Abismo de abismo III

¡Nada que no fuera un cuerpo entero

en la firmeza de la mortaja…! Y sin embargo, ese golpear

con la antorcha encendida en la ventana de los baños públicos de mujeres.

Y hace que crezca lo que hay de más doloroso,

lo que estaba perdido para siempre.

Hasta la lascivia de los muertos

quiere moverse sin cesar del infierno al infierno…