Sobre la traducción

Para orientación de los lectores no iniciados se incluye al final de la obra una lista de palabras de argot que he creído conveniente utilizar en esta traducción. En principio, la lengua de los negros de Harlem, enclave donde transcurren todas las novelas de Chester Himes protagonizadas por Ataúd y Sepulturero, resulta intraducible a todas luces, tanto por sus peculiaridades léxicas como por su estructura sintáctica. A fin de encontrar un cierto equivalente en castellano, me ha parecido oportuno recurrir al argot de nuestros mal llamados bajos fondos. Naturalmente, sólo se trata de una aproximación basada en similitudes sociológicas cuyo denominador común es la picaresca, la sordidez, la violencia impuesta como únicas formas de vida permisible para los ambientes marginados. Esta traducción, realizada hará ya cinco años y no publicada antes por razones ajenas a mi voluntad, aprovecha un argot que quizás en algún caso haya perdido vigencia, y ello se debe a la misma dinámica interna del argot, lengua nacida esencialmente para defenderse y obligada por lo tanto a una transformación continua, tan inventiva como pragmática, de la que luego se apropian gratuita y hasta estúpidamente otras personas de vida menos difícil. Hago esta aclaración con el afán quizás ingenuo de que no se considere el uso del argot en esta traducción como un efectismo hilarante, sino como modesto esfuerzo por recrear un clima humano muy determinado. Finalmente, quiero agradecer aquí la cooperación de Manuel Sánchez Torres, antaño llamado El Palomo en su barrio, por todas las explicaciones y descubrimientos que me ha proporcionado sobre el empleo del argot.

Josep ELÍAS