Escena IV

HARPAGÓN.— (Solo). Este bigardo de criado me molesta mucho; no me gusta nada ver a este condenado cojitranco. En verdad, no es poco trabajo el de guardar en casa una gran suma de dinero, y bienaventurados aquellos que tienen su caudal bien colocado ¡y no conservan más que lo necesario para su gasto! Bastante trastorno es éste de tener que inventar, en toda una casa, un escondite fiel; pues, por mi parte, las cajas fuertes me resultan sospechosas, y no quiero nunca fiarme de ellas. Me parece realmente un claro cebo para los ladrones, y es siempre lo primero que éstos van a atacar.