AL «COLEGIO DE POETAS» EN LA FIESTA DE LOS LIBERALIA
Ovidio escribe esta elegía con motivo de la festividad de los Liberalia [736], que tenía lugar el 17 de marzo en honor del dios Baco (o Líber) y que era especialmente celebrada por el Colegio de los poetas, que se hallaban bajo la protección de este dios. Aprovecha Ovidio la ocasión para invocar a Baco, pedirle su intercesión ante el Emperador y que le ayude a aliviar su pena. La elegía, escrita al parecer con motivo de los Liberalia del 11 o 12 d. C., resulta muy interesante por revelarnos la existencia, en la época de Augusto, de un colegio o sociedad de escritores, heredero sin duda del arcaico colegio de escribas e histriones[737].
Éste es el día, si el tiempo no me induce a error, en que los poetas acostumbran a celebrarte, Baco [738], y ciñen sus festivas sienes con olorosas guirnaldas y cantan tus alabanzas brindando con tus vinos. Recuerdo que, mientras mi destino me lo permitía, yo formaba con frecuencia parte de ellos bien visto por ti; ahora, postergado bajo la constelación de la Osa de Cinosura[739], me retienen las costas de los sármatas, vecinas de los crueles getas. Y yo, que antes había llevado una vida cómoda y libre de preocupaciones, dedicado a mis aficiones y en medio del coro de las Piérides, ahora, lejos de mi patria, siento resonar en torno a mí las armas góticas, después de haber sufrido mucho por tierra y por mar. Bien sea que esto me lo haya causado el azar o la cólera de los dioses, o que la Parca[740] me fuera adversa al nacer, tú, sin embargo, hubieras debido sostener con tu poder a uno de los piadosos adoradores de tu hiedra[741]. ¿O todo aquello que han cantado las hermanas soberanas del destino deja de estar bajo el arbitrio divino?
Tú mismo también fuiste elevado por tus méritos hasta las mansiones celestes, adonde no te costó poco trabajo abrirte camino[742]. Tú tampoco habitaste en tu patria, sino que llegaste hasta el nevado Estrimón[743], hasta los belicosos getas, a Persia, al Ganges que se extiende con ancha corriente y a las aguas que bebe el moreno indio. En efecto, las Parcas, que hilan los estambres del destino, te predijeron en dos ocasiones esta decisión a ti, que naciste por dos veces[744]. A mí también, si está permitido recurrir al ejemplo de los dioses, me oprime un destino inflexible y difícil, y he caído tan gravemente como aquel a quien por su jactancia arrojó Júpiter con su fuego desde las murallas de Tebas[745]. Pero cuando oíste que un poeta había sido herido por el rayo, podrías haberte entristecido con el recuerdo de tu madre y, al ver a los poetas en torno a tus ritos, puede que digas: «Alguno, no sé quién, de mis adoradores falta».
¡Ayúdame, buen Líber! ¡Ojalá una segunda vid cargue el olmo y la uva esté llena del vino encerrado dentro de ella! ¡Que te corteje la activa juventud de los Sátiros[746] junto con las Bacantes[747] y no dejes de ser nombrado en sus gritos delirantes! ¡Que los huesos de Licurgo[748], el de la doble hacha, se hallen oprimidos de mala manera y que la sombra impía de Penteo[749] no cese de penar! ¡Que brille eternamente en el cielo la deslumbrante Corona de tu esposa[750] y eclipse los astros cercanos!
¡Ven acá, hermosísimo, y alivia mis desgracias, acordándote de que soy uno de los tuyos! Los dioses tienen relaciones entre ellos: intenta, oh Baco, ablandar con tu influencia divina la divina voluntad del César.
Vosotros, también, compañeros de ocupación, turba piadosa de poetas, rogad cada uno esto mismo mientras bebéis el vino puro. Que alguno de vosotros, pronunciando el nombre de Nasón, tome en sus manos una copa mezclada con sus lágrimas y acordándose de mí diga, después de haber paseado su mirada por todos: «¿Dónde está Nasón, hace poco uno de nuestro coro?». Que esto suceda así, si es que por mi buena fe merecí vuestra simpatía y ninguna obra vuestra ha sido dañada por mi crítica, si, mientras honro debidamente los escritos de los autores antiguos, pienso que los modernos no son inferiores a aquéllos. ¡Que con el favor de Apolo podáis componer un poema y (cosa muy lícita) conservad mi nombre entre vosotros!