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En el hotel
La sala del cuarto del hotel era un hervidero de policías y agentes. Era bastante amplia para albergarlos a todos cómodamente. Rayder había peleado para no tener que trasladar a Carolina y dejarla en el hotel.
La chica se mostró lo suficientemente tranquila durante el interrogatorio y el chequeo médico. Rayder no se separó de su lado, sujetándola de la mano en todo momento, estrechándola entre sus brazos. Al final, cuando casi todos se marcharon Rayder se quedó solo con la chica en la amplia habitación, ella estaba sentada en la orilla de la cama King size, callada.
—¿Quieres cenar algo?
Ella negó con la cabeza.
—Estoy agotada, quisiera dormir… ¿Tú no estás cansado?
—Mucho… pero me gustaría que comieras algo, desde el desayuno no pruebas bocado.
—No tengo hambre… Caro se recostó en la cama y abrazó la almohada.
—Carolina, aún no te cambias…
Pero fue inútil, en ese momento se quedó profundamente dormida. Rayder le desabrochó los jeans y se los quitó con cuidado, sintió un escalofrío al verle la pierna llena de moretones, ya tendría ocasión de dejarle claro al hijo de su reputísima madre que a su mujer nadie la tocaba. La metió bajo las cobijas y se sentó a observarla por largo rato.
Antes de irse a descansar, Rayder salió a la sala del cuarto de hotel.
Joshua y Jacob estaban ahí con uno de los comandantes de policía. Ya se estaba despidiendo, se acercó a Rayder y le dio la mano.
—Mañana podremos informarle sobre los otros dos hombres que acompañaban al señor Vainavi… Señor Rayder quería que revisara este pasaporte que portaba.
Rayder tomó el pasaporte de las manos del policía. Lo abrió y un estremecimiento le recorrió la espalda. Era la foto de Carolina, sus datos generales, edad, estatura, señas particulares pero con un nombre indio.
—Es mi novia… la foto, los datos, pero no es su nombre verdadero… ¿esto se puede usar como evidencia de que pensaba sacarla del país, verdad?
—Además de la falsificación de documentos, la retención ilegal, la agresión… son muchos cargos.
—¿Cuándo fijaran la fianza?
—Mañana mismo, pero yo creo que el juez la fijara muy cara, porque el riesgo de que Vainavi escape a su país es muy alto… estaremos en comunicación.
Rayder le regresó el pasaporte, no quería ni pensar en lo que habría pasado si no hubiera encontrado a Carolina. El oficial se retiró.
—La señora Edith ha tratado de comunicarse con la señorita Kerry, ha marcado varias veces.
—¿Qué le dijiste?
—Solo le informé que la señorita se encuentra bien, pero que no puede contestar llamadas…
—Bien, si vuelve a marcar y no estoy con Carolina pásame la llamada… Mañana podemos seguir con esto, estoy agotado… ha sido un día terrible, quiero que mañana por la tarde nos regresemos a casa.
Antes de dejar la habitación Rayder se volvió y los miró.
—Gracias, muchachos, no tienen idea de lo que esa chiquilla significa para mi…