43. La estación de policía

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La estación de policía

Llegaron a la estación de policía. Carolina pasó a declarar con los detectives. Terminando la pasaron a una sala para esperar. Rayder había estado todo el tiempo acompañándola.

Joshua se acercó y le dijo algo al oído. Rayder se puso de pie y lo siguió, antes de salir del cuarto se acercó a Jacob y le dijo en un murmullo:

—Asegúrate de que no salga de este cuarto.

Carolina no alcanzó a escuchar nada de la conversación, Rayder y Joshua salieron. Una vez afuera, Joshua se acercó a su jefe y le murmuró:

—Tenemos a lo mucho unos minutos, lo trasladaran de celda y dejarán que entre al baño… jefe, en el estómago mejor que en el rostro.

Caminaron y llegaron a la entrada del baño, un policía estaba afuera custodiando, miró a Rayder a los ojos y se volvió hacia otro lado. Rayder entró junto con Joshua.

Adentro lavándose las manos estaba Vainavi, llevaba esposas en las manos. No había nadie más en el lugar.

El solo verlo hizo que Rayder sintiera una inmensa rabia, Vainavi lo reconoció al instante, pero en lugar de amedrentarse sonrió con una sonrisa torcida, de lado. Rayder se le acercó tranquilo, cuando lo tuvo cerca le dio un puñetazo en la boca del estómago con todas sus fuerzas que hizo que Vainavi se doblara del dolor. Rayder lo sujetó por el cuello de la camisa, se acercó al oído y le advirtió:

—No te atrevas a volver amenazar a mi mujer, ni mucho menos aproximarte a ella, ¿me oíste? Te haré pagar por cada minuto que la hiciste sufrir… pero si intentas acercártele nuevamente, te destruiré.

Vainavi había perdido el aliento, estaba sofocado, se tuvo que recargar en el lavabo. Rayder salió del baño sin mostrar ninguna emoción, Joshua salió tras de él. Solo le dio una palmada en el hombro al policía custodio.

Antes de entrar a la sala a buscar a Carolina. Joshua quiso hablar con Rayder.

—Señor, encontraron en el celular de Vainavi todos los datos de los allegados de Carolina, con teléfonos, direcciones… fotos.

—¿Quién se la pudo proporcionar?

—Están investigándolo… nosotros también…

—¿Nos necesitaran para algo más o podemos regresar a casa?

—Permítame y voy a informarme.

Rayder regresó a la sala donde estaba Carolina.

—Nena, están viendo si ya podemos irnos a casa.

—¿Crees que sería conveniente despedirme de mi tía?

—No, no quiero que regreses a esa casa, puedes marcarle por teléfono solamente, no quiero volver a ver a Gustav.

—Me preocupa mi tía Edith…

—A mí me preocupas tú. Vamos, quiero sacarte de aquí lo antes posible… —comentó pensando en la pequeña posibilidad de que se topara con Vainavi en la estación. Quería dejar atrás todo el asunto del indio y la terrible experiencia. Deseaba regresar y tenerla entre sus brazos, segura en su casa.