Agradecimientos

La British Airways de la dedicatoria es, efectivamente, la compañía aérea británica. A un retraso del vuelo Palermo-Londres del 2 de septiembre de 2000 debo la «iluminación» que me ha llevado a esta novela. Y por ello —aunque también por ese hilo «aéreo» que me permite mantener los lazos entre mis dos países— la British Airways figura donde está.

A dos personas quiero dar las gracias oficialmente por el papel que han desempeñado en la historia de esta novela: a Giovanna Salvia, primera lectora, entusiasta mediadora, pródiga y discreta dispensadora de sugerencias, y ahora amiga; y a mi editor de la editorial Feltrinelli, Alberto Rollo. Su constante apoyo y su paciencia han sido preciosos, no menos que su impecable juicio profesional. Trabajar con él ha supuesto un placer, así como un continuado aprendizaje. No sólo me ha impartido una memorable master class de escritura, su magisterio ha ido más allá, revelándome el significado de algunas palabras sicilianas e inglesas hasta ahora desconocidas para mí, con gran sorpresa por mi parte.