Agradecimientos

Toda mi gratitud para Barney Karpfinger, mi agente; Cathy Jaque, mi ángel de la guarda; y Carole Baron, mi editora. Entre los tres hicieron de un libro bueno otro infinitamente mejor; y para Danielle Adair, Emily Stroud, Tom Macdonald, Susan Hodgins, Suzanne Hutchinson, Debbie Fowler, Barbara Wojdat y Lisa Hong. El motivo lo conocen de sobra.