zonas de recreo más bellas de Roma, recordadas ya con anterioridad en diversos pasajes de las Tristes, como, por ej., III 1, 27 y sigs., y III 12, 17 y sigs.: los tres grandes Foros, el Romano, el de César y el de Augusto; sus templos; los tres teatros, el de Pompeyo, el de Balbo y el de Marcelo; sus bellos pórticos; los hermosos jardines de la ribera del Tíber, a la altura del Campo de Marte, así como los magníficos Horti Pompeiani o Jardines Pompeyanos, en la parte occidental del mismo Campo; los estanques o lagos artificiales; los canales de agua, asimismo artificiales, y tan frecuentes en las ricas mansiones. <<

[925] El Agua de la Virgen, la fuente más fresca de Roma, que tenía su nacimiento a unos 20 km. al este de Roma y que era llevada hasta ella por un acueducto construido por Agripa el 19 a. C. (cf. Trist. III, n. 116). <<

[926] Alusión a su tierra natal, Sulmona, en el territorio peligno. <<

[927] Ovidio alude, en varias ocasiones, a sus jardines en las afueras de Roma. Por el dato aquí aducido de la confluencia de las Vías Flaminia y Clodia, se los puede situar al norte de Roma, junto al puente Milvio (cf. Trist. I, n. 193). <<

[928] Cf. nuestra introducción a dicha epístola. <<

[929] Sobre la identidad de este Celso existen dos versiones: que se trata de Cornelio Celso, el enciclopedista que escribió sobre agricultura, medicina, estrategia militar, retórica, filosofía y derecho, de lo que sólo se nos ha conservado un tratado de medicina, que ejercería una gran influencia, por cierto, durante la Edad Media y el Renacimiento; según otros, se trataría de Albinovano Celso, el amigo de Horacio. Lo único evidente es que se trata de un buen amigo de Ovidio, de los pocos que le habían permanecido fieles. A él parece dedicada la elegía I 5 de las Tristes. <<

[930] Sobre el empleo del amomo como aroma para perfumar los cuerpos de los difuntos, cf. Trist. III, n. 38. <<

[931] Entiéndase ‘tierra de Roma’ (cf. Trist. III, nn. 39 y 41). <<

[932] Tiberio 42. <<

[933] En los vv. 7-14. <<

[934] La palabra latina salutem, que traducimos por ‘saludo’, al significar también ‘salud’, se presta al juego de palabras que explota aquí Ovidio. <<

[935] La diosa de la Juventud se identifica aquí con Hebe, la sirvienta de los dioses. Hija de Júpiter y de Juno, desempeña el papel de criada o hija de la casa en la mansión de los dioses. Antes del rapto de Ganimedes, era la que servía el néctar a los dioses (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 224). <<

[936] Cf. Trist. III, n. 32. <<

[937] Alusión al hermano de Flaco, Pomponio Grecino, el gran amigo de Ovidio. <<

[938] Cf. Ovidio, Epistulae ex Ponto II. Introducción, edición crítica, traducción y comentario de A. Pérez Vega, Sevilla, 1989, págs. 121-123. <<

[939] Alusión al templo dedicado a la Justicia por Augusto, de cuya construcción Ovidio tendría noticia, ya que no se acabó hasta enero del año 13, dato que recoge nuestro poeta en Pónticas III 6, 25-26. <<

[940] Batón era el jefe de la rebelión de uno de los pueblos de Dalmacia, los Daesitiates. Fue hecho prisionero, pero Tiberio se mostró generoso con él, colmándole de regalos y asignándole una residencia en Rávena (cf. Suetonio, Tiberio XX 2). <<

[941] Vaticina aquí Ovidio un gran triunfo para Germánico, triunfo que tendría lugar el, año 15, primero, y de nuevo en el 18 (cf. F. Della Corte, op. cit., II, 83). La fortaleza tarpeya es el Capitolio, llamado así por la joven Tarpeya, cuya traición nos cuenta Livio (I 11). <<

[942] Cf. nuestra introducción a dicha epístola. <<

[943] Cf. Veleyo Patérculo, II 112. <<

[944] Alusión a la revuelta de los Gigantes contra Júpiter, quienes, para subir hasta el cielo, colocaron unas montañas sobre otras. Encélado, uno de los Gigantes, fue perseguido por Atenea, que lo sepultó bajo el Etna, cuyas erupciones obedecían a los movimientos y resoplidos del gigante (cf. A. Ruiz de Elvira, op. cit., pág. 49). <<

[945] Diomedes, hijo de Tideo, que hirió a Afrodita en el sitio de Troya (cf. Ilíada V 329 y sigs.), por lo que la ira de la diosa le castigó con la infidelidad de su esposa Egialea, quien, al regreso del héroe a Argos, intentó asesinarlo. <<

[946] Aqueménides es un personaje de la Eneida: abandonado por Ulises, cuando huía de Polifemo en el país de los Cíclopes, fue recogido después por Eneas, tras conservar su vida a escondidas de los Cíclopes (cf. Eneida III 588 y sigs.). <<

[947] El jefe misio no es otro que Télefo, rey de Misia, herido por Aquiles con su lanza y curado después por la herrumbre de la misma (cf. Tristes V 2, 15-16; I, n. 21; II, n. 4; así como P. Grimal, op. cit., págs. 496 y sigs.). <<

[948] Hemos preferido, con J. André (op. cit., esp. n. 1, en las págs. 163-164), respetar la laguna existente en los principales manuscritos para los VV. 33-34, renunciando a subsanarla con la ayuda de otros, empeño éste que ha llevado a los diversos editores del texto a las más variadas soluciones (cf. J. André, op. cit., pág. 164). <<

[949] M. Valerio Mesala, padre de los Mesalas, destacaba por sus dotes oratorias y, a decir de Tácito (Anales III 34, 2), su hijo Mesalino había heredado la elocuencia paterna, aunque esto parece exagerado. <<

[950] Tiberio, hijo adoptivo de Augusto, acababa de obtener brillantes victorias en Germania, Panonia y Dalmacia, entre los años 9 y 12 d. C. (cf. Veleyo Patérculo, II 117 y sigs.; Trist. IV 2 y Pánt. II 1). <<

[951] Germánico contaba entonces 28 años de edad, mientras que Druso el Menor, el hijo de Tiberio, tenía 26. <<

[952] El término nurus se emplea en latín para designar jurídicamente a las esposas de los hijos y de los nietos. En el caso de Augusto, eran las siguientes: Antonia, la esposa de Druso el Mayor, el hermano menor de Tiberio; Agripina, la esposa de Germánico, nieta de Livia; y Livila, esposa de Druso el Menor, hijo de Tiberio (cf. J. André, op. cit., pág. 164, n. 6). <<

[953] En cuanto a las nietas de Augusto, tenemos a Julia II y Agripina, por línea directa, y a Livila, nieta de Livia e hija de Druso el Mayor. <<

[954] Por último, los biznietos de Augusto por aquel entonces (año 13) eran, por un lado, los hijos de Agripina y Germánico [Julio César Nerón, Julio César Druso III y Gayo César (Calígula)] y, por otro, Julia, nacida del matrimonio de Livila y Druso II. <<

[955] Los peonios, pueblo situado en la región montañosa del norte de Macedonia, entre Tracia e Iliria. Se alude, pues, a la circunstancia de la insurrección de Dalmacia y Panonia, que sometió Tiberio entre los años 6 y 9, primero, y entre el 9 y 12, después. <<

[956] La ‘doncella de Febo’ es Dafne, la ninfa amada por Apolo que, al ser perseguida por el dios, suplicó que se la transformase y quedó convertida en laurel, la planta predilecta de Apolo (cf. Metam. I 452 y sigs., y P. Grimal, op. cit., págs. 124-125). <<

[957] Entendemos el vobiscum latino como auténtico plural, referido a los dos hermanos, Mesalino y Cota Máximo, quienes habían intervenido con Tiberio en su campaña militar y, por tanto, debían de participar también con él en el triunfo. <<

[958] En cuanto a la prole o hijos de Tiberio, son, por un lado, su hijo Druso, y, por otro, su sobrino e hijo adoptivo Germánico (cf. J. André, op. cit., pág. 47, n. 3). <<

[959] Los hermanos Cástor y Pólux tenían su templo en el Foro Romano, cerca del dedicado a Julio César. <<

[960] Alude aquí el poeta a dos personajes famosos por su crueldad. En primer lugar, Polifemo, el cíclope hijo de Posidón y de la ninfa Toosa, que aparece en la narración homérica (Odisea I 71 y sigs. y IX 187 y sigs., y Eneida III 628 y sigs.) como el más horrible y salvaje de los Cíclopes. <<

[961] Antífates es el rey de los lestrigones, que asesina a los marineros de Ulises (cf. Odisea X 81 y sigs. y XXIII 318 y sigs.). <<

[962] Aquiles, nieto de Éaco, que vengó la muerte de su amigo Patroclo. La amistad entre los dos era proverbial en la Antigüedad. Al morir Patroclo a manos de Héctor, Aquiles, olvidando su rencor con Agamenón, vuelve a la lucha para vengar la muerte de su amigo, lo que consigue al dar muerte a Héctor y arrastrar su cadáver, hasta que accede a devolvérselo a Príamo (cf. Ilíada XVI y XXIII). <<

[963] Teseo acompañó a Pirítoo a los Infiernos para llevarse a Perséfone y fueron retenidos allí los dos. Posteriormente, lo liberó Hércules (cf. Trist. I 3, 66 y n. 69). <<

[964] El ‘joven de Fócide’ es Pílades, hijo de Estrofio, rey de Crisa en la Fócide. Sobre la amistad de Pílades y Orestes, cf. Trist. I 5, 21-22 y n. 89. <<

[965] Este apelativo de ‘joven’ se corresponde mucho mejor con la hipótesis de que el destinatario de esta carta sea Cota Máximo, unos veinte años más joven que Ovidio, ya que Fabio Máximo era unos años mayor que el poeta. <<

[966] Nueva alusión a M. Valerio Mesala, padre de Cota y Mesalino. <<

[967] Recuérdese que Ovidio se hallaba en la isla de Elba, en compañía de Cota Máximo, cuando le sorprendió la noticia de su condena al destierro. La isla era llamada Aetholia por los griegos. <<

[968] La madre de Cota pertenecía a la familia de los Aurelios Cotas, uno de los cuales, hermano de su madre, había adoptado a Cota y de ahí su nombre, a pesar de ser hijo de Mesala. <<

[969] Cf. Tácito, Anales IV 58 y VI 10. <<

[970] El descendiente de Éaco es su nieto Aquiles, y el de Néstor su hijo Antíloco, Antíloco pasa en la Ilíada por ser, tras Patroclo, el mejor amigo de Aquiles (cf. Ilíada XV 569 y sigs., y Odisea XXIV 72 y sigs.). Los tres, según la leyenda, continúan llevando en el Más Allá una vida de luchas y fiestas en la Isla Blanca, en la desembocadura del Danubio (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 34 y 43). <<

[971] Río infernal, cuyo nombre significa «olvido». <<

[972] Las rosas de Pesto, ciudad de Lucania, eran, junto con las de la Campania, las más célebres de Italia (cf. Plinio, Hist. Nat. XXI 16); por el contrario, la caléndula destaca por su olor fuerte y un tanto desagradable (cf. Plinio, op. cit. XXI 28). <<

[973] Sobre este triunfo de Germánico, cf. nuestra introducción a Pont. II 1. <<

[974] Germánico y Druso el Menor, hijo de Tiberio, habían recibido al mismo tiempo el título de «Príncipes de la Juventud», como presuntos herederos del Imperio. <<

[975] Alusión al hecho de que Salano era el maestro de elocuencia de Germánico. Sobre las dotes oratorias de Germánico da buena prueba el elaborado discurso que Tácito pone en su boca en Anales I 42 (cf. también Suetonio, Calígula III 4). <<

[976] Germánico, al ser adoptado el año 4 por Tiberio, que lo había sido, a su vez, antes por Augusto, pasaba a formar parte de la familia de los Julios. <<

[977] El tirso y el laurel son los símbolos de la inspiración poética. Aunque Salano parece que cultivó también la poesía, fue en la oratoria y en la retórica en las que realmente destacó. <<

[978] Los Montes Ceraunios (o Acroceraunios) eran una cadena montañosa a lo largo de la costa, entre Macedonia y el Epiro, cuyo promontorio sur limitaba con la bahía de Valona. Eran famosos por las furiosas tempestades que se desencadenaban por aquellos parajes, así como por los peligrosos escollos que contenían. <<

[979] Nueva referencia a la gran amistad de Pílades, hijo de Estrofio, y Orestes, hijo de Agamenón (cf. Trist. I 5, 21 y n. 89). <<

[980] Sobre la amistad de Teseo y Pirítoo, cf. igualmente, Trist. I 3, 66 y n. 69. <<

[981] La Cinifia es la región que recorre el río Cinyps, en el África septentrional, concretamente entre las dos Sirtes y que desemboca en el Mediterráneo, cerca de Leptis Magna. Era una región famosa por su fertilidad (cf. Mela, I 37). <<

[982] Como es bien sabido, el Hibla es un monte situado en la costa oriental de Sicilia, cerca de Siracusa, famoso por la miel que las abejas extraían de su tomillo. <<

[983] La aparición de las constelaciones de Arturo y las Pléyades, a finales de octubre y comienzos de noviembre, solía ir acompañada de tormentas y peligros para la navegación. <<

[984] Evidentemente, la nave de Ítaca es la nave en la que Ulises regresa a su patria. <<

[985] Augusto y Tiberio, ya que este último tenía el título de César y estaba asociado al Imperio con Augusto, como heredero suyo. <<

[986] Alusión a la mansión de Augusto en el Palatino. <<

[987] Livia, esposa de Augusto, es capaz de soportar la divinidad de su marido; no así algunas otras esposas de Júpiter, que fueron víctimas de su majestuosidad, como Sémele (cf. Trist. II 401, n. 71). <<

[988] Tiberio, hijo adoptivo de Augusto. <<

[989] Germánico y Druso el Menor, hijo de Tiberio, adoptados, a su vez, por Tiberio. <<

[990] Néstor, rey de Pilos, que vivió durante tres generaciones (cf. Trist. V 5, 62 y n. 65). <<

[991] La Sibila de Cumas, según la leyenda (cf. Metam. XIV 130 y sigs.), vivió mil años, mientras que Livia murió a los 86. <<

[992] Cf. supra, n. 17. <<

[993] Hijo de Posidón y Quíone y descendiente, por tanto, de Erictonio. Quíone, por miedo a su padre, Bóreas, arrojó al recién nacido al mar, pero Posidón lo recogió y se lo llevó a Etiopía, confiándolo a una hija que había tenido de Anfitrite, la cual lo crió. Cuando fue mayor, es condenado al destierro y marcha con su hijo Ísmaro a la corte del rey de Tracia, Tegirio, que dio una de sus hijas en matrimonio a Ísmaro. Muerto éste, Tegirio le dejó el reino de Tracia. Siendo ya rey de este país, Eumolpo intervino en la guerra entre los atenienses y los habitantes de Eleusis, a favor de estos últimos, pero fue vencido y muerto por los atenienses mandados por Erecteo, por lo que Posidón pidió a Júpiter que fulminase a Erecteo. Algunas tradiciones vinculan a Eumolpo con Museo y otras lo presentan recibiendo lecciones de música de Orfeo (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 183). <<

[994] Erictonio, antepasado de Eumolpo, uno de los primeros reyes de Atenas (cf. Trist. II 424 y n. 41). De él procede Erecteo; de Erecteo, Pandión; de Pandión, Oritia; de Oritia, Quíone y de Quíone, Eumolpo. <<

[995] Cotis tenía encomendada la seguridad del Danubio, de ahí que Tomos se hallase bajo su jurisdicción militar. <<

[996] Sobre Antífates, cf. supra, n. 24. <<

[997] Alcínoo, rey de los feacios, que recibía hospitalariamente a los extranjeros y náufragos en su corte de la isla Esquenia, probablemente la actual Corfú. Recuérdese, por ejemplo, su amabilísimo comportamiento con Ulises, a quien agasajó, colmó de regalos y hasta le ofreció a su propia hija, Nausícaa, en matrimonio (cf. Odisea VI y VII). <<

[998] El tirano de Casandria era Apolodoro, que se apoderó de dicha ciudad de Macedonia, a comienzos del siglo III, y que era famoso por su crueldad (cf. J. André, op. cit., pág. 71, n. 3). <<

[999] Alejandro fue tirano de Feras, ciudad de Tesalia, entre 369 y 358, fecha en la que fue asesinado por los hijos de Jasón (cf. Plutarco, Pelópidas 26-35, y The Oxford Classical Dictionary, cit., pág. 41). <<

[1000] Fálaris, tirano de Agrigento, que hizo morir a Perito en el toro de bronce, que éste había inventado como instrumento de tortura (cf. Trist. III 11, 39-54 y n. 106). <<

[1001] Bistonia es la región de la costa meridional de Tracia (cf. Trist. I, n. 157). <<

[1002] Se refiere a los hilos que ligaban las tablillas en las que se escribían los testamentos y otros documentos. Sobre su atadura se ponía un sello de cera. <<

[1003] Se trataba de una imagen grabada sobre un sello y que era impresa en relieve sobre la cera que precintaba la carta. A pesar de que algún autor ha pensado que se trataba de una imagen de Ovidio grabada en un anillo-precinto, no parece ser éste el caso, ya que, de lo contrario, no tendría mucho sentido que Ovidio le diga a Macro que, si no reconoce la imagen del sello, reconocerá, al menos, su escritura (cf. J. André, op. cit., pág. 73, n. 1). <<

[1004] Algunos autores piensan que este verso supone que la tercera esposa de Ovidio, Fabia, estaba emparentada con Macro. Pero la verdad es que ello no se deduce necesariamente del contenido de este verso: bien puede tratarse de una simple relación de amistad o simpatía y no necesariamente de parentesco (cf. F. Della Corte, op. cit., II, 232). <<

[1005] Alusión al poema Posthomerica de Macro, que narraba la caída de Troya, omitida en la Ilíada, que acaba con los funerales de Patroclo. <<

[1006] De este viaje nos ha hablado ya Ovidio en Trist. I 2, 77-78. <<

[1007] Trinacria, antiguo nombre de Sicilia, por la forma triangular que presenta. <<

[1008] Cf. Pont. II 2, 11-12 y n. 7. <<

[1009] Henna es una ciudad situada en el interior de Sicilia, que estaba rodeada de lagos y bosques sagrados. <<

[1010] El Palico es el lago de Naftia, pequeño lago volcánico al este de Sicilia, cerca de Catania, famoso por sus emanaciones de gases, originados por la nafta que arrojaba. <<

[1011] Cíane, ninfa de Sicilia, que, por intentar oponerse al rapto de Prosérpina, fue transformada en fuente por Plutón (cf. Metam. V 409 y sigs.). <<

[1012] El Ánapo es un pequeño río costero que desemboca en el mar al sur de Siracusa. <<

[1013] Se refiere a la ninfa Aretusa, perseguida por el río Alfeo, de la Élide, y que para escapar de éste huyó hasta la isla de Ortigia (cf. Metam. V 487 y sigs.). <<

[1014] A las Osas se las llama «constelaciones secas», porque están siempre visibles y no se las ve nunca tocar el horizonte marino (cf. Trist.

10, 4 y n. 95, y Trist, VI 3, 2 y n. 27). <<

[1015] El contenido de estos versos es lo que ha hecho concluir a muchos que Rufo era tío materno de Fabia, ya que Cástor lo era de Hermione y Héctor de Julo. Hermione era hija de Menelao y Helena, hermana de Cástor: sobre ella, cf. Trist. II, n. 66. Por su parte, Julo-Ascanio era hijo de Eneas y Creúsa, hermana de Héctor. <<

[1016] Fundí, la moderna Fondi, es una ciudad del Lacio, situada en la misma Vía Apia, a pocos kilómetros de Roma, que adquirió un notable esplendor (cf. Horacio, Sát. I 5, 34). <<

[1017] Cf. V. Büescu, «Trois aspects ‘roumains’ d’Ovide», A ni Convegn. Intern. Ovid., I, Roma, 1959, 243. <<

[1018] Alusión a la expedición de los Argonautas dirigida por Jasón a las aguas del Ponto (cf. Trist. III 9, 8-9, y las nn. 88 y 89). <<

[1019] Cf„ por ej., Trist. I 6, 26 y IV 3, 72. <<

[1020] Sobre Capaneo, uno de los Siete contra Tebas, cf. Trist. IV 3, 64 y n. 31. <<

[1021] Anfiarao era otro de los Siete contra Tebas. Era un adivino protegido por Júpiter y Apolo, y también un guerrero famoso por su bravura y su piedad. Ante la insistencia de su cuñado Adrasto para que participase en la expedición contra Tebas, para restablecer a Polinices en el trono, y a pesar de ser sabedor por sus dotes adivinatorias del final desastroso de la expedición, marchó muy a su pesar, no sin antes hacer prometer a sus hijos que lo vengarían: éstos organizarían después la llamada «expedición de los Epígonos». En Tebas, Anfiarao desempeñó un papel importante. Al finalizar la contienda con la derrota de los Siete, Anfiarao huyó y, cuando iba a ser alcanzado por Periclímeno, Júpiter abrió la tierra e hizo que ésta se lo tragara con sus caballos, carro y auriga. Júpiter le concedió la inmortalidad y Anfiarao siguió formulando sus oráculos en Oropo, en el Ática (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 27-28). <<

[1022] Sobre Filoctetes, cf. Trist. V 1, 61-63, con la n. 14 a dicho pasaje. <<

[1023] Bilis de Cos, la amada del poeta elegiaco Filetas (cf. Trist. I 6, 2 y n. 109). <<

[1024] Fabia pertenecía a la gens Fabia, bien porque estuviera emparentada con ella, bien porque estuviera adscrita a ella como cliente (cf. Trist. I 3, 17 y n. 56). <<

[1025] Respecto a Marcia, esposa de Fabio Máximo y pariente de Augusto, cf. Trist. I, n. 116; Pónt. I, n. 35. <<

[1026] Sobre Alcestis, la esposa de Admeto, cf. Trist. II, n. 74 y V, n. 63. <<

[1027] Sobre Penélope, como modelo de Fabía, cf. Trist. I 6, 2; V 5, 51 y V 14, 35. Como polo opuesto, cf. Am. I 8, 47-48. <<

[1028] Sobre Laodamía, esposa de Protesilao, cf. Trist. I, n. 114 y II, n. 76. <<

[1029] Sobre Evadne, hija de Ifis y esposa de Capaneo, cf. Trist. IV, n. 31, y V, n. 62. <<

[1030] La hija de Ícaro es Penélope (cf. Trist. I, n. 116 y V, n. 61). <<

[1031] Una vez más, Ovidio elogia aduladoramente a Livia. <<

[1032] Sobre Procne, esposa de Tereo, que, para vengar a su marido, que había violado a su hermana Filomela, mató a su hijo, lo hizo hervir y lo sirvió a Tereo como manjar, cf. Trist. II, n. 61. <<

[1033] Sobre Medea, hija de Eetes, que para vengar a Jasón, cuando éste se desposó con Creúsa, mató a sus hijos, cf. Trist. II, n. 60 y III, n. 82. <<

[1034] Las nueras de Egipto son las Danaides, las 50 hijas del rey Dánao, que asesinaron a sus maridos, los 50 hijos del rey Egipto (cf. Trist. III, n. 20). <<

[1035] La esposa de Agamenón es Clitemnestra, quien, como se sabe, asesinó a su marido a la vuelta de éste de Troya (cf. Trist. II, n. 64). <<

[1036] Sobre Escila, cf. Trist. IV, n. 63. <<

[1037] La madre de Telégono es la maga Circe, hija del Sol, que desempeña un importante papel en la Odisea y en la leyenda de los Argonautas: Telégono es hijo suyo y de Ulises. <<

[1038] Medusa, la más cruel de las tres Górgonas, cuya cabeza estaba rodeada de serpientes y cuya mirada petrificaba a quien la contemplaba (cf. Trist. IV, n. 62). <<

[1039] Teseo es recordado aquí como ejemplo de amistad y lealtad, por su comportamiento con Pirítoo (cf. Trist. I, n. 69). <<

[1040] Otro tanto ocurre con Pílades, como compañero de Orestes (cf. Trist. I, a. 89). <<

[1041] Se refiere al culto de Artemisa, que recoge la leyenda de Ifigenia en Táuride, plasmada en la obra de Eurípides. Como se sabe, Ifigenia, hija de Agamenón y Clitemnestra, fue raptada por Artemisa y llevada a Táuride, la actual Crimea, donde la joven se consagró al servicio de la diosa, en un templo que ésta tenía dedicado allí (cf. Trist. IV 4, 63-82, nn. 47, 49). <<

[1042] Sobre Toante, cf. Trist. IV, n. 48. La playa meótida es la que rodea la laguna Meotis, el actual Mar de Azov, que designa genéricamente las regiones heladas del Norte. <<

[1043] Sobre la amistad de Orestes y Pílades, cf. Trist. I, n. 89 y IV, n. 50. <<

[1044] Trivia (‘la diosa de las encrucijadas’) es el calificativo con el que se caracteriza a Hécate como divinidad que preside las encrucijadas, los lugares por excelencia de la magia. En ellas se levantaba su estatua, en forma de una mujer de triple cuerpo o bien tricéfala. Por afinidad con Hécate, se atribuye este mismo calificativo también a Artemisa (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 54 y 225). <<

[1045] Voleso es el gran antepasado de la gens Valeria, a la que pertenecía Cota por parte de su padre (cf. LIVIO, I 58, 6). <<

[1046] Cota pertenecía, por parte de su madre, a la gens Aurelia, de origen sabino, que hacía al rey Numa antepasado suyo (cf. LIVIO, I 18, 1). <<

[1047] Para la propagación de la rama de la gens Aurelia, a la que pertenecía Cota por su madre, es por lo que éste fue adoptado por su tío materno, cabeza entonces de dicha familia. <<

[1048] Cf. nuestra introducción a dicha epístola. <<

[1049] En el calendario lunar, la luna llena suele tener lugar hacia mediados de mes. <<

[1050] Alusión a los Amores, obra que Ovidio escribió en plena juventud, hacia el 25 a. C. (cf. Trist. IV 10, 57-58). <<

[1051] A Homero se le llama ‘meónida’, bien por el nombre de su padre, bien por ser natural de Meonia: por tanto, meonio tiene aquí el valor de ‘homérico, épico’ (cf. Trist. I, n. 13). <<

[1052] Eumolpo, hijo de Posidón y de Quíone, de quien la tradición decía que había instituido los misterios de Eleusis y que había recibido las lecciones de Orfeo (cf. Pont. II, n. 55). <<

[1053] Olimpo, célebre flautista que pasa por ser hijo o discípulo del sátiro Marsias. Cuando Marsias fue muerto por Apolo, éste lo enterró y lloró agradecido (cf. Metam. VI 392-94, y P. Grimal, op. cit., pág. 387). <<

[1054] Aquiles, hijo de Peleo, fue educado por el centauro Quirón, que le enseñó música, el arte de la guerra, el de la caza, la moral y la medicina. Quirón era un buen conocedor de la medicina y de la cirugía: a Aquiles le cambió de niño el hueso del tobillo, que le había quemado Tetis, por otro sacado del esqueleto de un gigante (cf. Estacio, Aquileida, y P. Grimal, op. cit., págs. 39 y sigs.). <<

[1055] Existía una tradición, recogida aquí por Ovidio, según la cual el rey Numa habría sido discípulo de Pitágoras, tradición que no se puede mantener por evidentes razones cronológicas (cf. LIVIO, I 18). <<

[1056] Augusto, como miembro de la gens Julia, pasaba por ser descendiente de Julo Ascanio, hijo de Eneas, quien, a su vez, es hijo de Venus, al igual que Cupido, el dios Amor. <<

[1057] La doncella del Fasis es Medea. El Fasis es un río de la Cólquide. Por lo tanto, lo dicho por Ovidio en el verso anterior (‘vi estos lugares…’) hay que entenderlo en el sentido amplio de lugares ribereños del Ponto Euxino (cf. J. André, op. cit., pág. 94, n. 1). <<

[1058] Alude Ovidio en estos versos a la alegría reinante en Roma por el triunfo sobre Panonia de Tiberio, el general al que se alude en el V. 88 e hijo adoptivo de Augusto. <<

[1059] Memnón, rey de los etíopes; por lo tanto, de color negro. <<

[1060] La madera de terebinto es de color oscuro; según Plinio, tan negra como el ébano. <<

[1061] Esta alusión a Hércules puede deberse al hecho de que los Fabios se decían descendientes suyos (cf. Plutarco, Fabio 1, 2). <<

[1062] Alusión a las dotes de Fabío Máximo y a su calidad de abogado defensor ya citadas en Pont. I 2, 69-70. <<

[1063] Cf. nuestra introducción a dicha epístola. <<

[1064] Macaón, hijo de Asclepio, era uno de los pretendientes de Helena, y como tal fue a Troya. Allí se dedicó, sobre todo, a la medicina, que había aprendido de su padre. Entre sus curaciones, destaca la de Filoctetes, a quien sanó la herida producida por una flecha de Hércules (cf. Pont. I 3, 5 y n. 41). <<

[1065] Como el propio Ovidio nos dice (cf. Trist. II 93-94), formó parte del colegio de los centúnviros, institución judicial que entendía de casos privados, sobre todo de litigios sucesorios. <<

[1066] Op. cit., pág. 138. <<

[1067] Leucótea es otro nombre de Ino, la hija de Cadmo, después de ser transformada en divinidad marina favorable a los navegantes. Ino estaba casada con Atamante y tenían dos hijos. Después de la muerte de Sémele, su hermana y madre de Dioniso, Ino persuadió a Atamante para que recogiese al dios niño y lo educase junto con sus hijos. Entonces Hera, encolerizada por haber acogido el fruto de los amores adúlteros de Júpiter, los castigó enloqueciéndolos. Atamante atravesó con una flecha a su hijo Learco, confundiéndolo con un ciervo, e Ino arrojó en un caldero de agua hirviendo a su otro hijo, Melicertes. Ino se arrojó al mar con el cadáver de Melicertes y las divinidades marinas se apiadaron de ella y la metamorfosearon en Nereida, y a su hijo en el dios Palemón. Los dos se convirtieron así en divinidades marinas favorables a los navegantes, a los que guían en la tempestad. El nombre de Leucótea, ‘la diosa blanca’, parece que le sobreviene por ser la diosa que guía a los navegantes en la niebla. Cuando Ulises se vio envuelto en una tempestad, suscitada por Posidón, Leucótea lo salvó y le ayudó a llegar hasta la isla de los feacios, asido a un resto de nave naufragada (cf. Odisea V 333 y sigs., y P. Grimal, op. cit., pág. 318). <<

[1068] En enero del año 13 Augusto consagró un templo y una estatua a la diosa Justicia, a cuya preparación había hecho referencia Ovidio en Pónt. II 1, 33-34. Si tenemos en cuenta que la noticia de este hecho debió de tardar varios meses como mínimo en llegar a Tomos, esta epístola no debe de ser anterior a abril o mayo de dicho año. <<

[1069] Busiris, rey de Egipto, pasa por modelo de crueldad. Con motivo de una sequía de 8 o 9 años, que había azotado al país, el adivino Frasio, llegado de Chipre, le aconsejó que sacrificase a Júpiter anualmente un extranjero para aplacarle, y éste comenzó por sacrificar al propio Frasio. Posteriormente, cuando Hércules pasó por Egipto, Busiris lo prendió, lo ató y lo llevó al altar como víctima propiciatoria. Pero Hércules se soltó y dio muerte a Busiris (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 74-75) <<

[1070] El que quemaba hombres encerrados en el toro de bronce era Fálaris (cf. Trist. III, n. 106). <<

[1071] Cf. nuestra introducción a dicha epístola. <<

[1072] Esta afirmación es válida si se aplica sólo a Tomos y sus alrededores más inmediatos, ya que la Tracia era famosa por sus minas de oro y plata, y tenemos noticia de los importantes tesoros artísticos de los tracios y de los escitas (cf. J. André, op. cit., pág. 109, n. 2). <<

[1073] Cf. nuestra introducción a dicha epístola. <<

[1074] Tersites, hijo de Agrio, es el héroe más feo y cobarde de todos los griegos que participaron en la Guerra de Troya. Cojo, patizambo, jorobado y calvo. Aquiles lo mató a puñetazos por haber arrancado con su lanza los ojos de la amazona Pentesilea, abatida por Aquiles, pero de la que el héroe griego se enamoró al verla morir (cf. Ilíada II 211 y sigs., y P. Grimal, op. cit., págs. 504-505). <<

[1075] Aristarco de Samotracia, gramático y comentarista de textos, en especial de Homero, que vive en la primera mitad del siglo II, concretamente entre 217 y 145 a. C. Sucedió a Apolonio al frente de la Biblioteca de Alejandría. De sus discípulos, destacaron Apolodoro y Dionisio Tracio. <<

[1076] Cf. nuestra introducción a dicha epístola. <<

[1077] Tal vez, la afirmación por parte de Ovidio de que debe su vida a Pompeyo puede ser algo exagerada, pero téngase en cuenta que el territorio que tuvo que atravesar el poeta, camino de su destierro, perteneciente a los dominios del gobierno de Macedonia, que regentaba por entonces Pompeyo, era un territorio bastante inseguro. Fue por ello por lo que Pompeyo brindó a Ovidio una escolta para su protección, durante su travesía desde Tempira a Tinias. <<

[1078] Lete es una fuente situada en los Infiernos, de la que bebían los muertos para olvidar su vida terrestre (cf. Trist. IV 1, 47; I, n. 133, y IV, n. 14). <<

[1079] El artista de Cos es Apeles, famoso pintor griego del último tercio del siglo IV a. C. En realidad, era natural de Colofón y después vivió en Éfeso y murió en Cos, donde pintó su famosa Venus Anadiomene, pintura de Venus saliendo del mar, con el agua a la cintura y estrujando sus húmedos cabellos. <<

[1080] Fidias había realizado dos estatuas colosales de Atenea, consagradas y ubicadas en la Acrópolis: una de ellas era de marfil y de oro, llamada por ello «crisoelefantina», la Atenea Parthénos a la que estaba dedicado el templo del Partenón, y la otra era de bronce, la Atenea Prómachos, la obra más antigua de Fidias, un coloso de unos 15 m., cuyo casco y la punta de cuya lanza se podían divisar desde lejos. Además, era también obra de Fidias una Atenea sin casco, que los atenienses de la isla de Lemnos habían dedicado alrededor del 450 en la Acrópolis de Atenas, llamada Atenea Lemnia, cuya belleza era sorprendente, hasta el punto de que la llamaban «La Belleza» (cf. A. Blanco, Arte griego, Madrid, 19662, págs. 158-162). <<

[1081] Cálamis era un escultor de origen beocio, que vivió en la primera mitad del siglo V, famoso sobre todo por sus reproducciones de caballos, en lo que al parecer no tuvo rival. Plinio cuenta que Praxíteles había hecho un auriga para una carroza de Calamis, «como si el artista que sobresalía en caballos hubiera podido fracasar en la ejecución de la figura humana» (Plinio, Hist. Nat. XXXIV 71; cf. A. Blanco, op. cit., pág. 117). <<

[1082] Mirón, uno de los más famosos escultores griegos, de mediados del siglo V, autor de numerosas esculturas en bronce de dioses, atletas y animales. De sus esculturas de animales, la obra más celebrada era una vaca, tan realista que, a decir de Plinio, «los terneros se acercaban a ella para que los amamantase y los leones para devorarla» (Hist. Nat. XXXIV 57-58). Esta vaca estuvo primero en la Acrópolis de Atenas y después en el Foro de la Paz de Roma (cf. A. Blanco, op, cit., págs. 135-139). <<

[1083] Cf. w. 3-4. <<

[1084] Cf. vv. 5-6. <<

[1085] Cf. Pont. IV 16, 9. <<

[1086] Aristeo, hijo de Apolo y de la ninfa Cirene, a quien las ninfas enseñaron la apicultura, que él transmitió a los hombres. Estaba casado con Autónoe, hija de Cadmo, que le dio por hijo a Acteón. Virgilio cuenta (Geórgicas IV 317 y sigs.) que un día Aristeo persiguió, por la orilla del río, a Eurídice, esposa de Orfeo, quien al huir fue mordida por una serpiente y murió. Eso le valió el castigo de los dioses, que le enviaron una epidemia a sus abejas. Pidió auxilio a su madre, que habitaba bajo las aguas en un palacio de cristal; ella le dijo que Proteo sabría revelarle la causa de su desgracia. Aristeo fue a consultar a Proteo, al que sorprendió durmiendo; lo encadenó para obligarle a hablar y éste le dijo que los dioses estaban encolerizados por la muerte de Eurídice, y le dio consejos sobre cómo obtener nuevos enjambres (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 52). <<

[1087] Triptólemo, el héroe eleusino por excelencia asociado al mito de Deméter, hijo de Céleo y Metanira. En recompensa por la hospitalidad que Deméter recibió en Eleusis de sus padres, la diosa regaló a Triptólemo un carro tirado por dragones alados con el que le encargó que recorriera el mundo sembrando granos de trigo, encontrando en algunos lugares serios obstáculos que superó. <<

[1088] Por su parte, el palacio de Alcínoo, rey de los feacios, estaba rodeado de un extraordinario vergel, en el que se criaban toda clase de frutos (Odisea VII 117 y sigs., y Pont. II 9, 42 y n. 59). <<

[1089] El Helicón, cadena montañosa de Beocia consagrada a Apolo y donde las Musas tenían un famoso templo. Allí Apolo dirigía sus cantos, en torno a la fuente de Hipocrene. <<

[1090] Los córalos son uno de los pueblos de Tracia, situados en la ribera del Ponto, al sur de los Balcanes, según Estrabón. Más adelante, en la epístola octava de este mismo libro (v. 83), Ovidio los describe vestidos de pieles. De todos modos, en sus referencias geográficas y etnográficas Ovidio suele ser bastante impreciso. <<

[1091] Aonia es el nombre mitológico de Beocia: por tanto, la fuente de Aonia es la fuente del Helicón, en Beocia, es decir, la fuente de las Musas. <<

[1092] Creso, el último rey de Lidia, hacia mitad del siglo IV a. C., famoso por sus grandes riquezas, contribuyó a la reconstrucción del Artemisio de Éfeso e hizo donaciones a los santuarios de Delfos. Tras el levantamiento de Persia, Creso fue destronado. A partir de ese momento, su suerte fue objeto de la leyenda: cuando iba a morir en la pira, Apolo lo salvó milagrosamente y lo trasladó al país de los hiperbóreos o, según otra versión, pasó a ser amigo y consejero de Ciro (cf. The Oxford Classical Dictionary, pág. 299). <<

[1093] Se refiere a Dionisio el Joven, tirano de Siracusa, que sucedió a su padre hacia mediados del siglo IV a. C. Firmó la paz con Cartago y recibió en su corte a filósofos, y él mismo escribió poesía y obras de filosofía. Hacia el 344 fue sitiado en Ortigia por unos rebeldes siracusanos, ayudados por los cartagineses. Poco después fue derrotado por Timoleón en Catania y embarcado a Corinto, donde vivió unos años, sumido en la pobreza y dedicado a impartir clases (cf. The Oxford Classical Dictionary, pág. 351). <<

[1094] Pompeyo, después de ser derrotado en Farsalia por César, huyó a Egipto, donde pidió asilo al rey Ptolomeo XIV, que lo hizo decapitar, enviando su cabeza a César, el cual horrorizado, volvió la cabeza por no verla y, posteriormente, hizo matar a los autores de su muerte (Plutarco, Pompeyo 78-80). <<

[1095] Mario, al ser expulsado de Roma por Sila el año 88, se refugió en las marismas de Minturnas, donde se sumergió en el agua fangosa de una laguna, ocultándose bajo cañas y ramas, pero fue encontrado y hecho prisionero, aunque después se le dejó en libertad y de allí pasó a África (cf. Plutarco, Mario 37 y sigs.). <<

[1096] Anticira, antigua ciudad de Fócide, era famosa por el eléboro, que se criaba en sus proximidades y que, según se decía, curaba la locura y servía para limpiar el cerebro: consta que Carnéades y Crisipo lo tomaban para tener las ideas claras (cf. J. André, op. cit., pág. 170, n. 7). <<

[1097] Acerca de Sexto Pompeyo, destinatario de esta epístola, cf. nuestra introducción a la IV 1. <<

[1098] Jano, uno de los dioses más antiguos de Roma, a quien estaba dedicado el primer mes del año, que toma de él su nombre (ianuarius = enero), era representado por una efigie con dos rostros, uno que miraba hacia atrás y otro hacia adelante, para indicar, tal vez, el año que acaba y el que comienza. <<

[1099] El día primero de enero de cada año, los nuevos cónsules, después de tomar los auspicios y recibir al Senado, se dirigían en procesión al Capitolio para ofrecer sacrificios a los dioses. Concretamente, uno de los templos donde se ofrecían sacrificios era el de Jano que tenía allí dedicado un templo, para recordar la ayuda del dios cuando los sabinos se disponían a asaltar el Capitolio: se dice que Jano hizo brotar ante los asaltantes un surtidor de agua caliente, que los asustó y les hizo huir. <<

[1100] El propio Ovidio nos cuenta en sus Fastos (I 63-88) las ceremonias en honor del dios Jano que tenían lugar el primer día del año: nos habla allí también de bueyes alimentados en prados faliscos. Y es que para estos sacrificios eran necesarias víctimas totalmente blancas, lo que solía ocurrir con los bueyes del territorio falisco, ya que era creencia común que las aguas de dicho territorio blanqueaban la piel de las reses que las bebían (cf. J. André, op. cit., pág. 170, n. 4). <<

[1101] Hemo es uno de los hijos de Bóreas y Oritía, casado con Ródope, con la que reinó en Tracia. Ambos se atrevieron a hacerse rendir culto, adoptando los nombres de Zeus y Hera, en castigo de lo cual fueron transformados en montañas. En concreto, el Hemo es la cadena montañosa de los Balcanes. <<

[1102] La silla curul era el asiento que llevaban los más altos magistrados (reyes, cónsules, pretores, ediles curules, dictadores, decénviros, tribunos con imperio militar y el ñamen Dial, que estaba investido de los honores de los más altos magistrados), cuando eran conducidos en carro por la ciudad. Tenía las patas encorvadas, su armadura era de marfil y llevaba incrustaciones de oro. Las había fijas y plegables. <<

[1103] El templo de Julio es la Curia Julia, donde tenían lugar las sesiones del Senado, además de en la Curia Cálabra y en la Curia Hostilia. Su construcción fue iniciada por César el año 44 y acabada por Augusto el 29. Los augures lo declararon templum, como antes lo habían hecho con las otras Curias, para que en él se pudieran celebrar reuniones rituales del Senado. <<

[1104] El interés por Germánico aumenta, a medida que la muerte de Augusto se aproxima, y, después de su muerte, será Germánico y no Druso el Joven, hijo de Tiberio, quien centrará la atención de la clase dominante. En concreto, conocida era la intimidad de Sexto Pompeyo con Germánico. <<

[1105] Acerca del destinatario de esta epístola, Bruto, cf. la introducción a I 1. <<

[1106] La muerte de Fabio Máximo se produce, nada más volver de acompañar a Augusto, en su viaje a la isla Planasia, para ver a Agripa Póstumo, nieto del Emperador y el último que le quedaba con vida. Además, las circunstancias que rodearon su muerte fueron un tanto extrañas, desconociéndose si se suicidó o se le obligó a hacerlo. Todo hace pensar que el referido viaje pudo ser el desencadenante de su muerte, ya que por un momento se pensó que Augusto ordenaría la vuelta de su nieto, con lo que ello significaba de amenaza para las posibilidades de Tiberio como sucesor al Imperio. De ahí que se haya pensado que, tras esta muerte, como tras otras muchas, bien pudo estar la mano de Livia. Ovidio apunta, más por razones tácticas que porque tenga auténtico fundamento, que la causa de la muerte de Fabio ha podido ser su excesivo celo en defender al poeta. Pero lo realmente fundado parece ser lo que nos dice Tácito en Anales I 5, donde recoge el rumor de que Marcia, esposa de Fabio, fue la que contó a Livia la confidencia, que le habría hecho su esposo, de la visita de Augusto a su nieto Agripa. <<

[1107] Tiestes es hermano gemelo de Atreo, hijos ambos de Pélope e Hipodamía, y toda su vida está llena de odio contra su hermano y de las mutuas venganzas que llevaron a cabo. Como Tiestes fuera el amante de Aérope, esposa de Atreo, éste hizo que Tiestes comiese los hijos que había tenido de una concubina, después de haberlos asesinado, cocinado y servido a su hermano. Después le enseñó las cabezas. El Sol, horrorizado, retrocedió en su curso (cf. Tríst. II 391 y n. 62). <<

[1108] El contenido de estos versos nos indica claramente que Vestal fue enviado al Ponto Euxino, en una misión especial, como prefecto para imponer el orden en aquella región fronteriza. El peligro mayor, aparte de las incursiones de pueblos no sometidos al Imperio Romano, lo representaban los piratas de la costa oriental, que hacían insegura la travesía del Mar Negro, además de saquear las poblaciones costeras. <<

[1109] El primípilo era el centurión de más categoría, el que mandaba la primera centuria del primer manípulo de la primera cohorte. A partir de la época de Mario, el primípilo estaba al frente de la cohorte y, en ausencia del tribuno, era el que mandaba la legión (cf. M. Marín y Peña, Instituciones militares romanas, Madrid, 1956, págs. 130-132). Aunque no se especifica la legión a la que pertenecía Vestal, parece que lo más probable es que fuera la legión quinta macedónica. <<

[1110] Sobre la ciudad de Egiso, cf. Pont. I, n. 94. <<

[1111] Los sitonios eran un pueblo tracio, situado al norte de Macedonia, aunque aquí, como en otros pasajes, se emplea el término en un sentido amplio equivalente a tracio, ya que en Pont. I 8, 15 se nos ha dicho que Egiso es arrebatada a los odrisios y no a los sitonios. <<

[1112] Vitelio es un legado encargado de la defensa de la frontera del Danubio. Se le ha identificado con el que fuera pretor el año 14 y procónsul el 18 y que, acusado de complicidad con Sejano, se vio obligado a suicidarse. Mantenía una estrecha amistad con Germánico (cf. J. André, op. cit., pág. 129, n. 3). <<

[1113] Alusión a un episodio de la Ilíada (XV 674 y sigs.), en el que Áyax, hijo de Telamón, defiende valerosamente la escuadra griega frente al ataque de los troyanos acaudillados por Héctor, que les ordena prender fuego a las naves griegas. Áyax dirige la resistencia griega hiriendo al propio Héctor de una pedrada. Aparece como el héroe más valiente y fuerte del ejército griego, después de Aquiles. <<

[1114] Pegaso es un caballo alado, que juega un papel importante en la leyenda de Perseo y en la de Belerofonte. Cuando Perseo decapitó a la Medusa, de su cuello surgió el caballo alado Pegaso, que luego montó Belerofonte elevándose por los aires para acabar con la Quimera (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 69-70 y 425-427). <<

[1115] Cf. Anales IV 31, 3; XI 5, 1 y XIII 42, 2. <<

[1116] Alusión evidente a la Ilíada. <<

[1117] Se refiere a las tres epopeyas del ciclo tebano: la Edipodia, la Tebaida y los Epígonos. La Edipodia, con 6.600 versos, cuenta la victoria de Edipo sobre la esfinge, el matrimonio incestuoso y su reinado sobre Tebas. La Tebaida, de 7.000 versos, narra los efectos de la maldición de Edipo sobre sus hijos, que se cumple en el doble asesinato con que finaliza la campaña de los Siete contra Tebas. Los Epígonos, también de 7.000 versos, se ocupa de la conquista de Tebas por los victoriosos hijos de los primeros combatientes, a la que alude la Ilíada (IV 406). Las tres se han atribuido a Homero, aunque la primera se ha atribuido también a Cinetón (cf. A. Lesky, Historia de la literatura griega, Madrid, 1968, págs. 103-104). <<

[1118] Tema abordado, entre otras obras, por la Teogonia de Hesíodo y por las Metamorfosis del propio Ovidio. Al principio de la cosmogonía de Hesíodo se halla el Caos, que no tiene el sentido abstracto posterior, que encontramos en Ovidio, de montón de elementos o gérmenes informes (cf. Metam. I 5-20), sino que se entiende como la profundidad o vacío abierto en bostezo como origen de todo (Teogonía 116 y sigs.). Del Caos, según Hesíodo, se origina Érebo (= las Tinieblas) y la Noche, y de la unión de ambos nacen sus contrarios Éter y el Día. Mientras que la Tierra da origen al Cielo, a los Montes y al Mar (cf. A. Lesky, op. cit., págs. 120-121). <<

[1119] Argumento de las diversas Gigantomaquias, entre otras la que, al parecer, acometió Ovidio (cf. F. Della Corte, «La Gigantomachia di Ovidio», Studi filologici e storici in onore di V. de Falco, Nápoles, 1971, págs. 435-445. Cf., asimismo, Tríst. IV, n. 70 y Pónt. II, n. 7). <<

[1120] Líber es el sobrenombre itálico de Dioniso. En la gran gira que hizo este dios por Oriente, llevó a cabo una expedición por la India, sometiendo aquellas tierras por medio del ejército que le acompañaba, así como mediante sus poderes místicos. De allí volvió con el cortejo triunfal, con el que se le conoce: el carro tirado por panteras y adornado con pámpanos e hiedra y el acompañamiento de los Silenos, los Sátiros, las Bacantes y otras divinidades menores, como Príapo. <<

[1121] Hércules, nieto de Alceo, pidió a Eurito, rey de Ecalia, la mano de su hija Íole, premio prometido al que le venciera en el manejo del arco. Éste no accedió a lo prometido y el héroe llevó a cabo una expedición contra la ciudad a la que tomó, dando muerte a Eurito y a sus hijos, y tomando cautiva y como concubina a Íole. <<

[1122] En la sexta epístola de este mismo libro (vv. 15-19), el propio Ovidio nos ha dado cuenta del poema compuesto por él, con motivo de la muerte de Augusto celebrando su apoteosis (cf. J. André, op. cit., pág. 172, n. 4). <<

[1123] Con motivo de dedicarle sus Fastos a Germánico, Ovidio celebra ya allí (I 23-24) la valía poética del joven Príncipe. <<

[1124] Pegaso, caballo nacido de la tierra fecundada por la sangre de la Górgona, hizo brotar con su pezuña la fuente de Hipocrene, en el Monte Helicón, alrededor de la cual se reunían las Musas. <<

[1125] Sobre Grecino, cf. la introducción a I 6. <<

[1126] Los fasces son unos haces de varas, ligados con una correa roja y un hacha, portados por los lictores que acompañaban a los magistrados superiores. Eran el símbolo del poder: las varas servían para la aplicación de castigos corporales y el hacha para infligir la pena de muerte. Los cónsules eran acompañados por doce lictores; por tanto, llevaban doce fasces. <<

[1127] La silla curul llevaba incrustaciones de marfil y de oro (cf. supra, n. 27). <<

[1128] Aunque, normalmente, el adjetivo ‘misio’ es empleado por Ovidio para referirse a los habitantes de Misia, región del Asia Menor (cf., por ej., Pont. II 2, 26), sin embargo, en esta ocasión y en alguna otra se refiere a los pueblos de la Mesia, región de Europa oriental, situada entre el Danubio y Tracia, que comprendía aproximadamente las modernas Bulgaria y Servia (cf. J. André, op. cit., pág. 137, n. 2). <<

[1129] Tresmis, ciudad situada en la margen derecha del bajo Danubio, en la Mesia inferior. Era una fundación geta cedida por Roma a los príncipes tracios aliados suyos que vigilaban la frontera. Tomada en una invasión de los getas el año 15 a. C., fue liberada de nuevo por Pomponio Flaco. <<

[1130] Ovidio tenía en su casa de Tomos un pequeño altar con las estatuas de Augusto, Tiberio, Livia y demás miembros de la familia imperial, que le había enviado Cota Máximo (cf. Pont. II 8, 1). <<

[1131] Se refiere a Germánico y Druso el Menor, hijos de Druso el Mayor y de Tiberio, respectivamente, y nietos ambos de Livia. <<

[1132] La Propóntide es el actual Mar de Mármara, situado entre el Egeo y el Ponto Euxino. Por él habían de pasar todas las naves que llegaban a Tomos desde el Mediterráneo; por lo tanto, todas las naves griegas y romanas, sobre todo. <<

[1133] Se refiere a Tiberio. <<

[1134] Estos últimos versos van dirigidos a la divinidad de Augusto. <<

[1135] Cf. Pónt. I 9. <<

[1136] Cf. v. 1. <<

[1137] El término ‘cimerio’, como bien comenta J. André (op. cit., pág. 140, n. 2), está empleado aquí por Ovidio en un sentido muy amplio e impreciso, equivalente a ‘nórdico’, ya que los cimerios eran un pueblo que habitaba en la costa meridional de la actual Rusia, de donde fueron desplazados por los nómadas escitas. Emigraron a Frigia, a la que sometieron bajo el último rey, Midas, alrededor del 675, y sembraron el terror en la Jonia. Pero fueron gradualmente destruidos por las epidemias y las guerras con Lidia y Asiría (cf. The Oxford Classical Dictionary, pág. 240). <<

[1138] Calipso es una ninfa marina, hija de Atlante y de Pleíone, según unos autores, y del Sol y Perseide, según otros. Vivía en la isla Ogigia, que se sitúa en el Mediterráneo occidental y que podría ser la actual Ceuta, con lo que, evidentemente, no se trataría de una isla, sino, en todo caso, de una península. Calipso acogió a Ulises náufrago: la Odisea cuenta cómo lo amó y lo retuvo junto a ella durante siete años (según Ovidio, seis, y, según Higino, uno) y le ofreció la inmortalidad, si se quedaba allí con ella. Pero Ulises no se dejó seducir y Zeus envió a Hermes para que diera orden a Calipso de libertar a Ulises, lo que ésta hizo muy a pesar suyo (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 83). <<

[1139] Eolo, dios de los vientos, llamado «el Hipótada» por ser hijo de Hípotes (cf. A. Ruiz de Elvira, op. cit., pág. 310), recibió amistosamente a Ulises en su isla de Eolia y lo tuvo durante un mes a su lado. Al despedirlo, le entregó un odre, en el que estaban encerrados todos los vientos, a excepción del que le había de llevar a Ítaca. Pero, mientras Ulises dormía, sus compañeros abrieron el odre, creyendo que estaba lleno de vino, y los vientos se escaparon, desencadenando una tempestad, que arrojó su nave a Eolia. <<

[1140] Se refiere a las Sirenas, divinidades marinas, mitad mujeres, mitad aves, que con su música y su canto atraían a los navegantes que pasaban por sus parajes, y los devoraban. Cuando Ulises pasó por allí, precavido por Circe, hizo que sus compañeros se tapasen los oídos con cera y él se hizo amarrar al mástil, ordenando que nadie lo desatase. Se dice que, ante su fracaso, las Sirenas se arrojaron al mar y perecieron ahogadas (cf. Odisea XII 1-200; Metam. V 512-562, y P. Grimal, op. cit., págs. 483-484). <<

[1141] Alusión al pasaje de la Odisea (IX 82 y sigs.) en que se nos cuenta cómo Ulises y sus hombres llegan a las costas de los lotófagos, al sur de la isla de Chipre, que los acogen hospitalariamente y les dan a comer su fruto característico, el fruto del loto, que hacía perder la memoria. Con ello, los compañeros de Ulises perdieron enseguida el deseo de regresar a Ítaca y Ulises los tuvo que obligar a reembarcar. <<

[1142] Los lestrigones eran un pueblo formado por gigantes antropófagos, que devoraban a todos los extranjeros que llegaban hasta ellos. Se Ies suele localizar al sur del Lacio, en la región de Formias. Cuando Ulises (Odisea X 81-132) llegó a su amplio puerto, ancló y bajó a tierra enviando a dos de sus hombres en misión de reconocimiento. Uno de ellos fue asesinado, y los lestrigones, acudiendo masivamente al puerto, arrojaron grandes rocas contra las naves, que quedaron aplastadas todas, a excepción de la de Ulises, que logró escapar (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 314-315). <<

[1143] Alusión al episodio del cíclope Polifemo (cf. Odisea IX 192 y sigs. y Pónticas II, n. 23). Piaques es el nombre de un jefe de tribu geta, que nos es prácticamente desconocido (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 141, n. 3). <<

[1144] Escila es un monstruo marino del Estrecho de Mesina con cuerpo de mujer y cuya parte inferior del cuerpo está rodeada de seis perros, que devoran cuanto pasa a su alcance. Cuando la nave de Ulises pasó costeando la guarida del monstruo, los perros salieron y devoraron a seis de sus compañeros (cf. Odisea XII 85 y sigs.). <<

[1145] Los heníocos eran unos pueblos que habitaban la costa oriental del Mar Negro, al norte de la Cólquide. Se dedicaban a la piratería y a saquear las costas limítrofes (cf. Estrabón, XI 2, 12). <<

[1146] Caribdis es otro monstruo marino situado cerca de Mesina, bordeando el estrecho que separa a Italia de Sicilia. Tres veces al día absorbía gran cantidad de agua de mar, tragándose todo lo que en ella flotase, incluidas las propias naves; luego devolvía el agua. Cuando Ulises pasó por allí por primera vez, logró escapar del monstruo, pero después, en un naufragio, fue arrastrado por la corriente de Caribdis, aunque tuvo la habilidad de agarrarse a una higuera, que había a la entrada de la gruta del monstruo. Cuando éste vomitó el agua y la nave del héroe, éste reanudó su viaje (cf. P. Grimal, op. cit., págs. 86-87). <<

[1147] Los aqueos son aquí los habitantes de una colonia griega del Ponto Euxino, que, por lo que dice Ovidio, debían de ser piratas dedicados al pillaje (cf. J. André, op. cit., pág. 171, n. 7). <<

[1148] El Bóreas o viento del Norte es el predominante en aquella zona del Mar Negro. Por el contrario, el Noto o viento del Sur sopla más en Roma (cf. Tristes I, n. 38). <<

[1149] Comienza aquí una larga enumeración de ríos que, según Ovidio, desembocan en el Mar Negro. La técnica recuerda el procedimiento alejandrino del catálogo (cf. para toda la enumeración, las notas de la pág. 175 de J. André). <<

[1150] El Lico es un río ribereño de Armenia que desemboca en el Mar Negro, al sur de Heraclea del Ponto. <<

[1151] Es un río de Frigia, el actual Sakaria. Ságaris era un hijo de Midas, que dio su nombre a este río. Según la leyenda, Ságaris no veneraba a la diosa Cibeles; ésta lo volvió loco y él se arrojó al río, que llevaría su nombre (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 472). <<

[1152] Río de la Cólquide, que desemboca en el Ponto, al norte de Fasis. <<

[1153] Dos ríos tenían este nombre; uno, con desembocadura en el Mar Negro, y otro en el Mar de Azov (Atlas of the Classical World, eds. A. A. M. Van Der Heyden - H. H. Scuixard, Londres, 1967, pág. 205). <<

[1154] Río de Bitinia, al sur de Heraclea. <<

[1155] El río más largo del Asia Menor, que atraviesa Capadocia y Paflagonia y desemboca en el Ponto Euxino: es el actual Kizil Irmak. <<

[1156] Río que divide Paflagonia de Bitinia. <<

[1157] Río del que no sabemos nada, salvo que desemboca en el Ponto. <<

[1158] Es el actual Dniéster, río de la Sarmacia, que desemboca en el Ponto, al norte del Danubio. <<

[1159] Pequeño río del Asia Menor que atraviesa el país de las Amazonas. <<

[1160] Río de la Cólquide que aparece en la leyenda de los Argonautas. Fasis era hijo de Helio y de Ocírroe; al sorprender a su madre en adulterio, le dio muerte. Perseguido por las Erinias, se arrojó al rio llamado Arturo y que en adelante tomó su nombre (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 193). <<

[1161] Se trata de un río de la Escitia. <<

[1162] Es el actual Dniéper, río de la Sarmacia, que desemboca en el Ponto. <<

[1163] Es el actual Melet Irmak, que desemboca en el Ponto, al oeste del Kerasoun. <<

[1164] El río que separa Asia de Europa, la hermana de Cadmo, es el Tánais, el actual Don. Tánais, hijo de Beroso y de la amazona Lisipe, fue castigado por Afrodita, a causa del desprecio que sentía hacia las mujeres, a sentir un amor incestuoso por su madre. Desesperado, el joven se arrojó al río Amazonio, que en adelante se llamaría Tánais (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 491). <<

[1165] Si bien el Nilo es mucho más largo que el Danubio, sin embargo, se les suele comparar como ríos de similar categoría (cf. Trist. III 10, 27). <<

[1166] Cuando Teseo contaba dieciséis años, decidió regresar a Atenas, adonde se dirigió desde Delfos. Al atravesar el Istmo de Corinto, lo esperaban toda una serie de obstáculos, que tuvo que superar: bandidos y monstruos. Así, dio muerte a Perifetes, al bandido Sinis, a la cerda de Cromión, al bandido Escirón, a Cerción y a Damastes (cf. P. Grimal, op. cit., pág. 506). <<

[1167] Cf. Tácito, Diálogo de oradores XXVI 1. <<

[1168] Cf. TÁC., Anales VI 3. <<

[1169] Cf. v. 40. <<

[1170] Se excusa el poeta de no haber dirigido aún ninguna epístola a su buen amigo Tuticano, por el hecho de que su nombre métricamente (Tuticanus) no tiene entrada en el ritmo dactílico del dístico elegiaco. Evidentemente, se trata de una excusa puramente formal y muy poco convincente. <<

[1171] Texto discutido. Ovidio descarta primero una pronunciación Tüticánus, que además obligaría a desplazar el acento. Luego parece referirse a las pronunciaciones, igualmente anómalas, Tüticánus y Tüticánus. <<

[1172] Se refiere al Principado de Augusto e indirectamente parece aludir al hecho de que Tuticano tuviera buenas relaciones con la familia imperial. <<

[1173] Sobre Tersites, cf. Pont. II, n. 58. <<

[1174] Nireo, rey de la isla de Sime, es uno de los pretendientes de Helena y pasa en la Ilíada por ser el más bello del ejército griego, después de Aquiles. <<

[1175] La afirmación por parte de Ovidio de que ha escrito un librito en lengua gética requiere algunas puntualizaciones. En primer lugar, hay que decir que Ovidio suele ser un tanto exagerado en sus juicios sobre los getas, normalmente hechos con matiz peyorativo, lo que parece que hay que hacer igualmente extensivo a sus noticias sobre la lengua de los getas. En segundo lugar, por lo que a la lengua gética se refiere, habría que preguntarse si se trataba de una auténtica lengua independiente o, más bien, de una mezcla de griego, latín y dialectos locales, como parece defender Adamasteanu («Sopra il ‘Geticum libellum’ (Pónt. IV, 13)», Ovidiana, cit., pág. 391). Por último, habría que apostillar que resulta difícil pensar que, en una ciudad fundada por los milesios y cuya población estaba formada por griegos e indígenas, no hubiera suficientes grecoparlantes, como para no verse obligado a hablar en geta o sentirse incomprendido. Incluso, por lo que se refiere al latín, resulta extraño que no hubiera en Tomos personas que lo conocieran y hablaran, tal y como Ovidio afirma en Trist. (V 7, 53-54). No serían muchos, probablemente, pero alguno sí que habría: concretamente, a Cotis y a Vestal escribe en latín; en latín dicta algunas de sus elegías (por ejemplo, Trist. III 3) y habla con los marineros que llegan a Tomos; en latín hablaría también con los militares de guarnición en Tomos, como Vestal; etc. <<

[1176] El tema del librito de Ovidio es un elogio a la familia imperial: divinización de Augusto, Tiberio emperador, dignidad de Livia y los jóvenes Germánico y Druso como firmes esperanzas. Ahora bien, como esos mismos temas habían sido argumento de un poema ovidiano escrito en latín (cf. Pónt. IV 6, 17 y sigs.; IV 9, 131 y sigs.), se cree (cf. F. Della Corte, op. cit., II, 186) que Ovidio escribió un mismo poema, en versión latina para enviar a Roma, y en lengua gótica para el público de Tomos. <<

[1177] Alusión a las circunstancias que rodearon el ascenso al poder de Tiberio, tras una sesión del Senado en la que se negaba insistentemente a aceptarlo, muy bien narrada por Tácito (Anales I 11-13). <<

[1178] Del texto parece deducirse que la recitación del poema por Ovidio tiene lugar ante una especie de asamblea del pueblo en armas. Y a la manera romana de agitar sus espadas o lanzas, como signo de aprobación o alegría, los getas agitarían sus aljabas repletas de flechas. <<

[1179] Cf. la IV 12. <<

[1180] Las Sirtes son dos golfos con bajos fondos situados en la costa norte de África, entre Cirene y Cartago, la Gran Sirte o Golfo de Sidra y la Pequeña Sirte o Golfo de Gabes. Son famosas por sus costas peligrosas para la navegación. <<

[1181] En cuanto a Caribdis, cf. supra, n. 71. <<

[1182] El contenido de estos versos abunda en la idea ya expresada en la epístola anterior, en el sentido de que las afirmaciones de Ovidio, de que no hay nadie en Tomos que entienda latín, son exageradas. <<

[1183] Referencia a Hesíodo, autor de Los trabajos y los días, natural de Ascra, ciudad de Beocia. <<

[1184] Alusión a la calificación de Ítaca por el propio Ulises como ‘isla rocosa’ (cf. litada III 201, y Odisea I 247; cf. P. Grimal, op. cit., pág. 177, n. 4). <<

[1185] Se refiere a Metrodoro de Escepsis, ciudad de Misia, en el Asia Menor. Este autor era un historiador favorito de Mitridates y conocido por su acentuada hostilidad contra Roma (cf. A. Lesky, op. cit., pág. 811). <<

[1186] Al hacer esta afirmación, parece olvidar Ovidio su poema Contra Ibis, escrito entre el 10 y el 12 d. C. Y, si se refiere sólo a los habitantes de Tomos, habría que recordar igualmente los duros y despectivos calificativos que nuestro poeta emplea para referirse a los tomitas (cf. J. André, op. cit., pág. 152, n. 1). <<

[1187] Alusión al nombramiento de agonoteta, o presidente de las fiestas de Tomos, que había recibido Ovidio. <<

[1188] Latona andaba errante por toda la tierra, perseguida por Juno, que tenía celos de ella, por haber engendrado de Júpiter dos gemelos, Diana y Apolo, en busca de un lugar donde dar a luz a sus hijos. En ningún sitio la querían acoger, por miedo a las represalias de Juno. Sólo Delos se prestó a ello, por lo que sería lugar predilecto de Latona y de sus hijos. <<

[1189] Idea ya expresada en IV 1, 2 (cf. supra, n. 2). <<

[1190] Tmolo es un monte de Lidia, en cuya pendiente estaba situada la ciudad de Sardes, con grandes plantaciones de viñedos y cuyo vino era muy famoso. <<

[1191] Sición, ciudad del Peloponeso, situada en la costa al norte de Corinto y que era muy rica en plantaciones de olivos. <<

[1192] Respecto a la fama del monte Hibla, como productor de miel de tomillo, cf. Trist. V, n. 73, y Pont. II, n. 44. <<

[1193] Trinacria, ‘la de las tres puntas’, es un sobrenombre con el que se conoce a la isla de Sicilia (cf. Trist. V, n. 112, y Pónt. II, n. 68). <<

[1194] Alusión a algún dominio que debía de tener Sexto Pompeyo en Macedonia, donde éste había estado como gobernador (cf. J. André, op. cit., pág. 178, n. 8). <<

[1195] El dato de que la mansión de Sexto Pompeyo estaba situada al lado del Foro de Augusto nos fue suministrado ya con anterioridad (cf. Pónt. IV 5, 9-10). <<

[1196] Domicio Marso, poeta epigramático y épico del Círculo de Mesala, autor de una Amazónida, poema sobre las legendarias guerreras, cuya reina Pentesilea habla acudido en ayuda de Troya. Se tienen noticias de que escribió nueve libros de fábulas, una serie de epigramas (Cicuta), que sirvieron de modelo a Marcial, unas elegías dedicadas a un tal Melenis y un tratado De urbanitate, que, según E. Bickel (Lehrbuch der Geschichte der römischen Literatur, Heidelberg, 1960 = Historia de la literatura romana, trad. esp. de J. M.a Díaz-Regañón, Madrid, 1982, pág. 556), es la primera colección extensa de chascarrillos, entendiendo De urbanitate como Sobre la expresión ocurrente, pero que otros estudiosos han interpretado que se trataba más bien de una obra Sobre la expresión elegante (cf. M. de Saint-Denis, «Evolution sémantique de ‘urbanusurbanitas’», Latomus (1939), 5 y sigs.). Para Domicio Marso, cf. una amplia exposición en H. Bardon, La littérature latine inconnue, II, París, 1956, 52 y sigs. <<

[1197] Rabirio, poeta épico que cantó las guerras entre Octavio y Antonio, si bien de su obra no conocemos prácticamente nada más. La atribución a Rabirio, e incluso identificación, de su poema épico con el encontrado en el papiro 817 de Herculano, Sobre la batalla de Accio, cuenta con pocos argumentos a favor, como dice H. Bardon (op. cit., II 73 y sigs.). Rabirio recibió los elogios de Quintiliano (X 1, 10), Séneca (De benef. VI 3, 1) y Veleyo Patérculo, que lo consideraba del mismo rango que Virgilio (II 36, 3). <<

[1198] Pompeyo Macro, destinatario de la epístola II 10, es también poeta épico, autor de poemas relativos al ciclo troyano (por ello, el calificativo de ‘ilíaco’), concretamente un Antehomerica, que comprendía la narración de los hechos que precedían a la Ilíada: el amor y la cólera de Aquiles, y, al parecer, también de un Posthomerica (cf. H. Bardon, op. cit., II, 64-66). Ovidio mantuvo una buena y estrecha amistad con Pompeyo Macro, con el que intercambió material mitológico sobre el ciclo troyano (cf. nuestra introducción a Pont. II 10, y F. Della Corte, op. cit., II, 107 y sigs.). <<

[1199] Albinovano Pedón es el destinatario de la epístola IV 10 y ya decíamos, en la introducción a dicho poema, que es autor de un poema épico sobre la campaña de Germánico en Germania, la Guerra Germánica, en la que el propio Albinovano participó como jefe de caballería. De ese poema sólo se nos han conservado unos versos pertenecientes a la descripción de una tempestad, recogidos por Séneca el retórico. Parece que fue autor, asimismo, de una Teseida y de una serie de epigramas. En cuanto al epíteto de ‘sidéreo’, que le otorga Ovidio y que nosotros hemos traducido por ‘divino’, ha habido autores que lo han interpretado en un sentido estricto como ‘versado en astros’ y han pretendido, en este sentido, que fuera autor de un poema didáctico sobre astronomía, lo que parece una interpretación absolutamente infundada (cf. H. Bardon, op. cit., II, 69 y sigs.). <<

[1200] Caro era autor de una Heracleida, cuyo contenido debía de ser el resentimiento de Juno contra Alcmena, de cuya unión con Júpiter había nacido Hércules (cf. J. André, op. cit., pág. 178). <<

[1201] Cornelio Severo, destinatario de Pont. I 8 y IV, 2, es autor de una Historia de Roma, de la que su primer libro debía de ser un Poema real sobre la época de los reyes de Albalonga y de Roma, y el segundo libro una Guerra de Sicilia, de la que da noticia Quintiliano. Ovidio sólo alude a un poema sobre los reyes, pareciendo desconocer su Guerra de Sicilia, que debió de ser escrita antes del 14 d. C. (cf. H. Bardon, op. cit., II, 61-66). <<

[1202] De los dos Priscos sólo se sabe que se llamaban Clutorio Prisco, desconociéndose el praenomen de los dos. Uno de ellos bien podría ser el poeta del que habla Tácito en sus Anales (III 49), que había dedicado un epicedio a Germánico. Posteriormente, compuso un poema, con motivo de una enfermedad de Druso el Menor, hijo de Tiberio, que leyó en casa de P. Petronio, esperando ser recompensado si éste fallecía. Pero, denunciado al emperador Tiberio, fue condenado a muerte (cf. H. Bardon, op. cit., II, 74-75). <<

[1203] Acerca del poeta Numa, no sabemos absolutamente nada. <<

[1204] Julio Montano es un poeta épico y elegiaco, como bien aclara el propio Ovidio, del que sólo se nos han conservado escasos fragmentos, en los que se evidencia un claro influjo alejandrino (cf. H. Bardon, op. cit., II, 59-60). <<

[1205] Sabino es un poeta del que Ovidio cita tres obras: la respuesta de Ulises a la carta que le dirige Penélope en las Heroidas (y hay que presumir que compusiera, igualmente, las respuestas a todas aquellas cartas de esta misma obra que no la tenían: de Hipólito a Fedra, de Eneas a Dido, de Demofonte a Fílide, de Jasón a Hipsípila y de Faón a Safo); una segunda obra, de dudoso título (unos códices nos dan la lectura Trisomen, que podría representar el nombre griego de alguna amada del poeta, lo que abogaría por considerarlo como un poema elegiaco; en otros encontramos la lectura Troezen, que aludiría a la ciudad argólica de Trezén, patria de Teseo); y unos Fastos, que dejó inacabados y de los que no tenemos más que esta noticia (cf. H. Bardon, op, cit., II, 60-61). <<

[1206] Largo es autor de un poema épico, que contaba la salida del viejo Antenor de Troya, tras su caída, y su llegada a la Italia Cisalpina, a través de Macedonia y de Iliria, y su establecimiento en Padua, de la que sería su fundador (cf. H. Bardon, op. cit., II, 66-67). Esta versión la tenemos recogida en el comienzo de las Historias de Livio (I 1, 2). <<

[1207] Camerino es autor de un poema, Posthomerica, que comprendería los acontecimientos posteriores a la muerte de Héctor hasta la caída de Troya. <<

[1208] Tusco escribió un poema titulado Fílide, que cantaba los amores de esta heroína y del hijo de Teseo, Demofonte, cantados en la segunda carta de las Heroidas de Ovidio, y que antes había inspirado también a Calimaco. No conocemos de este poeta más que su sobrenombre, Tusco, es decir, ‘El etrusco’, aunque algún autor lo ha querido identificar con el gramático Clodio Tusco. Se le suele identificar, asimismo, con el poeta citado por Propercio (II 22, 2) bajo el nombre de Demofonte, amante de una tal Fílide, tal vez la cantada por el propio Propercio en IV 8 (cf. H. Bardon, op. cit., II, 61). <<

[1209] Este ‘poeta del velívolo mar’ se ha identificado con Póntico, autor de una Tebaida, citado por Propercio (I 7), que podría haber compuesto, asimismo, algún poema épico sobre una batalla naval (cf. F. Della Corte, op. cit., II, 202-203). J. André (op. cit., pág. 156, n. 4) recuerda que también se ha pensado que Ovidio aluda con estos versos a Varrón Atacino, autor de dos Argonáuticas, o a Abronio Silón, discípulo de Porcio Latrón. <<

[1210] Poeta anónimo, que compuso un poema épico sobre las conquistas romanas en África, bien la toma de Cartago o la Guerra de Yugurta. Se le ha querido identificar con Alfio Flavo, autor de un Bellum Carthaginiense (cf. F. Della Corte, op. cit., II, 203). <<

[1211] Poeta totalmente desconocido. <<

[1212] Trinacrio parece ser el sobrenombre, más que el nombre, de un poeta, que sería de Sicilia. Autor de una Perseida, poema épico cuyo contenido desconocemos: se ha pensado que pudiera ser un poema sobre la leyenda de Perseo o bien la narración de las guerras persas (cf. F. Della Corte, op. cit., II, 203). <<

[1213] Este Lupo, tal vez el conocido rétor Rutilio Lupo, es autor de un poema que tenía por argumento el regreso de Menelao, hijo de Atreo y descendiente de Tántalo, y de Helena, hija de Tindáreo, tras la caída de Troya, a Esparta, rodeado de una serie de aventuras que se prolongaron durante ocho años. El tema de este poema coincide con el del libro IV de la Odisea y con el argumento de la Helena de Eurípides. <<

[1214] Se trata del poeta Tuticano, destinatario de las epístolas IV 12 y 14 de las Pónticas, autor de una Feácida, poema sobre la estancia de Ulises en el país de los feacios, que debía de ser una traducción libre de los correspondientes libros de la Odisea. Como bien comenta H. Bardon, (op. cit., II, 66), los elogios, que Ovidio dedica a este poeta, no estarían justificados, si su poema se hubiera limitado a una mera versión literal del pasaje homérico. <<

[1215] No se puede afirmar si este Rufo es el mismo personaje al que está dedicada la epístola II 11 de las Pónticas y del que Ovidio sólo nos dice aquí que era imitador de la poesía pindárica, algo que era normal en aquellos tiempos. Hay quienes han identificado el Rufo de Ovidio con el Ticio de Horacio (Ep. I 3, 10), por aquello de que de los dos se nos dice que eran imitadores de Píndaro. Pero H. Bardon piensa que se trata de dos autores distintos (op. cit., II, 59). <<

[1216] Este Turranio, autor de tragedias, nos resulta desconocido, aunque H. Bardon (op. cit., II, 48) recoge varias posibles identificaciones del mismo. <<

[1217] Gayo Meliso era un esclavo que llegó a ser secretario de Mecenas, y a quien éste concedió la libertad. Formó parte del Círculo de Mecenas junto con Virgilio, Horacio, Vario y Tuca. Augusto le nombró administrador de las bibliotecas del Pórtico de Octavia. Fue un escritor polifacético, que cultivó tanto la gramática como otros géneros literarios. Escribió 150 libros de Ineptiae o Ioci; pero lo que le valió la gloria de la fama fue su talento dramático, que puso de manifiesto en la composición de trabeatas, es decir, togatas en las que los protagonistas eran caballeros romanos que portaban, como se sabe, la trabea. Aunque no se ha conservado ninguna de sus piezas teatrales, podemos decir, sin embargo, con H. Bardon (op. cit., II, 49-52), que, por los datos que tenemos, el teatro latino experimentó en la época de Augusto grandes transformaciones. <<

[1218] Vario Rufo, otro de los integrantes del Círculo de Mecenas y gran amigo de Virgilio, de quien fue editor. Autor de un poema, De morte (Sobre la muerte), del que algunos han pensado que estaba dedicado a la muerte de César, y de un Panegírico de Augusto. Pero su obra más conocida es la tragedia Tiestes, representada el 29 a. C. y que tuvo tanto éxito que su autor fue recompensado por Augusto con un millón de sestercios y que Quintiliano elogia de modo ostensible (X 1, 98). Su actividad teatral no debió de reducirse a esta sola tragedia, por las referencias de autores antiguos, pero ningún otro título nos ha llegado (cf. H. Bardon, op. cit., II, 28-34). <<

[1219] El tragediógrafo Graco es también autor de una pieza titulada Tiestes, de una Atalante y de otra llamada Peliades (cf. H. Bardon, op. cit., II, 48-49). <<

[1220] Próculo es un poeta elegiaco, imitador de los poetas alejandrinos, en particular de Calimaco, y del que no sabemos nada más (cf. H. Bardon, op. cit., II, 59, y F. Della Corte, op. cit., II, 204). <<

[1221] Páser debe de ser el nombre de un poeta bucólico desconocido, al parecer imitador de la poesía de Teócrito, y, tal vez, también de la de Virgilio (cf. J. André, op. cit., pág’. 180, n. 15). <<

[1222] Gratio Falisco es el autor de una Cynegetica, poema sobre la caza con perros, del que nos quedan 541 hexámetros, y, al parecer, autor también de un poema bucólico (cf. H. Bardon, op. cit., II, 58-59, y F. Della Corte, op. cit., II, 204-205). <<

[1223] Fontano es un poeta desconocido. De lo que nos dice Ovidio se ha querido deducir que escribiera poemas elegíacos y dramas satíricos o pastoriles (cf. H. Bardon, op. cit., II, 58-59). <<

[1224] Capela es otro poeta elegiaco también desconocido (cf. H. Bardon, op. cit., II, 59). <<

[1225] Cota Máximo es incluido aquí por Ovidio como poeta, cerrando su catálogo. Pero Cota parece que fue más famoso como orador que como poeta. Sobre este personaje, destinatario de seis epístolas de las Pónticas, cf. nuestra introducción a la epístola I 5. <<

[1226] Por último, Ovidio se cita a sí mismo como poeta, contra quien la envidia no podrá hacer nada. <<