Notas

[1] Hoy, quince años después de escrito este párrafo, no diría exactamente lo mismo. La lingüística, gracias sobre todo a N. Trubetzkoy y a Roman Jakobson, ha logrado aislar al lenguaje como un objeto, al menos en el nivel fonológico. Pero si, como dice el mismo Jakobson, la lingüística ha anexado el sonido al lenguaje (fonología), aún no ha realizado la operación complementaria: anexar el sentido al sonido (semántica). Desde este punto de vista mi juicio sigue siendo válido. Señalo, además, que los descubrimientos de la lingüística —por ejemplo: la concepción del lenguaje como un sistema inconsciente y que obedece a leyes estrictas e independientes de nuestra voluntad— convierten más y más a esta ciencia en una disciplina central en el estudio del hombre. Como parte de esa ciencia general de los signos que propone Lévi-Strauss, la lingüística colinda, en uno de sus extremos, con la cibernética y, en el otro, con la antropología. Así, quizá será el punto de unión entre las ciencias exactas y las ciencias humanas. <<

[2] Wilbur Marshall Urban, Lenguaje y realidad, Lengua y Estudios Literarios, Fondo de Cultura Económica, México, 1952. <<

[3] Hoy no afirmaría de modo tan tajante las diferencias entre comunicación animal y humana. Cierto, hay ruptura o hiato entre ellas pero ambas son parte de ese universo de la comunicación, presentido por todos los poetas bajo la forma de la analogía universal, que ha descubierto la cibernética. <<

[4] Obra citada. <<

[5] Obra citada. <<

[6] Sobre «Poesía, sociedad y Estado», véase el Apéndice I. <<

[7] La lingüística moderna parece contradecir esta opinión. No obstante, como se verá, la contradicción no es absoluta. Para Roman Jakobson, «la palabra es una parte constituyente de un contexto superior, la frase, y simultáneamente es un contexto de otros constituyentes más pequeños, los morfemas (unidades mínimas dotadas de significación) y los fonemas». A su vez los fonemas son haces o manojos de rasgos diferenciales. Tanto cada rasgo diferencial como cada fonema se constituyen frente a las otras partículas en una relación de oposición o contraste: los fonemas «designan una mera alteridad». Ahora bien, aunque carecen de significación propia, los fonemas «participan de la significación» ya que su «función consiste en diferenciar, cimentar, separar o destacar» los morfemas y de tal modo distinguirlos entre sí. Por su parte, el morfema no alcanza efectiva significación sino en la palabra y ésta en la frase o en la palabra-frase. Así pues, rasgos diferenciales, fonemas, morfemas y palabras son signos que sólo significan plenamente dentro de un contexto. Por último, el contexto significa y es inteligible sólo dentro de una clave común al que habla y al que oye: el lenguaje. Las unidades semánticas (morfemas y palabras) y las fonológicas (rasgos diferenciales y fonemas) son elementos lingüísticos por pertenecer a un sistema de significados que los engloba. Las unidades lingüísticas no constituyen el lenguaje sino a la inversa: el lenguaje las constituye. Cada unidad, sea en el nivel fonológica o en el significativo, se define por su relación con las otras partes: «el lenguaje es una totalidad indivisible». <<

[8] Marcel Granet, La pensée chinoise. París, 1938. <<

[9] H. Hubert y M. Mauss, Mélanges d’histoire des religions, París, 1929. <<

[10] Aristóteles: Poética. Versión directa, introducción y notas por Juan David García Bacca, México, 1945. <<

[11] En Linguistits and Poetics, Jakobson dice que «far from being an abstract, theoretical scheme, meter —or in more explicit terms, verse design— underlies the structure of any single line— or, in logical terminology, any single verse instance… The verse design determines the invariant features of the verse instances and sets up the limit of variations». En seguida cita el ejemplo de los campesinos servios que improvisan poemas con metros fijos y los recitan sin equivocarse nunca de medida. Es posible que, en efecto, los metros sean medidas inconscientes, al menos en ciertos casos (el octosílabo español sería uno de ellos). No obstante, la observación de Jakobson no anula la diferencia entre metro y verso concreto. La realidad del primero es ideal, es una pauta y, por tanto, es una medida, una abstracción. El verso concreto es único: Resuelta en polvo ya, mas siempre hermosa (Lope de Vega) es un endecasílabo acentuado en la sexta sílaba, como Y en uno de mis ojos te llagaste (San Juan cíe la Cruz) y como De ponderosa vana pesadumbre (Góngora). Imposible confundirlos: cada uno tiene un ritmo distinto. En suma, habría que considerar tres realidades: el ritmo del idioma en este o aquel lugar y en determinado momento histórico; los metros derivados del ritmo del idioma o adaptados de otros sistemas de versificación; y el ritmo de cada poeta. Este último es el elemento distintivo y lo que separa a la literatura versificada de la poesía propiamente dicha. <<

[12] Sobre ritmos verbales y fisiológicos, véase el Apéndice II. <<

[13] No es extraño: la historia de Inglaterra y la de los Estados Unidos puede verse como una continua oscilación —nostalgia y repulsión que alternativamente los acerca y los aleja de Europa o, más exactamente, del mundo latino. Mientras los germanos, inclusive en sus épocas de mayor extravío, no han cesado de sentirse europeos, en los ingleses es manifiesta la voluntad de ruptura, desde la Guerra de los Cien Años. Germania sigue hechizada, para bien y para mal, por el espectro del Sacro Imperio Romano Germánico, que, más o menos abiertamente, ha inspirado sus ambiciones de hegemonía europea. Gran Bretaña jamás ha pretendido hacer de Europa un Imperio y se ha opuesto a todas las tentativas, vengan de la izquierda o de la derecha, invoquen el nombre de César o el de Marx, por crear un orden político que no sea el del inestable «equilibrio de poderes». La historia de la cultura germánica, con mayor énfasis aún que su historia política, es una apasionada tentativa por consumar la fusión entre le germano y lo latino. No es necesario citar a Goethe; la misma pasión anima a espíritus tan violentamente germánicos como Novalis y Nietzsche o a pensadores en apariencia tan alejados de esta clase de preocupaciones como Marx. <<

[14] Esto explica la escasa influencia del surrealismo en Inglaterra y los Estados Unidos durante ese período. En cambio esa influencia es decisiva en la poesía contemporánea y se inicia, más o menos, hacia 1955. <<

[15] Véase el libro T. S. Eliot, A Study of his Writings by Several Hands, Londres, 1948. <<

[16] Roberto Vernengo propone, para evitar confusiones, la expresión: «mención poética». <<

[17] Stéphane Lupasco, Le principe d’antagonisme et la logique de l’énergie, París, 1951, <<

[18] Svetasvatara Upanishad. The Thirteen Principal Upanishads, translated from the Sanskrit by R. E. Hume. Oxford University Press, 1951. <<

[19] Katha Upanishad, veáse arriba, nota 18. <<

[20] Arthur Waley, The Life and Times of Po-Chü-I, Londres, 1949. <<

[21] Arthur Waley, The Way and its Power. A Study of the Tao Tê Ching and its Place in the Chinese Thought, Londres, 1949. <<

[22] Arthur Waley, obra citada. <<

[23] Todo esto fue escrito diez años antes de la aparición de La pensée sauvage (1962). En esa obra capital, Lévi-Strauss muestra que la «mentalidad primitiva» no es menos racional que la nuestra. <<

[24] D. T. Suzuki, Manual of Zen Buddhism: From the Chinese Zen Masters. Londres, 1950. En realidad, Maha es grande; Prajna, sabiduría; Paramita, perfección (L. Renou y J. Filliozat, L’Inde classique, 1953). <<

[25] D. T. Susuki, Essays on Zen Buddhism (First Series), Londres, 1927. <<

[26] Rodolfo Otto, Lo santo. (Traducción de Fernando Vela). Madrid, 1928. <<

[27] Rodolfo Otto, Lo santo, Madrid, 1928. <<

[28] Alphonse de Waelhens, La philosophie de Martin Heidegger, Lovaina, 1948. <<

[29] A. de Waelhens. Obra citada. <<

[30] R. Otto. Obra citada. <<

[31] Martin Heidegger, El ser y el tiempo (traducción de José Gaos), 2.ª ed., Fondo de Cultura Económica, México, 1962. <<

[32] Étienne Gilson, L’esprit de la philosophie médiévale. París, 1944, <<

[33] José Gaos, Introducción a «El ser y el tiempo», Fondo de Cultura Económica, México, 1951. <<

[34] José Gaos. Obra citada. <<

[35] S. Freud, La interpretación de los sueños. <<

[36] Vita nouva, XII <<

[37] Dante señala que a la edad de nueve años encuentra por primera vez a su amada; que tras otros nueve, precisamente a las nueve horas, la vuelve a ver; que las visiones ocurren a las nueve de la mañana o de la noche; que Beatriz muere el año noventa del siglo XIII, esto es, en un año que es nueve veces el número diez, cifra santa. Nerval, en diversos pasajes de Aurelia, subraya la importancia del siete en su vida. <<

[38] Dejo intencionalmente de lado la religión minoica, con su gran Diosa y sus cultos agrarios y subterráneos. <<

[39] Raffaele Pettazzoni, La religion dans la Grèce antique, París, 1953. <<

[40] Werner Jaeger, Paideia. Fondo de Cultura Económica. México. 5.ª ed., 1962. Esta afirmación de Jaeger es discutible. La legalidad cósmica aparece en la poesía védica, entre los chinos, los antiguos mexicanos, etc. Lo que no aparece en esas civilizaciones es el conflicto trágico. <<

[41] W. Jaeger: obra citada. <<

[42] Werner Jaeger, La teología de los primeros filósofos griegos, México, Fondo de Cultura Económica, 1952. <<

[43] R. Pettazzoni, La religión dans la Grèce antique, París, 1953. <<

[44] W. Jaeger, Paideia. <<

[45] La literatura europea es un todo, y las diversas literaturas nacionales que la componen sólo son comprensibles plenamente dentro de ese todo. Sobre la concepción de la poesía occidental como una «unidad de sentido», véase la obra de Ernst Robert Curtius, Literatura europea y Edad Media latina, Fondo de Cultura Económica, 1955. <<

[46] Sobre Quevedo, político realista, véase el ensayo de Raimundo Lida, «Cartas de Quevedo», publicado en el número 1 de Cuadernos Americanos (México, 1953). <<

[47] Martin Heidegger: Kant y el problema de la metafísica, Fondo de Cultura Económica, México, 1954. <<

[48] On Method. Essay XI. <<

[49] Biographia Literaria. <<

[50] All Religions are One. 1778. <<

[51] Nadie, entre nosotros, ha retratado mejor la ambigüedad de ese momento que Pérez Galdós, en las dos primeras series de los Episodios Nacionales. Gabriel Araceli y Salvador Monsalud combaten todavía en cada español e hispanoamericano. <<

[52] Sobre el caso de Whitman, véase el Apéndice III. <<

[53] Años más tarde, ya en el exilio, Trotski modificó sus puntos de vista y afirmó que el único régimen posible para el artista sería el del anarquismo, la libertad absoluta, independientemente de las circunstancias por que atraviese el Estado revolucionario. Pero estas afirmaciones provienen de un hombre en la oposición. <<

[54] La situación que describe el penúltimo párrafo de la sección Burgueses y proletarios del Manifiesto comunista, en la cual Marx veía la causa final e inevitable de la revolución obrera, se aplica hoy punto por punto a las relaciones entre las naciones ricas y las pobres. Bastaría con substituir las palabras clase por nación, burguesía por países desarrollados, proletariado y obreros por países subdesarrollados, para pensar que se trata de un texto sobre la realidad actual. <<

[55] El tema de la cronología de los escritos de Rimbaud se ha planteado, a mi juicio, de una manera unilateral. Una cosa son las fechas en que fueron escritos los poemas y otra su lugar en la obra. Tampoco se trata de un problema psicológico: es indudable que Rimbaud, al escribir Une saison en enfer, creía que era su palabra última, un adiós; pero inclusive si no hubiese sido así, ese texto efectivamente es un examen y un juicio final de la experiencia poética, tal como la conciben la llamada Lettre du Voyant y Les illuminations. Si se piensa que los poemas de Rimbaud constituyen una obra, si son un todo y no una colección de textos dispersos, Une saison en enfer es posterior a Les illuminations, aunque algunos de éstos hayan sido escritos después. <<

[56] Introducción general a la crítica de la economía política. <<

[57] Sigo en parte la interpretación del señor Gardner Davies (Vers une explication rationelle du Coup de dés, París, 1953), que ha sido uno de los primeros en advertir el sentido de afirmación que tiene el poema. <<

[58] Le livre à venir, París, 1959. <<

[59] No es ésta la ocasión para examinar más de cerca la naturaleza de la sociedad azteca y desentrañar la verdadera significación de su arte. Baste apuntar que al dualismo de la religión (cultos agrarios de las antiguas poblaciones del Valle y dioses guerreros propiamente aztecas) corresponde también una organización dual de la sociedad. Sabemos, por otra parte, que casi siempre los aztecas emplearon a extranjeros vasallos como artífices y constructores. Todo esto hace sospechar que nos encontramos ante un arte y una religión que recubren, por medio de la acumulación y la superposición de elementos propios y ajenos, una escisión interior. Nada parecido nos ofrecen el arte maya de la gran época, el «olmeca» o el de Teotihuacán, en donde la unidad de las formas es Ubre y espontánea, no conceptual y externa, como en la Coatlicue, La línea viva y natural de los relieves de Palenque —o la severa geometría de Teotihuacán nos hacen vislumbrar una conciencia religiosa no desgarrada, una visión del mundo que ha crecido naturalmente y no por acumulación, superposición y reacomodo de elementos dispersos. O sea: el arte azteca tiende a un sincretismo, no del todo realizado, de contrarias concepciones del mundo, en tanto que el de las culturas más antiguas no es sino el desarrollo natural de una visión única y propia. Y éste es otro de los rasgos bárbaros de la sociedad azteca, frente a las antiguas civilizaciones mesoamericanas. <<

[60] Ángel Valbuena Prat, Historia de la literatura española, 1946. <<

[61] La idea del descubrimiento de América, México, 1951 <<