LIBRO IV

INTRODUCCIÓN

Aproximadamente, un año después del libro III, en la primavera-verano del 11 d. C[586]., aparece un nuevo volumen de elegías. Este libro IV de las Tristes se compone de diez elegías, número —como dice F. Della Corte[587]— muy usual entre los autores clásicos [588]. También en este libro el ordenamiento de las elegías parece obedecer a un criterio preconcebido: la primera elegía, que sirve de prólogo, y la última, que lo cierra como epílogo, vuelven a girar en torno a la persona de Ovidio y su labor poética; luego, tenemos dos bloques de cuatro elegías, dedicadas a celebrar el triunfo romano sobre Germania (la 2.a), a su esposa Fabia (la 3.a) y a sus amigos Mesalino (la 4.a) y Cota (la 5.a), las cuatro primeras, y a cantar los efectos del tiempo (la 6.a), la frialdad de un amigo (la 7.a), la vejez (la 8.a) y a un enemigo (la 9.a), las cuatro últimas. Así pues, como muy acertadamente señala F. Della Corte [589], tenemos una primera mitad de tema más esperanzado, dirigida a su esposa y amigos y al triunfo romano sobre Germania, mientras que en la segunda mitad se sume en la desesperanza y el pesimismo, con predominio de sus enemigos y de temas como la vejez y la muerte. El libro se abre con una elegía en la que el poeta eleva su lamento por su desgraciada situación en Tomos, en medio de los getas, y se cierra con la famosa elegía 10.a, la mejor fuente autobiográfica sobre Ovidio [590].