D. JERÓNIMO.— ¿Conque decís que es tan hábil?
LUCAS.— Cuantos hemos visto hasta ahora no sirven para descalzarle.
GINÉS.— Hace curas maravillosas.
LUCAS.— Resucita muertos.
GINÉS.— Solo que es algo estrambótico y lunático y amigo de burlarse de todo el mundo.
DON JERÓNIMO.— Me dejáis aturdido con esa relación. Ya tengo impaciencia de verle. Ve por él, Ginés.
LUCAS.— Vistiéndose quedaba. Toma la llave, y no te apartes de él.
(Le da una llave a Ginés, el cual se va por la puerta del lado derecho).
DON JERÓNIMO.— Que venga, que venga presto.