—El deseo de los ojos frente a la vista del espíritu
… ¿Sabe usted?, siempre me ha avergonzado… Pero
si no está permitido, empuñamos la fuerza…
—Odiar de amor… ¿Es eso posible?
—Querida, sus ojos están llenos de lágrimas…
—Amar de odio… ¿Es eso posible?
—Querida, preguntamos al enfermo por qué está enfermo
amamos, pero lo odiamos porque está enfermo…
—¡Qué locura!
—Todo menos renunciar a él, renunciaríais
a la vida, que no cuenta con otro testimonio…
—¿Por qué escribe usted poemas?
—Se trata del ser… del mudo ser…