14
Los Converses
Unos golpes en la puerta despertaron a Carolina. Tardó en despertar y acordarse donde estaba. Era domingo y eran las ¡once de la mañana! Nunca se había despertado tan tarde. Recordó la noche anterior, Rayder se había quedado hasta las cuatro de la mañana, con razón estaba tan cansada. Había hecho el amor dos veces de una manera deliciosa… Volvieron a tocar la puerta.
Carolina se puso de pie y fue a abrir. Era Jacob con cinco cajas de zapatos en las manos.
—Señorita Kerry, buenos días
—Jacob… ¿Más celulares?
—No, claro que no. Es una sorpresa del señor Rayder —dijo Jacob y entró al departamento, puso las cajas en la mesa de la cocina.
—¿Necesita algo?
—No, gracias —respondió Carolina, Jacob se despidió y se marchó.
Caro abrió la primera y eran un par de zapatillas deportivas Converse azules… las otras cuatro eran Converse de diferentes colores. Le quedaban perfectamente.
El celular sonó, Carolina fue hasta la recámara y lo levantó, miró el identificador, era Rayder.
—Hola.
—Carolina, ¿descansaste?
—Voy levantándome… es tardísimo… acabo de recibir los Converse de todos colores, gracias.
—Te los debía, por los que tiré al basurero… son solo para que puedas bajar los seis pisos.
—¿Cómo van tus asuntos?
—Aburridos… preferiría estar contigo. ¿No quieres que mande por ti para que pases la noche conmigo?
A Carolina se le fue el aliento y el corazón comenzó a latirle con fuerza. Claro que quería volver a estar entre sus brazos.
—¡Me encantaría!
—Perfecto, voy a mandar a Jacob a recogerte a las cuatro de la tarde y te quedas hasta el martes conmigo.
—Espera, no, estoy en semana de exámenes… no puedo faltar… lo siento.
—Carolina, mándame tus horarios por favor y no olvides llevarte el celular a la universidad… ¿A qué hora empiezas clases mañana?
—Siete.
—Veré si puedo regresar antes.
Rayder, el empresario e inaccesible Rayder quería regresar antes para verla… Carolina estaba feliz.
—Cualquier cosa que necesites me marcas, ¿me escuchaste? —ordenó Rayder, nuevamente con el tono autoritario. Evidentemente le había molestado que Carolina no le acompañara estos días.
—Yo también te extraño, Rayder —le dijo Carolina a modo de despedida antes de colgar— mucho…