Escena I

D. JERÓNIMO.— ¿Conque decís que es tan hábil?

LUCAS.— Cuantos hemos visto hasta ahora no sirven para descalzarle.

GINÉS.— Hace curas maravillosas.

LUCAS.— Resucita muertos.

GINÉS.— Solo que es algo estrambótico y lunático y amigo de burlarse de todo el mundo.

DON JERÓNIMO.— Me dejáis aturdido con esa relación. Ya tengo impaciencia de verle. Ve por él, Ginés.

LUCAS.— Vistiéndose quedaba. Toma la llave, y no te apartes de él.

(Le da una llave a Ginés, el cual se va por la puerta del lado derecho).

DON JERÓNIMO.— Que venga, que venga presto.