26. Convencida

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Convencida

Habían pasado dos semanas desde la ruptura, Carolina pasó de las paredes a pintar en los lienzos cuando terminó de llenar todos los espacios en blanco de su departamento. No había tenido comunicación con Rayder.

Ese sábado sería la cena de graduación y Grace llevaba desde temprano tratando de convencerla para que no faltara.

—No quiero verlo… si lo veo no voy a poder resistir… —dijo Carolina tirada en el piso mirando el techo… aún había espacio ahí para pintar ahí…

—No irá Carolina, no creo que sea tan cara dura… —respondió Grace, tirada a su lado.

—No me interesa la graduación ni la cena ni nada…

—Si no vas, te arrepentirás toda tu vida… uno no deja de ir a su propia graduación solo porque un idiota le rompió el corazón… Y para que te lo sepas, llegarán más idiotas que te romperán nuevamente el corazón, así es la vida. Hasta que de tantos golpes te acostumbres a ese ir y venir de los idiotas.

Caro la miro asombrada:

—¿Estás hablando en serio?

—Tengo más experiencia de la vida que tú… deberías escuchar mis consejos. Además tus tíos estarán en esa cena, no puedes dejarlos solos en la mesa… bueno la verdad si puedes y sería lo más justo… pero no, no, tenemos que ir. Y te propongo algo: terminando la cena nos vamos a la playa… nos llevamos tus lienzos de Rayder, los ofrecemos en la plaza del pueblo y si sacamos dinero nos quedamos a vivir allá… nos podemos quedar en la casa de mi tía el tiempo que queramos.

Carolina se rio de la ocurrencia… Grace había sido de gran ayuda en esos días.

—Pero eso si te digo. A la cena vas a ir arreglada para causar infartos, no importa lo que nos cueste.

—Grace, ni tu ni yo tenemos mucho dinero.

—Te equivocas… —Grace se levantó con dificultad, fue hasta su mochila y sacó la cartera, rebuscó y sacó la tarjeta de crédito de Rayder, la que le había dado para ir a comprar el vestido de la cena de graduación.

—¡No se la regresaste!

—No y es tiempo de la venganza.

—Ya la debe haber reportado, Grace.

—No lo creo, ayer cené con ella y si pasó… —dijo divertida Grace—, anda vamos a la cena… es lo último que queda para terminar nuestra vida de universitarias y no quiero perdérmela.